El Tai Chi es un tipo de actividad cada vez más aplicada en el campo de la medicina y de la rehabilitación como terapia alternativa. Los resultados de este trabajo de revisión reflejan como la población de mayores obtiene beneficios a nivel psicológico y físico, lo que se refleja en la mejora de las funciones físicas y en una reducción del miedo y número de caídas, disminuyendo también los niveles de depresión. Además, diferentes grupos de personas que padecen distintas patologías obtienen mejoras sobre la calidad de vida relacionada con la salud, reduciendo considerablemente la sintomatología asociada a la misma.
Thai Chi is increasingly used in the field of medicine and rehabilitation as an alternative therapy. The results of this review show that older persons obtain physical and psychological benefits from this activity. These benefits are reflected in improved physical functions, reduced fear and fewer falls, which also reduce levels of depression. Furthermore, symptoms are considerably reduced in distinct groups with various diseases, thus improving health-related quality of life.
Son numerosas las estrategias empleadas para promocionar la salud en las personas, existiendo en la actualidad un interés creciente por técnicas propias de la medicina alternativa1. Dentro de la misma, es destacable el potencial de la medicina tradicional china, la cual se fundamenta en técnicas como la acupuntura, la medicina herbal y la realización de diferentes tipos de ejercicios físicos, entre los que se encuentran el Tai Chi2, cuyos fundamentos se basan en la realización de movimientos lentos, rítmicos y controlados acompañados de una respiración profunda y de concentración mental3.
Se trata de un tipo de actividad física practicada durante los últimos 300 años por millones de chinos de edad avanzada4 que en la actualidad está comenzando a expandirse por países occidentales como los Estados Unidos1–5. La primera información que aparece en América sobre el Tai Chi se recoge en la publicación elaborada por un médico a partir de su propia experiencia. Posteriormente, surge el primer estudio basado en los principios propios del Tai Chi con el objetivo de estudiar a pacientes con artritis reumatoide4.
Las características que definen esta disciplina hacen que se pueda adaptar a participantes de diferentes edades y género, lo que puede favorecer el desarrollo de una mejor calidad de vida y un envejecimiento saludable6.
En la actualidad las investigaciones sobre el Tai Chi están aumentando de forma significativa, y cada vez son más los trabajos que prueban los efectos positivos que la práctica de este ejercicio físico tiene sobre el estado de la salud7.
Efectos del Tai Chi sobre los mayoresEl Tai Chi como ejercicio saludableEl sistema locomotor se deteriora con la edad, lo que se refleja en una reducción de la masa muscular y de la fuerza, así como en deficiencias en la movilidad y coordinación8. La actividad física regular es considerada una de las estrategias más eficaces para prevenir las principales causas de morbimortalidad en los países occidentales, siendo un recurso esencial en la promoción de la salud9.
El Tai Chi está considerado como una actividad física adecuada para mantener o mejorar la salud. El trabajo mente-cuerpo que lo caracteriza, así como el bajo impacto reflejado sobre las articulaciones, hace que este tipo de técnica se diferencie de otros medios, como la carrera y el trabajo con pesas10. En este sentido, la combinación de cambios de apoyo de una a dos extremidades de forma lenta y los pasos con cambios de dirección completa que se desarrollan durante la práctica del Tai Chi son más efectivos que la acción del paseo cotidiano, con relación a la consecución de mejoras en las actividades de la vida diaria11.
Un estudio realizado con 100 sujetos (54 hombres y 46 mujeres) practicantes de Tai Chi, confirma que la intensidad empleada en su práctica resulta apropiada para poblaciones de diferentes edades y sexo. La muestra se dividió en 3 grupos de sujetos, de 25–44, 45–64 y 65–80 años, a los que se les midió el ritmo cardíaco durante un test de máximo esfuerzo y durante la práctica del Tai Chi. En comparación con los resultados obtenidos en el test de máximo esfuerzo, el ritmo cardíaco durante la práctica del Tai Chi en los diferentes grupos de edad supuso un 57,8+/−3,7%; 56,6+/−3,4%, y 55,1+/−3,1% para los hombres y 52,7+/−2,8%; 51,5+/−2,6%, y 50,3+/−2,9% para las mujeres, respectivamente, no existiendo diferencias significativas entre los distintos grupos12.
Efectos sobre variables biológicas:La práctica del Tai Chi ha demostrado tener beneficios sobre diferentes variables biológicas en los mayores.
Un grupo de 51 hombres de 65 años o más que participaron en un programa de Tai Chi durante 50min, 3 veces en semana durante 6 meses, reflejaron un aumento de la fuerza de los brazos y una mejora de la flexibilidad de las extremidades inferiores13, lo que coincide con otro estudio donde también se observaron mejoras en la flexibilidad y movilidad14. Además, la práctica de este ejercicio se relaciona con una bajada de la presión sistólica y diastólica13,15. Una investigación comparó a 33 sujetos divididos en tres grupos de edades comprendidas entre los 68–71 años que habían hecho Tai Chi durante los últimos años, con una frecuencia de 3 veces en semana durante 54min, y dos grupos sedentarios de 66 a 68 y de 22 a 24 años que no habían realizado actividad física en los últimos 5 años. El grupo de Tai Chi mostraba una mayor capacidad y tono, así como un mayor flujo y menor resistencia en las venas de las piernas que el grupo de mayores sedentarios. Las variables hemodinámicas de venas y arterias en el grupo de mayores que practicaban Tai Chi y en el grupo de jóvenes sedentarios fueron similares. El grupo de mayores que habían practicado Tai Chi mostró un mayor flujo en la circulación sanguínea de la piel en comparación con el grupo de mayores sedentarios, no existiendo diferencia en estos valores entre el grupo de mayores de Tai Chi y el de jóvenes sedentarios16.
En otra investigación se compararon los efectos del Tai Chi sobre la respuesta neuromuscular y la biomecánica postural entre 12 sujetos de 28 a 72 años, los cuales fueron seleccionados por tener un buen estado de salud y haber practicado Tai Chi regularmente durante los últimos 4 meses. El estudio muestra como los músculos de las piernas actúan de forma concéntrica, excéntrica e isométrica durante la realización de los ejercicios, existiendo diferencias entre las acciones musculares referidas a la velocidad de ejecución y la edad. Los datos reflejaron cómo el ciclo de activación muscular disminuía cuando la velocidad del movimiento aumentaba, sin haber diferencias entre los grupos de mayores y jóvenes en esta variable. Sin embargo, se apreciaron diferencias significativas en el grupo de mayores en correlación con el grupo de jóvenes en la longitud de zancada (0,92±0,12m vs 0,99±0,07m) y en la altura las posturas 95,1±2,3% vs 89,9±2,2%; respectivamente. Por otro lado, la duración de la activación muscular fue más corta en el grupo de mayores que en el de jóvenes, en especial durante las acciones isométricas del semitendinoso. La acción muscular con una velocidad rápida de movimientos fue menor en el grupo de mayores que en el de jóvenes en referencia al músculo peroneo largo y tibial anterior17. Un estudio analizó la fuerza muscular de las extremidades inferiores entre un grupo de 61 mayores de 60 años entre los que se encontraban un grupo de 21 sujetos que habían practicado Tai Chi diariamente durante 60mins en los últimos 4 años, un grupo de 18 sujetos que habían practicado jogging 1h durante los últimos 4 años y un grupo control formado por 22 mayores que no habían realizado ningún tipo de actividad física en los últimos 5 años. Los datos reflejaron como la fuerza concéntrica de los extensores y flexores de la rodilla, así como la flexión del tobillo y la resistencia muscular fueron significativamente inferiores en el grupo control sedentario en comparación con el grupo de Tai Chi y de jogging. Aunque el grupo de Tai Chi mostró los niveles más altos en la fuerza de los extensores de la rodilla, no se encontraron diferencias significativas en ninguna de las variables medidas entre el grupo de Tai Chi y jogging18. Otra investigación demostró mejoras en la fuerza de los músculos flexores y extensores de la rodilla y el tobillo en un grupo de 69 mayores que habían practicado Tai Chi14 (tabla 1).
Efectos del Tai Chi sobre miedo y riesgo de caídas en los mayores
Autor | Estudio | Muestra | Frecuencia y duración | Resultados |
Taggart22 | Cuasi-experimental sin grupo control. | 69 mujeres de 65 en adelante. | 2 sesiones/semana; 30min/sesión, 3 meses | Mejoras en el equilibrio (p<,001), movilidad funcional (p<,05), y reducción del miedo a las caídas (p<,001) |
Wolf et al23 | Cuasi-experimental | 291 mujeres y 20 hombres 70–97 años | 2 sesiones/semana; 60min/sesión, incremento progresivo hasta 90min/sesión. 48 semanas | Mejoras del grupo de Tai Chi después de 48 semanas de un 13,4% en (ABC) (59,2 vs 47,9 p<,001) en comparación con el grupo educación con mejoras del 4,2% El grupo de Tai Chi obtiene mejoras significativas en el (FES) (17,6 vs 21,2 p<001). El 48% de los sujetos no tuvieron caídas durante las 48 semanas de estudio. El 47,6% en el grupo de Tai Chi tuvieron, al menos, una caída, siendo este porcentaje del 60,3% en el grupo de educación |
Satín et al24 | Grupo de Tai Chi y grupo de educación para la salud | Los participantes del grupo de Tai Chi sin previas fracturas reducen el riego de caídasde forma significativa (RR=058; 95% CI: 38 0,90). | ||
Wolf et al15 | Cuasi experimental Grupo de tai chi, grupo de equilibrio computerizado y grupo de educación para la salud | 38 hombres y 162 mujeres. 70 años o mayores | 2 sesiones/semana; 45min/ sesión, 15 semanas | El grupo de Tai Chi reduce el riesgo de múltiples caídas en un 47,5% |
Voukelatos et al25 | ExperimentalCon grupo de control | 115 mujeres y 587 hombres. 60 años o mayores | 1h/semana; 16 semanas | El riesgo de caídas disminuye casi el 50% en el grupo de tai chi entre la semana 16 y 24. Disminución significativa del riesgo de múltiples caídas. |
Choi et al14 | Cuasi-experimental Sin grupo de control | 15 hombres y 44 mujeres. 60 años o mayores | 3 sesiones/semana; 35min/sesión; 12 semanas. | No se aprecian diferencias significativas en las caídas. |
Logghe et al26 | ExperimentaCon grupo de control | 191 mujeres y 78 hombres. 77 años de media | 1h 2 veces en semana durante 13 semanas. | No se aprecian diferencias significativas en las caídas. |
ABC: Balance Confidence Scale; FES: Falls Efficacy Scale; IC: Intervalo de confianza; RR: Ratio de riesgo en caídas.
La coordinación óculo-manual puede mejorar en personas mayores que practican Tai Chi con frecuencia. El análisis del nivel de coordinación en un grupo de 22 sujetos de 67 años, en adelante, que había practicado Tai Chi durante los 3 últimos años con una frecuencia de 6 a 7 veces por semana de 1 a 2h, mejoró el control motor a través de la coordinación óculo-manual de las extremidades superiores19. En comparación con el grupo control formado por 20 sujetos saludables y activos, el grupo de Tai Chi consiguió una disminución del desplazamiento (p=0,003), tiempo de movimiento (p=0,002) y pausa (p<0,001), así como en el número de submovimientos (p=0,001) en el test de coordinación.
La práctica del Tai Chi puede estar asociada a la mejora del equilibrio sobre una pierna debido al largo tiempo sobre el que se permanece en un único apoyo y a la distribución de la presión plantar durante las situaciones de equilibrio que se provocan durante su realización20. La práctica del Tai Chi demostró mejoras en el equilibrio en un grupo de 19 sujetos con edades comprendidas entre los 68–92 años con algún tipo de intervención quirúrgica en la rodilla, cadera o espalda, mostrando cómo el control de las piernas aumentaba tras 3 semanas de 5 sesiones semanales de 1,5h. En comparación con el grupo control, el grupo de Tai Chi redujo el número de sujetos que tuvieron tropiezos (p=0,005), así como la distancia media en los pasos cruzados (p=0,038). También se produjo un incremento en el uso del golpe de talón (p=0,001), así como en la separación angular referida al centro de masas y de presiones en el movimiento de golpeo del talón derecho (p<0,067). Las mejoras de estas variables reflejaron efectos positivos sobre la posición de los pies, y una mayor tolerancia ante diferentes situaciones que puedan producir inestabilidad21.
Existen diferentes investigaciones que han estudiado el efecto del Tai Chi sobre el miedo y la reducción de caídas en los mayores (tabla 1). Se ha comprobado cómo el Tai Chi puede reducir el miedo a las caídas en un grupo de 69 mujeres que siguió un programa de intervención con este tipo de terapia22. Wollf et al23 y Sattín et al24 demostraron como el Tai Chi puede mejorar el equilibrio y reducir el miedo y el número de caídas en un grupo de 311 sujetos con caídas previas.
Un estudio demostró una reducción del porcentaje de caídas en un grupo de 200 sujetos15. Más recientemente, otra investigación con 702 sujetos que vivían en una comunidad demostró cómo el ratio de 2 o más caídas fue diferente en el grupo de Tai Chi, en comparación con el grupo control, apreciándose una reducción del riesgo múltiple de caídas en el primero25. Por otro lado, un estudio desarrollado con 63 mayores que vivían en residencias no reflejó diferencias significativas en los episodios de caídas en el grupo de mayores que participó en el programa de Tai Chi14; lo que coincide con los resultados de otra investigación más reciente desarrollada con una muestra de 269 mayores residentes en su hogar y con riesgo de caídas26.
La práctica del Tai Chi produce mejoras sobre los mayores con edades comprendidas entre los 60 y 90 años que padecen problemas con el sueño. La aplicación de un programa de intervención con Tai Chi durante 24 semanas y 3 sesiones semanales de 1h en un grupo de 16 sujetos mejoró las variables medidas con el Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI) referidas a la calidad, eficacia, duración y perturbaciones del sueño, en comparación con otro grupo de 18 sujetos que realizaron actividad física de bajo impacto27. Una investigación más reciente, donde se aplicaron 2 programas de intervención durante 16 semanas a un grupo de 59 sujetos de 59 a 86 años que practicó Tai Chi durante 40min 3 veces en semana, coincide con los resultados del estudio anterior. Los datos obtenidos con el PSQI reflejaron mejoras en todas sus variables, en comparación con otro grupo de 53 sujetos que recibió educación para la salud28.
Por otro lado, está demostrado que la intervención con Tai Chi durante 20 semanas puede incrementar la magnitud y duración de la respuesta de los anticuerpos ante el virus de la gripe en un grupo de 50 sujetos mayores de 70 años que recibieron 1h de Tai Chi 3 veces en semana29. El grupo de Tai Chi formado por 27 sujetos incrementó la respuesta de los anticuerpos de forma significativa en un 173, 130 y 109% durante la semana 3, 6 y 20, respectivamente, en comparación con el grupo control formado por 23 sujetos, donde solo se produjo un incremento del 58 y 54% en la semana 3 y 20, respectivamente.
Un estudio realizado con una muestra de 112 sujetos de edades comprendidas entre los 59–86 años, mostró cómo los niveles de inmunidad celular ante el virus de varicela aumentaban después de 25 semanas de práctica de Tai Chi durante 40min y 3 sesiones semanales. En comparación con otro grupo que había recibido educación para la salud, en la semana 16 el grupo de Tai Chi mostró un incremento referido a la frecuencia de las células mediadoras en la inmunidad ante la varicela de un 24% frente al 13% del grupo de educación. Después de la intervención, el incremento del grupo de Tai Chi fue del 38% frente al grupo de educación para la salud con un 28%. Por otro lado, el grupo de Tai Chi mostró mejoras significativas en la función física, dolor corporal, vitalidad y salud mental30.
Efectos sobre variables psicosociales:Se han demostrado los efectos beneficiosos del Tai Chi sobre las variables psicosociales en diferentes grupos de mayores sanos o con diferentes patologías (tabla 2).
Efectos del Tai Chi sobre variables psicosociales en personas mayores
Autor | Estudio | Muestra | Frecuencia y duración | Resultados |
Li et al31 | Experimental con grupo de control | 94 pacientes mayores de 65 años | 6 meses. 2 sesiones/sem; 60min/sesión 6 meses | Mejoras en la percepción de la salud (p<0,001) |
Taylor-Piliae et al32 | Cuasi-experimental. Sin grupo de control | 39 pacientes de 66 años. | 3 sesiones/sem; 60min/sesión. 12 semanas | Los resultados muestran mejoras significativas en el estado de humor, reducción del estrés percibido, así como un aumento en la autoeficacia y en la percepción del apoyo social |
Chou et al33 | Experimental con grupo de control | 14 pacientes. 72 años | 3 sesiones/sem; 45 min/sesión. 12 semanas | Mejoras significativas en las variables medidas con el (CES-D) a nivel de la sintomatología física p<0,01; efectos negativos p<0,01; aspectos interpersonales p<0,05 y en el bienestar p<0,05 |
CES-D: Center for Epidemiological Studies Depresion Scale.
Una investigación comprobó cómo el Tai Chi puede proporcionar beneficios sobre la función física, en relación con la mejora en el desarrollo de las actividades de la vida diaria. Los resultados obtenidos en la encuesta Short-Form General Health Survey (SFGHS) comprobaron cómo el grupo Tai Chi formado por 49 sujetos, que partían con niveles bajos en la función física y una percepción baja del estado de salud, fueron los que más beneficio obtuvieron, en comparación con los 45 sujetos del grupo control, en relación con una mejora en la función física31. Está comprobado que la práctica del Tai Chi puede mejorar diferentes variables psicosociales que pueden ocasionar estrés sobre el sistema cardíaco en pacientes con riesgo cardiovascular32. Además, se han demostrado los efectos beneficiosos de la práctica del Tai Chi sobre los síntomas asociados a la depresión en un grupo de 7 pacientes que practicaron este ejercicio, frente a otro grupo control de 7 pacientes que no obtuvieron mejoras33. Más tarde, este estudio fue replicado por los mismos autores34 ajustando las variables psicosociales relacionadas con el apoyo social, las cuales no se tuvieron en cuenta en el primer estudio, que se relacionan con la familia, amigos, relaciones de confianza y los planes de vida. Los efectos positivos del Tai Chi sobre la sintomatología depresiva en el grupo de mayores se mantenían después de controlar las variables referidas a la edad, género y educación. Sin embargo, después de ajustar los cambios referidos al apoyo social los efectos que producía el Tai Chi sobre los síntomas de la depresión desaparecieron.
Efectos del Tai Chi sobre diferentes patologíasDiferentes investigaciones han analizado los beneficios que el Tai Chi aporta a los mayores con osteoartritis, diabetes y Parkinson (tabla 3).
Beneficios de la práctica del Tai Chi sobre la osteoartritis y la diabetes
Autor | Estudio | Muestra | Frecuencia y duración | Resultados |
Fransen et al7 | Experimental con grupo de control | 152 sujetos Grupo hidroterapia (n=55); grupo Tai Chi (n=56); grupo control (n=41). 59–75 años | 2 sesiones semanales, 1h/sesión, 24 semanas | El 67%, 46% y 15% de los grupos de hidroterapia, Tai Chi y control respectivamente relataron que su rodilla y cadera mostraban señales de mejora. El 49%, 34% y el 10% relataron que el estado de su rodilla y cadera fue excelente, muy buena o buena |
Wang10 | Cuasi-experimental. Sin grupo de control | 12 sujetos 58-75 años | Todos los días de la semana 30min/sesión, 8 semanas | Disminución de glucosa en sangre (P<0,05), aumento del números y capacidad de receptores (P<0,05). Incremento de insulina en sangre (P<0,05) |
Li et al35 | Cuasi-Experimental. Sin grupo de control | 17 sujetos. 71 años o mayores. | 5 sesiones consecutivas de 90min | 14% de mejora en los test (50-ft speed-walk test y Up-and-go), y un 13% en The functional-reach test |
Un estudio en el que se compararon 3 grupos (hidroterapia, Tai Chi y control) con osteoartritis en cadera o rodilla demostró cómo los 2 primeros obtuvieron mejoras en relación con el dolor y a nivel físico después de la intervención. En comparación con el grupo control, el grupo de hidroterapia mostró resultados significativos de mejora en el dolor y en los tests up and go (como medida del tiempo en levantarse de una silla, recorrer 3 metros, regresar y sentarse), 50-foot walk time (que refleja el tiempo en recorrer 50 pasos) y en timed stair climb (referido al tiempo empleado en subir escaleras). Por otro lado, el grupo de Tai Chi obtiene mejoras significativas en el test timed stair climb en comparación con el grupo control17.
Otra investigación muestra cómo las mujeres mayores que padecen diabetes tipo II pueden mejorar su salud después de la práctica del Tai Chi10, obteniendo beneficios sobre el mantenimiento de los niveles óptimos de insulina en sangre y aumentando la sensibilidad de la insulina, propiciando la labor del metabolismo que interviene sobre la glucosa en sangre.
Por otro lado, se ha demostrado cómo el Tai Chi puede ayudar a mejorar y mantener la salud física en un grupo de mayores con Parkinson que practicaron Tai Chi durante 5 días35. Los pacientes mostraron mejoras en los tests 50-ft speed-walk y up and go, así como en The functional-reach test (medida del límite de la estabilidad en la dirección frontal).
Efectos del Tai Chi sobre la calidad de vidaLos practicantes de Tai Chi perciben beneficios relacionados con la salud y el bienestar; así, las diferentes mejoras físicas, psicológicas, sociales y de estilo de vida que se consiguen pueden repercutir sobre una mejora en la calidad de vida36.
En este sentido, una reciente investigación ha demostrado cómo el Tai Chi mejora la calidad de vida en mayores de 65 años. Durante 25 semanas, 66 mayores que convivían en una residencia participaron en la intervención con Tai Chi tres veces en semana durante 1h, obteniendo mejoras en el componente físico y mental del test Health-related quality of life (HRQOL), que mide la salud relacionada con la calidad de vida en comparación con el grupo control formado por 73 sujetos3.
ConclusionesEl Tai Chi es un tipo de ejercicio recomendado para grupos de diferentes edades que requiere de unos niveles de fuerza muscular y movilidad articular, así como de coordinación motriz, suficientemente significativas para conseguir un efecto positivo sobre la salud y la calidad de vida en los mayores.
Diferentes estudios han verificado los efectos positivos que tienen sobre la salud física en los mayores, apreciándose un aumento en la fuerza de los brazos, en la flexibilidad de las piernas y en la movilidad, así como sobre el mantenimiento y mejora de la fuerza de los músculos de las piernas e incremento de la coordinación óculo-manual. Se trata de una actividad física que puede reducir la presión sistólica y diastólica, actuando positivamente sobre la circulación sanguínea de las extremidades inferiores. Todo ello favorece la mejora de la función física, reduciendo las diferentes limitaciones físicas y mejorando el desempeño de las actividades de la vida diaria de las personas mayores.
También se han demostrado mejoras en el equilibrio y una reducción considerable del riesgo de caídas en una amplia población de sujetos mayores. Por otra parte, otras investigaciones revisadas no han obtenido resultados positivos en referencia con la reducción de caídas.
Existe evidencia de que el Tai Chi puede mejorar la calidad del sueño, fortalecer el sistema inmunitario, mejorar la salud física y reducir el dolor en personas con osteoartritis en la cadera y la rodilla, mejorando, también, los aspectos relacionados con factores psicosociales en mayores con riesgo cardiovascular.
Además, este ejercicio favorece el control glucémico en diabéticos, reduciendo la sintomatología asociada a la depresión y mejorando las capacidades físicas en mayores con Parkinson.
Por tanto, en síntesis, el Tai Chi se presenta como un tratamiento ideal para favorecer el envejecimiento saludable mejorando la calidad de vida relacionada con la salud de las personas mayores.