Hemos leído con mucho interés el artículo de Martín-Pérez et al. sobre el análisis de las encuestas nacionales de salud en relación a la prevalencia de la polifarmacia en la población española mayor de 65 años1. Distintos estudios han puesto de manifiesto el amplio uso de medicamentos en la población de edad avanzada2. Ello podría no tener mayor importancia excepto las posibles consecuencias sobre el gasto en medicamentos, si no fuera porque la polifarmacia se ha asociado a menudo a un mayor uso inapropiado de medicamentos, y lo que es más preocupante, a un aumento de la frecuencia de interacciones farmacológicas y reacciones adversas3. En este sentido nos gustaría añadir más información sobre la polifarmacia en la población de edad avanzada en España, y comentar los datos de nuestro estudio que, aunque obtenidos a partir de un grupo de población de edad avanzada más específico, complementan la información sobre este tema tan relevante4,5.
Realizamos un estudio, observacional, prospectivo, en el que se incluyeron 672 pacientes de 75 años o más, ingresados en servicios de medicina interna de 7 hospitales españoles durante un año. Para poder obtener suficiente información de los pacientes de mayor edad (85 años o más), cada hospital participante incluyó, cada semana del estudio, 2 pacientes, uno de cada grupo de edad (de 75 a 84 años y de 85 años o más). Los pacientes fueron seleccionados de forma aleatoria cada semana, en días consecutivos, a partir del listado de ingreso. Mediante una entrevista a los pacientes y/o familiares, en caso de déficit cognitivo de los pacientes, y la consulta de la prescripción en las historias clínicas electrónicas de atención primaria, se obtuvo información sobre el consumo de medicamentos en las últimas 4 semanas antes del ingreso. En las entrevistas se realizó una anamnesis farmacológica estructurada que consistió en una pregunta abierta sobre el número y los medicamentos consumidos, seguida de varias preguntas sobre el consumo de medicamentos para síntomas y signos comunes para los que a menudo se consume medicamentos. Se consideró polifarmacia el consumo concomitante de 5 o más medicamentos. Los medicamentos se clasificaron en las categorías de la Anatomical Therapeutic Chemical Classification. El uso inapropiado de medicamentos se valoró mediante los instrumentos Beers6 y Screening Tool of Older Person's Prescriptions (STOPP)7,8.
La mediana de edad (Q1-Q3) de nuestra población fue de 82 (79-86) años. La mediana de enfermedades crónicas fue de 3, sin diferencias entre los 2 grupos de edad, siendo la hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las más frecuentes. La mediana de medicamentos consumidos fue de 10 (Q1-Q3 7-13), sin diferencias entre los grupos de edad. En nuestro estudio, el 92,4% de los pacientes tenían polifarmacia, según la definición empleada. Los medicamentos más consumidos fueron los agentes para los trastornos del ácido gástrico, seguidos de los antitrombóticos y los diuréticos. La polifarmacia fue el factor de riesgo más importante para el uso inapropiado de medicamentos, además el riesgo aumentaba con el número de medicamentos consumidos tanto cuando se utilizada el instrumento Beers (OR=8,19 [3,01-228] con 10 o más medicamentos y OR=4,71 [1,71-12,99] de 5 a 10 medicamentos) como cuando se utilizaba el STOPP (OR=8,21 [3,47-19,99] con 10 o más y OR=4,13 [1,74-9,78] de 5 a 9 medicamentos).
A pesar de las diferencias entre las poblaciones de los 2 estudios, consideramos que nuestros datos complementan la información sobre la alta prevalencia de la polifarmacia en la población de edad avanzada española. Coincidimos plenamente con Martin-Pérez et al.1, en la necesidad de identificar a los pacientes mayores con un consumo elevado de medicamentos, porque a menudo, como ha demostrado el estudio que reportamos4, los medicamentos son inapropiados y su uso conlleva un mayor riesgo de efectos indeseados. Por lo tanto, es importante realizar esfuerzos para documentar el tipo de pacientes con polifarmacia y los medicamentos utilizados, con el fin de poder reducir el uso inapropiado y las consecuencias que se pueden derivar de este uso.
Investigadores del grupo Inappropriate Prescription in Older Patients in Spain (PIPOPS)
Coordinator group: Antonio San-José (main investigator), Antònia Agustí, Xavier Vidal, Cristina Aguilera, Elena Ballarín y Eulàlia Pérez
Hospital Universitari Vall D’Hebron, Barcelona: José Barbé, Carmen Pérez Bocanegra, Ainhoa Toscano, Carme Pal y Teresa Teixidor
Hospital San Juan de Dios de Aljarafe, Sevilla: Antonio Fernández-Moyano, Mercedes Gómez Hernández, Rafael de la Rosa Morales y María Nicolás Benticuaga Martínez
Hospital Clínic, Barcelona: Alfonso López-Soto, Xavier Bosch, M. José Palau, Joana Rovira y Margarita Navarro
Hospital Universitari de Bellvitge, Hospitalet de Llobregat, Barcelona: Francesc Formiga, David Chivite, Beatriz Rosón, Antonio Vallano y Carme Cabot
Hospital Juan Ramón Jiménez, Huelva: Juana García e Isabel Ballesteros
Hospital Santa Creu i Sant Pau, Barcelona: Olga H. Torres, Domingo Ruiz, Miquel Turbau, Paola Ponte y Gabriel Ortiz
Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla: Nieves Ramírez-Duque, Paula-Carlota Rivas Cobas y Paloma Gil