En resumen, parece recomendable primero, alertar a los pacientes que presentan síntomas severos de RGE y por tiempo prolongado, especialmente cuando son mayores de 50 años, fumadores y bebedores, ya que ellos representan factores de riesgo en el desarrollo de adenocarcinoma del esófago. Segundo, el riesgo de adenocarcinoma esofágico aumenta cuando se ha detectado esófago de Barrett para cuyo seguimiento hay bastante consenso. Tercero, debe considerarse el costo/beneficio que representa una política de pesquisa y tratamientos muy invasivos en ¡a gran población de pacientes con RGE sin Barrett. Cuarto, el RGE severo es una condición crónica que generalmente requiere terapia de mantención para controlar los síntomas y la esofagitis. Sin embargo no está firmemente establecido si el tratamiento médico o quirúrgico previenen la progresión a esófago de Barrett y/o adenocarcinoma del esófago.
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Vol. 11. Núm. 1.
Páginas 0 (enero 1999)
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Esofagitis, Barret y adenocarcinoma del esófago. ¿Dónde estamos en 1999?
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