SEKER MEHMET SENYER (2018)
Han pasado menos de 20 años desde que el Human Genome Project logró mapear casi la totalidad el genoma del ser humano y menos de 75 años desde que Watson y Crick describieron la estructura helicoidal del ácido desoxirribonucleico (DNA, por sus siglas en inglés) gracias a la fotografía de difracción de rayos X de una fibra de DNA realizada por Rosalind Franklin. En menos de un siglo, el concepto de que estamos construidos en base a cuatro tipos de “bloques” que se ordenan, posicionan y doblan de cierto modo para hacernos genéticamente únicos ha pasado a ser cotidiano. Es de conocimiento popular cómo los progresos en el estudio del genoma humano nos han permitido avanzar en el área forense, en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades y cada vez más, en la consejería y medicina personalizada. La figura de la doble hélice es ampliamente conocida, y el arte no es inmune a su belleza.