metricas
covid
Buscar en
Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología
Toda la web
Inicio Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología Tratamiento artroscópico mediante microfracturas de la lesión cartilaginosa ac...
Información de la revista
Vol. 62. Núm. 4.
Páginas 248-256 (julio - agosto 2018)
Visitas
3386
Vol. 62. Núm. 4.
Páginas 248-256 (julio - agosto 2018)
ORIGINAL
Acceso a texto completo
Tratamiento artroscópico mediante microfracturas de la lesión cartilaginosa acetabular de espesor completo. Estudio de cohortes con seguimiento medio a 3 años
Arthroscopic hip surgery with a microfracture procedure of acetabular full-thickness chondral damage. Cohort study with a 3-year follow-up
Visitas
3386
J. Más Martínez
Autor para correspondencia
jmas@traumavist.com

Autor para correspondencia.
, J. Sanz-Reig, C.M. Verdú Román, D. Bustamante Suárez de Puga, M. Morales Santías, E. Martínez Giménez
Traumatología Vistahermosa, Clínica Vistahermosa, Alicante, España
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Resumen
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Figuras (7)
Mostrar másMostrar menos
Tablas (4)
Tabla 1. Datos generales de la serie
Tabla 2. Procedimientos quirúrgicos asociados durante la cirugía artroscópica de cadera
Tabla 3. Resultados funcionales de ambas cohortes en los diferentes cuestionarios de valoración clínica
Tabla 4. Función de la cadera afecta según la valoración subjetiva del paciente en ambas cohortes
Mostrar másMostrar menos
Resumen
Introducción y objetivo

El tratamiento de las lesiones cartilaginosas de espesor completo constituyen un reto para el cirujano ortopédico. Nuestro objetivo fue determinar los resultados clínicos de una cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa acetabular de espesor completo tratados mediante microfracturas, y comparar los resultados con una cohorte similar sin lesión cartilaginosa acetabular.

Material y métodos

Estudio prospectivo de 31 caderas con lesión cartilaginosa acetabular de espesor completo intervenidas mediante microfracturas por cirugía artroscópica entre enero de 2009 y enero de 2016. La cohorte sin lesión cartilaginosa constaba de 49 caderas. Se utilizaron 4 cuestionarios de valoración clínica.

Resultados

El seguimiento medio fue de 36,2 meses en la cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo y de 36,6 meses en la cohorte de pacientes sin lesión cartilaginosa. La puntuación media se incrementó significativamente en ambas cohortes en los cuestionarios de valoración clínica entre el valor preoperatorio y al final del seguimiento. No hubo diferencias significativas entre ambas cohortes al final del seguimiento.

Discusión

El estudio muestra que el tratamiento de la lesión cartilaginosa de espesor completo mediante microfracturas permite una mejoría significativa en los cuestionarios de valoración utilizados, que se mantiene durante el seguimiento del estudio. El mayor incremento de la puntuación en los cuestionarios de valoración clínica se produce en los 6 primeros meses. Al comparar los resultados con una cohorte de pacientes sin lesión cartilaginosa no hubo diferencias significativas al final del seguimiento.

Palabras clave:
Artroscopia
Cadera
Cartílago articular
Microfracturas
Abstract
Introduction and purpose

Management of injuries to the articular cartilage is complex and challenging. Our purpose was to assess outcomes of a cohort of patients who underwent hip arthroscopy with full-thickness chondral damage treated with microfracture and compare these outcomes with those from a similar cohort of patients who did not.

Material and methods

We prospectively gathered the data of 31 hips treated with microfracture from January 2009 to January 2016. In the cohort of hips without chondral damage there were 49 hips. All patients were assessed pre- and postoperatively with 4 patient-reported outcome instruments.

Results

The mean follow-up was 36.2 months in the cohort of patients with full-thickness chondral damage, and 36.6 months in the cohort of patients without chondral damage. Both groups demonstrated significant improvement in all patient-reported outcome instruments between preoperative and final follow-up. There was no statistically significant difference between both cohorts at final follow-up.

Discussion

This study showed that patients undergoing microfracture during hip arthroscopy had significant improvement in all patient-reported outcome instruments during follow-up. The greatest improvement was noted at 6 months postoperatively. Both groups showed no significant difference in final patient-reported outcome instruments scores.

Keywords:
Arthroscopy
Hip
Articular cartilage
Microfracture
Texto completo
Introducción

En la cadera no displásica del adulto joven, el choque femoroacetabular (CFA) es el mecanismo más común que conduce a la lesión del cartílago articular acetabular. El contacto directo, durante el movimiento de flexión de la cadera, de una cabeza femoral anesférica en la transición cabeza-cuello (CFA tipo cam) contra un acetábulo normal, o del cuello femoral normal sobre un acetábulo retrovertido o profundo (CFA tipo pincer), produce una lesión del labrum acetabular y, subsiguientemente, del cartílago acetabular1,2.

Las lesiones cartilaginosas condicionan el resultado funcional articular debido a su limitada capacidad de curación, con independencia de si la lesión es aguda o crónica. Al carecer de receptores nociceptivos, las lesiones cartilaginosas aisladas no producen sintomatología dolorosa. Y en ocasiones, en el momento del diagnóstico, la lesión cartilaginosa ya es de espesor completo3,4.

La cirugía artroscópica de cadera (CAC) ha permitido un diagnóstico precoz de las lesiones cartilaginosas acetabulares, bien por su indicación en pacientes con dolor inguinal de difícil explicación y con pruebas diagnósticas normales, bien en el contexto de enfermedad intraarticular por cuerpos libres, lesiones del labrum o CFA5,6. Un porcentaje elevado de pacientes intervenidos por CFA mediante CAC presenta lesiones del cartílago articular asociadas, aunque no se hayan desarrollado signos degenerativos en el estudio radiológico preoperatorio7.

Los resultados obtenidos con el tratamiento de las lesiones cartilaginosas de espesor completo mediante microfracturas a nivel de la rodilla8,9 han extendido su uso a la cadera con resultados positivos a corto plazo10–15.

El objetivo de nuestro trabajo fue determinar los resultados clínicos de una cohorte de pacientes con diagnóstico de CFA y tratamiento de la lesión cartilaginosa acetabular de espesor completo mediante microfracturas por CAC. Para tener un mayor conocimiento de la influencia de la lesión cartilaginosa acetabular en el resultado funcional, se compararon los resultados con una cohorte de pacientes con diagnóstico de CFA sin lesión cartilaginosa acetabular. Nuestra hipótesis de trabajo fue que el resultado clínico entre ambos grupos sería similar al final del seguimiento.

Material y métodoSelección de pacientes

Durante el período comprendido entre enero de 2009 y enero de 2016 se seleccionó de nuestra base de datos prospectiva de pacientes intervenidos mediante CAC una cohorte de pacientes que cumplían los siguientes criterios de inclusión: edad menor de 50 años, diagnóstico de CFA, estadio Tönnis 0-1, altura articular mayor de 2mm, lesión cartilaginosa acetabular de espesor completo tratada mediante microfracturas, seguimiento mínimo de un año. Se excluyeron los pacientes con displasia de cadera determinada por un ángulo centro-borde menor de 25°, enfermedad de Legg-Calve-Perthes, cirugía previa de cadera, necrosis avascular y edad menor de 18 años.

A efectos comparativos, se eligió una cohorte de pacientes que cumplía los mismos criterios de inclusión y exclusión, pero que no presentaba lesión cartilaginosa acetabular.

Todos los pacientes dieron su consentimiento informado para la inclusión en el estudio y este fue aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica de nuestra institución.

Valoración clínica

Para la valoración clínica se utilizaron 4 cuestionarios: la escala modificada de Harris (mHHS)16; cuestionarios de valoración de la cadera con los apartados para actividades de la vida diaria (HOS-AVD) y para la práctica de deportes (HOS-SSS)17, traducidos al español y validados18; y el cuestionario iHOT-1219. Se preguntaba al paciente cómo consideraba la función de la cadera afecta al compararla con la sana, con 4 posibles respuestas: normal, cercana a lo normal, anormal y severamente anormal. En caso de ser un paciente con afectación de ambas caderas, o haber sido operado previamente de la cadera contralateral, se le indicaba que considerara la función de la cadera afecta con respecto a la situación previa, cuando no presentaba limitación para actividades de la vida diaria y/o deportivas. Las valoraciones clínicas se realizaron preoperatoriamente, a los 6 meses, al año y, posteriormente, con periodicidad anual.

La actividad física preoperatoria se registró según la escala de Tegner20.

Pruebas de imagen

En todos los pacientes se solicitó estudio radiológico anteroposterior de pelvis en bipedestación y proyección axial de Dunn. Se determinó la presencia de lesión tipo cam y/o pincer2, altura de la interlínea articular en la zona de carga21, ángulo alfa2, ángulo de cobertura acetabular2, ángulo de Tönnis2 y grado de degeneración articular según la escala de Tönnis22.

El estudio de imagen se completaba con una RMN convencional en un dispositivo 3 de Tesla, para descartar la presencia de necrosis avascular, tendinopatías o lesiones intraarticulares.

Procedimiento quirúrgico

Las cirugías se realizaron con anestesia espinal, según la técnica quirúrgica descrita previamente23. El procedimiento se iniciaba mediante la exploración del compartimento central. La sobrecobertura acetabular o lesión tipo «pincer» se determinaba por la presencia de equimosis difusa del labrum, osificación labral, degeneración quística intralabral y/o por la extensión del reborde óseo acetabular más allá de la unión condrolabral24. En caso de presentar una lesión tipo pincer se corregían las anomalías de sobrecobertura acetabular mediante visión directa y control radioscópico. Las lesiones del labrum se reparaban mediante sutura siempre que fuera posible, y particularmente si afectaban a la unión condrolabral. En caso contrario se realizaba desbridamiento manteniendo la mayor cantidad de labrum posible25. Se determinaba la presencia de enfermedad tendinosa del psoas con base en la presencia de inflamación o rotura del labrum a nivel de la localización del psoas en el reborde acetabular, y se realizaba tenotomía del psoas en el compartimento central si era necesario26.

Las lesiones cartilaginosas del reborde acetabular se clasificaron según las recomendaciones del Multicenter Arthroscopic Hip Outcome Research Network27.

Cuando se detectaba la lesión cartilaginosa de espesor completo, se determinaba su localización según el método geográfico descrito por Ilizaliturri et al.28, y su tamaño, mediante la utilización de una sonda de medición (fig. 1). Para la realización de las microfracturas, el portal anterolateral se utilizaba como portal de visión y el portal medioanterior como portal de trabajo para la introducción del material. La técnica de microfractura se realizó según el procedimiento descrito por Crawford et al.29. El primer paso del proceso consistía en asegurar un borde condral estable. Para ello se limpiaba el cartílago delaminado suelto con pinzas (fig. 2) y motor oscilante (fig. 3). Se realizaba la correcta reparación del labrum acetabular para asegurar que al final teníamos una lesión de cartílago de espesor completo, geográficamente bien delimitada, y que fuera capaz de contener el coágulo de células pluripotenciales procedentes del hueso esponjoso profundo que era alcanzado con las microfracturas. La capa de tejido calcificado se resecaba con una cureta (fig. 4), evitando desestructurar el hueso subcondral. Una vez asegurado el borde condral estable, se procedía a realizar las perforaciones manuales con un punzón de 30 o 45°, siempre perpendicular al hueso subcondral, desde la periferia de la lesión. Las perforaciones se realizaban separadas 3-4mm entre sí, y con una profundidad de 3-4mm (fig. 5). Finalmente, se cortaba el flujo de líquido intraarticular para determinar la salida de sangre o grasa por los orificios practicados (fig. 6).

Figura 1.

Imagen intraoperatoria de la cadera derecha desde el portal anterolateral. Medición del tamaño de la lesión cartilaginosa con instrumental introducido por el portal medioanterior. El espacio entre las marcas es de 5mm.

(0.06MB).
Figura 2.

Imagen intraoperatoria de la cadera izquierda desde el portal anterolateral. Desbridamiento con pinza de la lesión cartilaginosa con instrumental introducido por el portal medioanterior.

(0.05MB).
Figura 3.

Imagen intraoperatoria de la cadera izquierda desde el portal anterolateral. Desbridamiento con motor oscilante de la lesión cartilaginosa con instrumental introducido por el portal medioanterior.

(0.06MB).
Figura 4.

Imagen intraoperatoria de la cadera derecha desde el portal anterolateral. Resección de la capa de tejido calcificado con cureta introducida por el portal medioanterior.

(0.06MB).
Figura 5.

Imagen intraoperatoria de la cadera derecha desde el portal anterolateral. Realización de microfracturas con instrumental introducido por el portal medioanterior.

(0.07MB).
Figura 6.

Imagen intraoperatoria de la cadera derecha desde el portal anterolateral. Sangrado por las microfracturas tras cortar el flujo de líquido intraarticular.

(0.06MB).

A continuación, se exploraba el compartimento periférico. Si se detectaban lesiones cartilaginosas de espesor completo a nivel de la cabeza femoral, se procedía a realizar microfracturas con la misma técnica que a nivel acetabular. La lesión tipo cam se trataba mediante osteoplastia bajo visión directa y fluoroscópica. La cápsula articular se reparaba sistemáticamente con puntos simples.

Manejo postoperatorio

Los pacientes eran dados de alta a las 24h. La movilidad pasiva se iniciaba en el momento del alta, con restricción de las rotaciones de cadera durante 4 semanas. El protocolo rehabilitador específico fue idéntico en ambas cohortes. No se utilizaron ortesis restrictoras de movilidad.

En todos los casos se permitió la carga parcial asistida con 2 muletas; en la cohorte de microfracturas, durante 8 semanas, y en la de pacientes sin lesión cartilaginosa, durante 4 semanas.

Análisis estadístico

El análisis estadístico se realizó con el programa SPSS, versión 18.0 (SPSS Inc., Chicago, EE. UU.). Se consideraron significativos los valores de p iguales o menores de 0,05. Para determinar la distribución normal se usó la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Para la comparación de variables continuas se utilizaron las pruebas de t-Student o U de Mann-Whitney, y para variables categóricas, la prueba de chi-cuadrado en aquellas con distribución normal o la de Mantel-Haenszel para datos no paramétricos.

Resultados

La cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo constaba de 31 caderas. La edad media era de 39 años (DE 7,2; rango 21 a 50). Había bilateralidad en 12 pacientes. Por sexos, 16 eran varones y 3, mujeres. En la cohorte de 49 pacientes sin lesión cartilaginosa la edad media era de 38,4 años (DE 7,7; rango 18 a 50 años). Había bilateralidad en 12 pacientes. Por sexos, 25 eran varones y 12, mujeres.

No había diferencias significativas entre ambas cohortes con respecto a la edad, la bilateralidad, el sexo, el lado, el peso, la talla, el índice de masa corporal, el tiempo de evolución de la sintomatología, el nivel de actividad física y el tipo de CFA. Las variables radiológicas eran similares con respecto a la altura articular, el ángulo de cobertura acetabular y el ángulo de Tönnis. Sin embargo, el valor medio del ángulo alfa y el porcentaje de pacientes con grado de degeneración articular Tönnis 1 era mayor en la cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo, siendo ambas diferencias significativas (tabla 1).

Tabla 1.

Datos generales de la serie

    Cohorte con lesión cartilaginosa de espesor completo  Cohorte sin lesión cartilaginosa 
N31  49   
Edad (años)39±7,2  38,4±7,7  0,76 
Bilateralidad12  12  1,0 
SexoHombres  15  34  0,30
Mujeres  15 
Peso (kg)77,8±14,8  70,8±13,0  0,14 
Talla (m)1,70±0,08  1,75±0,7  0,06 
IMC (kg/m2)25,0±3,7  24,2±2,9  0,47 
Tiempo de evolución (meses)*20,5±18,9  19,7±19,2  0,84 
Tegner±6Sí  25  33  0,19
No  16 
Tipo de choqueCam  16  24  0,37
Cam+pincer  15  22 
Pincer 
Altura articular (mm)4,6±0,9  4,8±0,7  0,35 
Ángulo alfa (°)65,3±10,0  59,9±10,2  0,03 
Ángulo cobertura acetabular (°)33,5±6,1  35,5±6,7  0,36 
Ángulo Tönnis (°)7,2±4,1  6,2±3,8  0,51 
Grado Tönnis10  32  0,006
21  17 
*

Tiempo de evolución desde el inicio de la sintomatología en meses.

Durante la CAC, en la cohorte con lesión cartilaginosa de espesor completo se detectó lesión tipo cam en todas las caderas (100%), lesión tipo pincer en 15 caderas (48,3%), rotura labral en 24 caderas (77,4%), degeneración labral en 4 caderas (12,9%) y afección tendinosa del psoas en 3 caderas (9,6%). En la cohorte sin lesión cartilaginosa, la lesión tipo cam estaba presente en 46 caderas (93,8%), la lesión tipo pincer en 25 caderas (51,0%), la rotura labral en 36 caderas (73,4%), la degeneración labral en 7 caderas (14,2%) y la afección tendinosa del psoas en 6 caderas (12,2%). Los procedimientos quirúrgicos asociados durante la CAC se describen en la tabla 2.

Tabla 2.

Procedimientos quirúrgicos asociados durante la cirugía artroscópica de cadera

  Cohorte con lesión cartilaginosa de espesor completo  Cohorte sin lesión cartilaginosa 
Osteoplastia femoral  31  46  0,16 
Osteoplastia acetabular  15  25  0,81 
Sutura labral  24  36  0,11 
Desbridamiento labral  0,86 
Tenotomía psoas  0,72 

El tamaño medio de la lesión cartilaginosa de espesor completo era de 19,4mm de longitud (DE 9; rango 11 a 30mm) y de 12,2mm de anchura (DE 7; rango 10 a 30mm). Su localización en 19 caderas (61,3%) era en la zona 2 y 3, en 8 caderas (25,8%) en la zona 2, en 3 caderas (9,7%) en la zona 3 y en una cadera (3,2%) en la zona 1. Todas las lesiones se localizaban a nivel de la unión condrolabral. El área media de la lesión cartilaginosa de espesor completo era de 222mm2 (DE 75; rango 75 a 450mm2). En 9 caderas (29%) el área era mayor de 400mm2. Solo un paciente presentaba lesión cartilaginosa a nivel de la cabeza femoral, que era de 5mm de ancho por 10mm de largo.

El seguimiento medio fue de 36,2 meses (DE 21,3; rango 12 a 84 meses) en la cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo y de 36,6 meses (DE 24,5; rango 12 a 84 meses) en la cohorte de pacientes sin lesión cartilaginosa, diferencias que no resultaron estadísticamente significativas (p=0,90).

La puntuación media se incrementó significativamente en ambas cohortes en los cuestionarios de valoración clínica entre el valor preoperatorio y al final del seguimiento. Al analizar estos valores entre ambas cohortes, las diferencias no eran significativas (tabla 3). No hubo relación significativa entre el área de la lesión cartilaginosa y los cuestionarios de valoración clínica preoperatoria ni al final del seguimiento (p>0,05). La figura 7 muestra la evolución de los valores medios de puntuación en los cuestionarios de valoración clínica durante el seguimiento.

Tabla 3.

Resultados funcionales de ambas cohortes en los diferentes cuestionarios de valoración clínica

    Cohorte con lesión cartilaginosa de espesor completo  Cohorte sin lesión cartilaginosa 
mHHS  Preoperatorio  77,4±15,0  75,1±15,6  0,44 
  Final seguimiento  92,5±10,7  93,5±8,1  0,78 
  0,02  0,01   
HOS-AVDPreoperatorio  65,0±21,1  62,5±21,6  0,66 
Final seguimiento  85,5±16,4  78,8±24,4  0,47 
  0,001  0,03   
HOS-SSSPreoperatorio  35,2±27,5  30,9±22,7  0,54 
Final seguimiento  73,3±26,6  69,1±33,7  0,41 
  <0,001  <0,001   
iHOT-12Preoperatorio  38,5±22,6  34,9±19,7  0,58 
Final seguimiento  67,7±24,8  61,3±32,5  0,26 
  0,001  0,01   
Figura 7.

Evolución de la puntuación media en los cuestionarios de valoración clínica.

(0.34MB).

La función de la cadera afecta percibida por el paciente en ambas cohortes se refleja en la tabla 4. Preoperatoriamente, la función de la cadera era anormal o severamente anormal en 27 caderas (87,0%) en la cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo, frente a 39 caderas (79,5%) en la cohorte de pacientes sin lesión cartilaginosa. Al final del seguimiento, el número de caderas disminuyó a 5 (16,1%) en la cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo, y a 8 (16,3%) en la cohorte de pacientes sin lesión cartilaginosa. Las diferencias en ambas cohortes entre la función de la cadera preoperatoria y al final del seguimiento fueron estadísticamente significativas (p<0,001). El área de la lesión cartilaginosa no se relacionó significativamente con la función de la cadera afecta percibida por el paciente preoperatoriamente ni al final del seguimiento (p>0,05).

Tabla 4.

Función de la cadera afecta según la valoración subjetiva del paciente en ambas cohortes

    Cohorte con lesión cartilaginosa de espesor completo  Cohorte sin lesión cartilaginosa 
NormalPreoperatorio 
6 meses 
12 meses  16 
24 meses  12 
Final seguimiento  11  16 
Cercana a lo normalPreoperatorio  10 
6 meses  23  25 
12 meses  12  33 
24 meses  18  21 
Final seguimiento  14  25 
AnormalPreoperatorio  18  30 
6 meses  17 
12 meses  10 
24 meses  16 
Final seguimiento 
Severamente anormalPreoperatorio 
6 meses 
12 meses 
24 meses 
Final seguimiento 

No se registraron complicaciones relacionadas con la técnica de microfracturas. En la cohorte con lesión cartilaginosa de espesor completo, un paciente precisó reintervención quirúrgica a los 19 meses de la CAC mediante la implantación de una prótesis total de cadera. Se trataba de un paciente varón de 45 años de edad con una lesión cartilaginosa de espesor completo de 12mm de ancho por 40mm de largo (área 480mm2), y una lesión cartilaginosa de espesor completo en la cabeza femoral de 5mm de ancho por 10mm de largo.

Discusión

Los hallazgos más importantes de nuestro estudio fueron: 1) el tratamiento de la lesión cartilaginosa de espesor completo mediante microfracturas permite una mejoría significativa en los cuestionarios de valoración utilizados, que se mantiene durante el seguimiento del estudio; 2) no existen diferencias significativas con una cohorte de pacientes sin lesión cartilaginosa; 3) el mayor incremento de la puntuación en los cuestionarios de valoración clínica se produce en los 6 primeros meses.

La indicación de las microfracturas referida en la literatura comprende las lesiones cartilaginosas de espesor completo, focales y contenidas, de tamaño menor de 400mm211,13,15. En el contexto del CFA, la lesión cartilaginosa acetabular se inicia a nivel condrolabral, por lo que se recomienda la reparación previa del labrum como método de contención del coágulo que se forma tras la realización de las microfracturas13. Diferentes publicaciones refieren buenos resultados del tratamiento con microfracturas en lesiones cartilaginosas de espesor completo con seguimientos a corto plazo. Byrd y Jones exponen un incremento de 20 puntos en el mHHS (de 65 a 85) en su serie de 58 pacientes, con un seguimiento medio de 16 meses (rango 12 a 24 meses)30. Domb et al. indican una mejoría significativa en los cuestionarios de valoración utilizados (mHHS, NAHS, HOS-ADL) en 30 pacientes con un seguimiento medio de 35 meses (rango 20 a 50 meses)31. Posteriormente, Domb et al. comparan los resultados clínicos de 79 pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo tratados mediante microfracturas con 158 pacientes sin lesión cartilaginosa con un seguimiento mínimo de 2 años, y no encuentran diferencias significativas entre ambos grupos10. Y Lodhia et al.12 tampoco encuentran diferencias significativas entre 35 pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo tratados mediante microfracturas con 70 pacientes sin lesión cartilaginosa, con un seguimiento medio de 36 meses (rango 24 a 55 meses). MacDonald et al.15 y Marquez-Lara et al.11 publicaron revisiones sistemáticas del resultado de las microfracturas en los pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo en el CFA. Se seleccionaron 12 estudios que incluían 267 pacientes, y en 11 de los 12 estudios referían resultados satisfactorios a un seguimiento medio de 29,5 meses (rango 4 a 60 meses). Fontana y de Girolamo32 compararon los resultados de 42 pacientes tratados mediante microfracturas con 55 pacientes tratados mediante la técnica autologous matrix-induced chondrogenesis, con un seguimiento a 5 años. Ambos grupos mejoraron significativamente en el mHHS a los 6 y 12 meses, sin embargo, refieren un empeoramiento posterior en los pacientes tratados mediante microfracturas, especialmente en las lesiones mayores de 400mm2. En nuestra serie de cohortes comparativa no hemos encontrado diferencias significativas en los cuestionarios de valoración clínica utilizados, con un seguimiento medio de 36 meses (rango 12 a 84 meses).

El sangrado tras la realización de las microfracturas permite seleccionar células pluripotenciales del hueso esponjoso profundo con capacidad para diferenciarse en condrocitos y regenerar el tejido condral, rellenando el defecto articular. Karthikeyan et al.33 realizaron una CAC de revisión en 20 pacientes a los 17 meses de media tras las microfracturas, con un relleno medio de la lesión del 93%, y definiendo el cartílago como macroscópicamente estable. En 2 pacientes tomaron biopsia del tejido de relleno que informó de fibrocartílago con fibras de colágeno distribuidas en una matriz extracelular. Philippon et al.34 indican resultados similares de relleno en 8 pacientes con una cobertura de la lesión de entre el 95 y el 100% a los 20 meses de seguimiento medio.

La mayoría de los estudios recomiendan carga parcial con muletas tras la realización de las microfracturas. El período de carga parcial se establece entre 4 y 16 semanas. Los protocolos de rehabilitación son variados, sin determinar cuál es el idóneo para este grupo de pacientes11,15.

La técnica de microfracturas es un procedimiento seguro. MacDonald et al.15 refieren en su revisión sistemática un 0,7% de complicaciones en 297 pacientes. En nuestra serie no hemos registrado ninguna complicación asociada al procedimiento.

La necesidad de reintervención quirúrgica tras las microfracturas se establece en un 1,1% a un seguimiento medio de 29 meses en 267 pacientes, según la revisión sistemática de MacDonald et al.15. Sin embargo, Domb31 publica un 6,6% de conversión a artroplastia total de cadera (ATC) y un 6,6% de CAC de revisión, en 30 pacientes con un seguimiento medio de 35 meses. Lodhia et al.12 refieren un 8,6% de conversión a ATC y un 20% de CAC de revisión, en 35 pacientes con un seguimiento medio de 36 meses. Domb et al.10 indican un 12,6% de conversión a ATC en 79 pacientes con un seguimiento medio de 24 meses. Y Fontana y de Girolamo32, un 7,8% de conversión a ATC en 77 pacientes con un seguimiento mínimo de 36 meses. Los factores de riesgo relacionados con la conversión a ATC descritos por Fontana y de Girolamo son la presencia de lesión tipo cam, el tamaño del defecto cartilaginoso mayor de 400mm2, la asociación con lesión cartilaginosa de la cabeza femoral y un valor preoperatorio en el mHHS menor de 50 puntos32. En nuestra serie hubo un 3,2% de conversión a ATC con un seguimiento medio de 36 meses.

Nuestro estudio presenta algunas limitaciones. Dado que a los pacientes con microfracturas también se les han realizado otros procedimientos quirúrgicos añadidos, es prácticamente imposible conocer el efecto de las microfracturas en el resultado clínico final. La serie es corta en el número de casos y el seguimiento es a corto plazo. Las cohortes no eran comparables con respecto al grado de degeneración articular según la escala de Tönnis, y en la cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo había un 70% de pacientes Tönnis 1, frente a un 34,6% en la cohorte de pacientes sin lesión cartilaginosa.

Como fortalezas cabe destacar que se trata de un estudio prospectivo de cohortes en el que se han utilizado 4 cuestionarios de valoración clínica, con el objetivo de incrementar la evidencia científica en el resultado final de este grupo de pacientes35.

Conclusión

Los resultados clínicos de una cohorte de pacientes con lesión cartilaginosa de espesor completo en el CFA tratados mediante microfracturas son similares a una cohorte de pacientes sin lesión cartilaginosa a los 36 meses de seguimiento medio. Se necesita un mayor seguimiento de la cohorte para determinar la estabilidad de los resultados clínicos obtenidos.

Nivel de evidencia

Nivel de evidencia iii.

Responsabilidades éticasProtección de personas y animales

Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos

Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado

Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Conflicto de intereses

Los autores declaran que no existe ningún conflicto de intereses.

Bibliografía
[1]
A. Bedi, B.T. Kelly.
Femoroacetabular impingement.
J Bone Joint Surg Am, 95 (2013), pp. 82-92
[2]
Marín O, director. Choque femoroacetabular. Madrid: Fundación Mapfre, Ediciones Díaz de Santos; 2010.
[3]
J.A. Buckwalter.
Articular cartilage: Injuries and potential for healing.
J Orthop Sports Phys Ther., 28 (1998), pp. 192-202
[4]
Y. Yen, M.S. Kocher.
Chondral lesions of the hip. Microfracture and chondroplasty.
Sports Med Arthrosc Rev, 18 (2010), pp. 83-89
[5]
E.J. Griffiths, V. Khanduja.
Hip arthroscopy: Evolution, current practice and future developments.
Int Orthop, 36 (2012), pp. 1115-1121
[6]
O.R. Ayeni, B.A. Levy, V. Musahl, M.R. Safran.
Current state-of-the-art of hip arthroscopy.
Knee Surg Sports Traumatol Arthrosc., 22 (2014), pp. 711-713
[7]
J. Más Martínez, J. Sanz-Reig, C.M. Verdú Román, D. Bustamante Suárez de Puga, M. Morales Santías, E. Martínez Giménez.
Lesión cartilaginosa del reborde acetabular en estadios Tönnis 0 y 1: incidencia, grado, localización y factores preoperatorios asociados.
Rev Esp Cir Ortop Traumatol, 61 (2017), pp. 154-161
[8]
K. Mithoefer, T. McAdams, R.J. Williams, P.C. Kreuz, B.R. Mandelbaum.
Clinical efficacy of the microfracture technique for articular cartilage repair in the knee: An evidence-based systematic analysis.
Am J Sports Med., 37 (2009), pp. 2053-2063
[9]
A. Gobbi, G. Karnatzikos, A. Kumar.
Long-term results after microfracture treatment for full-thickness knee chondral lesions in athletes.
Knee Surg Sports Traumatol Arthrosc., 22 (2014), pp. 1986-1996
[10]
B.G. Domb, A. Gupta, K.F. Dunne, C. Gui, S. Chandrasekaran, P. Lodhia.
Microfracture in the hip: Results of a matched-cohort controlled study with 2-year follow-up.
Am J Sports Med., 43 (2015), pp. 1865-1874
[11]
A. Marquez-Lara, S. Mannava, E.A. Howse, A.V. Stone, A.J. Stubbs.
Arthroscopic management of hip chondral defects: A systematic review of the literature.
Arthroscopy, 32 (2016), pp. 1435-1443
[12]
P. Lodhia, C. Gui, S. Chandrasekaran, C. Suarez-Ahedo, S.P. Vemula, B.G. Domb.
Microfracture in the hip: A matched-control study with average 3-year follow-up.
J Hip Preserv Surg., 2 (2015), pp. 417-427
[13]
C. Mella, A. Nuñez, I. Villalón.
Treatment of acetabular chondral lesions with microfracture technique.
[14]
E.C. Makhni, A.V. Stone, G.C. Ukwuani, W. Zuke, T. Garabekyan, O. Mei-Dan, et al.
A critical review: management and surgical options for articular defects in the hip.
Clin Sports Med, 36 (2017), pp. 573-586
[15]
A.E. MacDonald, A. Bedi, N.S. Horner, D. de Sa, N. Simunovic, M.J. Philippon, et al.
Indications and outcomes for microfracture as an adjunct to hip arthroscopy for treatment of chondral defects in patients with femoroacetabular impingement: A systematic review.
Arthroscopy., 32 (2016), pp. 190-200
[16]
J.W. Byrd, K.S. Jones.
Prospective analysis of hip arthroscopy with 2-year follow-up.
Arthroscopy., 16 (2000), pp. 578-587
[17]
R.L. Martin, M.J. Philippon.
Evidence of validity for the hip outcome score in hip arthroscopy.
Arthroscopy., 23 (2007), pp. 822-826
[18]
R. Seijas, A. Sallent, M.A. Ruiz-Ibán, O. Ares, O. Marín-Peña, R. Cuéllar, et al.
Validation of the Spanish version of the Hip Outcome Score: A multicenter study.
Health Qual Life Outcomes., 12 (2014), pp. 70
[19]
D.R. Griffin, N. Parsons, N.G. Mohtadi, M.R. Safran.
A short version of the International Hip Outcome Tool (iHOT-12) for use in routine clinical practice.
Arthroscopy., 28 (2012), pp. 611-616
[20]
Y. Tegner, J. Lisholm.
Rating systems in the evaluation of knee ligament injuries.
Clin Orthop., 198 (1985), pp. 43-49
[21]
M.J. Philippon, K.K. Briggs, Y.M. Yen, D.A. Kuppersmith.
Outcomes following hip arthroscopy for femoroacetabular impingement with associated chondrolabral dysfunction: Minimum two-year follow-up.
J Bone Joint Surg., 91 (2009), pp. 16-23
[22]
D. Tönnis.
Normal values of the hip joint for the evaluation of x-rays in children and adults.
Clin Orthop Relat Res., 119 (1976), pp. 39-47
[23]
J. Más Martínez, M. Morales-Santías, D. Bustamante Suarez de Puga, J. Sanz-Reig.
La cirugía artroscópica de cadera en deportistas varones menores de 40 años con choque femoroacetabular: resultado a corto plazo.
Rev Esp Cir Ortop Traumatol., 58 (2014), pp. 343-350
[24]
C.M. Larson.
Arthroscopic management of pincer-type impingement.
Sports Med Arthrosc Rev., 18 (2010), pp. 100-107
[25]
M.T. Freehill, M.R. Safran.
The labrum of the hip: Diagnosis and rationale for surgical correction.
Clin Sports Med., 30 (2011), pp. 293-315
[26]
C.N. Anderson.
Iliopsoas pathology, diagnosis, and treatment.
Clin Sports Med., 35 (2016), pp. 419-433
[27]
M.R. Safran, S. Hariri.
Hip arthroscopy assessments tools and outcomes.
Oper Tech Orthop., 20 (2010), pp. 264-277
[28]
V.M. Ilizaliturri, T. Byrd, T.G. Sampson, C.A. Guanche, M.J. Philippon, B.T. Kelly, et al.
A geographic zone method to describe intra-articular pathology in hip arthroscopy: Cadaveric study and preliminary report.
Arthroscopy., 24 (2008), pp. 534-539
[29]
K. Crawford, M.J. Philippon, J.K. Sekiya, W.G. Rodkey, J.R. Steadman.
Microfracture of the hip in athletes.
Clin Sports Med., 25 (2006), pp. 327-335
[30]
J.W. Byrd, K.S. Jones.
Arthroscopic femoroplasty in the management of cam type femoroacetabular impingement.
Clin Orthop Relat Res., 467 (2009), pp. 739-746
[31]
B.G. Domb, Y.F. El Bitar, D. Lindner, T.J. Jackson, C.E. Stake.
Arthroscopic hip surgery with a microfracture procedure of the hip: Clinical outcomes with two-year follow-up.
Hip Int., 24 (2014), pp. 448-456
[32]
A. Fontana, L. de Girolamo.
Sustained five-year benefit of autologous matrix-induced chondrogenesis for femoral acetabular impingement-induced chondral lesions compared with microfracture treatment.
Bone Joint J., 97-B (2015), pp. 628-635
[33]
S. Karthikeyan, S. Roberts, D. Griffin.
Microfracture for acetabularchondral defects in patients with femoroacetabular impingement: Results at second-look arthroscopic surgery.
Am J Sports Med., 40 (2012), pp. 2725-2730
[34]
M.J. Philippon, M.L. Schenker, K.K. Briggs, R.B. Maxwell.
Can microfracture produce repair tissue in acetabular chondral defects?.
Arthroscopy., 24 (2008), pp. 46-50
[35]
P. Lodhia, G.P. Slobogean, V.K. Noonan, M.K. Gilbart.
Patient-reported outcome instruments for femoroacetabular impingement and hip labral pathology: A systematic review of the clinimetric evidence.
Arthroscopy., 27 (2011), pp. 279-286
Copyright © 2018. SECOT
Descargar PDF
Opciones de artículo
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos