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Vol. 34. Núm. 90.
Páginas 9038-9041 (junio 1999)
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COMUNICACIONES ORALES - SALA EL MENTIDERO


Área Clínica

Sábado, 19 de junio, 9:00-11:00

Moderadores:

D. Fernando Veiga Fernández (Lugo)

D.ª Virginia Gutiérrez Rojas (Huelva)


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INTERVENCIÓN NUTRICIONAL EN UNA UNIDAD DE LARGA ESTANCIA PSICOGERIÁTRICA

Juaristi, S.; Echezarreta, B.; Igartua, A.; Urcelay, C.; Varona, M. A.; Carrillo, P.

Hospital San Juan de Dios. Servicio de Psicogeriatría. Mondragón (Guipúzcoa).

Introducción: Parece evidente que una adecuada intervención terapéutica nutricional deba partir de un conocimiento del estado nutricional, lo más exacto posible. Una vez conocido el estado nutricional, se hace necesario, antes de la intervención propiamente dicha:

1.º Valorar posibles causas de los estados deficitarios.

2.º Calcular las necesidades energéticas, de macronutrientes (principalmente componente protéico) y micronutrientes.

Con todos estos datos estaremos en disposición de poder prescribir un régimen nutricional más adecuado. No se debe olvidar, por otra parte, que todo programa nutricional necesita de una evaluación periódica.

Objetivo: Elaborar y poner en marcha un Programa Nutricional en una Unidad de Larga estancia psicogeriátrica.

Material y métodos: Nosotros hemos estudiado el estado nutricional de 71 pacientes, ingresados en una Unidad de Larga Estancia Psicogeriátrica, con EM: 72 años. Como instrumento de valoración del estado nutricional hemos elaborado uno propio resultante de la interrelación entre el MNA e IPN, que proporciona una graduación final del estado nutricional en cinco estadios: No Malnutrición (NM), Riesgo de Malnutrición (RM), Malnutrición Leve (ML), Malnutrición Moderada (MM), Malnutrición Importante (MI). El siguiente paso ha sido calcular las necesidades energéticas, de macro y micronutrientes, de los pacientes con alguna alteración nutricional. El tercer paso ha consistido en la prescripción del régimen nutricional, que se ha hecho en base a la dieta, principalmente de dos tipos: Dieta normalizada (dieta habitual, oral, completa, equilibrada y adaptada ­basal, triturada­ a la situación del paciente:) y Dieta suplementada (dieta normalizada + suplementos energéticos y/o proteicos).

Resultados: Los resultados estadísticos preliminares (primera valoración) constataban que el 87% de nuestros pacientes no presentaban déficits nutricionales, aunque más de la mitad de ellos, estaban en una situación de riesgo de malnutrición. El resto: 7% con déficit nutricional leve; 4% con déficit nutricional moderado y un paciente con déficit nutricional importante. Estamos a la espera de realizar una segunda valoración que nos permitirá evaluar la eficacia de la intervención nutricional.

Conclusiones: Si el objetivo de una adecuada alimentación en el paciente geriátrico es proporcionar una dieta completa, equilibrada y adaptada a su situación, es muy importante elaborar un programa nutricional que recorra los siguientes pasos:

1.º Valoración del estado nutricional lo más real posible.

2.º Estudiar causas de posibles déficits.

3.º Cálculo de necesidades.

4.º Aplicación de dieta nutricional adecuada.

5.º Evaluación y seguimiento de la intervención nutricional.

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VALORACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL EN UNA UNIDAD DE DEMENCIAS

Llopis, A.; Cunill, C.; Esporrín, L.; Cervera, A. M.

Centro Geriátrico Municipal. IMAS. Barcelona.

La demencia en fases avanzadas es un factor de riesgo de desnutrición: dentro de la valoración geriátrica integral de los pacientes con demencia es fundamental determinar su estado nutricional.

Objetivo: Valorar el estado nutricional de los pacientes ingresados en una unidad de demencias (UD), determinar la prevalencia de desnutrición, su relación con la ingesta deficiente y el estadio evolutivo de la demencia.

Pacientes y método: Pacientes diagnosticados de demencia e ingresados en una UD. Se registraron los siguientes parámetros antropométricos: peso, talla, índice de masa corporal (IMC), circunferencia del brazo (CB), Se recogieron también la edad, sexo, características de la ingesta (buena, regular, mala), estadio de la demencia según escala GDS de Reisberg y capacidad funcional según índice de Barthel. Se clasificaron los pacientes en los distintos estados nutricionales descritos: por el American Institute of Nutrition. Se consideraron afectos de desnutrición aquellos pacientes que presentaron los dos parámetros (IMC y CB) inferiores al percentil 10, para los valores de referencia de la población geriátrica española (Rev Esp Geriatr Gerontol 1993;28:243-256).

Resultados: Se evaluaron 50 pacientes. Edad media: 83 años (65-95). Estadio de la demencia: GDS 6: 27 (50,2%) y GDS 7: 23 (49,8%). Nivel de dependencia según índice de Barthel, d. total 30 (60%); severa 10 (20%) y moderada 10 (20%). Valoración de la ingesta: 8 (16%) ingesta regular o mala, 42 (84%) ingesta buena. Once de los 50 pacientes (22%) presentaron criterios clínicos de desnutrición. De los 23 pacientes con GDS 6 hubo tres (13%) con desnutrición y de los 27 p. con GDS 7 hubo 8 (29,6%) (chi cuadrado= 1,991; p= ns). Asimismo, la ingesta alimentaria se consideró correcta en 18 de los 23 p. con GDS 6 (78,2%), y en 23 de los 27 con GDS 7 (85,1%) (chi cuadrado 0,403; p= ns). Finalmente, de los nueve pacientes con ingesta insuficiente, hubo cuatro (44,4%) con desnutrición, mientras que de los cuatro con buena ingesta, únicamente había siete (17%) (chi cuadrado= 3,22; p< 0,05).

Conclusiones:

1. No existe asociación entre desnutrición y estadio evolutivo de la demencia (GDS 6 y 7), ni tampoco entre éste y la cantidad de la ingesta.

2. Existe una débil pero significativa asociación estadística entre ingesta insuficiente y la presencia de desnutrición de acuerdo con los parámetros nutricionales estudiados.

3. La prevalencia de desnutrición en ancianos con demencia evolucionada es elevada y parece estar relacionada más con la ingesta inadecuada que con la propia demencia.

4. Estas conclusiones no pueden generalizarse a otras poblaciones de ancianos con demencia, ya que se trata de una población seleccionada, muy evolucionada e institucionalizada.

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UTILIZACIÓN DE NUTRICIÓN PARENTERAL EN ANCIANOS

Camblor, M.; Bretón, I.; Cuerda, C.; García Peris, M.

Sección de Nutrición. Hospital General Universitario «Gregorio Marañón». Madrid.

Objetivo: Estudio retrospectivo de las características y complicaciones de los ancianos tratados con nutrición parenteral (NPT) respecto a los pacientes mas jóvenes.

Método: De los 42.987 ingresos habidos en nuestro hospital durante un año, 262 (0,6%) recibieron NPT (excluyendo UCI). Hemos dividido a los pacientes en tres grupos según la edad: grupo I (< 65 años), grupo II (65-80), grupo III (> 80). Se compararon los resultados mediante los test de chi2 y t-test considerándose diferencia significativa la p< 0,05.

Resultados: El porcentaje de pacientes tratados con NPT respecto al número de ingresos por cada grupo fue superior en los mayores de 65 años. En el 98% de los enfermos la NPT se administró a través de una vía central. Los pacientes de los grupos II y III presentaron una mayor frecuencia de diabetes y nefropatía respecto al grupo I, y menor frecuencia de infecciones por VIH. El aporte calórico y la cantidad de glucosa, grasas y nitrógeno fueron significativamente superiores en los pacientes del grupo I respecto a los grupos II y III. El porcentaje de pacientes que recibieron insulina fue superior en los grupos II y III. Por el contrario, no hubo diferencias en cuanto a la duración de NPT ni en la aparición de sepsis de catéter.

GruponKcal*Insulina %*Sepsis %díasNPT/ingresos*

I1321.78013,814,412,70,5
II971.61532,616,511,50,8
III331.43332,318,210,60,65

P< 0,001.

Conclusiones:

1. Se utilizó NPT más frecuentemente en los enfermos mayores de 65 años

2. A pesar que éstos presentaron una mayor frecuencia de hiperglucemia, diabetes y nefropatía, no hubo diferencias significativas en el número de sepsis de catéter.

3. Debido a la menor necesidad de calorías y nitrógeno en los pacientes ancianos, sería conveniente utilizar con mayor frecuencia la vía periférica.

4. La NPT en ancianos puede considerarse un soporte nutricional seguro.

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EVOLUCIÓN DE LA INCAPACIDAD DE LOS INGRESADOS EN UNA RESIDENCIA DE TITULARIDAD PÚBLICA

Anía Lafuente, B. J.; Suárez Almenara, J. L.; Betancort Mastrángelo, C. C.; Guerra Hernández, L.

Hospital Nuestra Señora del Pino y Residencia de Taliarte. Las Palmas y Telde (Gran Canaria).

Objetivos: Determinar los cambios en la incapacidad física o mental a lo largo del tiempo entre los ancianos ingresados en una Residencia, y los factores asociados a dichos cambios.

Método: Se obtuvieron los datos procedentes de la valoración geriátrica efectuada a los 230 ingresados en una Residencia Mixta durante la primera semana de febrero de 1999, y se compararon con los mismos datos de esos mismos residentes obtenidos en el momento de su ingreso. La valoración física y mental se llevó a cabo mediante las Escalas de Incapacidad Física y Mental de Cruz Roja. La dispersión de los datos cuantitativos se expresa como Desviación Estándar (DE).

Resultados: Los 230 ancianos estudiados fueron 86 (37,4%) varones y 144 (62,6%) mujeres, con un promedio de edad en febrero de 1999 de 81,1 años (DE: 8,2). De ellos 140 (60,9%) llevaban menos de cinco años ingresados, 49 (21,3%) entre 5 y 10 años, y 41 (17,8%) entre 10 y 15 años. La valoración físicas mejoró en tres residentes (1,3%), se mantuvo en 121 (54,0%) y empeoró en 100 (44,7%), no pudiendo ser valorada en seis casos por déficit sensorial o trastorno psiquiátrico. La valoración mental no mejoró en ningún caso, se mantuvo en 129 (61,7%) y empeoró en 80 (38,3%), no pudiéndose obtener una valoración pareada en 21 sujetos.

Los 107 que ingresaron como válidos tienen un promedio de estancia de 7,5 años (DE: 4,2) y un promedio de edad en febrero de 1999 de 80,7 años. De ellos hubo 43 (40,2%) que dejaron de ser válidos, pasado 21 a ser asistidos físicos, ocho a asistidos mentales, 12 a asistidos mixtos, uno a incapacitado psiquiátrico y uno a sensorial. Un ingresado como asistido físico fue recatalogado como válido tras tratamiento quirúrgico.

Conclusiones: Alrededor el 60% de los ancianos válidos mantienen la capacidad física y mental que tenían al ingreso en la Residencia tras un promedio de siete años y medio de estancia en la misma.

90

MORTALIDAD Y FACTORES ASOCIADOS EN ANCIANOS HOSPITALIZADOS POR ENFERMEDAD AGUDA. SEGUIMIENTO A CUATRO MESES

Alonso Álvarez, M.; Varela Suárez, C.; Gutiérrez Rodríguez, J.; Expósito Blanco, A.; Solano Jaurrieta, J. J.

Servicio de Geriatría. Hospital Monte Naranco. Oviedo.

Objetivo: Determinar la incidencia de mortalidad y los posibles factores asociados a la misma en una cohorte de ancianos hospitalizados en una nulidad de agudos.

Material y métodos: Se realizó un estudio epidemiológico, longitudinal y prospectivo en el que se incluyeron los pacientes ingresados en la Unidad de Agudos de un Servicio de Geriatría durante el período comprendido entre 16/2/98 y 15/5/98. Todos los pacientes fueron evaluados, durante las primeras 48 horas del ingreso mediante entrevista personal, y al mes y a los cuatro meses del alta hospitalaria mediante entrevista telefónica. El protocolo de estudio incluía variables sociodemográficas, clinicoasistenciales, funcionales y mentales. Como criterios de exclusión se consideraron enfermedad terminal o directamente incapacitante (ACVA). Análisis estadístico: Test de chi cuadrado y corrección de Yates para la comparación de proporciones, t de Student y test exacto de Fisher para la comparación de medias y análisis de regresión logística en el que se incluyeron las variables con relación estadísticamente significativa con la probabilidad de deterioro en el análisis inicial.

Resultados: Se incluyeron un total de 126 pacientes con una edad media de 81,2 ± 6,36 años, siendo el 54,8% mujeres. Las pérdidas sufridas fueron de 21,5%. La estancia media hospitalaria resultó ser de 6,36 ± 2,87 días.

a) Incidencia: La mortalidad durante todo el período de estudio fue del 22,2%.

b) Análisis bivariante: Resultaron ser factores asociados a la mortalidad la edad (83,59 vs 80,56 años), los índices de Barthel previo (51,6 vs 77,1 puntos) y en el momento del ingreso (24,7 vs 47,6), el Índice de Lawton (1,4 vs 3,4), la Escala de Cruz Roja (3,2 vs 1,9) y el Mini-Examen Cognoscitivo (11,2 vs 20,4).

c) Análisis multivariante: En el modelo de Regresión Logística permaneció únicamente como variable predictora de mortalidad el Mini-Examen Cognoscitivo en el momento del ingreso.

Conclusiones: En los ancianos seguidos durante el ingreso por enfermedad aguda y durante los cuatro meses posteriores objetivamos como factor independiente de riesgo de mortalidad a medio plazo el grado de deterioro cognitivo en el momento del ingreso (Mini-Examen Cognoscitivo). La ausencia de una valoración reglada puede, por lo tanto, hacernos perder capacidad pronóstica.

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REINGRESOS TRAS HOSPITALIZACIÓN POR ENFERMEDAD AGUDA EN UNA UNIDAD DE AGUDOS DE UN SERVICIO DE GERIATRÍA

Varela Suárez, C.; Alonso Álvarez, M.; Gutiérrez Rodríguez, J.; Fernández Fernández, M.; Solano Jaurrieta, J. J.

Servicio de Geriatría. Hospital Monte Naranco. Oviedo.

Objetivos: Conocer la incidencia de reingresos de los pacientes dados de alta de una unidad de agudos de un Servicio de Geriatría, y determinar las variables asociadas a riesgo de rehospitalización.

Material y métodos: Estudio epidemiológico longitudinal y prospectivo.

­ Criterios de inclusión: sujetos mayores de 65 años ingresados en una Unidad de Agudos de un Servicio de Geriatría. Criterios de exclusión: sujetos con enfermedad terminal o enfermedad aguda directamente incapacitante.

­ Variables de estudio: Demográficas: edad, sexo. Clínico-asistenciales: diagnóstico de ingreso, reingreso en el primer mes y en los cuatro meses tras el alta hospitalaria, traslado a otro servicio, exitus. Funcionales: Índice de Barthel e Índice de Lawton. Mentales: MEC. Recogida de datos: mediante entrevista personal dentro de las primeras 48 horas del ingreso y, mediante llamada telefónica al mes y a los cuatro meses del alta hospitalaria. Análisis estadístico: los datos fueron analizados mediante el paquete estadístico SPSS utilizando los test de chi cuadrado para las variables cualitativas y T de Student para las cuantitativas.

Resultados: Un 13,7% de los pacientes sufrieron un reingreso durante el primer mes, y un 31,6% a lo largo de los cuatro primeros meses tras su alta. En lo que se refiere a los reingresos precoces, no se obtuvieron diferencias en lo relativo a las variables estudiadas. Sin embargo respecto a los reingresos a medio plazo, aquellos pacientes que sufrieron deterioro funcional persistente al mes del alta lo hicieron con mayor frecuencia (53,3% vs 25,4%).

Conclusiones: El deterioro funcional tras el alta hospitalaria se constituye en nuestra población en el principal marcador de riesgo de reingreso.

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FACTORES PRONÓSTICO EN LA AMPUTACIÓN DE MIEMBROS INFERIORES EN EL ANCIANO

Martínez Gámez, J.; Peñafiel Marfil, R.; Maldonado Fernández, N.; López Espada, C.; Sánchez Rodríguez, J. M.; Salmerón Febres, L. M.

Hospital Clínico Universitario de San Cecilio. Granada.

Introducción: Son numerosas las causas que motivan incapacidad en el anciano, y que le condicionan física y psíquicamente. Entre ellas se encuentra la pérdida de la extremidad, como responsable de mala calidad de vida y deterioro progresivo al limitar las posibilidades de desplazamiento e interrelación.

Nos proponemos realizar un estudio acerca de las características médicas, sociales y culturales de los ancianos amputados en nuestro servicio con objeto de establecer un perfil, y establecer un parámetro ­índice­ que permita valorar el riesgo de amputación en nuestro medio.

Material y métodos: Realizamos un estudio de aproximadamente 7.434 encamaciones en nuestro Servicio, de los que aproximadamente 500 sufrieron algún tipo de amputación.

El 47,3% fueron pacientes de más de 65 años, siendo el 66% varones. Estudiamos factores de riesgo cardiovascular, enfermedades asociadas, grado de discapacitación previa y posterior, así como factores psicosociales que puedan influir en el sujeto, construyendo con ellos un índice final (IRAMI-Índice de Riesgo de Amputación de Miembros Inferiores).

Resultados: La prevalencia global de amputación en el colectivo de 3ª edad ingresado en nuestro servicio es del 29%, prevalencia que aumenta por grupos de edad, siendo ésta de hasta el 46% entre los mayores de 75 años. Los factores de riesgo que más se asociaron al fenómeno de la amputación mayor fueron hipertensión (75%) y diabetes 67%. El grado de actividad previo se encontraba limitado en más del 50% a limitación de los movimientos y cuando menos necesitaban la ayuda de una persona.

Conclusiones:

1. Los factores de riesgo cardiovascular se encuentran estrechamente relacionados con la amputación de la extremidad, siendo en muchos casos su antesala.

2. El grado de actividad previo y estado psíquico del sujeto son de un gran valor en cuanto a la predicción del riesgo de amputación.

3. La escala referencial IRAMI, nos proporciona un perfil de nuestro anciano que se enfrenta a la amputación de miembros, de tal forma que se puede hacer una preselección de pacientes sobre los que incidir con diversas campañas de apoyo y prevención, en aras a intentar evitar la pérdida de la extremidad.

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HEPATITIS VÍRICAS. ESTUDIO EN UNA RESIDENCIA DE ANCIANOS

Góngora Yudes, L.; Góngora Yudes, J.; Jiménez Moreno, M. J.; Cortés Rodríguez, A.; Ramírez Tabernero, M. C.; Piñar Ruiz, M.

Residencia de Ancianos «La Milagrosa». Excma. Diputación Provincial de Granada. Armilla. Granada.

Objetivos: La presencia de un caso de hepatitis A al ingresar en nuestro Centro, nos planteó la duda de la necesidad de solicitar marcadores de forma sistemática al ingreso.

Método: Se solicitaron marcadores de hepatitis a todos los ingresos de 1998 y a todos los residentes ingresados en ese momento (188 ancianos).

Resultados: Se detectaron:

* Un caso de hepatitis A en curso.

* 16 casos de portadores crónicos de C.

* Un portador crónico de B.

* 175 casos de inmunidad frente a virus A.

* 63 casos de inmunidad frente a virus B.

Conclusiones: Los resultados anteriores confirman nuestra hipótesis de que conjuntamente con las pruebas rutinarias de ingreso (historia clínica, hemograma, bioquímica, Rx. de tórax y EKG) es muy útil una prueba de marcadores de hepatitis, para descartar la presencia de enfermedad o portadores crónicos y, por tanto, adoptar las medidas de profilaxis oportunas.

94

DETERIORO PSICOFÍSICO RECIENTE (DPFR): UNA URGENCIA MÉDICA POTENCIALMENTE GRAVE

Vázquez, O.; Llopis, A.; Robles, M. J.; Porta, M.; Arellano, M.; Miralles, R.; Cervera, A. M.

Servicio de Geriatría. Centro Geriátrico Municipal. IMAS. Servicio de Urgencias. Hospital del Mar. Barcelona.

Introducción: El DPFR puede ser la forma de presentación atípica de muchas enfermedades en pacientes geriátricos y, en muchos casos, no se acompaña de otros síntomas o signos guía que permitan dilucidar el proceso agudo subyacente.

Objetivos: Evaluar las dificultades diagnósticos de un grupo de pacientes geriátricos cuyo motivo de consulta en un servicio de urgencias fue la aparición de DPFR y, tras 24 horas de estancia en urgencias, no se llegó a un diagnóstico concluyente.

Pacientes y método: Se recogieron prospectivamente en un servicio de urgencias hospitalario ancianos que presentaban DPFR, definido como: cumplir criterios de síndrome confusional según CAM (Cofusión Assessment Method) asociado a la pérdida de autonomía en dos o más AVDs en el índice de Katz; todo ello de aparición en los últimos 15 días. Se excluyeron los que presentaban patología que explicara su deterioro (traumatismo, paro cardiorrespiratorio, shock, trastorno psicótico crónico, AVC con localidad neurológica evidente), y aquellos en los que tras las exploraciones complementarias en urgencias se halló un diagnóstico que explicara su DPFR.

Resultados: Se evaluaron 11 pacientes, dos hombres y nueve mujeres. La edad media fue de 83 años. Previamente a su ingreso todos los pacientes, menos dos, eran independientes para las AVDs y presentaban un estado cognitivo aparentemente conservado, excepto uno diagnosticado de demencia leve. Ninguno de los pacientes había tomado medicación psicotropa en los 15 días previos, ni hubo deprivación de alcohol u otras drogas, impactación fecal o retención urinaria. En todos los casos se practicaron exploraciones complementarias en urgencias cuyos hallazgos, en ningún caso, justificaban la situación del paciente.

Diagnósticos de probabilidad más frecuentes en urgencias: 9 síndrome contusional de etiología no filiada, y síntomas mal definidos (síndrome gripal 3, HTA 3, falsos diagnósticos de demencia 2 y dudoso AVC 1). En cinco pacientes constaba el diagnóstico de «problemática social». Evolución: Se decidió ingreso hospitalario en todos los pacientes. Los diagnósticos definitivos al alta fueron: hipotiroidismo 2, AVC 2, neurolúes 1, meningitis bacteriana 1, enfermedad del serio 1, HDA por ulcus 1, síndrome confusional no filiado 1, fallecidos sin diagnóstico 2. El destino tras el alta fue: centros de media/larga estancia 7, domicilio 2, éxitus 2.

Conclusiones:

1. El DPFR debe ser considerado una urgencia médica potencialmente severa, pues puede ser la forma de presentación atípica de patologías graves.

2. Hubo una clara disociación entre los diagnósticos en urgencias y los definitivos al alta hospitalaria.

3. Siete pacientes tras ingreso hospitalario precisaron institucionalización temporal o definitiva.

4. El desconocimiento de este síndrome y su potencial gravedad en los servicios de urgencias, lleva con frecuencia a la minimización de síntomas, y a la sobrevaloración de la problemática social, pudiéndose producir altas hospitalarias inadecuadas.

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