Introducción
La investigación en nutrición comunitaria se realiza mediante la aplicación de procesos que permitan la participación protagonista de los miembros comunitarios usando técnicas que proporcionen equitativamente los problemas de salud a nivel comunitario1. Por tal motivo se toma en consideración el importante significado que tiene la participación social, en la cual todos los actores sociales de una comunidad toman parte de las deliberaciones y decisiones sobre cualquier problema que afecte a la misma2, incluyendo las decisiones sobre necesidades y prioridades, así como las obligaciones en la formulación de planes y la adopción de medidas, con la consecuente responsabilidad de evaluar los resultados. Hay que considerar a los agentes externos a la comunidad, quienes pueden promover el proceso de investigación y participación con la finalidad de mejorar la calidad de vida en dicha comunidad.
El enfoque de la investigación en nutrición comunitaria tiene que plantearse desde una actitud integradora, intentando comprender y analizar todos los factores que puedan incidir en ella; tendremos entonces como resultados una gran variedad de características donde se incorporan otras disciplinas, las cuales se asocian de manera sinérgica y antagónica para investigar aspectos alimentarios y nutricionales3.
En la actualidad la investigación en nutrición comunitaria se plantea sobre dos grandes premisas: acercar la seguridad alimentaria, entendida como cantidad y calidad, a todos los grupos de población, y en segundo lugar poner en práctica medidas que estimulen la mejora de actividades individuales en relación con el logro de una alimentación saludable4.
Podríamos definir la nutrición comunitaria como el conjunto de actividades vinculadas a la salud pública que, dentro del marco de la nutrición aplicada y la promoción de la salud, se desarrolla con un enfoque participativo de la comunidad5.
Según Bengoa6, la nutrición comunitaria exige un diseño específico adaptado a las condiciones locales. Incluye las tradicionales propuestas de UNICEF (GOBI) (vigilancia del crecimiento, promoción de la lactancia materna, rehidratación oral e inmunizaciones), pero agrega otras actividades como amplia cobertura de la atención prenatal y suministro de hierro a las embarazadas.
Es necesario que los profesionales y técnicos que se hallan involucrados en los temas de nutrición y salud piensen y analicen los problemas con cierto sentimiento de globalidad, porque todos tienen un grado de interrelación casual y espacial, pero a la hora de actuar hay que bajar a la realidad viviente y junto con la población, con ellos y para ellos, diseñar un modelo de autoestima capaz de redimensionar, revivir y concienciar de sus propias necesidades, que han permanecido dormidas durante generaciones.
El objetivo de la nutrición comunitaria es mejorar el estado nutricional y de salud de los individuos y grupos de población de una comunidad5.
Funciones de la nutrición comunitaria
Según Araceta5, las funciones de la nutrición comunitaria se resumen en:
1. Identificar y evaluar problemas nutricionales que pudieran existir en diferentes grupos socioeconómicos, ocupacionales, de edad, sexo, etnia y otros ubicados en la comunidad.
2. Asesorar en el planteamiento de objetivos nutricionales a tener en consideración en el desarrollo de políticas generales de salud.
3. Coordinar un grupo interdisciplinario que tenga la responsabilidad de planificar políticas alimentarias y nutricionales en los ámbitos regional o nacional.
4. Diseñar, organizar, poner en marcha y evaluar programas formativos en nutrición para el personal sanitario, los profesionales educativos, los profesionales de la restauración colectiva, el personal vinculado a los servicios relacionados con el bienestar social y a otros que, por su labor, puedan contribuir en la aplicación de actividades vinculadas con la nutrición comunitaria.
5. Diseñar, organizar, poner en marcha y evaluar programas de educación nutricional orientados hacia el medio escolar, los colectivos de riesgo o la población general.
6. Estimular y participar en las iniciativas llevadas a cabo por los medios de comunicación social en temas de dieta y salud.
7. Asesorar y consensuar modificaciones en los procesos de elaboración de la industria alimentaria que puedan ayudar a conseguir el perfil marcado en los objetivos y guías nutricionales vigentes en cada periodo.
8. Asesorar y consensuar modificaciones en la composición del menú y modo de preparación de los aportes dietéticos con los responsables de empresas de restauración colectiva, restaurantes, comedores sociales, comedores escolares, comedores de empresa y cocina hospitalaria.
9. Favorecer la comunicación y la coordinación de actuaciones con otros técnicos o grupo de trabajos locales y regionales para la puesta en marcha de diferentes actividades de nutrición comunitaria.
Áreas de investigación de la nutrición comunitariaLa investigación en nutrición comunitaria se apoya en las diversas disciplinas de la Ciencia, con diferentes acciones específicas de trabajo referentes al área objeto de estudio, que pueden pertenecer tanto la salud pública como a la clínica (tabla 1).
Esta se enmarca en diferentes acciones de apoyo para complementar su interés de investigación, con la consecuente participación de diferentes actores que resultan indispensables para el logro de los objetivos.
Muchos de los estudios de casos detallados han indicado el valor de las asociaciones con las instituciones académicas para la capacitación, proyectos pequeños en investigación con el fin de dar respuestas, guiar estrategias y brindar seguimiento y evaluación.
Aspectos fundamentales que deben ser considerados en la investigación comunitaria
El éxito de una investigación en nutrición comunitaria reside en su habilidad para lograr sus objetivos; las fases para el éxito de la misma son:
Crear un entorno macro de apoyo
Requiere que se logre una campaña de concientización pública y política convincente, resaltando que la nutrición como un indicador de resultado del desarrollo nacional es importante para mejorarla como una parte esencial de un proceso de desarrollo.
Lograr la participación comunitaria
Lograr una participación real es un proceso. Un enfoque pragmático es probablemente mejor: comenzar con lo que existe, elaborarlo y prepararlo para pasar de una etapa a la próxima. Habrá éxitos en una comunidad y fracasos en otras, que reflejan a veces el nivel inicial de la misma contando con los recursos a su disposición, la situación geográfica, la motivación de su liderazgo y la capacidad del personal para movilizar a la comunidad y a sus voluntarios.
Movilizadores comunitarios
El movilizador puede ser un trabajador comunitario de salud, un extensionista agrícola o un encargado del desarrollo de la comunidad. Cualquiera que sean los antecedentes del movilizador es importante entrenarlo bien, en cuanto al desarrollo y organización de la comunidad, en técnicas participativas, dinámicas grupales y manejo y planificación; debe aprender a supervisar y a motivar a los voluntarios de la comunidad.
Voluntarios de la comunidad
Los voluntarios de la comunidad serán miembros de la misma, elegidos por ella, que apoyen la investigación a realizar.
Mejorar el estado nutricional
El fin último de la investigación en nutrición comunitaria es mejorar la nutrición, para lo que se requiere un enfoque integrado, uniendo esfuerzos que darán por fruto una mejora del estado nutricional.
Obtener los recursos necesarios
Una investigación en nutrición necesitará adecuados recursos humanos, físicos y financieros a través de diferentes instituciones u organismos nacionales e internacionales que puedan en un momento dado otorgar dichos recursos, así como la implicación del sector privado7.
Experiencias locales en nutrición comunitaria
La Escuela de Nutrición y Dietética, perteneciente a la Universidad de los Andes (ULA), con sus proyectos de investigación tanto individuales como grupales, ha logrado experiencias satisfactorias en la investigación comunitaria. Por citar algunas de ellas tenemos: "La agenda papa y la agenda plátano" 8,9 (tablas 2 y 3). Esta última se logró con la participación activa y la organización de las comunidades productoras de plátano en la zona panamericana del Estado Mérida, situadas en los km 49 y 51 y comunidad el Taparo, ubicado sobre la vía el Vigía-Santa Bárbara del Zulia en el municipio Alberto Adriani. En este proyecto participaron, además de la Facultad de Medicina, las facultades de Arquitectura, Odontología, Ingeniería Forestal, Humanidades, Ciencias y entes gubernamentales. A través de la metodología participación-acción se realizó la promoción de los niveles de participación mediante el encuentro comunitario entre el equipo de investigación y los líderes de la zona en estudio: con el fin de fomentar la participación activa-integración y la organización comunitaria, cuyo producto fue lograr la creación de la organización civil "La Esperanza", formada por los miembros de las comunidades.
Por consenso entre los investigadores se acordó aplicar la encuesta integral para la recolección de la base de datos elaborada por la Escuela de Nutrición (2000); este instrumento recogió información referente a aspectos socioeconómicos, agroalimentarios, de salud pública, nutrición, vivienda y saneamiento ambiental. Arrojó como resultados que el 61,90% de los hogares estaban en riesgo de inseguridad alimentaria10, la fuerza laboral predominante era obrera no especializada (26,26%), el 50,6% de la población tenía un acceso deficiente a la red de alcantarillado, el abastecimiento de agua se hacía a través de un pozo subterráneo, la cual se consumía sin tratamiento; el 35,78% de la población presentaba problemas de malnutrición (por déficit y por exceso), el 29,17% de los preescolares y el 26,1% los escolares estaban bajo la norma. En cuanto al consumo alimentario familiar se encontró una baja adecuación de grasas 43,63%, con una alta frecuencia del consumo de proteínas de bajo valor biológico, que no cubre los requerimientos; los alimentos consumidos con mayor frecuencia son: cereales, tubérculos y plátano. Por su parte, "La agenda papa", realizada en la zona del páramo municipio Rangel, con la participación activa de los miembros de las comunidades La Toma Alta, La Toma Baja, Mitivivó y Tropicón, Mucumpate, reportó los siguientes resultados: el 42,04% de las familias se encuentran en riesgo de inseguridad alimentaria, el 54,32% de los hogares tienen necesidades básicas insatisfechas y el 30,08% de la población presenta problemas de malnutrición (por déficit y por exceso).
El patrón alimentario de las comunidades estudiadas está representado por alimentos del tercer grupo: cereales, raíces y tubérculos, principalmente la patata, que cubren el 66% de las calorías per cápita consumidas8.
Otras investigaciones comunitarias importantes en comunidades agroproductivas del Estado Mérida Pueblo Llano, Zona del Páramo y La Blanca, perteneciente a la zona sur del Lago, encontraron que el riesgo de inseguridad alimentaria de la comunidad de La Blanca fue alto, mientras que Pueblo Llano presentó riego bajo (p < 0,005)11.
El desafío
En Venezuela, al igual que en América Latina, la prevalencia de malnutrición, deficiencias en micronutrientes y enfermedades crónicas degenerativas son las grandes dificultades presentes. En este sentido la Escuela de Nutrición y Dietética de la ULA afronta el desafío con el fin de fomentar los niveles de participación activa e integración y organización comunitaria que permitan combatir los problemas de salud pública presentes.
En este sentido los proyectos de investigación deben considerar la participación activa de la comunidad y sus grupos organizados, formando además equipos de trabajo con profesionales universitarios pertenecientes a otras facultades de Ciencias de la Salud (Medicina, Enfermería y Odontología), así como también las facultades de Arquitectura, Humanidades, Ingeniería Forestal y Ciencias; incorporando, asimismo, instituciones como el Instituto de Alimentación y Nutrición del Estado Mérida (IAANEM), la Gobernación y Alcaldías del Estado, Ministerios del Poder Popular para la Educación, la Salud y Agricultura y Tierras. No se deben olvidar las instituciones privadas que podrían brindar aporte financiero. Lo anteriormente señalado concuerda con lo sugerido por el del doctor Iván Beghin12, quien señala: "La investigación comunitaria requiere de la participación de grupos de investigación interdisciplinaria. Donde se toma una situación dada, conocida con bastante precisión, esta puede corresponder a un país, una región, una zona de proyectos. Si se constituye un equipo que agrupe unos planificadores, autoridades que deciden y ejecutores que se interesan por la situación estudiada, y pertenecen a diferentes disciplinas (salud, agricultura, servicio social, desarrollo rural, economía, educación) se garantizará el éxito de la intervención".
Debemos hacer esfuerzos para sensibilizar a la población en la identificación y análisis de las causas reales y sentidas, así como intentar buscar y aplicar soluciones, garantizando la verdadera participación comunitaria13 mediante políticas y estrategias curriculares, e involucrar a las distintas facultades de la ULA. De esta manera se obtendrá el enfoque interdisciplinario del problema y, por otra parte, la participación de las instituciones públicas, quienes avalarán las políticas y estrategias a seguir por las comunidades en las soluciones de los problemas.
Conclusiones
Cuando se realizan investigaciones en el campo de la nutrición comunitaria se enfrentan retos que tenemos que asumir uniendo esfuerzos humanos (investigadores y/o comunidad), técnicos y científicos, brindando a la comunidad la oportunidad de desempeñar su rol protagonista como conductora en el proceso metodológico de la investigación y en la ejecución de programas en pro de mejorar su salud. Igualmente, es necesaria la participación del propio Estado y de las organizaciones públicas y privadas para que brinden el apoyo y la financiación necesaria para el éxito de la investigación. Es necesario tener en consideración que "siempre que se alcanza un logro se enfrentan nuevos desafíos".
Agradecimientos
A los profesores de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de los Andes, las profesoras Yurimay Quintero y Gladys Bastardo de Castañeda, por su aportación y apoyo en la elaboración de este material.
Correo electrónico: cear@ula.ve; coroar@hotmail.com
Recibido el 20 de agosto de 2009;
aceptado el 28 de octubre de 2009