Sr. Director: La espondilitis infecciosa es la infección del disco vertebral, aunque también puede afectar al cuerpo vertebral, por lo que algunos autores la denominan osteomielitis vertebral. Las características clínicas son las de una raquialgia de carácter inflamatorio, fiebre y reactantes de fase aguda elevados1. Las características radiológicas consisten en disminución del disco intervertebral y erosiones óseas en las plataformas vertebrales2. Un tumor primario o metastásico raramente se presenta con estas características. A continuación presentamos un linfoma óseo que simula una espondilodiscitis infecciosa.
Varón de 23 años que acudió por fiebre y lumbalgia de características mecánicas de un mes de evolución. La exploración física puso de manifiesto buen estado general y fiebre (38 °C), no se palpaban adenopatías ni visceromegalias. La columna lumbar estaba limitada en flexión y extensión, y la palpación de las apófisis espinosas D11 y D12 era dolorosa. En las pruebas de laboratorio se obtuvieron los siguientes resultados: velocidad de sedimentación glomerular 93 mm/h; proteína C reactiva 92 mg/l; leucocitos 8,9 * 109/l; hemoglobina 105 g/l; hematócrito 0,31 l/l; VCM 79 fl; HCM 26 pg; ferritina 220 ng/ml; LDH 112 U/l. El resto del hemograma y de la bioquímica practicada fue normal.
En la radiografía de la columna lumbar se observó una disminución del espacio vertebral de D12-L1, así como erosiones en los cuerpos vertebrales adyacentes (fig. 1). En la tomografía computarizada de D11-L2 se apreciaron lesiones líticas de contornos poco definidos que rompían la cortical en el margen derecho de D11 y en el izquierdo de D12, sin masa de partes blandas asociadas. En la resonancia magnética nuclear de la columna dorsolumbar se observaron lesiones de aspecto infiltrativo (alteración de la señal en T1 y T2), con afectación difusa del cuerpo vertebral L1 y afectaciones parciales o focales de los cuerpos vertebrales D7, D9 y D12 (fig. 2). Los hemocultivos (* 6), la prueba de la tuberculina y las serologías (virus de la inmunodeficiencia humana, citomegalovirus, Brucella, Salmonella typhi, Coxiella burnetii) fueron negativas.
Se practicó punción-aspiración con aguja fina del espacio vertebral D12-L1. En el examen citológico extraído se observaron células histiocitarias inmaduras. Los cultivos en medios ordinarios y Lowenstein fueron negativos. En la punción-biopsia ósea, guiada por tomografía computarizada, de D12-L1 se apreció infiltración de linfocitos de aspecto blástico. El fenotipo era CD3 y CD20 negativos, CD30 y proteína ALK positivas. Se diagnosticó un linfoma no hodgkiniano de célula grande Ki-1 del tipo anaplásico. El estudio de extensión y la biopsia de médula ósea fueron negativos. Se inició tratamiento con el primer ciclo de CHOP, con buena tolerancia.
Un aforismo en medicina es que la afectación vertebral por los tumores primarios y metastásicos respeta el disco vertebral y afecta al cuerpo vertebral; todo lo contrario de la infección, que afecta al disco disminuyendo el espacio intersomático y posteriormente induce erosiones en las plataformas vertebrales. No obstante, existen casos en que una neoplasia afecta al disco, como el carcinoma renal poco diferenciado3 y el síndrome de Richter en la leucemia linfática crónica4, entre otros.
Aunque las manifestaciones clínicas y las pruebas de laboratorio son útiles en el diagnóstico diferencial, en ocasiones hemos de apoyarnos en las pruebas de imagen.
La resonancia magnética nuclear es de gran utilidad, ya que las discitis infecciosas producen un aumento de la intensidad de la señal del disco intervertebral en las secuencias T2, junto con una disminución en las secuencias T12, a diferencia de las discitis asépticas, donde se puede observar, aunque no es un hecho constante, una disminución o un incremento de la intensidad de la señal tanto en las secuencias T1 como en T2.
No obstante, otros autores afirman que para realizar un diagnóstico diferencial entre discitis infecciosa y neoplásica los únicos parámetros que orientan al diagnóstico de neoplasia son la presencia de metástasis vertebrales vecinas o a distancia y la existencia de un cáncer primario conocido3.
El diagnóstico de seguridad de la etiología de la discitis lo aportará la biopsia del disco vertebral, ya que permite el estudio microbiológico y anatomopatológico de la lesión.