Uno de los objetivos del Observatorio de la Sarcopenia de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología es la promoción de actividades formativas y de investigación dirigidas a un mejor conocimiento de este nuevo síndrome geriátrico, la sarcopenia1, para implementar las correspondientes medidas preventivas y/o terapéuticas que permitan aminorar sus consecuencias. Por ello, agradecemos el interés mostrado por Crespo-Salgado y Blanco-Moure que nos permite realizar alguna aclaración al respecto2.
El artículo publicado recientemente en esta revista pretende ser una revisión sobre el conocimiento actual en esta materia3. En el mismo no concluimos que nuestra recomendación para efectuar su correcto diagnóstico sea la realización de técnicas costosas (tomografía axial computadorizada, resonancia magnética nuclear o absorciometría dual de energía de rayos X), si bien las citamos pues son técnicas de referencia. En el mismo artículo se cita un documento de consenso de la European Union Geriatric Medicine Society4, al que nos adherimos, donde se propone una definición de consenso y un algoritmo diagnóstico basado en la detección de los pacientes potencialmente sarcopénicos valorando una velocidad de la marcha alterada y confirmando la disminución de la masa muscular mediante análisis de impedancia bioeléctrica (BIA) y de la fuerza muscular mediante dinamómetro.
La determinación de la masa y fuerza muscular mediante otras metodologías diferentes como son la antropometría o el número máximo de flexiones de brazo que un anciano puede realizar con un peso determinado también pueden ser de utilidad pero su nivel de sensibilidad y especificidad, así como las diferencias interobservadores son mayores, por lo que no se consideran de elección5.
En la citada carta se hace referencia a unos puntos de corte para definir la presencia de sarcopenia no validados en la población española. En especial con la determinación de masa muscular mediante BIA6, se requieren datos de la población de referencia autóctona. Recientemente se han publicado los referidos puntos de corte en la población española (8,31 kg/m2 para los varones y 6,68 kg/m2 para las mujeres)7, adecuados como valores de referencia para poder determinar la presencia de sarcopenia en los ancianos.