COMUNICACIONES ORALES - SALA EL MENTIDERO
Área Social
Viernes, 18 de junio, 11:30-13:30
Moderadores:
D.ª Mercedes Salguero Borrero (San Fernando)
D. Francisco Ortega Pernia (San Fernando)
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CARGA DEL CUIDADOR AL INGRESO EN CENTRO DE DIA DE ASISTIDOS
Pérez Chamizo, M. A.**; Palomo Pérez, S.*; Gayoso Pardo, J. L.**; Campos Dompedro, J. R.; Anido Rubio, J.*
* Residencia de PP. MM. Parque de los Frailes. Leganés. ** Residencia de PPMM Parque Coimbra. Móstoles.
Objetivo: Descripción de la frecuencia de las conductas problemáticas en personas mayores dependientes y el malestar y/o preocupación que éstas originan en el cuidador informal provocando la «carga de cuidador».
Metodología: Estudio descriptivo por entrevista semiestructurada, realizada el día del ingreso en el centro al cuidador principal, por el psicólogo. Basada en los cuestionarios «Listado de problemas de memoria y conductas» (Zarit y Zarit); «Carga de cuidador» (Burned interview. Zarit y Zarit), escalas tipo Likert de cinco puntos. La entrevista se realizó a 33 sujetos de edades comprendidas entre 30-40: 12%; 40-50: 34,3%; 50-60: 30,3%; 60-70: 23,4%. La media de años de cuidados es 5,6. Parentesco: hijo/a 66,7%; esposo/a 27,3%; sobrino/a 3%; nuera 3%. El 90,9% mujeres y 9,1% hombres. El 39,4% afirman estar en tratamiento psicológico por depresión. Respecto a los usuarios el 81,8% tiene posible deterioro cognitivo, con estadios CDR1, 36%; CDR2, 30%; CDR3, 9,1%. La media de años de deterioro es 4,1.
Resultados: En el cuestionario «Listado de problemas de memoria y conductas» los familiares manifiestan las siguientes frecuencias de conductas en su familiar: 50-75% repetición de preguntas, no finalización de tareas, trastornos de sueño, ansiedad o preocupación, tristeza, deambulación, suspicación o acusación; más de un 75% presentan problemas de MCP, pérdida de objetos, desorientación temporal, desconcentración. Las conductas que más les preocupan son: 50-75% problemas de MCP, pérdida de objetos, desorientación, no finalización de tareas, desconcentración, trastornos de sueño, ansiedad, agresividad verbal, tristeza, discusión, deambulación. En el cuestionario de «Carga de cuidador» encontramos problemas en: 84,8% dinámica familiar; 82,3% relaciones sociales; 56,5% personales y emocionales; 81,8% tiempo libre; 66,7 salud; 61,6% dependencia. Valoración subjetiva de carga extrema el 78,8%.
Conclusiones:
1. Ser cuidador informal de una persona mayor dependiente conlleva problemas a nivel familiar, social, de salud, emocionales y personales.
2. Se confirma la prevalencia de depresión en un 39,9% de los cuidadores.
3. El Centro de Día es una alternativa a la necesidad del cuidador para dedicación personal.
4. Encontramos necesaria la realización de programas destinados a cuidadores informales desde el personal especializado del Centro de Día.
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ANALISIS DE LA SOBRECARGA DE LOS CUIDADORES INFORMALES DEL ENFERMO DE ALZHEIMER
Tàrraga L.*; Anglès, J.*; Cañabate, P.*; Cejudo, J. C.*; Boada, M.*, **
* Fundació ACE. Institut Català de Neurociències Aplicades. ** Hospital General Universitario Vall d''Hebrón. Barcelona.
Objetivo: Analizar la sobrecarga que sufre el familiar cuidador a lo largo de la evolución de la enfermedad.
Método: Se estudian 100 familias elegidas aleatoriamente entre el total de casos diagnosticados de enfermedad de Alzheimer y otras demencias afines, en la Unidad de Diagnóstico de Trastornos Cognitivos y de la Conducta de la Fundació ACE. Criterios de inclusión: llevar un mínimo de tres meses de seguimiento en la Unidad, disponer de un cuidador de referencia fiable y permanecer en el domicilio.
El cuaderno de recogida de datos incluye entrevista estructurada ad hoc (87 variables); escalas de valoración estandarizadas, que miden el nivel cognitivo, funcional, conductual del enfermo y gravedad clínica del proceso [MMSE (Folstein, 1975); PGC IADL (Lawton, 1965); RDRS-2 (Linn, 1982); NPI (Cummings, 1994); GDS (Reisberg, 1982], así como el estado emocional, salud subjetiva y sobrecarga del cuidador [Zarit (Zarit, 1972); DSQoL; NHP; WHOQOL-BRIED (OMS)].
Resultados: El rol de cuidador lo ejercen, sobre todo, mujeres (68%) de las cuales el 44,1% son la pareja y el 39,7% la hija. La carga emocional es mayor en la esposa que cuando se trata de la hija (DSQoL 12,43 versus 8,85).
El grado de sobrecarga que expresa el DSQoL es más acusado en dos momentos del proceso de la enfermedad: uno cuando se detectan los primeros síntomas GDS-3 y otro, en una fase moderada de la enfermedad GDS-5. Existe una correlación directa entre el nivel de dependencia funcional y el grado de sobrecarga emocional. Esta correlación no se encuentra en relación con las horas de dedicación del cuidador y el grado de dependencia objetiva del paciente.
Conclusiones: El mayor grado de sobrecarga que percibe el cuidador se concentra en igual medida en la fase de detección y sospecha de los primeros síntomas, y en el momento en que la enfermedad alcanza un nivel de deterioro moderadamente grave. Se pone de manifiesto la necesidad de focalizar y maximizar la atención global a la familia en el inicio de la enfermedad (educación en la salud-enfermedad), manteniéndola a lo largo de todo el proceso.
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PAPEL DEL VOLUNTARIADO UNIVERSITARIO EN UN PROGRAMA DE APOYO A LOS CUIDADORES FAMILIARES DE ENFERMOS DE ALZHEIMER
Sineiro Galiñares, E.; Millán Calenti, J. C.*; Gandoy Crego, M.; Antelo Martelo, M.; Buide Illobre, A. M.; Mayán Santos, J. M.**
Instituto Gerontológico Gallego. * Universidad La Coruña. * Universidad de Santiago. Santiago de Compostela.
Introducción: Desde el Instituto Gerontológico Gallego, en colaboración con el Ayuntamiento de Santiago de Compostela y la Universidad de Santiago, se realiza un programa de apoyo a las familias cuidadoras de enfermos de Alzheimer. Este programa se basa en una asistencia multidisciplinar en la que colabora la Oficina del Voluntariado de la Universidad de Santiago de Compostela formada por 380 estudiantes, de los cuales 18 se incorporaron al citado programa de ayuda.
Objetivos: Se pretende mejorar la calidad de vida de los cuidadores familiares, a través de la intervención del voluntariado universitario, dentro de un programa general de apoyo.
Métodos: Se realiza una formación básica previa de los voluntarios (en su 85% estudiantes de medicina, psicología y enfermería), en aspectos generales de la enfermedad, evolución de la misma y afectación del cuidador.
Se les enseña a comunicarse con el enfermo y a movilizarlo, así como actividades a realizar con el mismo, tanto de estimulación como de mantenimiento físico.
Esta formación se realiza a lo largo de cuatro sesiones de una hora de duración.
Los voluntarios son asignados a los domicilios en función de su formación curricular y de las necesidades manifestadas por el cuidador (acompañamiento del cuidador, movilización del enfermo, permanecer en el domicilio al cuidado del enfermo...) Las actividades de los voluntarios están respaldadas por una cobertura de responsabilidad civil.
Resultados: Actualmente hay 20 cuidadores con voluntarios dentro del programa.
Las actividades realizadas son: acompañamiento del enfermo, acompañamiento del cuidador y ayuda en las actividades de la vida diaria del enfermo (aseo y baño) y acompañamiento a paseos con el enfermo.
Los resultados muestran una mejoría de los aspectos referentes a la soledad y carga asistencial en el colectivo de cuidadores.
Conclusiones: Los cuidadores muestran una excelente aceptación de los voluntarios, tanto en sus domicilios como en actividades a realizar en el exterior. El voluntariado se implica activamente en el apoyo a personas dependientes, solicitando formación más específica.
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LA CONVIVENCIA INTERGENERACIONAL COMO ALTERNATIVA A LA SOLEDAD DE LOS MAYORES
Candoy Crego, M.; Millán Calenti, J. C.*; Jarret Mouris, M.; Fernández Romero, E. M.; Mayán Santos, J. M.**
Instituto Gerontológico Gallego. * Universidad La Coruña. * Universidad de Santiago. Santiago de Compostela.
Introducción: Desde el IGG, en colaboración con la Universidad de Santiago, se ha tratado de solucionar un problema muy común en los mayores, la soledad. Para ello, desde 1998 se ha instaurado un programa, en colaboración con el Ayuntamiento, denominado Convivencia Intergeneracional.
Objetivos: Evitar el aislamiento y la soledad del mayor que vive solo.
Métodos: El programa está destinado en primer lugar a los mayores que cumplan los siguientes requisitos: personas válidas, sin ninguna patología dependiente, ni mayores problemas de salud.
Respecto a los estudiantes los requisitos que deberán cumplir son los siguientes: actividades de compañía al anciano y acompañamiento (médico, supermercados, paseos...). Compromiso de respeto a la convivencia dentro del mismo domicilio, así como respeto de horarios y cuidado de los bienes muebles e inmuebles, y firma de un contrato de convivencia que debe ser renovado o denunciado al mes.
Actualmente hay cuatro parejas conviviendo, formadas por cuatro mujeres con edades comprendidas entre los 75 y los 83 años, y cuatro estudiantes con una media de edad de 20 años, con un tiempo medio de convivencia de seis meses.
Las valoraciones al anciano se realizan mediante el Miniexamen Cognitivo de Lobo, la Geriatric Depression Scale y el Cuestionario OARS.
Resultados: La persona mayor se siente útil al realizar ciertas tareas y trabajos que antes no llevaba a cabo. Se evita un posible deterioro o cambio de domicilio por soledad o incapacidad. Hemos encontrado mejorías significativas en el estado afectivo del anciano, aumentando también sus relaciones sociales.
Conclusiones: Principalmente parece ser que es la compañía lo que más agradecen estos ancianos, así como asumir una responsabilidad, que para ellos puede ser la «custodia» del estudiante que empieza a residir en su domicilio.
Se fomenta entre las personas jóvenes la solidaridad con ancianos, así como el intercambio de conocimientos y experiencias. Parece justificado afirmar que este tipo de experiencias contribuyen a mejorar la calidad de vida de las partes implicadas.
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PROGRAMAS INDIVIDUALIZADOS DE ATENCION (PIA) EN UN SERVICIO DE ESTANCIAS DIURNAS
López Viñas, M. P.; Bengoa-Aisa, A.
Residencia Tercera Edad. Gerencia Territorial de Servicios Sociales. León.
Introducción: Diseño de programas de intervención, aplicación y posterior valoración al año en un servicio de estancias diurnas. Los PIA constan de dos partes fundamentales: la valoración y la intervención, ambas a nivel integral. Se diseña una ficha que recoge todos los ítems, al comienzo, seis y doce meses. Se utilizan escalas de valoración geriátrica.
Objetivos: Valoración integral del usuario, intervención individual adecuada, control y rehabilitación físico-psíquica, potenciar autonomía, coordinación con la familia.
Material y métodos: 40 pacientes, personal socio-sanitario, instalaciones, PIA y ficha seguimiento.
Resultados: Ocho bajas (un éxitus, siete traslados a residencia), tres bajas temporales, el 80% con demencia, nos responden al test cognitivo (minimental) o menos de 5-7 puntos, del 20% restante un 5% responde al minimental con una valoración entre 30/35, un 12% entre 20/30 y 8% entre 8/20. Al año los resultados no varían o aumentan 2-3 puntos. Con respecto a las AVD mejora su autonomía, sobre todo en lo que respecta a las actividades que realizan en el centro. El estado anímico globalmente mejora.
Conclusiones: La valoración exhaustiva nos obliga a hacer hincapié en los déficits. La intervención individual favorece la intervención selectiva. Los PIA pueden ser un método sencillo y fiable para constatar la evolución integral de un paciente. Valorando los resultados podemos afirmar que una correcta intervención favorece la buena evolución.
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APROXIMACION CUANTITATIVA A LA DETECCION DE RIESGO GLOBAL EN LAS PERSONAS MAYORES DE LA CIUDAD DE SEVILLA
Fernández López, L.; Infiesta Acevedo, F.; García Rodríguez, A.; Sánchez Sotelo, J.; Calso, L. J.
Unidad de Apoyo a las Personas Mayores (UAPM). Área de Salud del Ayuntamiento de Sevilla. Sevilla.
Objetivos: Establecer una medida cuantitativa que, mediante una fórmula matemática relacione la fragilidad detectada en las áreas cognitiva, metamemoria, biológica y afectiva, en relación con el estado funcional, la presencia de factores estresantes y la valoración social.
Material y método: Se ha elegido una muestra de personas mayores procedentes de distintas zonas de la ciudad, valoradas en la UAPM durante el último año. Se han valorado mediante un modelo de «historia» en el que se incluyen datos extraídos en su medio comunitario (cuestionario de Barber) y datos obtenidos en la propia UAPM, como son presencia de hábitos tóxicos, grado de actividad física, salud percibida, presencia de factores estresantes, estado funcional (índices de Katz y de Lawton), metamemoria, escala geriátrica de depresión, minimental test de Lobo, escala de valoración social de Díaz Palacios (adaptada) y los extraídos de la exploración clínica, incluyendo datos antropométricos, equilibrio, marcha y velocidad de marcha. Se ha tenido en cuenta especialmente la presencia de «grandes síndromes geriátricos». Los datos obtenidos se han cuantificado y clasificado por áreas: clínica, mental, funcional y social. Los valores de los parámetros resultantes de dicha valoración se han relacionado en forma de fracción, según la siguiente fórmula:
El valor obtenido se ha puesto en relación con el grado de intervención propuesto para cada caso.
Resultados: El mayor «riesgo global» lo presentan los individuos cuya puntuación está por debajo de 3,03 (RG ¾ 3,03), que representan el 22,38% de la población estudiada. Sobre ellos recae el 120% de las actuaciones realizadas en la UAPM tras el proceso de valoración: programa de entrenamiento de memoria, programa de autoayuda, programa de fisioterapia, programa de psicomotricidad, etc.
Conclusiones: La aplicación de medidas cuantitativas de riesgo representa una forma eficaz de aproximación a las situaciones diversas de fragilidad de las personas mayores, que se relaciona con la intensidad de la intervención propuesta.
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BASUROMANIA. ¿UN NUEVO SINDROME GERIATRICO?
López Lirola, E.; Segura Reche, F.; Murciano Antón, A.; Tijeras Ramírez, E.; De Gracia Guillamón, B.
Hospital Cruz Roja. CHT. Almería.
Objetivos:
1. Valorar la existencia de este síndrome, más conocido como síndrome de diógenes, acumulación de basura o síndrome de pobreza imaginaria, en nuestro medio.
2. Detección y sospecha desde nuestras consultas y/o unidades de hospitalización.
Ámbito: Casos registrados en una provincia durante 1997 y 1998.
Mediciones e intervenciones:
a) Serie de casos registrados en una provincia en 1997-98 que cumplimentaban los cinco criterios diagnósticos: 1) Aislamiento comunicacional. 2) Reclusión domiciliaria voluntaria. 3) Negligencia de cuidados y de higiene propia y del hogar (siligomanía o acumulación de basura). 4) Conducta de pobreza imaginaria (acumulación de dinero en casa o banco asociado a pobreza extrema). 5) Rechazo de ayudas familiares o sociales.
b) Exclusión de patología psiquiátrica de base y/o demencia, mediante valoración psiquiátrica y aplicación de mini-mental test.
Resultados: Se detectaron seis casos, mayores de 75 años, que vivían solos, sin problemas económicos, estado financiero cuantioso, cumplían los cinco criterios diagnósticos y no presentaban patología psiquiátrica ni demencia. Todos ellos ingresaron en nuestra unidad por patología orgánica múltiple (quemaduras, mordeduras, heridas infectadas y caídas accidentales). Llamaba la atención el estado de abandono y las terribles condiciones higiénicas en las que se encontraban los pacientes. En visita domiciliaria por parte de la trabajadora social se constató las pésimas condiciones de la vivienda, con acumulación de basura y presencia de roedores (ya conocida en algunos casos por los servicios sociales comunitarios a través de múltiples denuncias de los vecinos por los olores nauseabundos que desprendían los domicilios). En alguno de los casos se llegó a retirar 18 toneladas de basura. Realizada valoración integral de los pacientes y detectada la situación social anómala, se inició intervención en todos los casos, la cual fue rechazada por la mayoría, continuando con su modo de vida habitual, negándose a los intentos de ayuda y apoyo social y familiar.
Conclusiones:
1. Consideramos la importancia de la detección precoz de los casos de riesgo, desde atención primaria y servicios sociales comunitarios, así como el seguimiento crónico.
2. Ante el rechazo reiterado de los pacientes a recibir ayuda y el extremo estado de abandono de los mismos, nos planteamos la necesidad de incluir este síndrome como causante de autonegligencia y abandono y reevaluar la normativa legal a este respecto.
3. ¿Estamos ante una patología o es sólo un estilo de vida?
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PERCEPCION DE LA BELLEZA EN EL ANCIANO ¿LA ARRUGA ES BELLA?
López Trigo, J. A.; Marín Carmona, J. M.
Área de Bienestar Social. Centro Municipal de Tercera Edad. Ayuntamiento de Málaga. Málaga.
Objetivos: Nos proponemos conocer cómo percibe el mayor la belleza, si la identifica con personas de su edad y entorno. Determinar qué factores valoran más en el plano físico, psíquico y emocional. Qué concepto tienen de su propio aspecto e imagen. Cuál es o ha sido el modelo/patrón ideal de belleza, y si éste se ha modificado con el paso del tiempo. Por último, pretendemos ofrecer un aspecto más alegre y desenfadado del envejecimiento, proceso que habitualmente identificamos como de pérdidas de belleza, alegría, etc.
Metodología: Recurrimos a la realización de una encuesta que recoge 20 ítems que abarcan desde datos de filiación (edad, pensión, estado civil, nivel de formación...) hasta aspectos concretos relacionados con la belleza física, los valores emocionales y psicológicos y la definición de un prototipo de belleza física. Se incluye una población de 44 personas mayores de 60 años que han sido seleccionadas en un «casting» para llevar a cabo un desfile de moda para mayores con motivo de la celebración de la Semana del Mayor por parte del Ayuntamiento de Málaga. Es decir, nos encontramos ante auténticos «gerontop-models». Asumimos el sesgo de entrevistar mayores de estas características. Se excluyen personas con déficit cognitivo de cualquier tipo y con alteraciones afectivas. Se tratan estadísticamente los datos y se interrelacionan los factores estudiados.
Resultados y conclusiones: La mayoría de los encuestados (82%) reconocen la belleza en su entorno y en personas de su misma edad. Reconocen más la belleza entre sus amigos y conocidos (73%) que en relación con personajes famosos. Los aspectos más valorados en lo físico son el cabello, los ojos, la cara y el aspecto externo pulcro. Junto a esto, destacan la mirada, la corrección en el trato y estilo. En el campo emocional se valora la tolerancia, la emotividad y afectividad. Consideran que el culmen de la belleza física de la persona está alrededor de la madurez (30 a 40 años). En la presentación del trabajo se desglosarán gráficamente y con detalle todos estos datos.
Cuando les pedimos que se valoren realzan, por orden de importancia, estar físicamente proporcionados, tener los ojos bonitos y ser cariñosos y emotivos.
Al pedirles que nombren un prototipo de belleza física conocido encontramos que, de forma significativa, el modelo escogido no es de los identificados actualmente, y viene a corresponderse con personas que alcanzaron su notoriedad cuando los entrevistados tenían entre 20 y 35 años. No ha habido traslación o modificación en el modelo de belleza a lo largo del tiempo.
En resumen, la «arruga» tiene muchos rasgos bellos.
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LA JUVENTUD DE NUESTROS MAYORES
Muñoz Tapia, A.; Manganell Alonso, M. A.; García Leyva, A.
SAS. Granada.
La tendencia a considerar la vejez como un proceso fisiológico lleva en ocasiones a olvidar las circunstancias concretas en que se ha desarrollado la vida del anciano. Circunstancias que se modifican de generación en generación y que conllevan la adquisición de hábitos y costumbres concretos.
Objetivo: Un acercamiento a las circunstancias vitales del anciano para establecer unos cuidados personalizados e integrales.
Material y métodos: A través de un soporte audiovisual se realizó una serie de entrevistas personalizadas tanto a ancianos como a sus cuidadores directos. Para los primeros la entrevista constó de dos preguntas: ¿Qué recuerdos tiene de la Guerra Civil? y ¿Qué echa de menos de cuando era joven? Para los cuidadores la pregunta fue: ¿Cómo te imaginas de mayor?
Conclusiones: A través de un método sencillo, como la entrevista, las palabras del anciano revelan en muchas ocasiones cómo la pérdida de los seres queridos y la consideración del tiempo que se fue, tienen más relevancia que la tradicional queja por la incapacidad física. Por otro lado, la vivencia de una guerra y una posguerra constituye una experiencia personal que no se puede obviar a la hora de planificar los cuidados a nuestros mayores. La imagen que muchos de los cuidadores tenemos de nuestra propia vejez ofrece una idea de la dificultad que existe para entender al anciano, y de la valoración poco realista, y a veces negativa, que hacemos de la vejez.