Objetivo: Destacar la importancia del abuso financiero como tipo de maltrato en el paciente mayor.
Descripción del caso: Mujer de 86 años que es traída al hospital por intento autolítico. Es independiente para las actividades básicas de la vida diaria, no tiene deterioro cognitivo ni antecedentes psiquiátricos y vive sola en su domicilio (viuda).
Tras ser atendida por el servicio de urgencias, es derivada al programa de psicogeriatría para evaluación.
Pruebas complementarias y resultados: Durante la exploración la paciente relata avergonzada cómo una vecina, con la excusa de los problemas de deambulación de la paciente, se ofrece «altruistamente» a cuidarla, acompañarla al médico, hacer las compras e incluso gestionar su economía. Al mismo tiempo evita que la paciente tenga contacto con sus hijos, delegando en ella prácticamente todas las actividades. Un día, su vecina acude al banco y, extrayendo una importante suma de dinero de la cuenta corriente de la paciente, se da a la fuga.
Tras nuestra intervención, la paciente denuncia el caso y se va a vivir con una de sus hijas, recuperándose con éxito.
Conclusiones: La influencia indebida es un tipo de maltrato en el anciano que consiste en la explotación o uso ilegal de los fondos o recursos de una persona de edad avanzada. La prevalencia, por lo general subestimada por la falta de denuncias, es del 0,5-5%. Los sujetos más vulnerables son aquellos de edad avanzada, con renta media/alta, que sufren aislamiento social y geográfico y que tienen algún tipo de enfermedad, déficit motor o cognitivo. El agresor suele ser un individuo con trastorno de personalidad antisocial, rasgos sociopáticos o enfermedad mental, que se relaciona con la víctima e incluso convive con ella. Poco a poco crea una situación de dependencia víctima-agresor a través del ofrecimiento de falsos gestos de buena voluntad, manipulando y aislando a la víctima, para finalmente causarle perjuicio (pérdida económica).
Esta situación debe ser identificada y manejada adecuadamente por los profesionales sanitarios, diagnosticando, previniendo y tratando las secuelas psicológicas que puedan aparecer para evitar pérdidas emocionales en las víctimas, con el fin de preservar su autonomía y patrimonio.