El objetivo del tratamiento del cáncer es el control de la enfermedad con una reinserción a una vida familiar, social y laboral plena. El período de tratamiento se debe considerar además como una oportunidad para educar en el autocuidado y modificar los hábitos que ponen en riesgo la salud. Los tumores malignos de cabeza y cuello son especialmente desafiantes, ya que nuestras interacciones sociales dependen en gran medida de delicadas estructuras ubicadas en esta área. Para la preservación de la voz, la deglución, la vista y la audición, la conservación de la expresión facial y un aspecto estético aceptable, se han incorporado múltiples técnicas: unas permiten una resección quirúrgica con márgenes adecuados con menos compromiso funcional y cosmético -cirugía transoral con láser o cirugía robótica-, otras una reconstrucción sofisticada con mejores resultados estéticos y funcionales–colgajos pediculados o colgajos libres con o sin implantes de titanio para rehabilitación oral. Se ha perfeccionado la administración de la radioterapia minimizando el daño a órganos vecinos y se ha incorporado terapia de preservación de órganos con asociaciones de radio y quimioterapia. A pesar de estas extraordinarias innovaciones, los resultados del tratamiento de los tumores avanzados distan de ser los esperados. Por diversos motivos, el retraso en el diagnóstico y tratamiento de estas neoplasias es un evento frecuente, lo que además de afectar el resultado oncológico, funcional y estético, aumenta los costos del tratamiento.
La mayoría de las neoplasias malignas de la región de cabeza y cuello se podrían prevenir evitando la exposición a factores de riesgo conocidos -tabaco, alcohol, exposición a radiación UV, radiaciones ionizantes, virus papiloma y otros-. Con los esfuerzos hasta ahora desplegados no se ha logrado disminuir significativamente la exposición a estos hábitos riesgosos y la incidencia de algunas neoplasias malignas va en aumento. En las últimas décadas, se ha observado en los países desarrollados un aumento de la incidencia del cáncer de orofaringe causado por la infección por virus papiloma humano. Los afectados son con mayor frecuencia hombres jóvenes, que no siempre tienen historia de tabaquismo. Este fenómeno ya lo estamos observando en nuestro país y es esperable que siga en aumento, debemos estar preparados para considerar este diagnóstico en una población más joven no fumadora. La vigilancia epidemiológica y la investigación para entender los factores etiológicos asociados contribuyen al diseño de políticas tendientes a disminuir la incidencia de esta enfermedad. Además, es necesario reforzar la educación de los que han sobrevivido a un cáncer de cabeza y cuello para adherir a un control regular, evitar los factores de riesgo, reconocer segundos primarios y consultar oportunamente.
En 1986 el Dr. Jatin P. Shah propuso la formación de La IFHNOS (International Federation of Head an Neck Oncologic Societies) con el fin de establecer y crear canales de comunicación mundial entre las distintas organizaciones y sociedades. Luego esta Institución instauró el Día Mundial contra el cáncer de cabeza y cuello, que se celebra el día 27 de julio, fecha en que las diferentes sociedades oncológicas internacionales participan en actividades educativas con miras a la prevención, consulta y diagnóstico precoz de esta enfermedad. Este número de la Revista Médica Clínica Las Condes pretende sumarse a este esfuerzo. Queremos agradecer por darnos la oportunidad y por su notable profesionalismo a todo el Comité Editorial de la Revista. Queremos agradecer especialmente a los autores por compartir valiosa información y su visión para la consecución de estos objetivos y a los revisores que con sus aportes permitieron mejorar el contenido de ellos.