Objetivos: Mostrar la importancia del deterioro cognitivo adquirido tras un ictus, con intensidad suficiente para interferir en las actividades básicas de la vida diaria.
Descripción del caso clínico: Varón de 84 años con excelente situación basal (independiente para las actividades básicas e instrumentales y sin deterioro cognitivo) y sin antecedentes personales filiados, únicamente colocación de prótesis de rodilla izquierda. Actualmente no recibe ningún tratamiento farmacológico. Acude a urgencias por episodio de desorientación, fenómenos alucinatorios y heteroagresividad desde esa tarde. En la exploración física se encuentra consciente pero desorientado en las tres esferas, poco colaborador e inatento, verborreico y sin otra focalidad neurológica. Se realiza una analítica de sangre y orina descartando una posible infección, un ECG que se encuentra dentro de la normalidad y una radiografía de tórax sin hallazgos significativos, por lo que se decide realizar un CT de cráneo, en el que se observa un infarto lacunar de 6mm en tálamo izquierdo y datos sugerentes de patología vascular en la sustancia blanca profunda. Ante los hallazgos en las pruebas complementarias y la persistencia del cuadro clínico se decide ingreso en el servicio de geriatría.
En la valoración por geriatría el paciente persiste desorientado, con discurso incoherente, no reconoce a sus familiares y con cuadros de inquietud nocturna durante el ingreso, precisando valoración por psicogeriatría.
Resultados: El paciente cuando es valorado por psicogeriatría permanece con el cuadro confusional, con fluctuación del nivel de consciencia e imposibilidad para realizar la exploración psicopatológica, por lo que ante la presencia de un delirium hiperactivo probablemente secundario al deterioro cognitivo vascular por la lesión isquémica en tálamo izquierdo se inicia primero tratamiento antidepresivo con duloxetina. Posteriormente se introduce un IACE (rivastigmina), un antipsicótico a dosis bajas (quetiapina) y pregabalina, con mejoría clínica, permaneciendo el paciente tranquilo, más orientado, sin nuevos episodios de heteroagresividad y pudiendo recuperar su situación funcional previa.
Conclusiones: La demencia por infarto estratégico es un tipo de demencia vascular de instauración aguda y causada por la presencia de un único infarto o hemorragia en localizaciones específicas implicadas en las funciones cognitivas y la conducta.