Sr. Director:Agradecemos al Dr. Hidalgo Ovejero el interés por nuestra comunicación1, así como sus provechosas reflexiones al respecto, algunas de las cuales compartimos, si bien otras precisan algunas matizaciones. Efectivamente, el tratamiento de una infección ósea se basa en los principios de tratamiento antibiótico e inmovilización del foco séptico2. En primer lugar, las indicaciones de intervención quirúrgica de la espondilodiscitis son: la existencia de complicaciones neurológicas, absceso epidural, compresión medular, inestabilidad de la columna o ineficacia del tratamiento médico2. Nuestro caso cumplía criterios de drenaje del foco infeccioso dada la persistencia de la infección a pesar del tratamiento antibiótico prolongado. Como apunta el Dr. Hidalgo Ovejero, el desbridamiento del foco clásicamente se realizaba mediante una intervención quirúrgica, aunque en la actualidad se puede practicar el drenaje del mismo mediante un catéter guiado por técnicas de imagen. En nuestra paciente se desestimó la intervención quirúrgica por la edad avanzada, las dificultades técnicas de la intervención y la ausencia de sintomatología neurológica1.
La segunda alternativa de drenaje es la evacuación percutánea del absceso, que se ha empleado con buenos resultados en los casos de espondilodiscitis con absceso mayor de 1-2 cm, localizados en el disco, paravertebral o en el músculo psoas3. En los casos de absceso epidural o intratecal con compresión medular, el drenaje percutáneo guiado está desaconsejado2,3. Teniendo en cuenta estos hechos, nuestro paciente se podría haber beneficiado únicamente del drenaje parcial del foco infeccioso, ya que solamente se hubiera podido evacuar el absceso paravertebral y no el epidural, que no se puede evacuar con un catéter percutáneo. El drenaje incompleto del foco infeccioso en el contexto de una espondilodiscitis puede ser ineficaz, tal como recogen Harrington et al4. Estos autores describen un paciente con espondilodiscitis con absceso paravertebral y epidural al que se le practicó un drenaje percutáneo del absceso paravertebral con mejoría clínica momentánea, que precisó posteriormente el drenaje quirúrgico de la lesión epidural para poder controlar la infección. En nuestro caso tampoco se procedió al drenaje guiado por tomografía computarizada del absceso paravertebral, al ser éste de pequeño tamaño, por la edad avanzada del paciente y su gravedad, así como por el rechazo de sus familiares a medidas terapéuticas extraordinarias.