¿ Introducción
La infección por el virus B de la hepatitis ocasiona complicaciones graves, incluyendo hepatitis crónica, cirrosis y carcinoma hepatocelular.1,2 De acuerdo con el Centro para el Control de Enfermedades de Atlanta USA (CDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen 2000 millones de personas con evidencia de infección por virus B de la hepatitis y aproximadamente 300 a 400 millones cursan con hepatitis crónica por virus B (HBC). Adicionalmente, se estima que aproximadamente de 15% a 25% de las personas con infección crónica por virus B de la Hepatitis, mueren por cirrosis o por hepatocarcinoma.1,2
La seroprevalencia de la hepatitis por virus B en México de 1.4% fue publicada en el año 20003 y se conoce que la frecuencia de hepatitis crónica por virus B en México puede variar entre 0.3% y 1.4% de acuerdo con la información publicada por el Instituto Nacional de Salud Pública de México.4 En este mismo documento, la encuesta Nacional de Salud realizada entre 1999 y 2000 reveló que en México la seroprevalencia de Anti-HBc y HBsAg en la población general, fue de 3.3% (IC 95% 2.8-3.9) y 0.21% (IC 95% 0.11-0.37), respectivamente, por lo que se calcula que aproximadamente 1.7 millones de mexicanos han estado infectados con el virus B de la hepatitis y que alrededor de 107 000 son portadores crónicos.4
El grupo de estudio de Hepatitis B para Latinoamérica encabezado por Fay, estimó que en México cada año aparecen 124 nuevos casos de hepatitis crónica, entre 537 y 1880 casos de cirrosis asociada a infección por el virus B de la hepatitis, aproximadamente cuatro a 118 casos de cáncer primario de hígado y entre 138 a 483 muertes que están asociadas a la infección por el virus B de la Hepatitis.5
La cirrosis hepática es una de las cinco principales causas de muerte en México.6 Aunque en las últimas décadas se ha sugerido que la principal causa de cirrosis en nuestro país es el alcoholismo, la etiología de la cirrosis en nuestro medio no está bien caracterizada. Por este antecedente, realizamos el presente estudio con el propósito de evaluar la prevalencia de hepatitis por virus B en pacientes con cirrosis en México y conocer los factores de riesgo asociados a la cirrosis.
¿ Métodos
Se realizó un estudio retrospectivo en dos instituciones de la Ciudad de México (Hospital General de México e Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición Salvador Zubirán), centros de referencia para la atención de pacientes con cirrosis hepática provenientes principalmente de los estados del centro del país. Se revisaron los expedientes de pacientes adultos (mayores de 18 años) con diagnóstico de cirrosis hepática confirmada por estudio histológico o por la combinación de evidencia de daño hepático crónico mostrado por ultrasonografía y endoscopia con datos de hipertensión portal. Se incluyeron todos los pacientes que acudieron a la consulta externa de abril a agosto de 2008 y se revisaron los expedientes clínicos para evaluar los resultados de HBsAg y los factores de riesgo para cirrosis hepática.
La prevalencia de la hepatitis por virus B se calculó como porcentaje y su intervalo de confianza a 95% (IC 95%). Se realizó un análisis descriptivo de las características demográficas y los factores de riesgo para la infección por VHB y se evaluaron comparativamente mediante análisis bivariado las mismas características entre las dos instituciones participantes.
¿ Resultados
Se incluyeron 531 pacientes adultos con cirrosis; 316 mujeres (59.6%) y 215 hombres (40.4%), con un promedio de edad de 55.82 ± 13.26 años. En 205 pacientes (38.6%), el único factor de riesgo identificado para cirrosis, fue el consumo de alcohol; en 167 pacientes (31.5%), infección por VHC (tres de ellos estaban co-infectados con el virus B de la hepatitis, 0.5%); en 300 casos (56.5%), hubo historia de transfusión sanguínea; en 11 (2.1%) de tatuajes y en nueve (1.7%) de enfermedades de transmisión sexual. No se encontraron diferencias entre las instituciones en cuanto a los factores de riesgo para infección por VHB (alcoholismo, consumo de drogas IV, tatuajes, número de parejas sexuales, enfermedades de transmisión sexual, infección por VIH, VHC o historia de diálisis). Finalmente se encontraron más pacientes con historia de transfusión antes del diagnóstico de cirrosis en el INCMNSZ 62.7% (239/381), comparado con 40.6% (61/150) en el Hospital General de México (p <0.001) (Tabla 1).
El HBsAg fue positivo en 15 de los pacientes evaluados con una prevalencia de 2.82% (IC 95% 1.59-4.62). Esta prevalencia de HBsAg positivo fue similar en ambas instituciones (Tabla 2).
¿ Discusión
La prevalencia de HBsAg en población mexicana adulta ha sido documentada en 0.21%, con mayor seroprevalencia en los hombres y en relación directamente proporcional a la edad.4 Los hallazgos del presente estudio muestran que la prevalencia de HB-sAg en pacientes con cirrosis hepática fue de 2.8%, lo cual contrasta con algunos informes en población general, cuya mayor prevalencia alcanza 1.4%.3,4 Es importante mencionar que este estudio se realizó sólo en dos hospitales de la Ciudad de México, por lo que estos hallazgos sólo pueden extrapolarse a esa población.
En este estudio no se documentó ninguna diferencia por sexo como lo han establecido otras investigaciones,4 ni tampoco en la edad promedio de los pacientes con cirrosis (55.8 años), la cual fue comparable con la edad señalada por otros autores.7
La mortalidad por cirrosis ha registrado grandes cambios en las últimas décadas y ha mostrado tendencias favorables en la mayoría de países alrededor del mundo, particularmente por la reducción en el consumo de alcohol y las infecciones por virus B y C de la hepatitis.8 Sin embargo, en México las mayores causas de cirrosis siguen siendo la enfermedad hepática por alcohol y la infección por virus C de la hepatitis,9,10 lo cual constituye una tendencia preocupante ya que algunos estudios muestran claramente que los pacientes con cirrosis de etiología viral tienen una sobrevida menor que los pacientes que tienen cirrosis por alcoholismo.7 Los hallazgos de nuestro estudio muestran que 38.6% de los pacientes con cirrosis tuvo como único factor de riesgo la ingesta alcohólica crónica y 31.5% infección por virus C de la hepatitis. Estos resultados no muestran diferencias con lo evidenciado en otras investigaciones, pero tiene interés para el entendimiento de la epidemiología actual de la enfermedad hepática en nuestro país.
Los resultados de nuestro estudio mostraron una prevalencia de 2.8% del HBsAg entre los pacientes evaluados, contrastando con algunos estudios en Sudamérica, donde al evaluar pacientes con cirrosis, se informó que el alcoholismo fue el principal factor asociado, seguido de la infección por el virus B de la hepatitis y en menor porcentaje por el virus C de la hepatitis.11-13 Este resultado también difiere de otros realizados en población mexicana no cirrótica, en los que la prevalencia del HBsAg en diferentes grupos poblacionales es marcadamente baja.14
Es bien conocido que entre los factores de riesgo para la infección por el virus B de la hepatitis, se incluyen el uso de drogas intravenosas, la exposición sexual sin protección, exposición a procedimientos médicos (cirugía, odontología, diálisis), transfusiones sanguíneas, relaciones sexuales entre hombres (hombre-sexo-hombre), tatuajes y acupuntura.1,2 Los hallazgos de nuestro estudio muestran que 56.5% de los pacientes habían recibido transfusión sanguínea, 2.1% tatuajes y 0.38% habían utilizado drogas intravenosas. Del total de los pacientes estudiados, 171 (32.2%) recibieron la transfusión previo al diagnóstico de cirrosis hepática. El antecedente transfusional estableció una diferencia significativa entre las dos instituciones participantes evaluadas y será necesario determinar la existencia de un factor adicional que justifique la misma, ya que algunos estudios realizados en México sobre la prevalencia de HBsAg entre donadores de sangre, señalaron prevalencias muy bajas: desde 0.13%,15 hasta 0.32%.16
Finalmente, al igual que lo reportado en la bibliografía actual, la población que fue motivo de nuestro estudio mostró como factores de riesgo más importantes para cirrosis el alcoholismo y la infección por el virus C de la hepatitis. La infección por el virus B de la hepatitis es una condición prevenible por vacunación en nuestro país, pero la prevalencia sigue siendo poco conocida por lo que será necesario priorizar nuevas estrategias de investigación tales como estudios prospectivos de cohorte que permitan definir la verdadera prevalencia de hepatitis por virus B en poblaciones con cirrosis e intensificar el tamizaje rutinario para el virus B de la hepatitis en poblaciones susceptibles o no evaluadas.
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