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Inicio Revista Médica Clínica Las Condes ROBERTO MATTA ECHAURREN (1911-2002)
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Vol. 27. Núm. 6.
Tema central: Otología
Páginas 928 (noviembre 2016)
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ROBERTO MATTA ECHAURREN (1911-2002)
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Marcos Goycoolea
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Roberto Matta Echaurren nació en Santiago de Chile el 11 de noviembre de 1911 y murió en Civitavecchia, Italia, el 23 de noviembre de 2002. Arquitecto chileno, humanista, pintor y poeta, considerado el último representante del surrealismo.

Estudió arquitectura en la Universidad Católica de Chile y paralelamente asistió a la Escuela de Bellas Artes. Se recibió de arquitecto en 1933 y viajó a Europa.

En París trabajó en el taller de Le Corbusier. En Europa, como pintor, conoció y se relacionó con André Breton, Salvador Dalí, Arshile Gorky y René Magritte. Fue André Breton -padre el movimiento surrealista- quien lo introdujo en el círculo de los surrealistas. Luego en Nueva York, expuso con Picasso, Matisse y Leger. Ya reconocido internacionalmente, volvió a Europa y se estableció en Italia.

Matta es considerado uno de los grandes representantes del surrealismo, y su obra se caracteriza por la representación del universo cosmológico único.

En 1985 se organizó una gran muestra de la obra de Roberto Matta en el Centro Georges Pompidou en París. Para esa ocasión, Octavio Paz le escribió y dedicó un poema titulado “La casa de la mirada.” En este poema se hace alusión a la pintura del artista con representaciones de un espacio cambiante y una concepción tridimensional del espacio. Paz alude a que la idea de la realidad de Matta es la unidad de las cosas visibles e invisibles y que en su pintura se puede dar cuenta de ella por medio de imágenes que representan fragmentos de la realidad o “morfologías parciales” como las llamaba el pintor. En ese sentido de hacer visible lo invisible se establece una idea surrealista. Roberto Matta también tiene el concepto de que la creación del arte debe hacerse a través de los sentidos y sensaciones.

Octavio Paz crea una analogía con la pintura de Matta, en que la forma de la X aparece con frecuencia para representar el movimiento y el dinamismo del espacio, de manera que parece que forma un círculo como representación de lo infinito. Hace también alusión al mapa del cielo que se refleja en el espejo de la música, y se puede leer como una metáfora de Paz de la idea de la música de las esferas de Pitágoras. Agrega que se puede observar en su obra una imagen del hombre como mediador en el Universo.

Dentro de estos conceptos e ideas aparece con todo su esplendor y pasión el cuadro de la portada, al cual Matta no le puso un título, pero que representa sin duda alguna, el concepto de “la música de las esferas.”

El concepto de la música de las esferas fue ideado por Pitágoras, quien postuló que los cuerpos celestes -los planetas, el Sol y la Luna- al moverse emiten sonidos basados en su movimiento orbital que resultan en conjunto en un sonido musical.

Este concepto del Universo como una gran fuente de sonido musical fue ahondado por Kepler, quien postuló que eran las velocidades angulares de cada planeta las que producían los sonidos y las representó en un pentagrama musical. Kepler describió que el “movimiento celeste no era otra cosa que una canción para ser percibida por el intelecto y no por el oído”.

Resulta de gran interés el que el satélite TRACE (Transition Region and Coronal Explorer) enviado por la NASA en 1998 documentó que la atmósfera del Sol tiene un ultrasonido con una partitura con ondas 300 veces más graves que las que puede captar el oído humano y que son por ende, inaudibles por los humanos (o sea… tal vez captada por el intelecto, pero no por el oído).

En la pintura de la portada que elegimos se pueden ver esferas que representan a los planetas y notas musicales que descienden hacia un oído externo a través del cual llegan al oído medio y a la cóclea, de la cual re-emerge el sonido musical y vuelve como en un circuito a su origen. Uno de los planetas es mitad masa y mitad energía y hay triángulos divinos con vectores que llevan información a la tierra y a los hombres para que la escuchen.

Debido a la pertinencia del concepto del cuadro con el temario de la presente edición, es que lo elegimos como imagen conductora en esta revista.

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