Objetivos: El patrón alimentario, más allá de la ingesta de determinados nutrientes, está adquiriendo relevancia creciente, ya que facilita la valoración global de las necesidades y la planificación de intervenciones en este campo. Este trabajo tiene como objetivo describir los patrones alimentarios y su relación con la capacidad funcional mediante el empleo de un instrumento adecuado para su utilización en atención primaria.
Métodos: Estudio transversal de 527 sujetos ≥70 años, autónomos y residentes en la comunidad. Se recogieron datos sobre su nivel funcional y la presencia de fragilidad, consumo de alimentos y dieta, medidas antropométricas características socioeconómicas, estado de salud, comorbilidad, farmacia, entre otras. El estudio de consumo y dieta se realizó con una sencilla encuesta adecuada para su uso en atención primaria. Se realizaron análisis de clúster y correspondencias múltiples (ACM) para identificar patrones alimentarios y grupos de individuos de acuerdo a los mismos, a la frecuencia de consumo de alimentos y al cumplimiento de recomendaciones alimentarias para este grupo de edad.
Resultados: Más del 50% de los sujetos tenía sobrepeso o eran obesos, mientras que solo el 3,3% se encontraban en riesgo de malnutrición (según el Mini Nutritional Assessment). Los sujetos considerados frágiles (n=130), según el test de Levántate y anda cronometrado (LAC). eran mayores, tenían un menor nivel de educación, eran más obesos y presentaban peor estado de salud (más síntomas depresivos, polifarmacia, caídas, entre otros) y cumplían con menor frecuencia las recomendaciones alimentarias para ese grupo de edad que los sujetos robustos. Más allá de estas medidas descriptivas, mediante ACM se identificaron tres grupos de sujetos: cluster uno (n=285), cluster dos (n=194) y cluster tres (n=48). Estos tres clusters muestran, comenzando por el cluster uno, un gradiente de creciente pérdida de capacidad funcional, mal estado de salud y peor calidad de dieta.
Conclusiones/recomendaciones: Es necesario y posible incluir de forma sistemática el cribado de problemas nutricionales y el abordaje de los mismos en el ámbito de la atención primaria con el fin de abordar de forma integral el cuidado de la capacidad funcional en la población mayor.