Objetivo: Se propone discutir un caso tratado de forma conservadora con escasa evidencia clínica, consensuado en equipo multidisciplinar.
Caso clínico: Mujer, 90 años, con dolor abdominal difuso y continuo, sin náuseas, fiebre, sudoración u otros síntomas. Cuatro días sin deposición.
Antecedentes: hipertensa, monorrena congénita sin afectación en la función renal, estreñimiento crónico. Cirugía de hernia inguinal. Alérgica a penicilinas.
Exploración: Abdomen distendido, timpánico, ruidos conservados, dolor difuso, más marcado en región umbilical y flanco izquierdo, signos de irritación peritoneal.
VGI: Barthel 100, Lawton 6. FAC 5 con bastón. Sin deterioro cognitivo. Viuda, vive sola, 2 hijos. MNA 10.
TAC: perforación de víscera hueca con peritonitis, no pudiéndose establecer el punto, con importante neumoperitoneo y colecciones extensas, la más grande con nivel hidroaéreo en raíz mesentérica. Probablemente gástrica o de asas intestinales.
Se descartó inicialmente la cirugía por alto riesgo quirúrgico, así como el intervencionismo radiológico por alto número de colecciones. Al ingreso se informó de situación a la paciente y familiares y se valoró con cuidados paliativos, decidiendo conjuntamente mantener antibioterapia, analgesia y nutrición parenteral. Se objetivó mejoría clínica progresiva y sin cambios relevantes en TAC de control, por lo que es valorada por Infecciosas aumentando el tratamiento con tigeciclina. Posteriormente la paciente realizó rehabilitación por síndrome de inmovilidad, se rotó el opioide y se retiró tras 3 semanas la nutrición parenteral, con tolerancia oral adecuada y suplementación oral, continuando una buena evolución clínica y analítica. Nuevo TAC al mes con disminución de la cuantía del neumoperitoneo y las colecciones. Posteriormente fue traslada a la unidad de media estancia tras un mes de ingreso para continuar antibioterapia y fisioterapia, completando tigeciclina intravenosa durante 4 semanas y levofloxacino y metronidazol oral 6 semanas, manteniéndose sin complicaciones hasta la fecha.
Conclusiones: No hay evidencia científica que avale el tratamiento ni el pronóstico de nuestra paciente, siendo clave la toma de decisiones compartida entre el equipo médico multidisciplinar y la paciente. Es necesario investigar casos similares para ayudar a la toma de decisiones y que la edad no sea el único criterio a utilizar.