ORIGINAL
Comparación del consumo de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos antes y después de una cura termal en personas mayores
Rodero Garduño, I.*; de las Heras Rita, R. M.** y Giménez Herrero, J. B.***
* Especialista en Hidrología Médica. Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Técnico de Salud Pública. Gerencia de Atención Primaria. Ciudad Real. ** Especialista en Hidrología Médica. Director Médico del Balneario de Retortillo (Salamanca). *** Doctor en Medicina. Especialista en Hidrología Médica. Médico Adjunto del Centro de Terapia Termal de Jaraba (Zaragoza).
Correspondencia: Rosa de las Heras Rita. Villamanín, 5. 28011 Madrid.
Recibido el 21-1-98; aceptado el 14-10-98.
RESUMEN
OBJETIVO: Se realizó un estudio descriptivo transversal con tres cortes para comparar el consumo de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE) en una población mayor o igual a 60 años antes y después de una cura termal, con control a los tres meses del tratamiento.
MÉTODO: Para ello, se seleccionaron 64 pacientes reumáticos usuarios de los balnearios de Retortillo (Salamanca) y Serón (Zaragoza). Mediante entrevistas realizadas al inicio, al final y tres meses tras finalizar el tratamiento termal, se recogieron datos sociodemográficos y clínico-terapéuticos (intensidad, características y frecuencia del dolor, grado de incapacidad funcional, posología habitual de la medicación antirreumática).
RESULTADOS: Al final de la cura termal, se observó una disminución del dolor en el 70,3% de los pacientes, y el consumo de analgésicos y AINE disminuyó o se suprimió en el 75%; a los tres meses de la estancia en el balneario, la mejoría del dolor fue evidente en el 77,1%, con disminución o supresión de los fármacos en el 56,2% de los casos. El porcentaje de consumidores diarios de algún fármaco antirreumático resultó ser significativamente inferior tres meses tras el tratamiento termal que al inicio (diferencia= 37,5%; P< 0,05).
CONCLUSIONES: En conclusión, hemos encontrado una disminución significativa del dolor reumatológico y del consumo de analgésicos y AINE durante y después de una cura termal, mejoría que se mantiene al menos durante tres meses.
Palabras clave
Balneoterapia. Analgésicos. Antiinflamatorios no esteroideos. Enfermedades reumáticas. Dolor reumatológico.
Comparison of the analgesics and non-steroid antiinflamatory drugs consumption before and after a thermal treatment in elderly people
SUMMARY
INTRODUCTION: A descriptive cross-sectional study was developed in order to compare the consumption of analgesics and non-steroid anti-inflammatory drugs (NSAID) among a 60 years-old and over population before, at the end and three months after a thermal treatment.
METHOD: Sixty four rheumatic patients attending Retortillo (Salamanca) and Serón (Zaragoza) health resorts were selected. Socio-demographic and clinical-therapeutic severity and characteristics of pain, degree of functional limitations, and usual antirheumatic drugs intake data were registered by means of interviews, on arrival at the spa hotel, at the end of the thermal water treatment and three months after the end of treatment.
RESULTS: Seventy percent and 75% of the patients, respectively, experimented an important reduction in pain as well as in analgesics and NSAID consumption at the end of the treatment; three months after the treatment, 77% of the patients reported improvement as regards pain, and drugs were reduced or supressed in 56,2% of the cases. The percentage of consumers who take antirrheumatic drugs daily turned out significantly lower as compared with the starting values (difference= 37,5%; p< 0,05) three months after balneotherapy.
CONCLUSIONS: In conclusion, we found a significant pain-reducing effect and a decreased intake of analgesics and NSAID during and after the balneotherapic treatment. This effect lasts at least 3 months.
Key words
Balneotherapy. Analgesic. Non-steroid Antiinflammatory Drug. Rheumatic Disease. Rheumatic Pain.
INTRODUCCION
Las enfermedades reumáticas constituyen actualmente un importante problema para los servicios públicos de salud dada su alta prevalencia. El estudio Reumatos 90 (1) describe una tasa de morbilidad por estas enfermedades del 12,7% en población mayor de 15 años, alcanzándose el 25,7% en poblaciones de mayores de 60 años. Otras encuestas (2-5) también presentan la afectación osteomuscular como el trastorno más frecuentemente declarado en ancianos, con prevalencias entre 30,6% y 55%. Además, suponen un número elevado de consultas médicas 35% en Atención Primaria (1) e incapacidades, junto a un fuerte impacto económico, fundamentalmente por gastos sociales indirectos (6). En relación con el tratamiento de estos procesos, los antirreumáticos se presentan como el grupo de fármacos consumido en segundo (7) o incluso primer lugar (3) por la población mayor de 65 años.
En definitiva, la alta proporción de recursos sanitarios consumidos y el desproporcionado uso de fármacos en este grupo quizás estén reflejando una distribución inadecuada de los recursos sociales y sanitarios en esta población, y la necesidad de encauzar el manejo de estos pacientes hacia medidas preventivas y rehabilitadoras. Desde este punto de vista, el tratamiento en balnearios representa una alternativa útil para este propósito. Sin embargo, hasta fechas recientes no se han empezado a valorar objetivamente sus potenciales beneficios en el régimen terapéutico de estos enfermos (8).
El objetivo principal de este estudio fue comparar el consumo de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE) en una población mayor o igual a 60 años antes y después de una cura termal, con control a los tres meses. También se describen las principales características sociodemográficas y clínicas de este grupo de pacientes, y su posible asociación con las variaciones en el consumo de estos medicamentos.
PACIENTES, MATERIAL Y MÉTODOS
Se diseñó un estudio descriptivo transversal con tres cortes en el que se incluyeron pacientes que acudieron dentro del Programa de Termalismo Social del IMSERSO a los balnearios Baños de Retortillo (Salamanca) y Baños de Serón (Zaragoza).
Los criterios de inclusión en el estudio fueron: edad igual o superior a 60 años, enfermedad reumática sintomática como motivo principal de estancia en el balneario, y consumo habitual de analgésicos y/o AINE específicamente por su problema reumático. El consumo habitual se definió, en función del tiempo de seguimiento, como la ingesta de al menos una dosis (oral, rectal o parenteral) cada 15 días de alguno de los fármacos anteriores. Del total de 995 clientes que acudieron a los dos balnearios estudiados entre mayo y junio de 1993, 64 cumplían los criterios de inclusión y fueron seleccionados para el estudio.
Todos los pacientes fueron entrevistados y examinados durante su primer día de estancia por el médico hidrólogo del balneario, recogiéndose información sobre datos sociodemográficos (sexo, edad, hábitat y estado civil), diagnóstico reumatológico, número de localizaciones dolorosas, valoración subjetiva de la intensidad del dolor (0= ausencia de dolor, 1= dolor leve, 2= dolor moderado y 3= dolor intenso), características del dolor (espontáneo, a la presión o a la movilización), frecuencia del dolor, grado de incapacitación funcional (tabla I) según los criterios de la American Rheumatology Association (9), posología habitual de la medicación antirreumática (nombre comercial, presentación consumida, número y frecuencia de la dosis habitual), y antecedentes termales en los últimos cinco años.
Tabla I. Grados de incapacitación funcional*. | |
Grado I: | Función normal sin síntomas o a pesar de ellos. |
Grado II: | Cierta incapacidad pero actividad normal sin dispositivos especiales o asistencia. |
Grado III: | Actividades restringidas. Necesita dispositivos especiales o asistencia. |
Grado IV: | Dependencia total. Inmovilizado en cama. |
* Criterios de la American Rheumatology Association. | |
A continuación se les prescribió tratamiento termal, recibiendo todos los pacientes entre 11 y 13 baños a 36-38 °C, de 10 o 15 minutos, e igual número de aplicaciones locales de chorros a 42 °C.
Al final del tratamiento termal todos los sujetos fueron interrogados y examinados de nuevo por el mismo médico. Se recogió información sobre las variaciones en el consumo de antirreumáticos («aumento», «sin cambios», «reducción» o «supresión») y la evolución del dolor durante la estancia («empeoramiento», «sin cambios» o «mejoría»). Se definió como «reducción en el consumo» la disminución de la dosis inicial en al menos un 25%.
A los tres meses de finalizar la cura termal, se les realizó una encuesta telefónica, tras un máximo de seis llamadas tentativas, sobre el número y frecuencia de las dosis consumidas de su analgésico y/o AINE habitual a lo largo de esos tres meses, información recogida en una ficha-calendario que se les facilitó previamente. Igualmente, se les interrogó sobre la intensidad de su dolor durante ese tiempo.
Para la comparación estadística del consumo de fármacos antes de la cura termal y a los tres meses, se establecieron dos grupos según la periodicidad del consumo: consumidores diarios y consumidores no diarios, y se utilizó la prueba no paramétrica de McNemar, con corrección de continuidad y su correspondiente intervalo de confianza al 95% (10-11). Para determinar la existencia o no de asociación estadísticamente significativa entre los cambios en el consumo de analgésicos y AINE durante el seguimiento y las variables sociodemográficas y clínicas consideradas, se utilizó la prueba de la *2 de Mantel-Haenszel (nivel de significación 0,05), o la prueba exacta de Fisher (2-colas) en aquellos casos en que las variables no se aproximaban a la distribución normal. Para el estudio de la evolución del dolor se utilizó el mismo método. En ambos casos y debido al pequeño número de sujetos, fue necesario analizar la asociación utilizando sólo dos categorías: «disminución» y «no disminución» en el consumo de medicamentos, y «mejoría» y «no mejoría», en el caso del dolor. También se calculó para cada asociación la odd ratio (OR) y su intervalo de confianza al 95%.
RESULTADOS
Veintisiete pacientes de los 600 que acudieron a Baños de Serón y 37 de 395 en Baños de Retortillo cumplían todos los criterios de inclusión. Ninguno de estos 64 sujetos seleccionados rehusó participar en el estudio. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los pacientes de ambos centros termales en cuanto a las características sociodemográficas, termales y clínicas (tabla II), excepto una distribución con pacientes de mayor edad en la población que acudió a Baños de Retortillo (p= 0,014).
Tabla II. Características sociodemográficas, termales y clínicas de los pacientes | ||||
B. Retortillo | B. Serón | Total | ||
Sexo | ||||
Hombres | 10 (27%) | 4 (15%) | 14 (22%) | |
Mujeres | 27 (73%) | 23 (85%) | 50 (78%) | |
Edad* | ||||
60-69 años | 6 (16%) | 12 (44%) | 18 (28%) | |
> 69 años | 31 (84%) | 15 (56%) | 46 (72%) | |
Estado civil | ||||
Casados | 18 (49%) | 13 (48%) | 31 (48%) | |
Viudos | 19 (51%) | 14 (52%) | 33 (52%) | |
Hábitat | ||||
Rural | 19 (51%) | 8 (30%) | 27 (42%) | |
Urbano | 18 (49%) | 19 (70%) | 37 (58%) | |
Antecedentes termales | ||||
Sí | 32 (86%) | 18 (67%) | 50 (78%) | |
No | 5 (14%) | 9 (33%) | 14 (22%) | |
Diagnóstico reumatológico | ||||
Artrosis | 29 (78%) | 22 (82%) | 51 (80%) | |
Osteoporosis | 5 (14%) | 2 (7%) | 7 (11%) | |
A. reumatoide | 4 (11%) | 1 (4%) | 5 (8%) | |
Otros | 5 (14%) | 1 (4%) | 6 (9%) | |
Intensidad del dolor | ||||
I | 16 (43%) | 3 (12%) | 19 (30%) | |
II | 21 (57%) | 19 (73%) | 40 (64%) | |
III | | 4 (15%) | 4 (6%) | |
Grado de incapacitación | ||||
I | 11 (30%) | 6 (24%) | 17 (27%) | |
II | 20 (54%) | 14 (56%) | 34 (55%) | |
III | 6 (16%) | 5 (20%) | 11 (18%) | |
* p= 0,014 entre balnearios. | ||||
La mayoría de los pacientes consumían AINE al inicio del estudio (tabla III), mientras que sólo algunos utilizaban analgésicos para tratar su dolor reumatológico. Los AINE más consumidos eran Piroxicam y Diclofenac sódico, seguidos por Indometacina. Paracetamol y Acetilsalicilato lisina, por este orden, fueron los analgésicos más ampliamente utilizados por los sujetos del estudio. Sólo seis de los pacientes utilizaban más de un fármaco. En relación a la frecuencia de consumo. en ambos balnearios resultó ser mayor la proporción de sujetos clasificados como consumidores diarios, 68% en Baños de Retortillo y 93% en Baños de Serón. No se encontró asociación estadísticamente significativa entre la periodicidad del consumo y el resto de variables clínicas y sociodemográficas.
Tabla III. Medicación antirreumática al inicio del estudio. | ||||
B. Retortillo(n=37) | B. Serón(n=27) | Total(n=64) | ||
Tipo de antirreumático | ||||
AINE | 32 (87%) | 20 (74%) | 52 (81%) | |
Analgésicos | 6 (16%) | 10 (37%) | 16 (25%) | |
Más de un fármaco | 2 (5%) | 4 (15%) | 6 (9%) | |
Frecuencia del consumo* | ||||
Consumidor diario | 25 (68%) | 25 (93%) | 50 (78%) | |
Consumidor no diario | 12 (32%) | 2 (7%) | 14 (22%) | |
AINE: Antiinflamatorios no esteroideos. * p= 0,018 entre balnearios. | ||||
La evolución del dolor y del consumo de fármacos antirreumáticos durante la estancia en el balneario se muestran en la figura 1. Al final del tratamiento termal, el 34,4% de los pacientes habían disminuido al menos un 25% de la dosis inicial del fármaco, y el 40,6% suprimieron el consumo durante la estancia en el balneario. En cuanto al dolor, un 70,3% declararon sentir mejoría al final de la cura termal.
Figura 1. Evolución del dolor y del consumo de analgésicos y AINE durante la estancia en el balneario.
Para la valoración a los tres meses de la estancia en el balneario, 48 de los 64 pacientes iniciales pudieron incluirse, nueve no pudieron ser localizados (cinco en Baños de Serón y cuatro en Baños de Retortillo), y otros siete fueron excluidos debido a distintos motivos no relacionados con el estudio. En la figura 2 se observa la evolución del dolor y el consumo de AINE y analgésicos durante los tres meses posteriores al tratamiento termal. El 77% presentaron mejoría durante este período, se registró disminución del consumo de fármacos en 42,9% de los casos, y 85% no consumieron ningún tipo de antirreumático.
Figura 2. Evolución del dolor y del consumo de analgésicos y AINE durante los tres meses tras la cura termal.
De entre las variables recogidas en la tabla IV, sólo se encontró asociación estadística entre la disminución en el consumo durante los tres meses tras el tratamiento termal y la evolución del dolor (p= 0,04; OR= 4,92) y entre las variables dolor durante la estancia y dolor a los tres meses (p= 0,004, OR= 9,04). La intensidad del dolor inicial y el grado de incapacitación funcional no pudieron ser incluidas en el estudio de asociaciones dado el pequeño número de pacientes en cada categoría.
Tabla IV. Evolución del consumo de analgésicos y AINE y del dolor durante los tres meses tras la cura termal. | ||||||||
Disminucióndel consumo | Mejoría del dolor | |||||||
Sí | No | OR (IC95%) | Sí | No | OR (IC95%) | |||
Sexo | ||||||||
Mujeres | 21 | 16 | 1,09 (0,28-4,23) | 27 | 10 | 0,27 (0,03-2,39) | ||
Hombres* | 6 | 5 | 10 | 1 | ||||
Edad | ||||||||
> 69 años | 20 | 14 | 1,43 (0,41-4,99) | 27 | 7 | 1,54 (0,37-6,43) | ||
60-69 años* | 7 | 7 | 10 | 4 | ||||
Estado civil | ||||||||
Viudos | 13 | 9 | 1,24 (0,39-3,90) | 16 | 6 | 0,63 (0,16-2,46) | ||
Casados* | 14 | 12 | 21 | 5 | ||||
Hábitat | ||||||||
Urbano | 13 | 14 | 0,46 (0,14-1,51) | 19 | 8 | 0,39 (0,90-9,73) | ||
Rural* | 14 | 7 | 18 | 3 | ||||
Antecedentes termales | ||||||||
Sí | 22 | 13 | 2,71 (0,61-12,70) | 26 | 9 | 0,53(0,05-3,23) | ||
No* | 5 | 8 | 11 | 2 | ||||
Dolor en la estancia | ||||||||
Mejoría | 22 | 13 | 2,71 (0,73-10,04) | 31 | 4 | 9,04 (2,0-40,84) | ||
No mejoría* | 5 | 8 | 6 | 7 | ||||
Dolor a los tres meses | ||||||||
Mejoría | 24 | 13 | 4,92 (1,11-21,82) | | | | ||
No mejoría* | 3 | 8 | | | | |||
Consumo en la estancia | ||||||||
Disminución | 23 | 13 | 3,54 (0,89-14,06) | 27 | 9 | 0,60 (0,11-3,27) | ||
No disminución* | 4 | 8 | 10 | 2 | ||||
AINE: Antiinflamatorios no esteroideos. OR (IC95%): Odd ratio (intervalo de confianza al 95%). * Categoría de referencia para la OR. | ||||||||
En el análisis de la proporción de consumidores diarios antes de la cura y a los tres meses, mediante la prueba de McNemar, se obtuvo una reducción de un 37,5% en la proporción de sujetos consumidores diarios, con un intervalo de confianza estimado de 24% a 51% (p< 0,05).
DISCUSION
Este trabajo fue diseñado con la intención de utilizar metodología epidemiológica y procedimientos estadísticos en un campo poco habitual en nuestro país, con el propósito de extraer unos primeros datos sobre el consumo de analgésicos y AINE en relación al tratamiento termal, que permitieran generar una hipótesis causal sobre los efectos beneficiosos de la balneoterapia. Una utilidad adicional es la posibilidad de detectar limitaciones y errores metodológicos y conceptuales a evitar en futuros estudios analíticos.
Los sujetos seleccionados para el estudio supusieron el 6,5% de todos los pacientes enviados por el IMSERSO durante el período de recogida de datos. Esta cifra, notablemente inferior a los sujetos mayores de 65 años que consumen analgésicos o AINE según otros estudios (2, 3, 7, 12), se justifica por las propias restricciones en los criterios de inclusión.
En cuanto al perfil demográfico de los pacientes reumáticos estudiados, resultaron ser predominantemente mujeres, mayores de 70 años y frecuentadores anteriores de la balneoterapia. La proporción de mujeres del estudio fue superior (78%) en relación a la población general (4), dato coherente con la mayor prevalencia de enfermedades reumáticas en mujeres (2-5, 13-16), el mayor consumo de antirreumáticos en mujeres (2, 3, 7), y el mayor número de pacientes del sexo femenino que acuden a los balnearios (12, 17). La distribución de edad, el estado civil y el hábitat no presentaron diferencias importantes en relación a los datos recogidos en encuestas de la población general de esa misma edad (4).
Como era de esperar, la artrosis fue, con diferencia, la enfermedad reumática más frecuente entre los pacientes, coincidiendo con los resultados de las encuestas realizadas a la población mayor de 65 años (1, 4, 13-15, 18, 19), y específicamente entre los usuarios de centros termales (12).
Las especialidades farmacéuticas más consumidas por los pacientes estudiados se corresponden con las registradas como más prescritas por la Seguridad Social dentro de cada subgrupo terapéutico (20, 21), y con las recogidas en un estudio descriptivo anterior en Baños de Serón (12).
Hemos encontrado que al final del tratamiento termal, más del 70% de los pacientes declaraban haber mejorado de su dolor y habían disminuido o suprimido el consumo de antirreumáticos, en consonancia con los estudios revisados (17, 22-26). Sobre estos resultados habría que considerar la posible influencia de otros factores distintos al propio tratamiento termal, como son el reposo, los hábitos alimentarios regulares, una atmósfera libre de estrés, la ocupación del tiempo de ocio, mejores relaciones interpersonales y mejor relación médico-enfermo, etc.
La mejoría del dolor durante el tiempo investigado tras el tratamiento termal también fue muy importante (77% de los pacientes), siendo esta mejoría nueve veces más probable en aquellos que habían presentado una disminución del dolor durante la estancia en el balneario. Al final del estudio, encontramos un 37,5% menos de consumidores diarios de AINE y analgésicos. La disminución o supresión del consumo de antirreumáticos mantenida durante un cierto tiempo tras el tratamiento, ha sido ya descrita previamente en otros estudios (24, 27). La probabilidad de disminuir este consumo es cinco veces mayor en los pacientes con mejoría del dolor durante los tres meses tras la cura termal.
Al haber estudiado pacientes procedentes de dos balnearios con distinta composición mineromedicinal de sus aguas, distintas técnicas de aplicación, y distintos observadores, los resultados obtenidos podrían estar influidos por este hecho. Sin embargo, las variables estudiadas a los 3 meses de la estancia no mostraron diferencias significativas entre los balnearios.
En conclusión, en este estudio hemos encontrado una disminución clínicamente significativa del dolor reumatológico y del consumo de analgésicos y AINE durante y después de un tratamiento balneoterápico en una población igual o mayor de 60 años, mejoría que se mantiene al menos durante tres meses. Estos datos nos deberían hacer considerar la conveniencia de desarrollar en nuestro país estudios controlados similares a los ya realizados en otros países, que demostraran de una manera definitiva el verdadero valor de los centros termales como complemento del tratamiento rehabilitador.
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INFORMACION DE LA SOCIEDAD |
Nuevos diplomados en Medicina Geriátrica y en Gerontología Social |
Durante la realización de la pasada XIX Reunión de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, celebrada los días 16 a 19 de junio, tuvieron lugar las pruebas y calificaciones de los jurados examinadores de los presentados a las convocatorias de 1999 para los diplomas de Medicina Geriátrica y Gerontología Social. Fueron declarados aptos 10, siendo los nuevos diplomados en Medicina Geriátrica los siguientes: Aparicio Hernández-Lastras, Teresa, de Santa Cruz de Tenerife, Tenerife. Para el Diploma en Gerontología Social se ha otorgado el mismo a los dos siguientes: Alcántara Vila, Virginia, de Cáceres. |