El dolor crónico (DC) se ha reconocido progresivamente como una entidad compleja, que deteriora la salud de la persona afectada y su entorno, por lo que representa un desafío para la medicina contemporánea. Esto nos hace reflexionar sobre su magnitud como problema de salud pública, las consecuencias multidimensionales en el paciente y en el interés del equipo de salud por entender su etiopatogenia y querer tratarlo con eficacia. Es por esto que hemos destinado, por tercera vez en nuestros 30 años de edición, un número de la Revista Médica Clínica Las Condes a esta área, complementando los números anteriores y actualizando algunos temas desde una perspectiva distinta.
Hoy en día el DC es un problema de salud pública mayor a nivel mundial y en países en vías de desarrollo como el nuestro. Se ha generado una acentuada necesidad de enfrentarlo, dado el envejecimiento de la población, aumento de enfermedades degenerativas musculoesqueléticas, incremento de enfermedades metabólicas y obesidad, todas condiciones que aumentan el riesgo de presentar DC.
Desde el punto de vista de la salud pública, su magnitud es tal que obliga a implementar o crear políticas que reduzcan la prevalencia, mejoren el resultado del tratamiento a un coste menor y eviten consecuencias en la vida diaria y laboral. Por estas razones, hemos iniciado este número con una actualización de la magnitud del dolor crónico en Chile para dar una vista objetiva de la situación.
Dentro de este tema central, incluimos la migraña, condición que en alta frecuencia es motivo de consulta al médico no especialista en dolor, y se entregan herramientas que facilitan una adecuada evaluación y manejo inicial. También hemos puesto énfasis en el dolor de origen musculoesquelético, dado que éste sigue siendo la principal causa de DC en la población, con una visión del médico especialista en dolor y del médico especialista en terapias físicas y rehabilitadoras en la población adulta y pediátrica.
Hemos incluido un artículo de revisión del síndrome de dolor regional complejo, con el objetivo de que todo médico no especialista en dolor, pueda reconocer los criterios diagnósticos de esta condición y derivar precozmente al paciente a equipos especializados, favoreciendo con esto el resultado de su tratamiento.
Por otro lado, dado que existen factores psicosociales que pueden favorecer la cronificación del dolor y éste también puede tener consecuencias en el estado de ánimo del paciente, se ha incluido el tema del DC y depresión.
En DC, la terapia farmacológica con opioides a largo plazo puede ser necesaria, pero en ciertas condiciones de manejo y factores de riesgo personal, se puede desarrollar una dependencia o adicción a estos fármacos. Por esta razón es que hemos incluido este tópico mostrando los efectos de la prescripción indiscriminada de opioides, los factores de riesgo y las estrategias de mitigación del problema.
Finalmente, se presentan dos artículos que plantean la utilidad de terapias no convencionales: meditación y acupuntura, como herramientas importantes complementarias en el manejo integral del paciente con DC.
Agradecemos a los autores por su dedicación a entregar conocimientos profundos, basados en evidencia y con el matiz de la experiencia. También a los revisores, que con sus comentarios han enriquecido el contenido de cada artículo. Estamos seguros de que los artículos aquí publicados serán de utilidad para todos los miembros del equipo de salud que debe prestar asistencia a pacientes portadores de DC y que requieren un manejo integral, más humano y eficaz.