En un mundo en que las concepciones tradicionales estaban en constante revisión y antes de la Revolución Francesa ocurrida en 1789, nace en Toulouse Jean-Étienne Dominique Esquirol, el 3 de febrero de 1772. Hijo de un comerciante, realizó sus primeros estudios en un colegio religioso. Su padre era administrador de una institución en la que se ingresaban epilépticos, pacientes con trastornos mentales y delincuentes sin distinción, según las costumbres de la época. Este dato es relevante en la posterior inclinación de Esquirol por los pacientes con trastornos psiquiátricos. Se decidió por la carrera eclesiástica e ingresó al seminario de Saint-Sulpice en Issy. Sin embargo, probablemente debido a la Revolución, abandonó sus estudios teológicos y se inscribió en la carrera de Medicina, llegando a estudiar en la famosa escuela de Montpellier.
Sus estudios lo mantuvieron en contacto con las ideas liberales post revolucionarias aplicadas a todos los ámbitos de la vida y le permitieron definir sus inclinaciones médicas que lo llevarían a dedicarse a los pacientes alienados (de ahí el origen de su especialidad, alienista). A la edad de 24 años se trasladó a París interesándose en los trastornos de la mente. En el Hospital de la Salpêtrière conoció a su mentor y del cual sería su alumno favorito, Phillippe Pinel. Este hospital fue construido por edicto del rey Luis XIV en 1656 “para encerrar a hombres y mujeres dementes”. Su nombre deriva de la palabra salitre (salpêtre en francés) ya que inicialmente fue un arsenal en donde se fabricaba la pólvora para el ejército real.
Pinel es conocido por sus reformas en los centros de alienados mentales. Consiguió que fueran liberados de las cadenas ya que eran realmente encadenados, que mejorara el trato de parte del personal de salud y que se iniciara el reconocimiento de que los dementes eran enfermos y no poseídos por demonios. Este gran hombre dio a Esquirol las facilidades necesarias para poner en práctica sus ideas sobre el tratamiento de los enfermos mentales.
Pinel puso a su disposición la seguridad de la casa y el jardín de la rue de Buffon, donde Esquirol estableció una maison de santé o asilo privado en 1801 o 1802. Su asilo fue bastante exitoso, siendo ranqueado en 1810 como una de las tres mejores instituciones para alienados de París.
En 1805 publicó su tesis titulada “Las pasiones consideradas como causas, síntomas y medios terapéuticos de las enfermedades mentales”, un tema que se encuentra en todo su trabajo.
En 1811 fue nombrado médico del Hospital de la Salpêtrière, en donde destacó por su motivación, dedicación y sensibilidad para con los pacientes. El mismo año dio inicio al primer curso sobre enfermedades mentales para médicos y estudiantes de medicina. Sin embargo, la realización de un curso regular sobre enfermedades mentales y quizás el primer curso formal de Psiquiatría en Francia se inició en forma improvisada en el comedor de la Salpêtrière en 1817, integrando el estudio de lo que hoy conocemos como Psiquiatría en la formación de todo médico. En 1818, luego de haber viajado por Francia y conocer las realidades de los distintos centros que trataban a los enfermos mentales fuera de París, envió un escrito con sus experiencias al entonces ministro del interior francés. En los años siguientes, a petición del ministro, Esquirol recorrió distintas regiones de Francia en las cuales había pacientes psiquiátricos confinados, reforzando su impresión del retraso que había, fuera de París, en el tratamiento de los alienados. En 1823 fue nombrado inspector de la facultad de medicina en el Hospital de la Salpêtrière y luego, en 1825 abandonó ese cargo para tomar el de superintendente de la Maison de Charenton, lugar que se hizo conocido por tener entre sus pacientes al Marqués de Sade hasta su muerte. Fue también parte del comité de higiene pública del distrito del Sena.
Todo este bagaje de vivencias y conocimientos en terreno cimentaron el camino para la redacción y la estructuración de la Ley de 1838. Esta ley fue el fruto de muchos años de esfuerzo y constancia, ya que refleja la preocupación que debe tener el Estado por sus ciudadanos enfermos. Propuso no solamente la creación de asilos para enfermos mentales, sino toda una forma de cuidados, manejo por especialistas y orientación terapéutica general. Esta ley sirvió de base para el manejo de estos pacientes en todos los países occidentales y aún está vigente.
Junto a toda esta labor publicó también su libro “Des maladies mentales” (Ed. JB Bailière, 1838), que le tomó 15 años de preparación. Rápidamente fue reconocido como un texto excepcional y traducido al inglés, alemán e italiano.
Esquirol vio en la “locura” un tema de relevancia nacional, especialmente entre los más pobres, quienes eran tratados como delincuentes y castigados sin discriminación, siendo con ello consecuente con los principios revolucionarios que lo motivaron desde su juventud (libertad, igualdad, fraternidad). Contribuyó también al clasificar las enfermedades mentales en cinco grupos (lipemanía, mania, melancolía, demencia e idiotez), relacionando las distintas enfermedades mentales con una etiología y un tratamiento más específico. En toda su obra las pasiones desequilibradas eran tanto un síntoma como una opción terapéutica que se veía favorecida por un lugar adecuado (un asilo) y un médico con habilidades especiales en tratar enfermos mentales (un psiquiatra o alienista). Finalmente fue uno de los fundadores de la Psiquiatría moderna, especialmente de la escuela francesa, logrando dar racionalidad y tratamiento “moderno” a aquellos confinados a sus patologías y condenados públicamente por las mismas.
Jean—Étienne Dominique Esquirol falleció en 1840, a la edad de 68 años. En el Hospital Esquirol (antiguamente la Maison de Charenton), en Saint-Maurice, existe una estatua que lo inmortaliza en su propia pasión… los alienados.