Introducción: El envejecimiento poblacional es una realidad que conlleva un aumento de personas con patologías crónicas avanzadas. Son personas que ante una descompensación no necesitan una elevada tecnología diagnóstica pero requieren atención sanitaria especializada. Estos pacientes se pueden beneficiar de ingreso en centros de atención intermedia y manejo multidisciplinar.
Objetivos: Valoración de comorbilidades y resultados obtenidos en el tratamiento de pacientes de más de 95 años procedentes de urgencias de un hospital de tercer nivel derivados a un hospital sociosanitario.
Metodología: Revisión de historias clínicas de los pacientes de más de 95 años que ingresaron en la unidad de subagudos durante el año 2017. Se valoró la comorbilidad, la intensidad terapéutica y la evolución de los pacientes.
Resultados: Ingresaron 115 pacientes (97 mujeres y 18 hombres), 14 tenían más de 100 años. La estancia media fue de 9,6 días. La mayoría (72%) regresó a su domicilio o residencia, el 3,4% ingresaron en cuidados paliativos y el 22,6% fallecieron en la unidad. Los diagnósticos más frecuentes fueron: infecciones respiratorias (68,7%) y descompensaciones cardiacas (62,6%), que a menudo van asociadas. Otros diagnósticos frecuentes fueron: insuficiencia renal (36,5%), infecciones urinarias (22,6%) y otras infecciones (sepsis, colangitis, celulitis…) (13%). La FA es muy prevalente, aunque no como diagnóstico principal. El 56% de los pacientes tenían Barthel inferior a 20. Como complicaciones destacamos: broncoaspiración (5 pacientes), hemorragias (4 pacientes), IAM (1 paciente). Aumentan la complejidad los tratamientos endovenosos, oxigenoterapia y nebulizaciones. Observamos disfagia 76%, síndrome confusional 65,2%, demencia 71,3% y úlceras por presión 22,6%. Únicamente 7 pacientes tuvieron reingresos en nuestro centro.
Conclusión: El manejo en hospital sociosanitario obtiene buena respuesta clínica.
En este grupo de pacientes, la problemática social con frecuencia está ya resuelta. Son personas que mayormente viven en residencia y que tienen dependencia muy elevada.
En el momento del ingreso es difícil prever la evolución; la comorbilidad y la complejidad son indicadores, pero lo es más la trayectoria del paciente en los últimos 6 meses.
La intensidad terapéutica se adecuó al estado basal del paciente. Nos planteamos un seguimiento para conocer los reingresos y mortalidad a un año.