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Vol. 49. Núm. 2.
Páginas 90-94 (marzo 2005)
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Tratamiento de las fracturas de la clavícula distal. Nueva alternativa quirúrgica
Treatment of fractures of distal clavicle. New surgical alternative
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JM. Lópeza, C. Torrensa
a Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología IMAS. Hospitales del Mar y la Esperanza. Barcelona.
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Objetivo. Análisis del resultado para el tratamiento de las fracturas del tercio externo de la clavícula Tipo II de Neer, con una alternativa quirúrgica consistente en la sutura transósea de los fragmentos fracturarios, sutura de los ligamentos coracoclaviculares y plicatura de la fascia deltotrapezoidea. Material y método. Estudio retrospectivo de 9 fracturas inestables del tercio externo clavicular, que afectaban a 3 mujeres y 6 varones de edades comprendidas entre los 14 y los 27 años (edad media 20,5 años). A todos los pacientes se les practicó un estudio radiológico prequirúrgico, postquirúrgico inmediato y tras la consolidación. Tratamiento en todos los casos mediante la misma técnica quirúrgica estandarizada. Evaluación funcional final mediante la escala de valoración de Constant. Seguimiento mínimo de un año y máximo de 5 años. Resultados. En todos los casos la consolidación radiológica se apreció entre la sexta y la octava semana posterior a la intervención y el nivel funcional y el balance articular previos a la lesión se alcanzaron entre la décima y la duodécima semana tras el procedimiento quirúrgico. La puntuación media utilizando la escala funcional de Constant fue de 92,5 en el último control clínico realizado durante el seguimiento (de uno a 5 años). Conclusiones. Por los resultados obtenidos, esta técnica parece ser una opción efectiva y relativamente simple para el tratamiento de este tipo de fracturas. Respecto a otras técnicas descritas evita la necesidad de una segunda intervención para la retirada de material.
Palabras clave:
fractura, clavícula, sutura
Aim. Analysis of the results obtained in Neer type II fractures of the distal third of the clavicle using a surgical alternative consisting of transosseous suture of fracture fragments, suture of coracoclavicular ligaments, and plicature of the deltotrapezoid fascia. Materials and methods. Retrospective study of 9 unstable fractures of the distal third of the clavicle in 3 women and 6 men (age range 14 to 27 years, mean age 20.5 years). Radiological studies were made of all patients before surgery, immediately after surgery, and after bone healing. The same standard surgical technique was used in all cases. The final functional evaluation was made using the Constant scale. The minimum follow-up was 1 year and the maximum, 5 years. Results. Radiologic consolidation was achieved in every patient 6 to 8 weeks after surgery and preoperative functionality and balance were recovered 10 to 12 weeks after surgery. The mean Constant functional score was 92.5 in the last clinical evaluation of follow-up (1-5 years). Conclusions. The results confirm this technique as an effective and relatively simple option for treating this type of fracture. It has the advantage over other techniques of avoiding the need for a second surgical procedure to remove hardware.
Keywords:
fracture, clavicle, suture
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Las fracturas de clavícula representan el 44% de las lesiones de la cintura escapular y el 5% de todas las lesiones esqueléticas1. En el tercio distal de la clavícula se localizan, aproximadamente, el 10%-15% de todas las fracturas cla-

viculares1-4. Los mecanismos de producción de las fracturas de clavícula incluyen el impacto directo sobre la región del hombro (94%) y la caída con brazo y mano extendidos (6%), sin correlación entre la zona fracturada y el mecanismo lesional5.

Neer4 clasifica las fracturas distales de la clavícula en dos categorías principales que dependen de la integridad, o de la ruptura y desconexión de los ligamentos coracoclaviculares con el fragmento proximal. El Tipo I es una fractura estable en la cual no se pierde la conexión ligamentosa entre la apófisis coracoides y el fragmento clavicular proximal; el Tipo II es una fractura inestable asociada a la pérdida de conexión ligamentosa entre la apófisis coracoides y el fragmento proximal de la clavícula.

La proporción de fracturas inestables del tercio externo clavicular oscila entre el 29% y el 35%6,7. El Tipo III tiene las mismas características que el Tipo I, con la salvedad de que el trazo fracturario afecta a la superficie articular del tercio externo clavicular. El retraso de la consolidación y la no unión tienen una incidencia alta en las fracturas Tipo II, a causa de la inestabilidad asociada a la desconexión entre los ligamentos coracoclaviculares y el fragmento proximal de la clavícula8-11. Edwards9 informa de un 45% de retraso de la consolidación y un 30% de no unión en este tipo de fractura. A ello contribuye que el fragmento proximal se desplaza hacia arriba y hacia atrás y que el músculo trapecio se interpone frecuentemente entre los fragmentos fracturarios3.

A diferencia de las fracturas en las que la conexión de los ligamentos coracoclaviculares con el fragmento proximal de la clavícula se mantiene, las fracturas Tipo II de Neer del tercio externo clavicular requieren a menudo reducción abierta y fijación interna10. Se han descrito diferentes técnicas, pero ninguna ha sido aceptada de forma unánime. Métodos propuestos como síntesis con agujas de Kirschner4,11, fijación interna con placa atornillada12, tornillo coracoclavicular2, lazada coracoclavicular alrededor de la base de la apófisis coracoides13,14 y cerclaje alámbrico clavicular11, no están exentos de potenciales complicaciones11,15-19.

El objetivo de este estudio es presentar una alternativa quirúrgica para el tratamiento de las fracturas del tercio externo de la clavícula Tipo II de Neer, consistente en la sutura transósea de los fragmentos fracturarios, sutura de los ligamentos coracoclaviculares y plicatura de la fascia deltotrapezoidea.

MATERIAL Y MÉTODO

Se ha realizado un estudio retrospectivo de 9 fracturas inestables del tercio externo clavicular tratadas desde el mes de abril de 1996 hasta el mes de marzo de 2001, que afectaron a 3 mujeres y 6 varones de edades comprendidas entre los 14 y los 27 años (edad media 20,5 años). Tres casos correspondientes a clavícula derecha y 6 a la izquierda. El mecanismo lesional fue caída sobre el hombro en todas las ocasiones. La lesión se produjo como consecuencia de 3 accidentes deportivos y 6 accidentes de tránsito. En ningún caso se vio afectada la superficie articular externa de la clavícula lesionada (figs. 1 y 2).

Figura 1. Caso clínico 1. Imagen preoperatoria de una fractura de clavícula distal con trazo oblicuo largo.

Figura 2. Caso clínico 2. Imagen preoperatoria de una fractura de clavícula distal con trazo muy vertical y fragmento distal pequeño.

En 7 ocasiones se produjo ruptura de los ligamentos coracoclaviculares y en 2 se mantuvo la integridad de los mismos, que vino condicionada por la marcada oblicuidad de la línea de fractura, cuya dirección era de arriba hacia abajo y de lateral hacia medial. En estos 2 casos los ligamentos permanecieron anclados en el fragmento distal, pero desconectados del fragmento proximal, de tal manera que el aspecto de la fractura era similar al de la fractura fisaria distal de clavícula que puede observarse en niños, en la que el fragmento proximal de la clavícula sale de su envoltura perióstica, atravesándola hacia arriba, mientras los ligamentos coracoclaviculares permanecen indemnes sujetando dicha envoltura20-22.

Técnica quirúrgica

Paciente bajo anestesia general y en posición semisentado, incisión perpendicular a la clavícula sobre el foco fracturario en dirección a la apófisis coracoides, disección en la zona de transición deltotrapezoidea siguiendo el eje longitudinal de la clavícula, visualización y limpieza del foco fracturario, reducción de la fractura, sutura transósea de los fragmentos fracturarios con hilo irreabsorbible (Perlón n.o 5, Ethibond® 1 mm) pasada a través de perforaciones realizadas con broca de 3,2 mm (fig. 3), sutura de los ligamentos coracoclaviculares con Vicryl 2/0 (excepto en el primer23 y cuarto casos, en los que mantuvieron su integridad permaneciendo anclados al fragmento distal) y plicatura-imbricación de la fascia deltotrapezoidea23. Durante la intervención se evidenció, en todas las ocasiones, la interposición del músculo trapecio entre los fragmentos óseos. Posteriormente, la extremidad se inmovilizó durante 4-6 semanas con un vendaje en rotación interna tipo Gillchrist, tras las cuales se inició la movilidad pasiva (fig. 4).

Figura 3. Esquema de la lazada transósea interfragmentaria realizada craneocaudalmente en el extremo medial (y a la inversa en el lateral) para obtener la reducción en el anudado.

Figura 4. Caso clínico 1. Imagen postoperatoria inmediata con buena reducción fracturaria.

A todos los pacientes se les realizó un estudio radiológico prequirúrgico, postquirúrgico inmediato y seguimiento hasta la consolidación, a intervalos de 2 semanas, consistente en una proyección anteroposterior y otra de perfil en el plano de la escápula. Pre y postoperatoriamente, se realizó la medición de la distancia córaco-clavicular mediante la perpendicular de la tangente al plano superior de la coracoides hasta su contacto con la cara inferior de la clavícula. La evaluación funcional se obtuvo mediante la valoración a través de la escala de Constant24. El seguimiento posterior osciló entre un mínimo de un año y un máximo de 5 años (media de 2,67 años).

RESULTADOS

La consolidación radiológica se objetivó en todos los pacientes entre la sexta y la octava semana posterior a la intervención quirúrgica (figs. 5 y 6). En ningún caso se evidenció pérdida de reducción radiológica. La distancia radiológica córaco-clavicular media prequirúrgica en el lado afecto fue de 2,15 cm (2-2,50 cm), mientras que en el control radiológico al final del seguimiento fue de 0,91 cm (0,50-1,10 cm). A pesar de ello, debe relativizarse el valor de estas medidas porque sólo contemplan el desplazamiento craneal del fragmento medial, pero no su desplazamiento hacia atrás. La reinserción a las actividades previas a la lesión se produjo entre la décima y la decimosegunda semana tras el procedimiento quirúrgico.

Figura 5. Caso clínico 1. Imagen tras la consolidación, sin pérdida de reducción.

Figura 6. Caso clínico 2. Imagen tras la consolidación, con buena alineación fracturaria.

La puntuación funcional media utilizando la escala funcional de Constant absoluto fue de 92,5 al año de la intervención (dolor: 15, actividades de la vida diaria: 20, movilidad: 38, fuerza: 19,5).

En ningún caso se produjeron complicaciones postquirúrgicas. Sólo en un caso, en el que el fragmento distal era muy conminuto, se produjo la consolidación con un callo hipertrófico.

DISCUSIÓN

Las fracturas del tercio externo de la clavícula tipo II de Neer son muy poco frecuentes y en la bibliografía revisada, las series suelen ser bastante cortas. Havránek20 publica en 1989 10 casos, Ballmer2 en 1991 5 casos, y Goldberg13 en 1997, 9 casos. Otras series más extensas, como la de Edwards9 y la de Eskola12 con 43 y 23 casos, corresponden a períodos de tiempo de 24 y 11 años respectivamente. La mayor parte de los autores están de acuerdo en que las fracturas Tipo II de Neer del tercio externo de la clavícula requieren a menudo tratamiento quirúrgico a causa de la elevada incidencia de no unión y retraso de la consolidación3,4,8-11,14. Los métodos previamente propuestos no están exentos de potenciales o probadas complicaciones. Abundante literatura refiere la migración hacia localizaciones insólitas de agujas de Kirschner11,15-17 utilizadas, así como degeneración artrósica. La lazada coracoclavicular con Mersilene14 o Dacron13, además de requerir una disección más amplia, puede producir fatiga/fractura de la apófisis coracoides19, así como la pseudoartrosis hipertrófica de la fractura clavicular18. La fijación interna utilizando placas atornilladas12 requiere una amplia exposición y desperiostización de la clavícula y, posteriormente, un nuevo acto quirúrgico para realizar la extracción del material de osteosíntesis, que también se asocia a la posibilidad de refractura. El cerclaje alámbrico11 es sólo posible en fracturas muy oblicuas y obliga a una segunda intervención para retirar el implante. Lo mismo ocurre con el tornillo coracoclavicular2, que debe ser retirado con posterioridad.

La sutura transósea entre los fragmentos fracturarios y sutura de los ligamentos coracoclaviculares, cuando hay ruptura de los mismos, asociadas a la plicatura-imbricación de la fascia deltotrapezoidea23, es una técnica relativamente simple, que proporciona una estabilidad inicial suficiente, a pesar de que precisa de una inmovilización de entre 4 y 6 semanas para prevenir el fallo de las suturas. Una técnica similar ha sido descrita recientemente por Levy25, realizada de manera percutánea, obteniendo resultados superponibles a los descritos, los autores, sin embargo, consideran que la plicatura de la fascia deltotrapezoidea representa una parte esencial del tratamiento, ya que en este tipo de lesiones suele estar desgarrada. Debido a que este tipo de fracturas suele producirse en una población joven, el período de inmovilización no ocasiona limitaciones funcionales a posteriori. Dado el carácter no rígido de la sutura transósea, es posible realizar una rehabilitación funcional completa sin restricciones, a diferencia de algunos sistemas de fijación rígidos, que precisan de su extracción una vez consolidada la fractura para poder obtener un arco de movilidad articular completo. Como ventaja comparativa respecto a otros métodos, también debemos considerar que no se precisa una segunda intervención para la retirada de material de síntesis.

En conclusión, por los resultados obtenidos, este método parece ser una alternativa eficaz y relativamente sencilla para el tratamiento de este tipo de fracturas.

Conflicto de intereses. Los autores no hemos recibido ayuda económica alguna para la realización de este trabajo. Tampoco hemos firmado ningún acuerdo por el que vayamos a recibir beneficios u honorarios por parte de alguna entidad comercial. Por otra parte, ninguna entidad comercial ha pagado ni pagará a fundaciones, instituciones educativas u otras organizaciones sin ánimo de lucro a las que estemos afiliados.

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