El síndrome del túnel del carpo (STC) es causado por la compresión del nervio mediano en su paso a través del canal del carpo1. Es una causa muy frecuente de sensación de adormecimiento, dolor y parestesias en la mano, el antebrazo y, en ocasiones, el resto del miembro superior1,2. A pesar de ser una condición relativamente trivial, que mejora en un 90% de los casos tratados quirúrgicamente3, su manejo no es siempre sencillo, ya que algunos de los síntomas y signos característicos pueden estar presentes en otras afecciones neuropáticas y músculo-esqueléticas de la extremidad superior y la cintura escapular1,4,5.
Los estudios de conducción nerviosa periférica (ECN) del nervio mediano son los exámenes complementarios de elección en estos casos2,6, aunque cada vez es mayor la proporción de pacientes que son atendidos en etapas tempranas de la enfermedad, con lo cual ha aumentado la proporción de casos con ECN negativos a pesar de presentar síntomas sugestivos de STC7-12.
Se ha intentado incrementar la sensibilidad de los ECN mediante la introducción de los estudios comparativos mediano-cubital y mediano-radial13,14. En ellos se utiliza como elemento diagnóstico la diferencia de latencias entre los potenciales de acción del nervio sensitivo (PANS) obtenidos en nervios mediano y cubital con estimulación en la palma y en el cuarto dedo, y entre nervios mediano y radial, con estimulación en el primer dedo. La suma de las diferencias encontradas en los tres estudios anteriores se ha definido como índice sensorial combinado (ISC), medida resumen que anula la influencia de errores técnicos y adiciona los efectos provocados por la alteración de cada estudio14.
Otra aproximación interesante para aumentar la sensibilidad en los ECN sugiere utilizar límites de la normalidad variables en función de la probabilidad clínica o anterior a la prueba complementaria (PAP) de presentar STC15. Es decir, que para confirmar la presencia de este síndrome, el neurofisiólogo no debe considerar los mismos límites de normalidad en pacientes con PAP distintas, puesto que un enfermo con baja probabilidad clínica de STC requiere que se apliquen límites más estrictos de normalidad para confirmar la sospecha clínica. De acuerdo con el teorema de Bayes, para llegar al diagnóstico clínico más probable se realiza una aplicación secuencial de observaciones, hallazgos en la historia clínica, los antecedentes y el examen físico; por lo tanto, la probabilidad de un diagnóstico puede ser calculada a partir de los rasgos clínicos que están presentes16.
Por tanto, conocer cuáles de estos rasgos tienen una asociación mayor con alteraciones electrofisiológicas es de utilidad para poder realizar una interpretación más adecuada de los ECN, de ahí la necesidad de saber cómo calcular la PAP a partir de rasgos clínicos y sociodemográficos.
En este trabajo se ha estudiado la eficacia diagnóstica de un grupo de rasgos clínicos encontrados en pacientes con STC de ligero a moderado. Sobre la base de estos resultados se propone una medida para estimar la probabilidad clínica o anterior a las pruebas complementarias de presentar la enfermedad.
MATERIAL Y MÉTODO
Se realizó un estudio prospectivo, transversal y descriptivo en una muestra constituida por 100 enfermos remitidos al Laboratorio de Electromiografía por sospecha clínica de STC y 30 sujetos sanos (60 manos asintomáticas, edades entre 26 y 61 años, con media de 41,2 y desviación estándar de 9,49, 23 mujeres y 7 varones). Los hallazgos encontrados en los primeros 50 pacientes atendidos consecutivamente (grupo 1, constituido por 93 manos sintomáticas, edades entre 19 y 72 años, con media de 43,5 y desviación estándar de 10,6, 45 mujeres y 5 varones) permitieron describir un conjunto de rasgos clínicos significativos y proponer una medida para estimar las probabilidades individuales de presentar la enfermedad, la cual fue evaluada luego en los 50 pacientes restantes (grupo 2, constituido por 90 manos sintomáticas, edades entre 17 y 68 años, con media de 45,6 y desviación estándar de 10,9, 45 mujeres y 5 varones).
Todos los sujetos aceptaron las condiciones del estudio, después de ser informados de sus características y objetivos, el cual fue aprobado por la Comisión Ética del centro. Fueron considerados como criterios de exclusión los antecedentes de enfermedades neurológicas, endocrinopatías u otras que afectaran secundariamente los nervios periféricos, así como de exposición a tóxicos, medicamentos u otras drogas, traumatismos, fracturas o intervenciones quirúrgicas en miembros superiores, o con imposibilidad de registrar alguno de los PANS durante los ECN. Los criterios de inclusión para los sujetos sanos fueron: ausencia de antecedentes de enfermedad general o neurológica, interrogatorio y examen físico negativos y ausencia de ingestión habitual de drogas o sustancias tóxicas.
A todos los sujetos se les realizó una evaluación clínico-neurofisiológica en ambas manos, orientada al diagnóstico de STC, cuyos resultados se registraron en una planilla diseñada a tal efecto. Se precisó la existencia de los siguientes rasgos clínicos: sensaciones de dolor, adormecimiento, parestesias nocturnas y/o continuas y debilidad subjetiva a la abducción del pulgar. Se localizó el territorio donde éstos se presentaban mediante un diagrama de manos y se verificó si existía irradiación proximal al resto del miembro superior. Se precisó la existencia de atrofia tenar y de zonas hipoestésicas en la mano, se exploró la fuerza en el músculo abductor breve del pulgar y se investigó la presencia de signos de Tinel y Phalen.
A ciegas de los resultados encontrados en la evaluación clínica, fueron realizados posteriormente los tres ECN sensitivos comparativos ortodrómicos: mediano-cubital con estimulación palmar y en el cuarto dedo y mediano-radial con estimulación en el primer dedo; la suma de las tres diferencias de latencias permitió calcular el ISC, según la metodología descrita por Robinson et al13. Los valores superiores a 1,1 milisegundos (ms) se consideraron como resultados positivos de STC.
Los ECN se realizaron a una temperatura ambiental entre 22 y 26 oC, con un electromiógrafo NEUROPACK MEM-3202. Las condiciones de registro fueron: frecuencias de corte de los filtros entre 15 y 3.000 Hz, filtro a 60 Hz activado, tiempo de análisis de 1 ms/div y sensibilidad de 20 μV/div. La duración del estímulo fue de 0,1 ms, con frecuencia de 2 Hz e intensidad supramáxima, lo cual permitió obtener dos curvas reproducibles, después de promediar 32 ensayos en cada una. Se utilizaron electrodos de superficie para estimulación y registro, colocados según describen otros autores17,18. Fueron utilizados discos de plata clorurados de 1 cm de diámetro para los ECN con registro en las regiones distales del antebrazo, que se mantuvieron adheridos a la piel mediante pasta conductora y esparadrapo, previa limpieza de ésta con alcohol, para garantizar niveles de impedancia inferiores a 512 ohm.
Los rasgos clínicos fueron considerados como variables binarias. Se aplicó la prueba χ2 para comparar la frecuencia de los rasgos generales (variables edad y sexo) en los grupos 1 y 2 de pacientes y en el de sujetos sanos, con un nivel de significación de α ≤ 0,05. Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) para comparar los valores medios de edad en los tres grupos estudiados. A partir de los hallazgos encontrados en el grupo 1 de pacientes y en los sujetos sanos se calcularon los porcentajes de manos sintomáticas, la sensibilidad (capacidad de detectar los verdaderos enfermos), especificidad (capacidad de descartar los verdaderos sanos) y precisión diagnóstica (valor ponderado que permite resumir los dos anteriores) de los distintos rasgos clínicos. Para esto se tomaron como criterio de referencia los resultados en el ISC19. De acuerdo con los valores de sensibilidad, especificidad y precisión diagnóstica se asignaron valores relativos para los rasgos clínicos que resultaron más significativos y se propuso un modelo para estimar la probabilidad clínica de la enfermedad, el cual fue aplicado al grupo 2 de pacientes. En este segundo grupo se realizó un análisis de regresión lineal para definir la asociación entre la afectación clínica resumida en el valor de PAP y la lesión nerviosa demostrada electrofisiológicamente en el ISC.
RESULTADOS
Tanto en los dos grupos de pacientes como en el de sujetos sanos existió un predominio significativo del sexo femenino (90%) sobre el masculino, con χ2(1) = 216, p < 0,000; en el grupo de sujetos sanos se encontró un 76,6% de mujeres, con χ2(1) = 36,2, p < 0,000. Al ser clasificados todos los sujetos según la edad, en inferior o superior a 35 años, un análisis de χ2 permitió definir que en los tres grupos predominaron los sujetos con edades superiores a 35 años (grupo 1: 80%, χ2(1) = 121,5, p < 0,000; grupo 2: 82%, χ2(1) = 57,9, p < 0,000; grupo de sujetos sanos: 70%, χ2(1) = 20,4, p < 0,000). El ANOVA realizado para comparar los valores medios de edad entre los tres grupos permitió obtener un estadígrafo F de Fisher igual a 1,71, con valor de p = 0,18, por lo que no se encontraron diferencias significativas en los valores medios de edad. Se presentó elevación patológica del ISC en más del 50% de los pacientes en ambos grupos, con valores medios de 1,91 y 1,8 ms, respectivamente; la media del ISC encontrada en el grupo de sujetos sanos fue de 0,59 ms.
Los datos siguientes fueron generados a partir de la evaluación realizada al primer grupo de 50 pacientes y a los 30 sujetos sanos. Se encontraron valores de sensibilidad superiores al 70% para el adormecimiento (93,6%), el dolor (84,1%), las parestesias nocturnas (77,7%), la localización de los síntomas sensitivos en las zonas de inervación correspondientes al nervio mediano (85,7%), así como para la disminución de la fuerza muscular a la abducción del pulgar (85,7%) y la maniobra de Phalen (77,7%). La especificidad superó el 70% sólo en el caso de la localización (71,2%), el dolor (72,6%), la maniobra de Phalen (75,7%) y el signo de Tinel (85,1%), cuya sensibilidad fue de 60,3%. Los rasgos restantes (irradiación proximal, hipoestesia, parestesias continuas y atrofia tenar), aunque tuvieron valores de especificidad superiores al 70%, presentaron una sensibilidad muy inferior a esta cifra, por lo que se consideraron menos útiles en el diagnóstico de la enfermedad en etapas tempranas. En la figura 1 se muestran los porcentajes que presentaron los distintos rasgos clínicos en los pacientes con ISC positivo; el adormecimiento, la disminución de la fuerza muscular y la localización de los síntomas en zonas inervadas por el nervio mediano estuvieron presentes en más del 80% de las manos evaluadas, que resultaron luego positivas electrofisiológicamente.
Figura 1.Presencia de rasgos clínicos en los casos con índice sensorial combinado positivo; nótese que los porcentajes más elevados corresponden a los rasgos de adormecimiento, disminución de la fuerza muscular y localización. Adorm: adormecimiento; DismFza: disminución de la fuerza muscular a la abducción del pulgar en el examen físico; IrradProx: irradiación proximal; LocMed: localización en zonas inervadas por el nervio mediano; ParesNoc: parestesias nocturnas.
Los rasgos clínicos fueron agrupados según el perfil sensitivo, motor, maniobras clínicas y factores sociodemográficos para estimar su valor relativo en la cuantificación de la PAP (tabla 1). El perfil de los síntomas sensitivos adormecimiento, parestesias nocturnas y localización en territorio del nervio mediano fue el que presentó mayor rendimiento diagnóstico; el rasgo irradiación proximal disminuye la sensibilidad y precisión diagnóstica del grupo al ser incorporado. La maniobra de Phalen y el signo de Tinel tuvieron una precisión diagnóstica superior a 70%, con una sensibilidad más elevada para la primera y una mayor especificidad en el segundo.
En la tabla 2 se proponen los criterios para estimar la PAP de presentar la enfermedad, de acuerdo con la asignación y suma posterior de valores. Para encontrar el límite óptimo que defina a un paciente como positivo clínicamente de STC, se calculó la sensibilidad, la especificidad y la precisión diagnóstica de cada uno de los valores de PAP obtenidos en el grupo 1 de pacientes. Los resultados sugieren considerar como positivos los valores superiores a 0,6.
Al aplicar estos criterios al grupo 2 de enfermos fueron identificadas como positivas 72 de las 90 manos sintomáticas (80%); se encontraron valores de sensibilidad de 88%, especificidad de 72% y precisión diagnóstica de 79% para el modelo clínico propuesto, con respecto al ISC. En el grupo 2 de pacientes se encontró una coincidencia entre el grado de afectación clínica y electrofisiológica en el 67,3% de los casos. Ningún sujeto sano fue identificado como positivo. Un análisis de regresión lineal de las variables PAP e ISC mostró la existencia de una asociación lineal significativa entre ambas (F(1.148) = 49,7; p < 0,000; fig. 2).
Figura 2.Diagrama de puntos en el que se observa la relación entre la probabilidad clínica anterior a la prueba diagnóstica (PAP) y el índice sensorial combinado (ISC) en el total de sujetos estudiados. Obsérvese que la tendencia no es completamente lineal al existir varios casos con PAP elevadas y valores bajos en el ISC, relacionados con la sensibilidad relativamente baja de los estudios de conducción nerviosa (ECN). S.: sujetos.
DISCUSIÓN
Las características sociodemográficas observadas coinciden con lo informado por otros autores, que describen una mayor incidencia del STC en mujeres y en sujetos con edades superiores a 40 años9,10,20.
Estos resultados apoyan la hipótesis de un compromiso bilateral en la mayoría de los pacientes, lo cual no ha quedado definido en estudios previos10,11,20,21. Nuestros resultados apoyan la hipótesis sugerida por Bland2, que considera el STC idiopático como predominantemente bilateral, aunque puede presentarse con severidad desigual en ambas manos9.
Otros autores han descrito la presencia de síntomas sensitivos y nocturnos en el 76,8% de sus casos10,11,21. La tríada sintomática adormecimiento-dolor-parestesias nocturnas, localizada en las zonas inervadas por el nervio mediano, pudiera ser considerada crítica en el diagnóstico clínico del STC. El patrón topográfico tiene una importancia especial por su marcado carácter neuropático, ya que los síntomas músculo-esqueléticos se presentan con una distribución más difusa en todo el miembro superior11. Los rasgos sugestivos de disfunción de fibras motoras tuvieron una precisión diagnóstica de 73,2%, por lo que se consideraron elementos útiles en el diagnóstico. La eficacia diagnóstica de los signos de Phalen y Tinel ha sido estudiada previamente10,16,22. Su sensibilidad se describe entre un 42 a un 85% para la prime-ra y de un 38 hasta un 100% para el segundo. La especificidad varía de un 54 a un 98% y de un 55 a un 100%, respectivamente10,16,22. Este estudio encuentra valores de sensibilidad y especificidad de 73 y 75,7% para la maniobra de Phalen y de 60,3 y 85,1% para el signo de Tinel, el cual, aunque menos sensible, como se describe, resultó ser más específico, por lo que ambos fueron considerados de utilidad en el diagnóstico clínico del STC. La irradiación proximal es un rasgo que se encuentra también en otras afecciones del miembro superior, por lo que no se consideró un rasgo crítico para el diagnóstico.
La importancia de los rasgos clínicos y los factores sociodemográficos en el STC ha sido intensamente estudiada9-11. No conocemos de otra aproximación clínica que haya tratado de cuantificar la importancia de los distintos síntomas y signos y de agruparlos conjuntamente con los factores sociodemográficos. Los valores observados de sensibilidad (88%), especificidad (66,6%) y precisión diagnóstica (75,8%), aunque lejos de ser ideales, están ligeramente por encima de los referidos por otros autores9,12 y pudieran estar influenciados por el hecho de haber utilizado los resultados electrofisiológicos como criterio de referencia. Tiene entre sus limitaciones el ser específico para el diagnóstico del STC y el no considerar entre los factores de riesgo características antropométricas como el índice de masa corporal y la anatomía del carpo, que también han sido descritos como significativos21-23.
En conclusión, la identificación de un patrón de rasgos críticos permitió estimar la probabilidad clínica de STC, asociada significativamente con las alteraciones electrofisiológicas. Ésta incluye la presencia de adormecimiento, dolor, parestesias nocturnas, localización de estos síntomas en el territorio del nervio mediano, debilidad muscular a la abducción del pulgar, maniobra de Phalen o signo de Tinel positivos. Fueron identificados, además, factores de riesgo significativos como el sexo femenino, tiempo de evolución de 6 meses o superior y afectación bilateral. Son necesarias investigaciones futuras que permitan validar y mejorar el alcance diagnóstico de la escala de estimación clínica propuesta en este estudio.
Declaración de conflicto de intereses
Los autores han declarado no tener ningún conflicto de intereses.
Correspondencia:
J.L. González-Roig.
Departamento de Neurofisiología Clínica. Centro Nacional de Rehabilitación Julio Díaz. Ciudad de La Habana. Cuba.
Correo electrónico: roig@infomed.sld.cu
Recibido: enero de 2007.
Aceptado: julio de 2007.