Esta investigación intenta: a) comparar el primer desarrollo lingüístico y comunicativo de niños prematuros (PR) con el de niños nacidos a término (NT), y b) investigar las posibles relaciones entre antecedentes biológicos, ambientales y personales y los resultados del desarrollo del lenguaje a los 10 meses. La investigación se llevó a cabo con 150 niños prematuros y un grupo control de 49 niños nacidos a término. Se estudió a los participantes cuando tenían 15 días de edad y, nuevamente, cuando tenían 10 meses (edades corregidas para los prematuros). A los 15 días se aplicó la escala Brazelton y se recogió información biomédica y de las características del ambiente. A los 10 meses se aplicó la versión gallega de los inventarios MacArthur-Bates (IDHC) (Pérez-Pereira y García, 2003; Pérez-Pereira y Resches, 2011) para evaluar su primer desarrollo lingüístico y comunicativo. Además, se han aplicado el CES-D y el IBQ-R para evaluar la depresión materna y el temperamento de los niños, respectivamente. No se han encontrado diferencias en las medidas del IDHC a los 10 meses de edad en relación con la edad gestacional o el peso al nacer. Se han hallado diferencias en el desarrollo comunicativo y lingüístico de los niños PR en relación con algunas variables, como la puntuación Apgar, la duración de la estancia en la unidad de cuidados intensivos (UCI) o la necesidad de atención psiquiátrica o psicológica de las madres. Otras variables, como el sexo o el orden de nacimiento, no parecen haber tenido ningún efecto en las puntuaciones en el IDHC. Los análisis de regresión lineal indican que el estado de salud y la educación materna parecen tener un mayor efecto predictivo en los niños PR que en los NT. Distintos factores de temperamento entran también en juego para los niños PR y NT como predictores de las habilidades lingüísticas y comunicativas.
The present study intends: a) to compare first linguistic and communicative development of preterm (PR) children to that of full term (FT) children, and b) also to investigate possible relationships between biological, environmental and personal antecedents and language development outcomes at 10 months of age. The study has been carried out with 150 preterm children and a control group of 49 full term children. Participants were studied when they were 15 days old, and, again, when they were 10 months of age (corrected age for premature children). Neurobehavioral assessment and information on children's biomedical and environmental characteristics were gathered at 15 days of age. The Galician version of the MacArthur-Bates inventories (IDHC) (Pérez-Pereira & García, 2003; Pérez-Pereira & Resches, 2011) was applied when the children were 10 months of age to assess first linguistic and communicative development of the children. In addition, the CES-D and the IBQ-R were applied in order to assess the mothers’ depression and children's temperament. No differences in any of the IDHC measures were found at 10 months of age in relation to birth weight and gestational age. Differences in communicative and language development of PR children were found in relation to a few variables such as Apgar scores, length of stay in the intensive care unit (ICU) or mothers receiving (or not) psychiatric attention. Gender and birth order do not seem to have any effect on IDHC scores. Linear regression analyses indicate that PR and FT children's results on the IDHC are predicted by different factors. Health and maternal education seem to have a greater predictive effect on PR children than FT children. Different temperament factors are also in play for PR and FT children as predictors of linguistic and communicative abilities.
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