Editora invitada
La frecuencia de diabetes mellitus (DM) en Chile y el mundo no sólo ha alcanzado niveles tan altos como para ser considerada una de las grandes problemáticas globales en salud del Siglo XXI, sino que también se ha incrementado más allá de toda proyección. Se estima que 415 millones de personas adultas en el mundo viven con diabetes y que a ellos se suman 318 millones más con intolerancia a la glucosa, lo que los sitúa en un alto riesgo de desarrollar la enfermedad en el futuro. Chile no está ajeno a esta realidad, porque cuenta hoy con la tasa más alta de prevalencia de DM en Latinoamérica. Se asocia a ella una importante carga de morbilidad, constituyéndose en la principal causa de amputaciones no traumáticas de extremidades inferiores, ceguera y terapia de reemplazo renal por insuficiencia terminal con los costos que implica en la calidad de vida de las personas con diabetes y en los sistemas de salud. Por otro lado, se ha observado que las complicaciones asociadas a un pobre control de la enfermedad se presentan con mayor frecuencia en personas con un nivel educacional más bajo.
A esto se suma la cantidad aún insuficiente de médicos especialistas y su escasa disponibilidad a nivel nacional. De los médicos diabetólogos acreditados, más de la mitad trabaja en la Región Metropolitana.
El objetivo de este número de Revista Médica Clínica Las Condes, dedicado a este tema tan prevalente, es poner al día a los médicos especialistas y no especialistas, así como enfermeras, nutricionistas, kinesiólogos, entre otros, que conforman el equipo de salud que atiende a pacientes diabéticos. Hacerlo nos parece no solamente justificado, sino un deber de quienes trabajamos en centros de salud de alta complejidad.
El cuidado de la persona con diabetes requiere del manejo multidisciplinario con un enfoque fundamental en la educación, como estrategia de cambio de hábitos de vida hacia una dieta saludable y mayor actividad física. Esto demanda el aporte de todos los integrantes del equipo de salud, así como también la colaboración de distintas especialidades de la medicina, por tratarse de una enfermedad con repercusión en múltiples sistemas y órganos.
Agradecemos sinceramente a los autores de los distintos artículos publicados, por su calidad y por las interrogantes que nos presentan y que motivan a seguir estudiando y desarrollando nuevas alternativas de prevención y tratamiento.
Finalmente, quiero agradecer en especial a todos quienes trabajaron en todo el proceso de elaboración de este número de la revista, por su dedicación y excelencia en el trabajo que desarrollaron.