El tratamiento farmacológico de la hi- pertensión arterial es un pilar fundamen- tal en la prevención de complicaciones cardiacas, vasculares y renales. En este artículo se comentan las indicaciones del tratamiento antihipertensivo en pacientes prehipertensos e hipertensos. Se discuten las metas terapéuticas y la selección y combinación de fármacos de acuerdo a las distintas patologías concomitantes, para finalizar con las características fun- damentales de las principales familias de medicamentos antihipertensivos. La hipertensión arterial se caracteriza por un aumento sostenido de la presión arterial igual o mayor a 140 mm.Hg. para la presión sistólica o igual o mayor a 90 mm.Hg. para la diastólica. Tam- bién se expresa, sobre todo en el adulto mayor de sesenta años, en forma de una hipertensión sistólica aislada. Este tipo de hipertensión se asocia directamente a mayor edad y es la consecuencia de una disminución progresiva de la elas- ticidad arterial debido al reemplazo, en las paredes arteriales, de elastina por colágeno asociado a la ateroesclerosis. En mayores de 50 años, el incremen- to de la presión sistólica sobrepasa al aumento de la presión diastólica como factor de riesgo de enfermedad cardiaca y vascular. Junto a la hipertensión sis- tólica, aparece el aumento de la presión de pulso (presión sistólica menos pre- sión diastólica) como factor de riesgo independiente en personas mayores de
60 años. En esta población en particu- lar, la presión diastólica se correlaciona indirectamente con un mayor riesgo de complicaciones cardiacas y vasculares. Por lo tanto, un paciente con presión ar- terial 160/70 mm.Hg. presenta un mayor riesgo que aquel con presión 160/100 mm.Hg. (1).
Si bien el límite entre normo e hiperten- sos es más bien arbitrario, éste permite diferenciar a dos poblaciones de menor y mayor riesgo de enfermar de accidente vascular encefálico, insuficiencia coro- naria, insuficiencia cardiaca congestiva e insuficiencia renal crónica (2). La hiper- tensión arterial aparece como un factor de riesgo independiente, directamente relacionado con la severidad de las cifras tensionales. En general, el riesgo de pa- decer un accidente vascular encefálico es
10 veces mayor, de una insuficiencia co- ronaria cinco veces, de una insuficiencia cardiaca congestiva dos a cuatro veces y de una insuficiencia renal crónica 1.7 veces mayor en la población de hiper- tensos. Sólo las personas con presiones sistólicas de 115 mm. Hg. y diastólicas de 75 mm.Hg. o menos no presentan un mayor riesgo de complicaciones vascula- res. La posibilidad de accidente vascular encefálico se incrementa en más de dos veces y la de insuficiencia coronaria se duplica por cada 20 mm.Hg. de aumento de la presión sistólica o 10 mm.Hg. de la presión diastólica (3).