INTRODUCCION
En las sociedades occidentales modernas, el hecho de realizar una tarea productiva remunerada ocupa un importante puesto en la jerarquía de valores y necesidades sociales. Es innegable el valor económico y la enorme valoración social y personal de poseer un trabajo1,2. Pensemos en los recursos destinados por los gobiernos para la promoción del empleo y en el tiempo, esfuerzo y dinero que dedican gran parte de las personas en formación para acceder a un buen empleo (carrera universitaria, módulos de formación profesional, cursos de formación profesional ocupacional, etc.).
La importancia del trabajo en parte está determinada por ser uno de los pilares en que se asienta la sociedad y por las funciones que desempeña para individuos, grupos y la propia sociedad2,3. Entre las funciones psicosociales del trabajo podemos destacar la función de identidad personal y laboral, la función de proporcionar estatus y prestigio social, y la función de oportunidades para la interacción y los contactos sociales. A pesar de la cada vez más tardía entrada en el mercado laboral y del adelanto de la edad de salida de éste, el período laboral sigue siendo una de las fuerzas que dominan y guían nuestras vidas.
Podemos concluir que desempeñar un trabajo o empleo es uno de los elementos más importantes en la vida de muchas personas4,5. Consecuentemente, la pérdida del trabajo o de la capacidad para poder seguir ejerciéndolo es un acontecimiento vital que influye en la persona y su entorno. Un/a trabajador/a puede: a) quedar desempleado y tener que buscar un nuevo empleo; b) tener un accidente o enfermedad que le incapacite para cualquier ocupación laboral; c) tener que jubilarse porque ha alcanzado la edad obligatoria de retiro (en España, a los 65 años dentro del Régimen General de Trabajadores), o d) tener que prejubilarse como consecuencia de un expediente de regulación de empleo en su empresa.
Las prejubilaciones son actualmente un fenómeno laboral masivo, que afecta a miles de trabajadores de mediana edad (la edad media del prejubilado español ronda los 52 años)6 y conllevan profundos cambios económicos, sociales (tanto de carácter micro como macro) y personales. Se prejubilan aquellas personas que en el momento de la interrupción de su actividad profesional remunerada no tienen derecho a pensión de la Seguridad Social por razón de edad. Se establece un pacto entre el trabajador y la empresa por el cual se indemniza al trabajador en unas condiciones lo suficientemente favorables como para que llegue a la jubilación ordinaria o anticipada sin problemas económicos. En el caso de España, desde la década de los años ochenta del siglo xx, la utilización de la jubilación anticipada y de la prejubilación como medida de regulación de empleo ha sido constante. Se calcula que hay unas 600.000 personas prejubiladas en España, el 20% en condiciones precarias, y cada año se suman de 60.000 a 70.000 nuevos casos6.
La transición de trabajador a prejubilado o jubilado es uno de los cambios más importantes que tienen lugar en la etapa tardía de la vida3-5,7-10. Un indicador de cómo se desarrolla esta transición es el bienestar subjetivo (BS), compuesto por la satisfacción vital y el estado de ánimo11,12. El BS expresa la visión personal de la calidad de vida, de cómo se está viviendo el proceso de readaptación a la nueva vida. Además, permite observarlo desde una óptica positiva (qué es lo que hace feliz a la gente) frente a la perspectiva del déficit o patología tan común en muchos estudios.
El carácter inesperado y repentino de la jubilación13,14, la pérdida del trabajo y de su valoración social7,14, el papel y el estatus negativo asociado al retiro4,10, la disminución de ingresos1 y la temprana edad de abandono6 hacen de la prejubilación un fenómeno relevante e importante para ser estudiado en profundidad. Una prejubilación insatisfactoria puede tener efectos tales como problemas de salud tanto física como psicológica, insatisfacción con la vida, problemas maritales y excesivo tiempo libre4,8,15,16, entre otros.
El objetivo de este estudio es describir las características sociodemográficas y el grado de BS de un grupo de prejubilados de Andalucía occidental. Este estudio responde a la escasez de investigaciones sobre prejubilación, como un primer paso para conocer con más detalle a esta población de cara a nuevos estudios que permitan establecer las bases de futuros proyectos de intervención para la mejora de la calidad de vida de este colectivo.
MATERIAL Y MÉTODO
Participantes
La población diana es el conjunto de trabajadores y empleados de una empresa multinacional de telecomunicaciones y telefonía fija y móvil, Telefónica SAU, afectados por un plan de prejubilaciones realizado entre los meses de octubre y diciembre de 2003. Los participantes de este estudio son 165 personas prejubiladas de esta empresa, en su mayoría varones (alrededor del 80%) y con una media de edad de aproximadamente 53 años.
El criterio de selección era que la persona se hubiera adscrito al plan de desvinculación de la empresa entre octubre y diciembre de 2003. Para seleccionar a los participantes se recurrió a la Asociación de Mayores de Telefónica de Huelva y a la Asociación de Prejubilados de Telefónica de Sevilla. Tras informar a ambas directivas del objetivo de la investigación y asegurar la confidencialidad de todo el proceso, se nos proporcionó un listado de los miembros prejubilados que cumplían el requisito anteriormente referido. La muestra quedó compuesta por 165 personas, 40 pertenecientes a la Asociación de Huelva y 125 a la Asociación de Sevilla, todas ellas ex trabajadores de plantilla fija. Este grupo fue encuestado por correo en febrero y julio de 2004, y se obtuvieron 65 cuestionarios y 57 cuestionarios en febrero y julio, respectivamente.
Aparatos
Cuestionario sociodemográfico y laboral
Se utilizó un cuestionario de diseño propio y a través de él se midieron las variables siguientes: a) variables sociodemográficas: edad; sexo (varón/mujer); nivel de estudios (elementales/enseñanza obligatoria/estudios medios/estudios universitarios); estado civil (soltero/casado/divorciado o separado/viudo); pareja: si actualmente tiene pareja (sí/no); y trabajo de la pareja: si la pareja actualmente trabaja (sí/no); b) variables laborales: fecha de cese o de acogida a la prejubilación; último horario laboral (mañana/tarde/noche/partido/rotatorio); última categoría laboral elaborado a partir del Convenio Colectivo 2003-2005 de empleados de Telefónica (alta --titulados superiores y medios, jefes, encargados de planta--; media --encargados de otras áreas, operadores técnicos, asesores comerciales--; baja --operadores auxiliares, administrativos, auxiliares--); número de ascensos; promoción: si ha tenido suficientes oportunidades de promoción (sí/no); ingresos calculados a partir de la categoría, aproximadamente la paga de prejubilación supone un 70% del total en activo (bajos, menos de 1.300 euros; medios, entre 1.300 y 1.700 euros; altos, más de 1.700 euros).
Bienestar subjetivo
El BS se ha medido a través de la satisfacción vital y el estado de ánimo.
Satisfacción vital
Esta variable representa el carácter operacional del elemento cognitivo del BS. Para su medición se ha utilizado el Índice de Satisfacción Vital forma A (LSI forma A, Life Satisfaction Index-A) de Neugarten et al17 en su versión en castellano. La forma A de este instrumento consta de 20 afirmaciones con las que el informante puede estar de acuerdo o no, y las puntuaciones oscilan entre 0 y 2018. En el estudio de Mendoza19 el coeficiente de fiabilidad obtenido fue de 0,71. El coeficiente de fiabilidad obtenido en este estudio, medido mediante el índice alfa de Cronbach, es de 0,68 en la encuesta de febrero y de 0,64 en la encuesta de julio.
Estado de ánimo
Esta variable hace referencia al componente afectivo del BS. La escala utilizada ha sido la Escala Geriátrica de Filadelfia (Philadelphia Geriatric Center Morale Scale [PGCMS]) de Lawton20 en su versión en castellano. La versión original consta de 17 enunciados con los que el informante puede estar de acuerdo o no. La adaptación de esta escala al castellano supuso la eliminación de un ítem por parte de los autores encargados de la traducción y adaptación18. Esta adaptación, a juicio de Montorio18, posee unas propiedades psicométricas aceptables. En el estudio de Mendoza19 se obtuvo un coeficiente de fiabilidad de 0,78. El coeficiente de fiabilidad del instrumento en este estudio, medido mediante el índice alfa de Cronbach, es de 0,53 en la aplicación de febrero y de 0,24 en la aplicación de julio. Este último índice obtenido en el instrumento implica tomar con reserva las puntuaciones obtenidas en el estado de ánimo en la segunda aplicación. Entre las posibles explicaciones se ha barajado el efecto de aprendizaje; no obstante, éste hubiera afectado igualmente al LSI, algo que no sucede.
Todos los instrumentos fueron recogidos en un único cuestionario en formato papel en el siguiente orden: a) variables sociodemográficas; b) variables laborales; c) satisfacción vital, y d) estado de ánimo.
Procedimiento
Se utilizó un diseño transversal con 2 aplicaciones a muestras independientes mediante el método de encuesta. En total se entrevistó a 165 individuos mediante encuestas por correo. El primer envío de cuestionarios se realizó en la última semana de enero y tras 2 semanas se recogieron 65 cuestionarios, el 39,4% del total. El segundo envío se hizo en la última semana de junio y se recibieron 57 cuestionarios tras 2 semanas, el 34,5%. Los cuestionarios estaban dentro de sobres con una carta de presentación de la Asociación correspondiente y unas breves instrucciones acerca del modo de cumplimentarlo, junto con un número de teléfono para aclarar posibles dudas. Cada cuestionario estaba dentro de un sobre prefranqueado con la dirección del investigador para facilitar la devolución. Con respecto al tratamiento estadístico de los datos, se utilizó el paquete estadístico SPSS 12 para Windows, y se realizaron descripciones de las distribuciones de cada variable.
RESULTADOS
Respecto a la variables sociodemográficas, la puntuación media de edad se sitúa alrededor de los 53 años: la media es 53,49 en T1 y 53,79 en T2. El rango de edad va desde los 49 años (T1) hasta los 59 años (T2). La desviación típica es 1,38 en T1 y 1,52 en T2. Las distribuciones de las variables sexo, nivel de estudios, estado civil, pareja y trabajo de la pareja nos muestran que el grupo se compone principalmente de varones; gran parte de los prejubilados/as posee estudios medios; casi en su totalidad se trata de personas casadas, que tienen pareja, bien como matrimonio, bien como compañero/a, y donde el cónyuge o pareja no suele trabajar (tabla 1).
En el caso de las variables laborales, el último horario laboral más frecuente es el horario de mañana, seguido del horario partido y del horario rotatorio. No hay prejubilados/as que hayan trabajado en horario nocturno, y apenas un mínimo porcentaje lo ha hecho en el horario de tarde. La distribución entre categorías laborales nos muestra que los individuos se agrupan en 2 polos: a) los puestos de alta categoría, y b) los puestos de baja categoría laboral, y la categoría laboral de tipo medio es la más escasa. Esta distribución tiene su reflejo en los ingresos tras la prejubilación, con un porcentaje de casos mayor en ingresos altos e ingresos bajos, siendo los ingresos medios los menos frecuentes. El número de ascensos varía de 0 a 6, y la puntuación media es 2,03 ascensos y 2,14; con una desviación típica de 1,65 y 1,54 en T1 y T2, respectivamente. La mayoría considera haber tenido suficientes oportunidades de ascender en la empresa (tabla 2).
Sobre las puntuaciones de satisfacción vital, la media en T1 es 13,22, y es levemente inferior en T2, cuya puntuación media es 12,86. La desviación típica es 3,61 en febrero y 3,53 en junio. Las puntuaciones oscilan entre 6 y 20 en T1 y entre 3 y 19 en T2. Respecto al estado de ánimo, las puntuaciones medias son 12 y 12,28 en febrero y junio, respectivamente, unas décimas superior en la encuesta de julio. La desviación típica en febrero es 2,96. Este resultado es algo mayor que el obtenido en junio, con una desviación típica de 2,58. Las puntuaciones mínimas son 4 y 5 en T1 y T2, respectivamente, y la puntuación máxima 16 en ambos momentos (fig. 1).
Figura 1.Grados de satisfacción vital y estado de ánimo en febrero y julio.
La distribución de las puntuaciones en satisfacción vital y en estado de ánimo se puede dividir en varios grupos a partir de la puntuación media y la desviación típica, para observar qué porcentaje del total de individuos puntúan bajo o alto en cada variable. En el caso de la satisfacción vital, 11 personas se sitúan por debajo de la puntuación media menos una desviación típica en febrero, y 10 en julio. Respecto al estado de ánimo, en febrero se sitúan 15 individuos por debajo de la media menos la desviación típica y en julio, 10 personas (tablas 3 y 4).
Respecto a la relación entre satisfacción vital y estado de ánimo, se halla una correlación positiva estadísticamente significativa entre satisfacción vital y estado de ánimo (p < 0,05), con un coeficiente de Pearson de 0,635 en febrero. Igualmente ocurre en la aplicación de julio (p < 0,05), aunque menor que en febrero (0,435). En cuanto a las puntuaciones en BS entre febrero y julio, no se encuentran diferencias estadísticamente significativas entre las puntuaciones en satisfacción vital de febrero (media = 13,17) y de julio (media = 12,86); t(120) = 0,473, p > 0,05. De igual modo ocurre en el caso del estado de ánimo, no se hallan diferencias estadísticamente significativas entre las puntuaciones de febrero (media = 12) y de julio (media = 12,28); t(120) = -0,554, p > 0,05.
DISCUSION
El primer aspecto de la discusión tiene que ver con el tipo de diseño empleado y las limitaciones derivadas de él: muestreos sucesivos con grupos de individuos distintos21. Al tratarse de encuestas a grupos independientes, la composición de cada grupo puede explicar los cambios en los grados de BS por encima de la variable «tiempo transcurrido desde la prejubilación», ya que, entre otras variables extrañas, no se controla la participación de los individuos en las 2 aplicaciones del cuestionario. Por ejemplo, el aprendizaje derivado de la realización del cuestionario puede actuar como un sesgo en la respuesta en la segunda aplicación para algunos individuos, o cuántas personas contestan en la primera aplicación y no en la segunda. Para atribuir cambios al efecto del tiempo sería necesario controlar al máximo todas las variables que puedan tener incidencia, lo que conlleva de facto que la composición de la muestra sea la misma. No obstante, el diseño sí permite describir al grupo y hablar de las posibles relaciones entre variables y de variaciones entre puntuaciones, de forma general, para toda la muestra21.
Acerca de las variables sociodemográficas, el grupo se compone principalmente de varones casados, cuyas parejas no suelen trabajar fuera de casa. Este perfil responde a la fuerza laboral que entró en la empresa hace 30 o 40 años, reflejo de la sociedad española de entonces donde principalmente el papel del mantenimiento de la familia recaía en el varón, y la mujer se dedicaba a trabajos del hogar. La mayoría de las personas tiene un nivel de estudios medios, algo bastante normal en la población de hace 30 años donde muy pocas personas podían acceder a los estudios universitarios. Por otro lado, para acceder a ciertos puestos por oposición era requisito poseer cierta titulación académica, que solía consistir en estudios de formación profesional.
Los resultados sobre las variables laborales muestran que el último horario laboral es el de mañana, el más frecuente en los departamentos de secretaría, administración y servicios comerciales, coincidiendo con el horario de los encargados y jefes, que a veces extienden su jornada por tareas de administración y mantenimiento (horario partido y rotatorio). Acerca de las categorías laborales, todas están afectadas por el plan de prejubilación, lo que coincide con lo expuesto por Bazo22, en el que el único requisito de los planes de prejubilación es la edad6,22. Sobre el número de ascensos, la mayoría de los prejubilados ha tenido varios ascensos durante su vida laboral, lo que puede estar relacionado con el gran porcentaje de individuos (cerca del 70%) que cree haber tenido suficientes oportunidades de promoción dentro de la empresa.
Acerca de la satisfacción vital, las puntuaciones medias y desviaciones típicas difieren levemente entre los 2 momentos temporales. Los resultados en ambos momentos son ligeramente superiores a los obtenidos por otros investigadores en sus trabajos, que expresan una media de 12,5 y una desviación típica de 4,417,18. Quizá esta ligera diferencia se deba a la juventud del grupo (entre 50 y 60 años) comparada con los grupos de las investigaciones de referencia (más de 60 años). No obstante, la relación entre el BS y la edad es todavía un tema de controversia12. Los índices de fiabilidad obtenidos son ligeramente menores a los obtenidos por Montorio18 y Mendoza19, de 0,750 y 0,719, respectivamente. Otro aspecto interesante es que aproximadamente un 18% del total de personas, en ambos momentos, se encuentra por debajo de la puntuación media menos una desviación típica. Ello parece concordar con lo reflejado en otros estudios sobre jubilados, donde la mayoría de los retirados se muestra contento con su situación10,16. Los porcentajes observados de personas insatisfechas tras el retiro se sitúan entre un 30%10 y un 20%8.
Sobre el estado de ánimo, las puntuaciones medias y las desviaciones típicas difieren levemente en ambos momentos, y son superiores a la recogida por Lawton, una puntuación media de 11,3 y una desviación típica de 3,7. Ello puede deberse, al igual que en la satisfacción vital, a la juventud del grupo frente a mediciones en grupos de personas más mayores. Acerca de la fiabilidad de las puntuaciones, cuando se comparan los índices obtenidos con los recogidos por Montorio18 y Mendoza19 de 0,80 y 0,78, respectivamente, son visiblemente inferiores, sobre todo en julio, por lo que hay que considerar las puntuaciones en estado de ánimo con mucha reserva y cautela. Al igual que con la variable satisfacción vital, entre un 18% (en julio) y un 23% (en febrero) del total de individuos se encuentra por debajo de la media menos una desviación típica. Este grupo de personas manifiesta un bajo o muy bajo estado de ánimo. Este hecho es coherente con lo observado en los estudios de Yanguas10 y Martínez et al8 sobre los grupos de personas insatisfechas tras el retiro.
Respecto a la trayectoria del BS en un período de 5 meses, las variaciones en los componentes cognitivo y afectivo han sido mínimas y las diferencias entre estado de ánimo y satisfacción vital no son significativas. Ello está en la línea con la estabilidad de la satisfacción vital recogida por Villar et al23, pero no con los resultados de diversos estudios recogidos por Diener12, los cuales sí registraron variaciones en el componente afectivo. El intervalo entre las 2 encuestas (sólo 5 meses) podría ser la causa de los cambios mínimos en el BS. Una posible explicación se basa en el modelo de jubilación propuesto por Atchley24 según el cual habría un primer período (de 6 meses) denominado de «luna de miel» caracterizado por sentimientos de euforia y continua realización de actividades, tras lo cual podría replantearse la situación vital.
Los resultados hallados sobre la relación entre la satisfacción vital y el estado de ánimo son coherentes con los de otras investigaciones, donde se expresa la existencia de un fuerte factor común de BS11,12,23. Las correlaciones encontradas apoyan también la estructura teórica y empírica mayoritariamente aceptada en el mundo científico. Finalmente cabe destacar la utilidad de los instrumentos de evaluación para población de 65 y más años en poblaciones más jóvenes de entre 50 y 60 años, lo que también apoya la existencia del constructo de BS en otros grupos.
Por último, destacamos la necesidad de un mayor número de estudios de seguimiento longitudinal con personas prejubiladas para caracterizar aún más a esta población y poder hacer comparaciones que ayuden a la comprensión de los factores que faciliten una adecuada y satisfactoria transición a la jubilación, sobre todo la construcción de la nueva identidad y del rol tras el abandono del trabajo junto con el papel de las actividades de ocio y de ocupación del tiempo libre.
AGRADECIMIENTOS
Los autores quieren expresar su agradecimiento a la Asociación de Mayores de Telefónica de Huelva y a la Asociación de Prejubilados de Telefónica de Sevilla por su colaboración, sin la cual no habría podido realizarse este trabajo.
Correspondencia: D. Alejandro Orgambídez Ramos.
Departamento de Psicología. Universidad de Huelva.
Campus de El Carmen.
Avda. Fuerzas Armadas, s/n. 21007 Huelva. España.
Correo electrónico: alejandro.orgambidez@dpsi.uhu.es
Recibido el 25-11-2005; aceptado el 6-6-2006.