ORIGINAL
Valoración geriátrica en ancianos con fractura proximal de fémur
Sánchez Ferrín, P.*; Mañas Magaña, M.**; Asunción Márquez, J.***; Dejoz Preciado, M. T.***; Quintana Riera, S.**** y González Ortega, F.**
* Centro Sociosanitario La Alianza. Barcelona. ** UFISS de Geriatría. Hospital Mutua de Terrassa. *** Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Mutua de Terrassa. **** Unidad de Cuidados Intensivos. Hospital Mutua de Terrassa.
Correspondencia: Pau Sánchez. Centro Sociosanitario La Alianza. Av. St. Antoni Mª Claret, 135. 08025 Barcelona.
Recibido el 19-6-98; aceptado el 20-1-99.
RESUMEN
OBJETIVO: La valoración geriátrica a ancianos con fractura de cadera puede producir diversos beneficios. Nuestra unidad funcional de Geriatría diseñó un estudio intervencional prospectivo para comprobar la eficacia de su intervención.
MÉTODOS: Los ancianos ingresados desde abril de 1996 a junio de 1997 por fractura de cadera se han asignado, de forma aleatoria, en dos grupos. El grupo intervención fue evaluado por la unidad funcional de Geriatría durante el ingreso y el grupo control fue tratado y evaluado de forma convencional.
RESULTADOS: Se evaluaron un total de 206 enfermos, 103 en el grupo control (edad media 82,5 años) y 103 en el grupo intervención (edad media 81,9 años). El grupo intervención presentó menos número de complicaciones hospitalarias (1,7 vs 1,1 complicaciones por enfermo, p= 0,01), consultas a médicos de guardia (51,4% vs 36,8%, p= 0,03), consultas a Medicina Interna (17,4% vs 2,9%, p= 0,0005), consultas a otros especialistas (22,3% vs 11,6%, p= 0,04) y menor prescripción de fármacos (0,5 vs 0,1, p=0,007). No encontramos diferencias significativas en cuanto a estancia media, actividades de la vida diaria ni porcentaje de ancianos institucionalizados. La mortalidad hospitalaria fue de 5,8% en el grupo intervención y del 11,7% en el grupo control pero sin significación estadística.
CONCLUSION: Los ancianos con fractura de cadera valorados por la unidad funcional de Geriatría presentaron menos complicaciones, menos necesidad de consultas a otros especialistas y menor consumo de fármacos.
La colaboración de una unidad funcional de Geriatría en la atención hospitalaria de los ancianos con fractura de cadera parece ser eficaz.
Palabras clave
Unidad Funcional de Geriatría. Valoración geriátrica. Fractura de cadera. Equipo de valoración geriátrica.
Geriatric assessment in elderly with hip fracture
SUMMARY
OBJECTIVE: The practice of geriatric assessment to elderly with hip fracture can have several benefits. Our Geriatric Functional Unit designed a study of prospective interventions to prove the efficacy of these.
METHODS: We have made a randomized selection of the elderly with hip fracture that were hospitalized from April 1996 through June 1997 and have divided them into two groups. The study group was evaluated by the Geriatric Functional Unit during their hospitalization period and the control group was treated and evaluated in a conventional way.
RESULTS: A total of 206 patients were evaluated, 103 in the control group (mean age 82.5 years) and 103 in the study group (mean age 81.9 years). The study group showed a lower rate of complications (1.7 vs 1.1 complications for patient, p= 0.01), of emergency consultations (51.4% vs 36.8%, p= 0.03), consultations to the Internal Medicine unit (17.4% vs 2.9%, p= 0.0005), consultations to other specialists (22.3% vs 11.6%, p= 0.04) and lower level of drugs prescription (0.5 vs 0.1, p= 0.007). We don''t perceive significant differences regarding the average stay, activities of daily living or percentage of nursing home placement. The hospital mortality was of 5,8% in the study group and of 11.7% in the control group, but without statistical significantly.
CONCLUSIONS: The elderly patients with hip fracture evaluated at the Geriatric Functional Unit presented less complications, less need of consultation to other specialists and less drugs consumption.
Geriatric Functional Unit collaboration during the hospitalization period of old people with hip fracture will be able efficient.
Key words
Geriatric assessment team. Geriatric assessment. Hip fracture.
INTRODUCCION
Las Unidades Funcionales de Geriatría y los equipos de Valoración y Cuidados Geriátricos han iniciado, en los hospitales que carecen de unidades o servicios de Geriatría, la introducción de la valoración geriátrica como método diagnóstico en los ancianos y la planificación de altas, con la finalidad de conseguir una utilización más adecuada de los recursos sociosanitarios (1, 2).
Los ancianos con fractura de cadera constituyen un grupo de pacientes que pueden beneficiarse de un enfoque interdisciplinar (3). Se ha demostrado que este tipo de intervención asistencial reduce el número de complicaciones hospitalarias, la estancia media, la institucionalización, los gastos sanitarios y se logran mayores beneficios en la autonomía física (4-7).
Las experiencias de consulta geriátrica a ancianos con una fractura de fémur o ingresados en Servicios de Cirugía Ortopédica y Traumatológica (COT) ya han sido descritas en nuestro país (8-10), pero se han comparado los resultados obtenidos con datos de revisiones retrospectivas de los ancianos atendidos antes del inicio de la intervención de los equipos geriátricos. En nuestro medio no hay estudios prospectivos que evalúen la eficacia de la colaboración de unidades o equipos de valoración geriátricos en la atención de ancianos con fractura de cadera.
El objetivo de este trabajo es comprobar los beneficios de la intervención de una unidad funcional de Geriatría en la valoración de ancianos con fractura proximal de fémur en el momento de su ingreso hospitalario.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se trata de un estudio intervencional prospectivo, en el que se han asignado de forma aleatoria, en dos grupos, a los pacientes de más de 64 años con fractura de cadera que han ingresado en nuestro hospital desde abril de 1996 hasta junio de 1997. Un grupo de pacientes se ha evaluado por la unidad funcional de Geriatría (grupo intervención) y otro grupo ha recibido los cuidados habituales del servicio de COT con interconsultas a los especialistas necesarios (grupo control). El método de asignación se ha efectuado mediante un programa de ordenador que genera números aleatorios.
Hemos utilizado los siguientes elementos en la valoración: actividades básicas de la vida diaria mediante el índice de Katz (11) previo al ingreso, al alta y a los seis meses; necesidad de ayuda mecánica (bastones de puño, bastones ingleses o caminadores) o de otra persona para poder caminar antes de la fractura, estado cognitivo mediante el cuestionario de Pfeiffer (12) al ingreso y al alta, consumo de fármacos antes del ingreso y al alta, índice de comorbilidad de Charlson (13), número de complicaciones intrahospitalarias generales y locales, consultas realizadas a otras especialidades médicas, estancia media, destino al alta, mortalidad hospitalaria, mortalidad a los seis meses, reingresos e institucionalización a los seis meses del alta. El índice de comorbilidad de Charlson asigna valores numéricos a diferentes patologías, fue diseñada inicialmente para valorar pronóstico vital a largo plazo. Las complicaciones y las consultas realizadas a otros especialistas eran revisadas de los datos de la historia clínica durante los días de estancia y en el mismo día del alta; esta revisión la realizaba siempre el mismo médico que pertenecía al servicio de COT y que anotaba también el número de fármacos en el momento del alta hospitalaria. Las complicaciones se definieron según las experiencias de otros investigadores (6) y a partir de un estudio descriptivo previo (14). Se valoraba como delirio los cuadros que constaban como cuadros confusionales o episodios de agitación en los registros o cursos clínicos y precisaron atención médica.
La presencia de demencia como antecedente patológico o diagnóstico previo se valoró de la misma forma en los dos grupos. Se consideró su presencia cuando la familia refería que este diagnóstico lo había realizado un médico, ya fuese su médico de familia, un neurólogo, un geriatra o hubiera sido evaluado por la unidad de diagnóstico de demencia existente en nuestra región sanitaria. No se consideró adecuado utilizar otros criterios por la dificultad que representaba su seguimiento en el grupo control.
Los pacientes de los dos grupos han sido entrevistados en el momento del ingreso y al alta por una enfermera ajena a la unidad que desconocía el grupo al que pertenecía. En la entrevista se obtenían datos sobre convivencia, índice de Katz, cuestionario de Pfeiffer y el destino al alta. A los seis meses, mediante entrevista telefónica, se evaluaba la función física, supervivencia y la posible institucionalización. Para una mayor facilidad al comparar las actividades de la vida diaria se han contabilizado el número de actividades conservadas sobre las seis que mide el índice de Katz.
El grupo intervención era valorado además por una enfermera de la unidad funcional dentro de las 48 horas siguientes al ingreso. Esta enfermera realizaba una valoración geriátrica básica y los resultados se comentaban en una sesión interna del equipo geriátrico donde se decidían las recomendaciones a realizar o la participación de otros profesionales de la unidad en la valoración, como el médico geriatra, trabajadora social, fisioterapeuta o el psicólogo. El funcionamiento de nuestra unidad funcional ha sido descrito en otro trabajo (1). La enfermera y el médico comprobaban el seguimiento de las recomendaciones efectuadas y examinaban los resultados de las exploraciones o de las consultas que habían sido realizadas en la primera visita. La atención médica geriátrica era puntual, no continuada.
El fisioterapeuta valoraba a los enfermos para complementar la evaluación funcional y para orientar al enfermo y a la familia para su movilización después de la intervención quirúrgica. Los pacientes de los dos grupos eran remitidos durante su estancia al servicio de Rehabilitación según criterio del médico de COT. El geriatra podía hacer la recomendación en aquellos casos del grupo intervención en que el médico de COT no lo hubiera aconsejado. En el momento del alta era el propio servicio de Rehabilitación el que citaba a los pacientes para hacer fisioterapia ambulatoria. Aquellos ancianos tributarios a ingreso en unidades de media estancia o convalecencia eran trasladados desde el propio hospital al centro sociosanitario de nuestra zona requiriendo una valoración por la unidad funcional de Geriatría con independencia del grupo al que perteneciera. Este recurso sociosanitario es conocido por todos los médicos de COT, ya que está disponible desde el año 1990 y nuestra unidad siempre hace las valoraciones previas al ingreso.
Los pacientes incluidos tenían más de 64 años y debían ingresar por fractura proximal de fémur. Se han excluido pacientes en situación inestable que ingresan directamente en la Unidad de Cuidados Intensivos, ya que generalmente se trata de enfermos con traumatismos graves. No se han excluido los pacientes con incapacidad física o psíquica previa.
Para el cálculo del tamaño de la muestra se ha utilizado como variable principal la estancia de los pacientes. Partiendo de una estancia media de 21,2 días (DE 12,1), en base a informaciones previas, con alfa= 0,05, potencia (1-beta) del 80%, con enfoque bilateral, un porcentaje de pérdidas inferior al 10%. Un total de 100 pacientes por grupo nos permitirá detectar una diferencia de cinco días en la estancia media del grupo control, al mismo tiempo se prevé una mejora en otros parámetros.
Los tests estadísticos utilizados son la Ji cuadrada para las variables categóricas, t de Student para comparar medias cuando se cumplía el supuesto de normalidad. Para estudiar la evolución de algunos índices respecto al tiempo y al grupo de pertenencia se ha empleado el análisis de la variancia para medidas repetidas. La calidad de algunas variables recogidas ha aconsejado la medición con tests no paramétricos, U de Mann-Whitney para datos independientes y test de Wilcoxon para datos apareados. El nivel de significación estadística considerado ha sido p< 0,05. El estudio se presentó al Comité Ético de Investigación Clínica de nuestro hospital y se aprobó su realización.
RESULTADOS
Se han evaluado un total de 208 pacientes ingresados en el Servicio de COT del hospital por fractura proximal de fémur y cuya edad ha sido superior a los 64 años. Dos enfermos se excluyeron del estudio al ser trasladados en el postoperatorio inmediato a los hospitales de su población de residencia habitual; uno era del grupo control y otro del grupo intervención.
El total de enfermos incluidos en el estudio fue de 206, de los que pertenecían al grupo control 103 pacientes y al grupo intervención 103. Los dos grupos tenían similares características en cuanto a distribución por sexo, edad, convivencia y número de ancianos procedentes de residencias. La autonomía física previa al ingreso, el número de fármacos que tomaban en su domicilio, el cuestionario de Pfeiffer en el ingreso, el índice de comorbilidad de Charlson y los principales datos analíticos también eran similares. Dos enfermos del grupo control y uno del grupo intervención no caminaban antes de la fractura y una proporción similar en los dos grupos caminaban solos o necesitaban alguna ayuda mecánica o de una persona. Las enfermedades acompañantes se encontraban en una frecuencia muy parecida en los dos grupos, excepto la demencia que constaba más en el grupo intervención (p= 0,04) (tabla I).
Tabla I. Características generales en el momento del ingreso de los dos grupos de enfermos | ||||
Control | Intervención | p | ||
Enfermos | 103 | 103 | ||
Hombres | 25 (24,3%) | 24 (23,3%) | ||
Mujeres | 78 (75,7%) | 79 (76,7%) | 0,87 | |
Edad | 82,5 (DE 7,9) | 81,9 (DE 6,5) | 0,57 | |
Convivencia | ||||
Solos | 14 (13,7%) | 8 (7,8%) | ||
Familia | 73 (71,6%) | 73 (70,8%) | ||
Residencia | 15 (14,7%) | 22 (21,4%) | 0,22 | |
Autonomía | ||||
AVD previas | 4,5 (DE 1,8) | 4,4 (DE 1,8) | 0,80 | |
Salían a la calle | 70 (68,6%) | 69 (67,7%) | 0,52 | |
Caminaban sin ayuda | 52 (51%) | 50 (49%) | ||
Ayuda mecánica o de otra persona para caminar | 48 (47%) | 51 (50%) | 0,94 | |
Función cognitiva | ||||
Pfeiffer | 3,4 (DE 3,9) | 2,9 (DE3,3) | 0,34 | |
Comorbilidad | ||||
Charlson | 1,9 (DE 2,1) | 2,0 (DE 2,8) | 0,93 | |
Fármacos previos al ingreso | ||||
Número de fármacos | 2,7 (DE 2,4) | 3,3 (DE 2,3) | 0,09 | |
Analítica | ||||
Hemoglobina | 13,1(DE 1,7) | 12,7 (DE 1,6) | 0,13 | |
Leucocitos | 10.562 (DE 4.073) | 10.458 (DE 4.053) | 0,85 | |
Proteínas | 61,7 (DE 7,2) | 61,8 (DE 7,4) | 0,90 | |
Albúmina | 34,2 (DE 4,2) | 35,0 (DE 4,2) | 0,20 | |
Enfermedades asociadas | ||||
AVC o secuelas | 7 (6,8%) | 13 (12,6%) | 0,15 | |
Diabetes | 25 (24,3%) | 19 (18,4%) | 0,30 | |
EPOC | 16 (15,5%) | 13 (12,6%) | 0,54 | |
Cardiopatía | 26 (25,2%) | 29 (28,2%) | 0,63 | |
Cáncer | 13 (12,6%) | 7 (6,8%) | 0,15 | |
Demencia | 24 (23,3%) | 37 (35,9%) | 0,04 | |
AVD: actividades de la vida diaria. AVC: accidente vascular cerebral. EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Valores normales de los datos analíticos: Hemoglobina 14-18 G/dL; Leucocitos 4.3-10.0 x1E9/L; Proteínas 66-87 G/L; Albúmina 35-50 G/L. | ||||
El mecanismo de producción de la fractura, tipo de fractura, tipo de intervención, días entre fractura e intervención, presencia de otras fracturas y la necesidad de transfusión no presentaban diferencias en los dos grupos (tabla II). Sólo dos enfermos, uno en cada grupo, no fueron sometidos a una intervención quirúrgica.
Tabla II. Características relacionadas con el mecanismo, tipo de fractura e intervención quirúrgica | ||||
Control | Intervención | p | ||
Mecanismo de la fractura | ||||
Caída | 96 (93,2%) | 97 (94,2%) | ||
Atropello | 2 (1,9%) | 3 (2,9%) | ||
Espontánea | 5 (4,9%) | 3 (2,9%) | 0,81 | |
Tipo de fractura | ||||
Subcapital | 37 (35,9%) | 36 (35%) | ||
Pertrocantérea | 59 (57,3%) | 59 (57,3%) | ||
Subtrocantérea | 7 (6,8%) | 8 (7,8%) | 0,96 | |
Tipo de cirugía | ||||
Prótesis | 33 (32%) | 30 (29,1%) | ||
Clavo-placa | 51 (49,5%) | 56 (54,4%) | ||
Otros | 18 (17,5%) | 16 (15,5%) | ||
Sin cirugía | 1 (1%) | 1 (1%) | 0,92 | |
Presencia de otras fracturas | ||||
Sí | 8 (7,8%) | 4 (3,9%) | ||
No | 95 (92,2%) | 99 (96,1%) | 0,23 | |
Necesidad de transfusión | ||||
Sí | 55 (53,4%) | 53 (51,5%) | ||
No | 48 (46,6%) | 50 (48,5%) | 0,88 | |
Días fractura-intervención | ||||
Días | 3,5 (DE 10) | 4,2 (DE 9,9) | 0,63 | |
La estancia de los enfermos fue de 18,0 (DE 10,7) en el grupo control y de 18,2 días (DE 10,1) en el grupo intervención, sin diferencias significativas. Presentaron menos complicaciones hospitalarias los enfermos del grupo intervención (p= 0,01), menos consultas a otras especialidades médicas (p= 0,002), menor consumo de fármacos (p= 0,0075). En cuanto a la mortalidad hospitalaria fallecieron 12 enfermos (11,7%) del grupo control y seis (5,8%) del grupo intervención, sin ser esta diferencia estadísticamente significativa. No se encontraron diferencias en el número de actividades de la vida diaria conservadas, ni en la puntuación en el cuestionario de Pfeiffer.
Las complicaciones hospitalarias fueron menores en el grupo intervención, siendo el promedio de 1,1 complicaciones por enfermo frente a 1,7 en el grupo control. Al separar las diversas complicaciones generales las que se redujeron de forma significativa fueron las úlceras por decúbito (p= 0,01). Las complicaciones locales, como infecciones de la herida, luxaciones, desmontaje de la osteosíntesis o dehiscencia de la herida se presentaron en la misma frecuencia (0,1%) en los dos grupos.
Un 31% de los pacientes del grupo intervención y un 26,2% del grupo control no iniciaron rehabilitación durante su estancia, sin encontrar diferencias en los dos grupos (p= 0,22).
En el grupo control se hicieron 18 consultas a especialistas de Medicina Interna, 23 a otros especialistas y 53 a médicos de guardia por problemas urgentes, mientras que en el grupo intervención el número de consultas fue menor, tres a Medicina Interna (p= 0,0005), 12 a otros especialistas (p= 0,04) y 38 a médicos de guardia (p= 0,03). En el momento del alta 64 enfermos (70,3%) del grupo control fueron a su domicilio y 64 (66%) del grupo intervención. No hubo diferencias significativas en la institucionalización en residencias ni en los que precisaron ingresos en la unidad de convalecencia del centro sociosanitario para rehabilitación (tabla III).
Tabla III. Complicaciones hospitalarias y características de los dos grupos al ser dados de alta. CSS: centro sociosanitario | |||||
Complicaciones hospitalarias | Control | Intervención | p | ||
Generales | |||||
Delirio | 54 (52,4%) | 46 (44,7%) | 0,26 | ||
Infección respiratoria | 6 (5,8%) | 8 (7,8%) | 0,57 | ||
Infección urinaria | 19 (18,4%) | 10 (9,7%) | 0,71 | ||
Deshidratación | 7 (6,8%) | 4 (3,9%) | 0,35 | ||
Ulceras por presión | 43 (41,7%) | 27 (26,2%) | 0,01 | ||
Insuficiencia cardíaca | 8 (7,8%) | 2 (1,9%) | 0,05 | ||
Alteraciones iónicas | 6 (5,8%) | 1 (1,0%) | 0,05 | ||
Locales: | |||||
Sí | 0,1 (DE 0,5) | 0,1 (DE 0,4) | 0,89 | ||
Fármacos | |||||
Diferencia entre fármacos al alta y los previos | 0,5 (DE 1,4) | 0,1 (DE 2,0) | 0,007 | ||
AVD | |||||
Diferencia entre AVD al alta y las previas | 2,3 (DE 1,6) | 2,3 (DE 1,5) | 0,93 | ||
Pfeiffer | |||||
Diferencia entre Pfeiffer al alta y al ingreso | 0,1 (DE 2) | 0,1 (DE 1,5) | 0,28 | ||
Destino al alta | |||||
Domicilio | 64 (70,3%) | 64 (66%) | |||
CSS | 10 (11%) | 12 (12,4%) | |||
Residencia | 17 (18,7%) | 21 (21,6%) | 0,81 | ||
El grupo intervención fue evaluado por 2,6 (DE 0,7) personas de la unidad funcional de Geriatría. En general la primera valoración la realizaba la enfermera, por lo que evaluó a 92 pacientes (95,2%). El médico geriatra tuvo que intervenir directamente en 60 enfermos (58,2%), el fisioterapeuta en 92 ocasiones (89,4%) y la trabajadora social de la unidad en 25 (24,2%). En el grupo control se realizaron 24 consultas (23,3%) a la trabajadora social. El número de recomendaciones realizadas por paciente fue de 3,4 (DE 1,9).
A los seis meses no había diferencias en el número de actividades de la vida diaria que se habían perdido en comparación a la situación previa a la fractura, en el número de enfermos que salían a la calle, en la mortalidad, el número de reingresos y la institucionalización entre los enfermos de los dos grupos (tabla IV).
Tabla IV. Estado de los enfermos a los seis meses de la intervención | |||
Control | Intervención | p | |
AVD perdidas en relación al estado previo | 1,1 (DE 1,6) | 1,1 (DE 1,7) | 0,97 |
Salían a la calle | 49 (65,3%) | 43 (53,3% | 0,16 |
Mortalidad | 27 (26,2%) | 20 (19,4%) | 0,31 |
Reingresos | 14 (15,5%) | 16 (17%) | 0,78 |
Ingresados en residencias | 16 (21,3%) | 20 (24,6%) | 0,75 |
DISCUSION
En nuestro trabajo no hemos conseguido nuestro objetivo principal, que era la disminución de la estancia media, pero sí que se han logrado varios beneficios. La estancia media que se había esperado conseguir era de 16 días, frente a una estancia de 21,2 (DE 12,1) días de un estudio descriptivo previo (14) y disminuyó tres días en los dos grupos, siendo esta disminución estadísticamente significativa (p= 0,02). Se ha de tener en cuenta que era imposible aislar a los enfermos del grupo control, ya que compartían habitaciones con enfermos del grupo intervención e incluso el personal asistencial era el mismo, lo que facilitaba la realización de las mismas recomendaciones iniciadas en los ancianos de nuestro grupo, hecho descrito por otros investigadores (7). La existencia del estudio también ha podido influir en el personal médico en la precocidad del alta. Además hay que tener en cuenta que nuestra unidad está trabajando en el hospital desde hace siete años y participa de forma prioritaria en la derivación a centros sociosanitarios de los enfermos que lo precisan (1) y 11 pacientes del grupo control fueron evaluados por la enfermera de la unidad para su traslado precoz.
La estancia media previa de unos 21 días del estudio descriptivo previo se había confirmado con la revisión informática de la base de datos del hospital, concretamente con la estancia media de las personas de más de 64 años con fractura de fémur ingresados en el año previo a nuestro estudio. A pesar de que disminuyó en los dos grupos de forma similar, destacamos que es algo más baja que la referida en otros estudios de nuestro país (8, 10).
Hay autores que han descrito una mayor recuperación funcional y una disminución en el porcentaje de enfermos institucionalizados, entre otras mejorías, como consecuencia de la intervención interdisciplinar a este grupo de pacientes (6, 15). Hay varias razones que pueden justificar que no hayamos obtenido estas mejoras; en primer lugar la selección de los ancianos que han de ser evaluados es fundamental para obtener beneficios (16, 17) y en nuestro trabajo los criterios de inclusión han sido poco estrictos, incorporando enfermos con deterioro cognitivo o con dependencia funcional severa porque este perfil de pacientes también pueden ser evaluados por las unidades funcionales de Geriatría.
En el grupo intervención disminuyó el número de interconsultas a especialistas, el número de consultas a los médicos de guardia y las principales complicaciones de los pacientes ancianos con fractura de fémur. Estos efectos también han sido descritos en otros trabajos (6, 10). Nuestra unidad realizaba recomendaciones a los médicos y enfermeras del servicio de COT y hacía un seguimiento de las mismas pero sin realizar atención directa. Es sugestivo de un mejor control de los enfermos del grupo intervención la disminución significativa de consultas realizadas fuera del horario convencional, o sea las que se hicieron a los médicos de guardia y que sin duda se relacionaron con el menor número de complicaciones de estos ancianos.
La detección de pacientes con riesgo de úlceras hizo orientar las recomendaciones hacia pautas de su prevención, con lo que disminuyeron significativamente. También se revisaba la analítica de ingreso, las pautas de sueroterapia, los antecedentes de cardiopatía y su correcto tratamiento. Probablemente esto motivó una disminución importante aunque no significativa de la insuficiencia cardíaca y los alteraciones iónicas.
La disminución del número de fármacos en el grupo valorado por la unidad es un beneficio atribuido a la valoración geriátrica (18). En nuestro estudio se valoraron los fármacos que estaban prescritos a los enfermos en el hospital en el momento del alta y no los que constaban en el informe médico. Se hizo de esta forma porque prácticamente iban a ser los mismos pero así se evitaba una reducción del número de fármacos al alta que pudiera estar influenciada por la existencia del estudio. Encontramos que los enfermos del grupo control consumían, en el momento del alta, más medicación que en el domicilio, mientras que en el grupo intervención tenían una discreta disminución, siendo esta diferencia estadísticamente significativa.
La mortalidad hospitalaria fue el doble en el grupo control. A pesar de que esta diferencia no era significativa, la mortalidad del grupo intervención se acerca más a las descritas en nuestro país (8, 19).
Las características de ambos grupos eran homogéneas, sólo destaca una mayor frecuencia de demencia como antecedente o diagnóstico previo en los enfermos del grupo intervención y que se justifica porque se precisaba más por el equipo geriátrico que por el servicio de COT, aunque se siguió el criterio descrito en material y métodos para intentar evitar diferencias en los dos grupos. De hecho no habían diferencias en el resultado del cuestionario de Pfeiffer en los dos grupos.
Tampoco se encontraron diferencias en el seguimiento realizado a los seis meses en los enfermos de los dos grupos. Los pacientes del grupo intervención no fueron citados, al ser dados de alta, para control por el equipo geriátrico.
Nuestro trabajo presentaba varias dificultades en su diseño como los criterios de inclusión poco estrictos, el hecho de que el mismo personal sanitario pudiera atender simultáneamente a enfermos de los dos grupos, la imposibilidad de que nuestra unidad dejara de atender a algunos enfermos del grupo control y la falta de control ambulatorio de estos enfermos por parte de la unidad funcional de Geriatría. Los beneficios de la valoración geriátrica en nuestro grupo de enfermos fueron: un menor número de complicaciones, menos consultas médicas urgentes y a otros especialistas y un menor consumo de fármacos.
En nuestro centro la colaboración de la unidad funcional de Geriatría con el servicio de COT en la atención de los ancianos con fractura de cadera parece ser eficaz.
AGRADECIMIENTOS
Los autores expresan su agradecimiento a los compañeros de la Unidad Funcional de Geriatría (UFISS de Geriatría) que colaboraron activamente en el estudio. A todo el personal médico y de enfermería del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Mútua de Terrassa, muy especialmente al Dr. Alfredo Matamala por su colaboración en el diseño del estudio.
BIBLIOGRAFIA
1. Sánchez Ferrín P, Gómez Enrich N, Carbó Magaña I, González Ortega F, Viñas Amat J. Atención geriátrica en hospital de agudos. Rol de las unidades funcionales interdisciplinarias sociosanitarias (UFISS) de Geriatría. Rev Esp Geriatr Gerontol 1994;29:219-24.
2. López C, Reuss JM, Cruz Jentoft. Una experiencia de coordinación sociosanitaria: el Area 4 de Madrid. Rev Esp Geriatr Gerontol 1995;30: 199-204
3. Zuckerman JD. Hip fracture. N Engl J Med 1996;334:1519-25.
4. Gilchrist WJ, Newman RJ, Hamblen DL, Williams BO. Prospective randomised study of an orthopaedic geriatric inpatient service. Br Med J 1988;297:1116-8.
5. Kennie DC. Reid J, Richardson IR, Kiamari AA, Kelt C. Effectiveness of geriatric rehabilitative care after fractures of the proximal femur in elderly women: a randomised clinical trial. Br Med J 1988;297:1083-6.
6. Zuckerman JD, Sakales SR, Fabian DR, Frankel VH. Hip fractures in geriatric patients. Results of an interdisciplinary hospital care program. Clin Orthop 1992;274:213-25.
7. Elliot JR, Wilkinson TJ, Hanger HC, Gilchrist NL, Sainsbury R, Shamy S, et al. The added effectiveness of early geritrician involvement on acute orthopaedic wards to orthogeriatric rehabilitation. NZ Med J 1996; 109:72-3.
8. Cruz Jentoft A J, Serra Rexach J A, Lazaro del Nogal M, Gil Gregorio P, Ribera Casado JM. La eficacia de la interconsulta geriátrica en pacientes ancianos ingresados en traumatología. An Med Intern (Mad) 1994;6:273-7.
9. Gonzalez Montalvo JI, Regalado PJ, Valero C. Rentabilidad de la valoración geriátrica en la detección de problemas ocultos en ancianos hospitalizados. Rev Esp Geriatr Gerontol 1996;31(Supl 1):59.
10. Reig Puig L, Fernández López M, Castellsagues Pique J. Evaluación de un protocolo de tratamiento preoperatorio en ancianos intervenidos por fractura. Rev Esp Geriatr Gerontol 1996;31:199-204.
11. Katz S, Ford AD, Moskowitz RW, Jackson BA, Jaffe MW. Studies of illness in the aged. The index of ADL: A standarized measure of biological and psichosocial function. JAMA 1963;185:914-919.
12. Pfeiffer EA. Short portable mental status questionnaire for the assessment of organic deficit in the elderly. J Am Geriat Soc 1975;23:433-44.
13. Charlson ME, Pompei P, Ales KL, Mac Kenzie CR. A new method of classifying prognostic comorbidity in longitudinal studies: development and validation. J Chronic Dis 1987;40:373-83.
14. Duaso E, Soler F, Sánchez P, Matamala A. Fractura de maluc en gent gran. En: Cervera AM, Cristòfol R, Llambí R, López B, Parés M, Payet A, et al., editores. 7è Congrés de la Societat Catalano-Balear de Geriatria i Gerontologia. Ponències, comunicacions i pòsters: 26-28 Octubre 1995; Girona. Catalana de Congressos i Serveis: Barcelona; 1996. p. 174-5.
15. Ogilvie-Harris DJ, Bostford DJ, Hawker RW. Elderly patients with hip fractures: improved outcome with the use of care maps with high-quality medical and nursing protocols. J Orthop Trauma 1993;7:428-37.
16. Winograd CH, Gerety MB, Brown E, Kolodny V. Targeting the hospitalized elderly for geriatric consultation. J Am Geriatr Soc 1988;36: 1113-9.
17. McVey LJ, Becker PM, Saltz CC, Feussner JR, Cohen HJ. Effect of a geriatric consultation team on functional status of elderly hospitalized patients: a randomized controlled clinical trial. Ann Intern Med 1989; 110:79-84.
18. Rubenstein LZ, Stuck AE, Siu AL, Wieland D. Impacts of geriatric evaluation and management programs on defined outcomes: overview of the evidence. J Am Geriatr Soc 1991;39(Supl):8-16.
19. Méndez López JM, Girvent Montllor R, Arman Riera A, Huguet Boqueras J, Gordo Lacal F, Martí Masias J. Factores pronósticos en la mortalidad y morbilidad de las fracturas del tercio proximal del fémur. Rev Ortop Traumatol 1997;41:407-10.
INFORMACIONES DE NUESTRA SOCIEDAD
Lista de socios becados por la SEGG en el año 1999
Becas para el Congreso de Cádiz (junio 1999) = 36
Andrio Elorza, Estibalitz; Arranz Santamaría, Luis Carlos; Bouzas Oliaizola, María Luisa; Carrasco Meza, Víctor Hugo; Casado Guerras, Javier; Castro Cristóbal, Cristina; Delgado Losada, M. Luisa; Fernández Martínez, Nuria; Fraguera Pérez, Isabel María; Gandoy Crego, Manuel; García Martín, M. del Rosario; Garijo Abad, María Jesús; Garnica Fernández, Almudena; Gayoso Orol, M. Jesús; Gómez García, Rafael; Gómez Martín, M. del Puerto; Gorgas Soria, M. Carmen; Leguina Esperanza, Ana; Lizaso Elgarresta, Izarne; López Alonso, Begoña; Martín Pérez, Encarnación; Martín Taboada, Raquel; Martínez Franco, Alicia Montero Fernández, Nuria Pilar; Pascual Amilburu, M. Begoña; Perea López, M. Pilar; Polonio López, Begoña; Rebollo González, Ana; Roldán Fernández, Natalia; Sacristán Rodríguez, María; Santos Marcos, Pablo; Santos Morales, Susan; Solís Jiménez, Joaquín; Uriarte López de Letona, Miren; Valles Noguero, Juan Antonio; Vázquez Álvarez, María Elvira
Becas para el Congreso de Berlín (julio 1999) = 12
Abando Alda, José Joaquín; Ania Lafuente, Basilio Javier; Benítez Rivero, Javier; Boya Cristia, M. Jesús; Castañeda García, Pedro Javier; Ferrer Cascales, Rosario; Jiménez Díaz, Gregorio; Pardo del Cid, Pedro José; Petidier Torregrossa, Roberto; Rodríguez Mañas, Leocadio; Sancho Castiello; M. Teresa; Vera Vera, Joaquín.
Becas de Formación en centros españoles = 5
Del Pozo Tagarro, Pilar J.; Gandoy Crego, Manuel; Gayoso Orol, M. Jesús; Moreno Gilsanz, M. Concepción; Vinuesa Acosta, Francisco José.
Becas de Formación en centros extranjeros = 3
Bassy Iza, Natalia; Carrasco Meza, Víctor Hugo; Rodríguez Valcarce, Ana María.