El cribado, la detección temprana de una patología que todavía no se ha manifestado, presenta, intuitivamente, una serie de ventajas como la percepción inherentemente atractiva que salva vidas, una orientación al individuo (en su encuentro con el profesional de salud) como riesgo individual que se puede estimar, ventajas con respecto a la salud pública («prevenir mejor que curar») y la existencia de diferentes ejemplos del ámbito oncológico (citología de Papanicolau en cáncer de cuello de útero, mamografía en cáncer de mama, sangre oculta defeca en cáncer de colon ...) que muestran unos resultados favorables. Sin embargo, con el fin de poder valorar la conveniencia de introducir un programa o unas recomendaciones de cribado de la enfermedad cardiovascular en enfermos diabéticos asintomáticos, en especial diabéticos tipo 2, conviene examinar los criterios básicos, establecidos desde 1968, que permiten evaluar la utilidad de cualquier programa de cribado. Según estos criterios, una prueba de cribado tendría que detectar la condición diana de manera precoz, antes de que sea sintomática, con bastante precisión para evitar un gran número de falsos positivos y falsos negativos. Igualmente, con la misma importancia, el tratamiento de los enfermos con enfermedad temprana tendría que mejorar los resultados en comparación con un tratamiento más tardío en los mismos individuos cuando, subsecuentemente, son sintomáticos. Una prueba de cribado no es en ningún caso una prueba definitiva, ya que las personas con resultados positivos tienen que someterse a pruebas de diagnóstico más seguras para confirmar la enfermedad.
ObjetivoExaminar las guías, recomendaciones, posicionamientos de sociedades científicas y organismos sobre el cribado cardiovascular en pacientes diabéticos asintomáticos. El programa se examina bajo los principios elaborados por la OMS e internacionalmente aceptados con respecto a la efectividad del cribado.
MétodosBusca en la literatura científica y organismos diversos seleccionando aquellos documentos que contengan recomendaciones para la práctica clínica en la detección temprana y manejo del riesgo cardiovascular en enfermos diabéticos asintomáticos.
ResultadosSon seleccionados, finalmente, ocho documentos (uno español). Aunque buena parte abogan por el cribado con pruebas de imagen nuclear (SPECT) de enfermos diabéticos seleccionados, no hay pruebas concluyeles que esta estrategia, junto con la revascularización (quirúrgica o percutánea) en los enfermos idóneos, ofrezca mejores resultados. Por contra, en enfermos diabéticos que ya presentan alguna manifestación de afectación cardiovascular (candidatos a trasplante renal o a cirugía vascular de extremidades inferior o carótida) se aconseja evaluar minuciosamente la afectación coronaria antes de la cirugía. El tratamiento de los otros factores de riesgo cardiovascular presentes en enfermos diabéticos se tendría que realizar e intensificar independientemente del cribado de la presencia de isquemia miocárdica silente (IMS). Diversos estudios en curso tendrían que clarificar las ventajas comparativas de una estrategia de diagnóstico precoz de IMS y del tratamiento de revascularización en enfermos diabéticos asintomáticos que presenten una anatomía coronaria adecuada.
ConclusionesMientras que los estudios en curso y otros nuevos no acaben de perfilar mejor si verdaderamente el cribado cardiovascular en los diabéticos asintomáticos aporta más beneficios que el no cribado y mientras no quede suficientemente definido el algoritmo óptimo para la selección de enfermos con alto riesgo cardiovascular para pruebas de imagen funcional y anatómicas, hay que incidir en otras intervenciones profilácticas bien establecidas que, según algunos estudios, están infrautilizadas en esta población de pacientes.