La cirrosis hepática (CH) es un trastorno frecuente y con complicaciones que presentan una alta morbi-mortalidad. Está caracterizada por una larga fase preclínica asintomática, que puede requerir de dos décadas o más para el desarrollo de las alteraciones en la arquitectura hepática que conforman el estado cirrótico. La presencia de alteración en las pruebas hepáticas, en ausencia de síntomas y signos de enfermedad hepática, constituye un evento frecuente en la práctica médica general. Requiere de una evaluación clínica completa, con anamnesis dirigida, examen físico y estudios de laboratorio e imagenológicos; si se realizan de manera sistemática cubriendo las causas más frecuentes, su diagnóstico etiológico puede ser adecuadamente efectuado, con las consecuentes implicancias terapéuticas en algunos casos.
En esta revisión se evaluarán los estudios bioquímicos actualmente disponibles para realizar un estudio clínico hepático en un paciente asintomático, su capacidad de discriminación y el estudio etiológico de las enfermedades hepáticas crónicas. Se definen además las potenciales causas hepáticas y extrahepáticas que pueden generar esta alteración.