El artículo expone las bases desde las que se desarrolló la perspectiva de investigación de la redde investigaciones desiguALdades.net. Partiendo de las diversas dimensiones de la desigualdad social en América Latina, se busca poner énfasis en la multidimensionalidad de las desigualdades y sus interdependencias transregionales, tomando en cuenta una perspectiva sincrónica y diacrónica. De esta manera abreva, en primer lugar, del discurso de los puntos de vista globales para el estudio de las desigualdades, en particular del enfoque del sistema-mundo y del transnacionalismo. En segundo lugar, se fundamenta en el examen crítico de conceptos clave (configuración y régimen). Por último, busca vincular estos conceptos a temas y áreas, en especial a la dimensión medioambiental, que hasta ahora ha recibido poca consideración en la investigación sobre desigualdades.
The following working paper lays out the baseline from which the research approach of the research network desiguALdades.net was developed. Starting from diverse social inequality phenomena in Latin America, the network seeks to underline the multidimensionality of inequalities and their transregional interdependencies, taking a synchronic as well as a diachronic perspective into account. It thereby draws, first, on the discourse on global approaches to the study of inequalities, particularly world system approaches and transnationalism. Secondly, it is based on a critical examination of key concepts (like figuration and regime). Lastly, it seeks to link these to subjects and areas, especially the environmental dimension, that until now have received little consideration in research on inequalities.
La creciente brecha social entre ricos y pobres se ha vuelto una vez más una problemática social importante. Junto con su prominencia en los debates políticos recientes, la temática atrae una mayor atención en el área de las ciencias sociales. Aunque el estudio de las desigualdades sociales ha sido tema central de la sociología moderna desde hace tiempo, el análisis enfrenta retos empíricos y heurísticos que revelan los límites de las teorías sociales comunes, al a vez que pone énfasis en la necesidad de superar el nacionalismo metodológico. En el contexto de las crecientes implicaciones globales, ya no parece que sea adecuado utilizar sólo al Estado-nación como unidad primaria de análisis. Más bien, se deben desarrollar unidades de análisis relacionales alternativas que tomen en cuenta las estructuras transregionales en las que se incrusta el Estado-nación. Una cooperación más sólida2 con estudios de área puede ampliar la perspectiva de las disciplinas de las ciencias sociales, y salir de la camisa de fuerza tradicional del Estado-nación.
En este contexto, la red de investigación desiguALdades.net persigue diversos objetivos. Uno de ellos es contribuir a la discusión sobre desigualdades en América Latina al fomentar el intercambio de ideas entre estudios de área y otras ciencias sociales organizadas en disciplinas. Un segundo objetivo es proveer de insumos metodológicos y teóricos a las discusiones actuales sobre desigualdades sociales en el contexto global. Por último, mediante la investigación empírica en América Latina, la red también busca contribuir a una comprensión más diferenciada de las desigualdades sociales, que tome en cuenta las interdependencias multidimensionales y transregionales.
América Latina representa un punto de arranque empírico apropiado por una variedad de razones. América Latina -incluyendo el Caribe- es la región del mundo que muestra la mayor desigualdad social: 40% de su población se considera pobre y casi 20% extremadamente pobre. Sus sociedades se caracterizan por una distribución del ingreso en extremo polarizada. Los coeficientes Gini de la mayoría de los países latinoamericanos (después de impuestos y transferencias) excede 0.5, mientras que en los países europeos occidentales gravita 0.3 (cepal, 2012). Aunque las diferencias de ingresos han disminuido recientemente en algunos países, la estructura básica de las desigualdades económica y social difícilmente ha cambiado. El gran nivel de desigualdades económicas y de asimetrías de poder en América Latina no es algo nuevo. Se trata de fenómenos históricamente persistentes, que no se pueden considerar en su longue durée sin sus vínculos con la época colonial y el fundamento histórico de cada Estado-nación en el curso del siglo XIX. Al mismo tiempo, las configuraciones tanto históricas como contemporáneas de las desigualdades en los países latinoamericanos se han configurado -y lo siguen haciendo- por sus interdependencias transregionales.
Además de estas razones empíricas, América Latina también representa un buen punto de enfoque para promover un intercambio más concienzudo entre los estudios de área y las disciplinas de las ciencias sociales en el contexto de los estudios sobre desigualdad. En América Latina, la investigación científica social sobre desigualdades se ha desarrollado a lo largo de varias décadas para llegar a captar su multidimensionalidad y pensar en términos de dependencias. Con la excepción de las teorías de la dependencia de la década 1960, el conocimiento que se produjo en esta tradición no ha llegado a un público amplio en Alemania. Una de las metas del diseño de investigación de desiguALdades.net, por lo tanto, es introducir los resultados de la investigación de las ciencias sociales latinoamericanas en los debates de Alemania y Europa.
Desigualdades inter dependientes: desafíos teóricos y metodológicosA partir de los enfoques estándar (Dubet, 2001; Kreckel, 2004; Tilly, 1998), definimos desigualdad social como la distancia entre las posiciones de individuos y grupos en la jerarquía de acceso a bienes socialmente relevantes (ingreso, riqueza, etcétera) y a recursos de poder (derechos, participación política, cargos políticos, etcétera). A diferencia de la investigación convencional sobre desigualdades, que examina estas posiciones al interior de los espacios del Estado-nación, empleamos unidades de análisis que ni son fijas, ni están predeterminadas espacialmente. Las desigualdades interdependientes consideradas de esta manera requieren tomar en cuenta los entramados y flujos espaciales entre territorios que trascienden el marco del Estado-nación. En concordancia, las unidades de análisis se definen de manera relacional, esto es, según las estructuras relacionales relevantes para cada pregunta de investigación específica.
Al centro de los intereses de investigación de la Red Internacional de Investigaciones sobre Desigualdades Interdependientes en América Latina se encuentran aquellas desigualdades que surgen de los entramados transregionales, y también las que se fortalecen o modifican mediante las interdependencias globales y las asimetrías de poder. Por lo tanto, la red pone énfasis en tres aspectos particulares de la investigación de las desigualdades sociales:
- 1.
Las desigualdades sociales en los contextos de entramados globales, yendo más allá del nacionalismo metodológico, que ha dado forma a la investigación de las ciencias sociales sobre desigualdades, tanto en Alemania como en América Latina. Esto incluye la expansión de las unidades de investigación por lo general definidas de manera espacial, para también incluir unidades de análisis relacionales.
- 2.
Las interdependencias entre distintos ejes de estratificación: la investigación se centra en interseccionalidades entre formas de adscripción étnicas, de género y otras que dan forma a las desigualdades sociales junto con factores específicos de la clase social.
- 3.
La multidimensionalidad de las desigualdades sociales: las dimensiones cultural y socioecológica también se toman en cuenta, además de las dimensiones socioeconómicas y de poder político, que durante mucho tiempo han sido los únicos componentes centrales de la investigación sobre la desigualdad. También se consideran los efectos espaciales y temporales de las desigualdades. Además, estas dimensiones no se analizan por separado, sino que se estudian empíricamente mediante fenómenos particulares, considerando sus efectos combinados sobre las estructuras de desigualdad en América Latina.
En la investigación sobre desigualdades, el concepto de interdependencia se refiere a dos formas complementarias de imbricación:
- a.
Una forma son las interdependencias entre distintos ejes de desigualdad (clase, género, etnicidades, “raza”, lugar de residencia, etcétera), desde los que una persona o grupo se posicionan y desde los que participan en las jerarquías socioeconómicas y de poder político. Investigar las desigualdades desde la perspectiva del nacionalismo metodológico implica conceptualizar la sociedad y lo social desde el Estadó-nación, sin reflejar sus implicaciones.
- b.
Se entienden las interdependencias globales como entramados entre estructuras de desigualdad que van más allá de los espacios local, regional, nacional y supranacional. Más aún, éstas se refieren a fenómenos de desigualdad temporales tanto como espaciales (por ejemplo, desigualdades entre generaciones, o entre diversos lugares en regiones diferentes del mundo).
El análisis de las interdependencias entre distintos ejes de desigualdad tiene una larga tradición en América Latina y permanece como una de las áreas centrales de investigación para las ciencias sociales de la región.3 En el caso de las interdependencias globales, desde principios de la década 1960 la investigación social en Latinoamérica hizo contribuciones importantes e innovadoras hacia una comprensión más profunda de las desigualdades interdependientes dentro de un contexto global, así como entre espacios sociales más allá del Estado-nación. Las ciencias sociales, en particular aquellas que se desarrollaron en el contexto de las teorías de la dependencia y la marginalización, produjeron estudios sobre las sorprendentes diferencias en riqueza tanto entre regiones del mundo, como al interior de sociedades nacionales en América Latina. Al mismo tiempo, pusieron énfasis en la naturaleza recíproca de las relaciones entre Estados-nación, y entre regiones del mundo. Estos enfoques interpretaban las dependencias como consecuencia de las relaciones asimétricas dentro de la economía mundial4 y al interior de los Estados latinoamericanos, para los que se toma en cuenta las dimensiones históricas.
No obstante, los debates de las ciencias sociales que dieron lugar a las teorías de la dependencia y la marginalización se interrumpieron debido a varias discontinuidades y a un cambio de paradigmas. A lo largo de la década de 1980, la investigación en Latinoamérica se alejó de la perspectiva de la dependencia. Como en otras regiones del mundo, los enfoques econométricos dominaron el campo de la investigación de las desigualdades,5 centrándose tan sólo en variables explicativas en el ámbito nacional. De este modo, las ciencias sociales en América Latina perdieron cierto grado de profundidad histórica y atención teórica, distanciando el énfasis de la investigación sobre las desigualdades sociales, para llevarlo a estudios sobre la pobreza y “la guerra contra la pobreza”. Estos estudios tuvieron el impulso, en gran medida, de las agencias de desarrollo internacional, en particular del Fondo Monetario Internacional (fmi) y del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (Banco Mundial), que se convirtieron en las financiadoras más relevantes de la investigación sobre pobreza en América Latina. En particular, el Banco Mundial (bm) proveyó del formato y la concentración de la investigación mediante sus World Bank Reports.6 Los estudios de ambas instituciones promovieron y alentaron una forma de producción de conocimiento que accedía a sus propios programas. Éstos tuvieron una enorme influencia en las agendas de investigación y en las directrices de los proyectos de las organizaciones dedicadas al desarrollo internacional, así como en las perspectivas de las consultorías en torno al diseño y gestión de las políticas públicas.
No fue sino hasta fines de la década de 1990 que el campo de la investigación en América Latina experimentó una reconfiguración; los estudios, una vez más, modificaron el interés central para volver a la desigualdad social. El enfoque puramente económico se complementó con investigaciones más amplias sobre las desigualdades. Desde entonces, diversas disciplinas como la sociología, el derecho, la antropología cultural y social, las ciencias políticas, la economía política, la geografía y la historia, han contribuido al desarrollo de nuevas perspectivas teóricas y metodológicas, y han conducido a una cantidad considerable de nuevos hallazgos.
Éstos son los antecedentes que incitaron una discusión más extensa en América Latina acerca de las dimensiones, causas e institucionalización de las desigualdades. La perspectiva clásica, centrada en la clase y el estrato, se amplió, y se colocó un énfasis reforzado sobre factores tales como el género, la etnicidad o raza, y se asentó la naturaleza complementaria e interdependiente entre los ejes de estratificación. En años recientes, proliferaron los análisis cualitativo y cuantitativo que analizan las desigualdades sociales, políticas y económicas desde una óptica específica de género, así como estudios que documentan y analizan patrones de desigualdad cultural, étnica o con base en la raza, como aquellos que examinan grupos poblacionales indígenas y afrolatinoamericanos.7
La investigación histórica más reciente se ha dedicado a los entramados transnacionales, subrayando la relevancia analítica del concepto de interdependencia. Al usar varias cadenas de producción y de mercancías como ejemplos, analizan cómo se entretejen los procesos globales (externos) y políticos (internos).8 En la médula de estos estudios se ubica el papel histórico de América Latina como abastecedora de materias primas y productos agrícolas para la economía mundial.
El consumo global de materias primas (minerales, gas, petróleo, etcétera), así como de productos agrícolas de América Latina (soya, palmas de aceite, entre muchos otros), ha vuelto a adquirir importancia durante los últimos años. Esto se debe, en parte, a la demanda de los países en crecimiento, tales como China e India, de modo que se forman nuevas (inter)dependencias transregionales.9 Las consecuencias del nuevo auge de la extracción orientada a la exportación en los ámbitos nacional y subnacional, varían ampliamente. En el caso ideal, la tendencia a la extracción permitiría que el Estado tuviera entradas independientes de su base económica nacional, con las que podría financiar transferencias sociales (dependiendo de la orientación política del gobierno en cuestión). Localmente, el consumo global de tierra y recursos naturales desencadena conflictos sociales, así como complejas negociaciones respecto a la distribución de ganancias, costos y riesgos. Una serie de estudios recientes, que vinculan perspectivas de la ecología política con las de investigación de conflictos para poder investigar disputas sobre derechos de propiedad, participación, así como la distribución de ganancias, costos y riesgos en contextos locales, nacionales e internacionales, toman en cuenta los entramados transregionales de los regímenes legales indígena y ecológico, así como las políticas públicas.10 Estas investigaciones utilizan puntos de vista que se centran en la interdependencia entre los distintos niveles y marcos de referencia. También examinan el conflicto entre diferentes formas y prácticas del conocimiento en el contexto de la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Por lo general, no obstante, estas investigaciones colocan un mayor énfasis sobre las asimetrías de poder en el acceso a los recursos naturales que en cuestiones de desigualdad socioeconómica.
En resumen, la investigación sobre desigualdad en América Latina demuestra, en primer lugar y sobre todo, una persistencia de las desigualdades. En segundo lugar, la investigación se ha centrado en desigualdades sociopolíticas en las que los análisis de las relaciones de poder también incorporan la importancia de las dimensiones cultural, étnica, pertinentes a la raza y al género, así como a otras dimensiones no específicas de la clase social. En tercer lugar, la investigación toca cada vez más las dimensiones ecológicas de la desigualdad, al investigar las repercusiones de la tendencia a la extracción, en particular debido a los consiguientes conflictos medioambientales. Éstos no sólo se correlacionan con la creciente importancia global de las materias primas latinoamericanas, sino también con la mayor percepción social de los problemas ambientales y de recursos, como conflictos en torno a la distribución y su relevancia para el desarrollo de la desigualdad social. Además de los acercamientos estructurales y los análisis sobre el poder, la investigación socioecológica sobre desigualdades toma en cuenta las dimensiones del conocimiento y del análisis de la cultura, tales como las distintas nociones de bienes públicos y de derechos de propiedad privada.
A pesar del amplio espectro de teorías y temas, la academia latinoamericana dedicada a la investigación sobre desigualdades permanece, en general, analíticamente limitada al Estado-nación11 -a excepción de aquellos casos donde persiste una conexión directa con la teoría de la dependencia-. En este sentido, no se aparta del patrón general que se observa en la investigación en las ciencias sociales, donde predominan unidades de análisis desarrolladas desde la perspectiva de las sociedades nacionales. Desde este punto de vista, diferentes posiciones sociales se mantienen ancladas en sociedades dentro de los Estados-nación; las premisas teóricas y metodológicas, así como las implicaciones de este posicionamiento, no han estado sujetas a un cuestionamiento crítico suficiente. Esta perspectiva se apoya en las experiencias de las sociedades respectivas, así como en el discurso público que la rodea.
Contribuciones recientes a la investigación global sobre desigualdadesExiste una serie de perspectivas que pueden usarse de manera fructífera para el análisis de los entramados transregionales de las desigualdades sociales. La mayor parte de las miradas comparativas adoptan perspectivas socioeconómicas basadas en la teoría del sistema-mundo de Immanuel Wallerstein para estudiar brechas de ingreso entre grupos de países (países centrales, semiperiféricos y periféricos).12
Otro enfoque importante que toma en cuenta las desigualdades interdependientes que existen más allá de las fronteras nacionales es el enfoque del transnacionalismo. Resultan particularmente innovadoras aquellas contribuciones que investigan las desigualdades interdependientes de los actores, como es el caso de los migrantes,13 en sus marcos específicos transnacionales y translocales. Tales estudios demuestran cómo se pueden reducir o mitigar las desigualdades sociales por la vía del capital social y cultural, así como por la etnicidad, en el caso de la migración.14 Las contribuciones que investigan15 las reconfiguraciones de las estructuras sociales como la clase en espacios transnacionales, también son relevantes.16
Los avances metodológicos recientes también han producido nuevos instrumentos útiles para la investigación de las desigualdades en contextos transnacionales.17 Las publicaciones recientes sobre la transnacionalización de derechos han jugado un papel significativo. Muestran que los derechos globales pueden tener un efecto sobre las desigualdades sociales, que hasta ahora no se ha investigado lo suficiente.18
Esto sin duda ha abierto nuevos caminos para la investigación de las desigualdades dentro del contexto global. De todos modos, en la mayoría de los casos se presta poca atención al hecho de que las desigualdades sociales son parte de una historia contingente de la modernidad, que ensambla su producción en Europa, con estructuras de desigualdad en otras regiones del mundo mediante el sistema colonial y el comercio de esclavos, durante varios siglos (Randeria, 2005).19 Además de la consideración de la restricción teórico metodológica del estudio de los procesos globales de desigualdad, el rango empírico de los fenómenos bajo examen también puede sujetarse a la crítica. En primer lugar y por encima de todo, una cantidad muy numerosa de los estudios que aparecen en lengua alemana se han limitado a los estudios de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde). Por tanto, la red investigativa desiguALdades.net está diseñada para crear un puente entre hallazgos empíricos, así como entre enfoques teóricos de América Latina con el objeto de integrarlos nuevamente al estudio en alemán sobre las desigualdades.
El concepto investigativo de desiguALdades.net Puntos departidaDesde su fundación en el 2009, la red de investigaciones desiguALdades.net ha buscado acercar contribuciones y perspectivas de distintas comunidades epistémicas que examinan las desigual dades interdependientes, generando diálogo e intercambio mutuo y expandiendo la comprensión de los procesos de imbricación mediante la introducción de un enfoque transregional.
Retomando a Reinhard Kreckel (2004), tomamos la siguiente cuestión como punto de partida: ¿en qué medida las posibilidades de acceso y distribución a bienes deseables, el estatus social y las posiciones de poder en América Latina se conforman no sólo por vínculos locales, regionales y nacionales de interdependencias, sino también por aquellos globales y transregionales?
Al centrarnos en los procesos globales que estructuran las desigualdades sociales y en su carácter multidimensional, se busca contribuir a una reorientación de la investigación sobre ese tema. Nuestro acercamiento a las desigualdades interdependientes y multidimensionales abreva de los nuevos hallazgos en el campo del transnacionalismo (desigualdad transnacional) y de la teoría del sistema-mundo (desigualdad global). Los contextualizamos en las discusiones macrosociológicas sobre “modernidades entramadas” (Randiera, 2005) para alcanzar una clara comprensión de las mismas (Costa, 201 la). La perspectiva del transnacionalismo pone énfasis en la interconexión entre las distintas estructuras nacionales de desigualdad. Al centro están los actores que se mueven entre fronteras, tales como los migrantes y su incorporación en las redes transnacionales o los miembros de una clase media globalizada, cuyos estilos de vida se han desarrollado de manera semejante en las sociedades de diversos Estados-nación.20 Las contribuciones que se fundamentan en la teoría del sistema-mundo lidian con procesos históricos globales como el colonialismo, la esclavitud, y las asimetrías en el comercio mundial, que aún dan forma a las desigualdades contemporáneas.21 La perspectiva de la teoría del sistema-mundo, así como la del transnacionalismo, no limitan el rango de sus investigaciones a la comparación de sociedades contenidas dentro de fronteras nacionales; también desarrollan unidades de investigación analíticas22 que permiten que la investigación se centre en flujos entre espacios con diferentes niveles de entramados. La investigación en ciencias sociales, tradicionalmente se enfocaba en el estudio de las sociedades nacionales en Europa Occidental y América del Norte; esta perspectiva debe expandirse para incluir los entramados entre distintas regiones y desigualdades del mundo, y buscar nuevas unidades de análisis.
Resulta importante subrayar en este punto que las unidades de referencia constituidas políticamente, relacionadas con el Estado-nación, continuarán teniendo significado.23 Más allá de esto, utilizar unidades analíticas que no se limitan al espacio nacional o subnacional, nos permite demostrar cómo las desigualdades sociales en América Latina fueron creadas y adquirieron forma (y aún es así), de manera significativa, por interdependencias transnacionales y procesos globales. Nuestros resultados muestran al mismo tiempo quepese a la aceleración de la globalización- las arenas políticas donde las negociaciones en torno a acceso a recursos, participación política y social, distribución de riqueza y recursos han permanecido, ha sido principalmente en los contextos nacional y subnacional. Aunque las arenas políticas actualmente se ven más influidas por factores globales como los actores transnacionales, la división internacional del trabajo, y marcos legales internacionales (que ejercen efectos particulares sobre la economía, el comercio, el medio ambiente y las poblaciones indígenas, así como sobre la producción de conocimiento), éstas permanecen en gran medida orientadas hacia unidades ligadas a fronteras territoriales nacionales y subnacionales. Por tanto, los procesos globales y las interdependencias transnacionales que crean y/o dan forma (parcialmente) a las estructuras de desigualdad, no tienen un espacio correspondiente en las arenas políticas en las que las negociaciones sobre políticas redistributivas y participativas toman lugar.
En el marco de la Red Internacional de Investigaciones sobre Desigualdades Interdependientes en América Latina, se logró ampliar los enfoques de la investigación internacional e interdisciplinaria de las desigualdades, al tomar las perspectivas presentadas más arriba como puntos de partida. Junto con las escalas analíticas propias de las sociedades de los Estados-nación, las regiones mundiales, el sistema mundial, y de la sociedad mundial, también se pudieron considerar unidades de referencia que tomaron en cuenta los entramados transregionales en su completa profundidad histórica. También fue posible especificar, de manera más precisa, cómo las configuraciones transregionales de la desigualdad24 se reprodujeron y transformaron durante las distintas fases de la globalización.
El estudio de las desigualdades inter dependientesEl análisis de las desigualdades interdependientes25 en América Latina resulta particularmente adecuado para la ampliación de las perspectivas presentadas en este trabajo. Por ejemplo, los entramados ahora involucran más casos que a las potencias coloniales europeas de antes. En la actualidad, los contextos transpacíficos de entramados adquieren influencia sobre la creación de desigualdades en América Latina (Rosales y Kuwayama, 2012). Estas relaciones sur-sur se traslapan y modifican las configuraciones de desigualdad de las relaciones transatlánticas, incluyendo la del “Atlántico del sur” y la de El Atlántico negro (Alencastro, 2000; Gilroy, 1993), así como también las transregionales y translocales dentro de las Américas, que han dominado al subcontinente latinoamericano a lo largo de las últimas centurias (Boatc¿, 2011).
Mediante un análisis más detallado de las configuraciones transregionales de la desigualdad, buscamos desarrollar unidades de análisis que sean mucho más adecuadas para la investigación empírica, para poder hacer más visibles y comprensibles las relaciones interdependientes que constituyen y modifican las desigualdades sociales. Fundamentamos nuestro uso del término “configuraciones” en las interdependencias dinámicas de Norbert Elias (1996: 139-140), que provienen de la interrelación recíproca entre agencia y estructura. Transregional, a su vez, significa que estas redes de interdependencia no se predefinen de manera espacial -por ciudad, país, o fronteras del Estado-nación-, sino que más bien surgen de otras redes de interdependencia, y están en constante cambio dentro de éstas.
Para nuestros propósitos, utilizar el concepto de configuración -en el sentido de una red de entramados- tiene ciertas ventajas. El concepto, usado en este sentido, suspende las divisiones disciplinarias y analíticas que ha adoptado el enfoque tradicional de la sociología para tratar los niveles sociales que existen dentro de un Estado-nación, desafortunadamente utilizado hasta este momento sin tomar en cuenta las limitaciones implícitas del mismo. Desde hace tiempo, los problemas internacionales se han dejado de lado en las investigaciones de los procesos sociales internos, porque se consideraba que pertenecían al campo de las relaciones internacionales, una subdisciplina de la ciencia política y no de la sociología. Según Elias, tales separaciones no se sostienen en los análisis de las configuraciones: [J]e weiter sich die Interdependenzverflechtungen über die ganze Menschheit hin ausgebreitet haben und je enger die Verflechtung der verschiedenen Staaten der Menschheit geworden ist, umso weniger einträglich ist es, die Erforschung dieser beiden Ebenen der menschlichen Gesellschaft nach Fächern zu trennen. […] Wo immer man hinblickt, stöβt man auf die Interdependenz der innerstaatlichen und der zwischenstaatlichen Prozesse26 (Elias 1983: 75).
De este modo, el concepto de configuración nos permite utilizar un enfoque sensible al contexto y relational, que supere los espacios esencialista e ideológico (como cultura y nación), al colocar entramados e imbricaciones al centro de su atención. Al hacerlo, no sólo se supera el concepto de Estado-nación entendido como contenedor social, sino que la idea misma de tener niveles claramente separados al interior de éstos (niveles subnacionales) y al exterior (niveles múltiples nacionales), también queda superada. El concepto nos permite ir más allá del enfoque de la “interdependencia de los procesos internos e interestatales” (Elias, 1983: 75) y mirar a otros espacios (más allá del Estado-nación y al interior de éste),27 conformados por la dialéctica entre procesos externos e internos. El concepto de configuración, en el sentido de una red de interdependencias, nos parece útil porque nos permite ilustrar las relaciones entre distintos actores de una variedad de contextos estructurales, por un lado, y el movimiento entre distintos espacios y niveles, por el otro. Las configuraciones transregionales de las desigualdades incluyen procesos dinámicos de negociaciones en torno al acceso y distribución de recursos materiales e inmateriales, que pueden reunir a actores del ámbito local (por ejemplo, a pobladores indígenas), a corporaciones transnacionales y gobiernos nacionales, con instituciones internacionales, como algunas cortes, en redes interdependientes.
Resultados inicialesEn primer lugar, posicionamos la investigación de las interdependencias regionales dentro del marco de los desarrollos recientes en la investigación sobre desigualdades. El cuadro siguiente presenta las características distintivas de nuestro enfoque por entramados, en relación con las perspectivas del sistema-mundo, y con los estudios sobre la transnacionalización de la desigualdad social.
El concepto de configuraciones de desigualdad es importante para poder identificar una unidad de análisis relacional y abstracta adecuada, que pueda englobar los elementos que resulten relevantes para la desigualdad, desde una óptica transregional, lo cual nos permite delinear el contexto teórico analítico en el que deseamos colocar nuestra investigación. Sin embargo, ya que “configuraciones de desigualad” es un concepto abstracto, a menudo resulta insuficiente, operativamente, para las investigaciones empíricas. Por lo general, resulta necesario traducir el término a categorías intermedias, apropiadas para cada contexto. En la investigación empírica, términos como “régimen” y “cadenas” son muy útiles para esta finalidad. No obstante, aún se debe considerar si la sostenibilidad de estos términos no se limita en sí misma por su origen teórico y los contextos empíricos, o si la configuración conceptual resulta ser útil precisamente debido a su calidad abstracta.
Perspectivas de investigación de las desigualdades globales
Sistema-mundo | Transnacionalismo | Desigualdades entramadas | |
---|---|---|---|
Unidad de análisis | Regiones del mundo centro/semiperiferia/periferia | Espacios transnacionales, plurilo cales | Configuraciones de desigualdad relacionales, no definidas de manera espacial |
Perspectiva temporal | Diacrónica | Sincrónica | Diacrónica y sincrónica |
Centro de atención | Flujos globales (comercio internacional, flujos financieros, etcétera) | Clases transnacionales, familia, redes de migrantes | Movimientos, estructuras y actores transregionales |
Para poder describir de manera concreta los aspectos relevantes de una configuración transregional de desigualdad específica mediante categorías y conceptos intermedios que provengan de distintas disciplinas y tradiciones teóricas, tales como “régimen” (por ejemplo, regímenes de género, de bienestar social, de raza), “cadenas de mercancías” o “cadenas de cuidado”, para capturar de esta manera y de modo más preciso el tema de investigación, también es necesario cuestionar el origen de tales términos intermedios, así como la postura que representan. En el caso de “régimen”, el concepto demuestra cómo se tratan diversos aspectos de las racionalidades de los entramados en diversas tradiciones disciplinarias. Esto nos permite tratar con la variedad de dimensiones de desigualdad presentes de diversas maneras, analíticas y empíricas.
Conceptos de régimenEn la subdisciplina de las relaciones internacionales, el término régimen engloba acuerdos internacionales y regulaciones legales entre distintos Estados, así como entre organizaciones privadas y no gubernamentales. De acuerdo con Stephen D. Krasner (1982), éstos representan formas de cooperación internacional, gobernadas por normas y reglas, que sirven para manejar problemas y conflictos en distintas áreas de políticas en las relaciones internacionales, y que crean un rango específico de regulaciones políticas e institucionales. Los regímenes surgen, se expanden y refuerzan mediante procesos de negociación. Se pueden castigar las violaciones y las desviaciones mediante sanciones o procesos de “inculpar y avergonzar”, dependiendo de cómo se les refuerce en lo formal. Un ejemplo es el régimen internacional de derechos humanos y el régimen global para el clima, ya que ambos permiten que (partes de) la comunidad internacional establezcan regulaciones supranacionales dentro del espacio de un régimen que puede influir en los procesos de toma de decisión nacionales.28 El concepto como tal es una unidad analítica de investigación, útil para comprender los entramados formales e informales de las reglamentaciones en un área específica y hasta cierto punto. Sus limitaciones se encuentran en su capacidad de dar cuenta de las asimetrías de poder, de los procesos de dependencia e interdependencia,29 así como de representar procesos históricos.
Por estos aspectos, es mejor un tipo de enfoque diferente, uno que vincule el concepto de régimen con la gubernamentalidad de Michel Foucault (1994). Aquí, régimen significa la urdimbre de discursos, instrumentos y prácticas que una potencia disciplinaria puede utilizar para hacer que el sujeto y sus interacciones sociales se conformen respecto a la norma y, de ahí, que su supervisión y control llegue a todas las esferas de la vida social. Partha Chaterjee (2006) aplica exitosamente este tipo de conceptualización de régimen, caracterizado por el poder, en el contexto de los estudios poscoloniales. Examina los procesos que se imbrican en la interdependencia entre distintas sociedades, así como la influencia del régimen sobre distintos ejes de estratificación. Estos ejes consisten de técnicas y tecnologías de gobierno, que hacen de los ciudadanos meros objetos de políticas públicas, más que sujetos políticos autónomos; los regímenes supervisan y regulan todos los aspectos de la vida. En particular, aquellas sociedades que experimentaron un gobierno europeo colonial, muestran una conexión entre la fragmentación de la ciudadanía y una resistente jerarquización y categorización de la población en subgrupos. En este proceso perpetuo de clasificación y reglamentación, se utilizan categorías que datan de la época colonial y se incorporan a la vida cotidiana, así como al comportamiento social de los individuos. Las configuraciones de desigualdad, como los regímenes de raza y género, se pueden analizar de esta manera (Costa, 2011b).
Un tercer componente del concepto de régimen relevante para nosotros ha estado presente durante un período considerable de tiempo. El uso del concepto de régimen en la investigación sobre desigualdad data del estudio de regímenes de bienestar social en Europa Occidental, desarrollado por Gøsta Esping-Andersen (1990). En este estudio, utiliza el clásico concepto de régimen de la ciencia política,30 que incluye la regulación de las formas de la vida social mediante un conjunto institucionalizado de principios, normas y procedimientos formales e informales. Sin embargo, estos tipos de perspectivas hasta ahora sólo se han aplicado para dar forma a campos en torno a políticas públicas, tales como políticas sociales, fiscales y familiares, así como al papel de género en sociedades limitadas a Estados-nación, y a comparaciones entre regímenes europeos occidentales. Aplicar el concepto a América Latina31 requiere de una meticulosa consideración de las intersecciones entre los diferentes ejes de desigualdades (además de la clase, la etnicidad, el género y la raza), los procesos transnacionales y los desarrollos históricos.
Los procesos transregionales que afectan de manera directa la regulación de las formas de la vida social -en este contexto de regímenes de bienestar social- pueden incluir:
- a.
La informalización de los mercados de trabajo, que experimentó un crecimiento masivo durante la apertura de los mercados latinoamericanos en la década de 1990, lo que en parte condujo a un descenso de las relaciones empresariales formales y a una reducción de las contribuciones para la seguridad social;
- b.
La migración y la consecuente creciente importancia de las remesas en sus efectos de bienestar específicos (ya sea individual o local);
- c.
La interdependencia de las políticas fiscales respecto de las entradas por pago de materias primas (tales como la financiación de trasferencias sociales a partir de ingresos con base en la exportación de materia prima).
Otra manera de definir y captar el concepto de configuración es centrarse en los bienes materiales e inmateriales, en sus movimientos entre distintos espacios, y en sus interdependencias. Examinar la producción, el transporte, el consumo y la introducción de bienes de exportación al mercado como cadenas de valor y sus entramados mutuos, se extiende más allá de las escalas analíticas atadas al Estado-nación, y se concentra en las interacciones relacionadas con el cruce de fronteras. Los bienes materiales, como la soya, el aceite de palma, el azúcar, la cocaína, etcétera y sus cadenas de producción y de materias primas,32 no son los únicos temas en la discusión sobre los procesos transnacionales de la desigualdad; las cadenas globales de cuidado, que se vinculan de manera cercana con los procesos transnacionales de migración (en particular aquellos de las mujeres), también han sido sujetas a análisis.33
Estos conceptos se han aplicado de manera exitosa y fructífera en una serie de proyectos de investigación empírica -en especial en tesis doctorales- desde la Red Internacional de Investigaciones sobre Desigualdades Interdependientes en América Latina.34 Debe subrayarse que no sólo estamos reconociendo una dependencia estructural simplista respecto a las configuraciones globales. Para nosotros, el mercado global no es sólo una fuerza exógena. Más bien tomamos en cuenta cadenas concretas de producción extractiva y de mercancías (por ejemplo, en la minería o en la agroindustria) que conectan distintos espacios naturales, económicos, políticos y culturales; vinculan a actores sociales y grupos de poder en contextos supranacional, subnacional o local, del mismo modo que a las corporaciones multilaterales que producen en el ámbito local sobre redes transregionales, con consumidores locales que obtienen materiales agrícolas de otras regiones del mundo, sobre modelos de consumo globalizados, dominados por bienes cárnicos (por ejemplo, productores de soya de la región del Chaco argentino y consumidores de carne en Beijing y Berlín). Mediante tales cadenas se crea valor y se (re)distribuye en distintos sitios; el acceso tanto a los recursos como al valor producido se asigna de manera muy desigual. Al mismo tiempo, la explotación de los recursos naturales incurre en ciertos costos y riesgos ecológicos (por ejemplo, la pérdida de bienes ambientales y el daño a la integridad de los ecosistemas). Las ganancias de algunos se acompañan de pérdidas distribuidas de modo desigual, tanto en lo espacial como en lo temporal. Estas pérdidas no se manifiestan exclusivamente en el presente; también tienen un impacto futuro que -a su vez- se distribuye de manera desigual. Además, es la población local que vive en el lugar de origen de los recursos la que acarrea las consecuencias de los costos y riesgos actuales y futuros, mucho más que otros actores que forman parte de la cadena de valor y se quedan con la mayor parte de las ganancias. Mientras que los beneficios de la recuperación y el procesamiento de materias primas minerales y agrícolas se cosecha más allá de lo local, y a menudo incluso más allá del contexto nacional (incluso, en su mayoría se acumulan en el transnacional), los costos medioambientales de la explotación de los recursos se externalizan sólo localmente, es decir, se transfieren sobre todo a la población local.
Estas poblaciones locales a menudo reaccionan participando en movimientos sociales que protestan contra la explotación global de la tierra y de los recursos naturales del medio ambiente en que viven. Las cuestiones sobre derechos de acceso, participación en procesos de toma de decisiones, acceso a las ganancias y compensación por daños ambientales, se encuentran al centro de los conflictos y las negociaciones.35 La resistencia también se puede articular mediante alianzas con otros actores sociales y organizaciones no gubernamentales transnacionales. La explotación global de recursos naturales y las cadenas de valor involucradas reflejan los entramados transregionales existentes, a la vez que el debate social sobre los efectos de las cadenas de valor conecta diversos espacios, actores, e instituciones.
El estudio de la naturaleza crecientemente globalizada, del uso de los recursos naturales locales y los productos agrícolas configurados cada día de manera más y más global, su participación en cadenas de valor globales, así como su efecto sobre las desigualdades sociales, vuelve concreto otro aspecto que se discutirá con mayor detalle más adelante. Se trata del papel de los entramados internacional, nacional y subnacional, de sus traslapes y de la inconmensurabilidad de los distintos marcos legales (regímenes legales), prácticas del derecho, y políticas sectoriales (economía, comercio, investigación, medio ambiente, derechos humanos, derechos de grupos indígenas, etcétera) en las características de las desigualdades sociales y sus negociaciones locales y subnacionales.
En conclusión, al considerar el medio ambiente como un prisma de desigualdades interdependientes, podemos analizar minuciosamente las cadenas de valor globales en su total complejidad.
Ejemplos de desigualdades inter dependientesPara demostrar cómo se puede utilizar el concepto de configuración para definir aún más el concepto de régimen, presentamos a continuación tres ejemplos de proyectos de investigación que se llevan a cabo en la Red Internacional de Investigaciones sobre Desigualdades Interdependientes en América Latina.
Regímenes de coexistencia interétnicaNuestro primer ejemplo parte de una investigación sobre las desigualdades sociales en la población afrolatinoamericana. Estimada en alrededor de 160 millones de personas, representa una tercera parte del total poblacional de América Latina y el Caribe. Desde los puntos de vista socioeconómico, cultural, y político, los afroamericanos en la actualidad son tan heterogéneos como el total de la población del subcontinente (Costa, 2011a). Por tanto, esta configuración transregional de la desigualdad no está constituida por un grupo demográfico homogéneo difuso a la largo de distintos contextos nacionales, sino por sus interdependencias, que son las que ligan a esta población entre sí. Desde una perspectiva histórica, el comercio de esclavos y la esclavitud representan una red transregional de interdependencias. El intercambio actual (y muy activo) entre organizaciones antirracistas transnacionales y la difusión de políticas antirracistas a lo largo de los países del norte y del sur de América, constituye el entramado más importante que puede llevar a una reducción de las desigualdades entre los grupos afrolatinoamericanos y otras poblaciones que habitan la región.
En el estudio de estos entramados, varios investigadores de la Red aplican el concepto “regímenes de coexistencia interétnica”. Un régimen incluye el principio de estratificación, los discursos políticos, las prácticas políticas, los marcos legales correspondientes y las interacciones cotidianas. Algunos resultados preliminares de nuestra investigación se presentan en el siguiente cuadro:
Regímenes de coexistencia interétnicos: afrolatinoamericanos
Características del régimen (temporalidad) | Estratificación Principio de distribución | Entramados transregionales |
---|---|---|
Esclavitud (hasta el siglo xix) | Por casta | Comercio esclavista Comercio triangular atlántico |
Nacionalismo racista (desde fines de la esclavitud hasta 1930) | Adscripción con base en la raza | Intercambio científico Europa / Las Americas (racismo científico) |
Nacionalismo mestizo (1930-1990) | Adscripción de clase con base en la raza | Circulación de conceptos culturalistas (Las Americas) |
Bienestar social compensatorio (desde 1990) | Adscripción de clase con base en la raza, poblaciones objetivo | Alianzas antirracistas transnacionales (Atlántico Negro), entramados legales, organizaciones multilaterales |
La especificación de estos cuatro regímenes de coexistencia presenta una configuración transregional de la desigualdad en su forma actual, sin pasar por alto su historicidad.36 Además, este acercamiento facilita la descripción y el análisis de los entramados transregionales y de las características nacionales (las distintas características del mestizaje, las diversas políticas compensatorias, etcétera).
Regímenes interdependientes de bienestar socialEste eje de investigación consiste en el estudio de los regímenes de bienestar social interdependientes, haciendo hincapié en las instituciones, los actores políticos, sus instrumentos y en las dependencias determinadas por las trayectorias históricas.37
La constitución y configuración de los regímenes de bienestar se investigan al vincular varios ejes de las desigualdades entre sí (raza, etnicidad, género, clase). De manera semejante, enfrentar las categorías de los regímenes de bienestar de Esping-Andersen (1990), con la diferenciación social con base en el género, mediante la teoría social feminista, ha llevado a resultados críticos y fructíferos.38 Las investigaciones llevadas a cabo fuera de los Estados Unidos y de Europa Occidental, por lo general se han limitado a la comparación de algunos aspectos específicos y se han basado en una amplia gama de casos en lo individual. Uno de estos casos es el latinoamericano; por un lado, como laboratorio de políticas sociales orientadas al mercado (como la privatización de servicios educativos y de salud, o la conversión del sistema de pensiones de un sistema redistributivo a un sistema de seguridad social, acumulador de capital) y, por otro, como ejemplo de la continua fragmentación del régimen de bienestar social iniciada en la década de 1980, ocasionada por el diseño e implementación de programas focalizados que han tenido como meta a grupos específicos en la guerra contra la pobreza.39
Más allá de esto, nuestros intereses se centran en los efectos de los entramados transregionales sobre los regímenes de bienestar social. Hemos observado, en primer lugar, cambios radicales en el mercado laboral. La apertura de los mercados laborales latinoamericanos condujo no sólo a una migración masiva transfronteriza, sino también a la informalización de los modos de ocupación, en conexión con el aumento de actividades comerciales informales (como la venta callejera) y de servicios personales (como el trabajo doméstico y el transporte por taxi). Esto afectó a los sistemas sociales nacionales de manera directa, tanto en la dimensión de los ingresos (por ejemplo, con la reducción de la base de contribuidores y, por tanto, del ingreso para los sistemas de seguridad social), así como para los egresos (por ejemplo, con el recorte de los derechos de los contribuyentes, déficits presupuestales, divisiones entre tipos distintos de beneficiarios de la seguridad social, pérdida de derechos sociales y fragmentación de grupos meta). La leve disminución en la disparidad de ingresos observada en años recientes (López-Calva y Lustig, 2010) y el surgimiento de una llamada “nueva clase media” en algunos países latinoamericanos (Ferreira, Messina, Rigolini, López-Calva, Lugo y Vakis, 2013) puede atribuirse, en su mayor parte, al crecimiento económico inducido de manera externa (principalmente debido a la mayor demanda global de materias primas y productos agrícolas) y a la transformación de los mercados laborales conectados a este tipo de actividad económica.
En segundo lugar, los procesos externos que dieron forma a la política social en América Latina merecen un examen. Se trata de los flujos financieros provenientes del exterior que, o se redistribuyen entre instituciones estatales (ingresos por productos de exportación, transferencias para el desarrollo, préstamos de los mercados internacionales de bonos) o se trata de remesas conectadas con la migración masiva que modifican de manera directa la distribución del ingreso entre las unidades domésticas. Lo que estas fuentes financieras tienen en común es que dirigen las políticas sociales, locales o nacionales, hacia una red de interdependencias entre cadenas de valor, que existe más allá de la economía nacional. Los Estados latinoamericanos también intentan intervenir en esta red de interdependencias. Los ingresos externos adquiridos durante el auge de las materias primas de años recientes, han posibilitado que los Estados latinoamericanos aumenten sus gastos y transfieran pagos (por ejemplo, en las áreas de la educación y la salud), sin modificar la distribución nacional del ingreso mediante el cobro de impuestos sobre la propiedad o el ingreso.40 Sin embargo, tal combinación de falta de aumento de los impuestos sobre la renta y la expansión de los gastos por transferencias ha tenido un efecto regresivo, que resulta en pocas mejoras en el intento por reducir las diferencias entre la distribución de la renta primaria y secundaria en América Latina (después de ingresos y transferencias), en especial en comparación con la mayoría de los países europeos.41 La experiencia histórica muestra que una fuerte dependencia de los procesos globales para el crecimiento (como la exportación de materias primas), es objeto de una alta inestabilidad y de distorsiones periódicas,42 lo que limita, al mismo tiempo, el rango de opciones de reacción estatal de cara a la estructuración global de las desigualdades.
Para poder revisar críticamente el concepto de régimen, tal como lo usa Esping-Andersen (1990) en el contexto latinoamericano, y para ilustrar los procesos de desigualdad en sus interdependencias históricas, debemos colocar los entramados presentes en su contexto histórico cabal. El cuadro siguiente representa una consideración inicial de los tipos de regímenes de bienestar social interdependientes:
Regímenes interdependientes de bienestar social
Características del régimen (temporalidad) | Estratificación Principios de distribución | Entramados transregionales |
---|---|---|
Sociedades liberales limitadas bajo gobiernos oligárquicos (siglo xix a principios del xx) | Fragmentación social mediante la imposición de derechos universales sobre una sociedad corporativa; aislamiento racista de población pobre y trabajadora, de mujeres, negros e indios. | División internacional del trabajo formada en las épocas colonial y postcolonial; incorporación selectiva dependiente de los recursos al comercio mundial abierto; internacionalización parcial de la élite y de sus estilos de vida. |
Parte de la modernidad organizada Regímenes autoritarios nación-populistas (1930-1970/80) | Urbanización, estructuras modernas de empleo, clases. Establecimiento de instituciones más nuevas entre Estado, sindicatos y agroindustrias (tripartitas); a la vez, marginalización de partes específicas de la población. | Dependencia de las exportaciones de materia prima y de bienes de inversión, de los aranceles e impuestos asociados; Regulación estatal de los entramados globales: políticas proteccionistas industriales y sociales; mercados financieros controlados; Regímenes internacionales de derecho en el mercado laboral, política social (oit), e intercambio de prácticas dentro de América Latina (tripartitas). |
Régimen liberal transicional (1980 y 1990) | Informalización del mercado laboral; política social orientada a grupos meta; nuevos derechos específicos para grupos dados. | Dependencia de las exportaciones; reducción de los ingresos estatales; migración masiva y remesas; transferencias financieras con límites; regímenes internacionales de derechos. |
desiguALdades.net trabaja con perspectivas investigativas que toman en cuenta la multidimensionalidad de las desigualdades y sus interdependencias transregionales, desde perspectivas tanto sincrónicas como diacrónicas, con base en el fenómeno de desigualdad social observada en América Latina (véanse las diversas contribuciones en la desiguALdades.net Working Paper Series).43 Utilizar unidades relacionales de investigación desarrolladas para problemáticas específicas (regímenes de género y de raza, cadenas de valor y regímenes de bienestar social), ha dado resultados particularmente fructíferos.
Sin embargo, aplicar estas unidades relaciones de investigación en una red de investigaciones internacional e interdisciplinaria, también exige una consideración crítica respecto a la transferibilidad de estos conceptos. Nos esforzamos por lograrlo al discutir los conceptos clave de manera sistemática, estableciendo con claridad los puntos específicos de las perspectivas disciplinaria y teórica, y al crear un lenguaje y términos en común. Estos incluyen los conceptos de configuración y regímenes planteados en este artículo, así como los conceptos de ciudadanía, entre otros.
La discusión crítica de los diferentes enfoques en la investigación sobre las desigualdades en contextos global y transnacional (en particular las teorías del sistema-mundo y los enfoques del transnacionalismo) agudiza el foco de las perspectivas analíticas presentadas por desiguALdades.net, tanto en Alemania como en la investigación internacional sobre desigualdades. Estos enfoques ayudan a desarrollar con mayor amplitud las profundidades espacial y temporal de las contribuciones de la red a la perspectiva de los entramados.
Nuestros resultados empíricos iniciales, que han sido útiles en el proceso de desarrollo de nuevas unidades de análisis, revelaron claramente las discrepancias entre la estructuración global de las desigualdades sociales y la negociación de los elementos de redistribución que se localizan principalmente en las arenas políticas nacionales y subnacionales. Estos hallazgos iniciales nos han permitido especificar la pregunta de investigación planteada al principio de nuestra pesquisa: los procesos globales, ¿cómo estructuran las desigualdades en la actualidad e históricamente? Ahora podemos formular preguntas más específicas sobre la discrepancia entre los procesos globales de estratificación y las negociaciones políticas nacionales y subnacionales. Las preguntas centrales que planteamos para el desarrollo ulterior de nuestros análisis son: ¿en qué arenas políticas específicas se llevan a cabo las negociaciones en torno a las desigualdades sociales, tanto para mantener la distancia social, como para promover una redistribución progresiva? ¿Qué discrepancias surgen de las estructuras de desigualdad creadas y (en parte) conformadas globalmente y las arenas políticas de negociación en gran medida nacionales y subnacionales?
Este documento está basado en las discusiones que se llevaron a cabo en el contexto de la red investigativa interdisciplinaria internacional desiguALdades. net (Red Internacional de Investigaciones sobre Desigualdades Interdependientes en América Latina), financiada por el Bundesministerium für Bildung und Forschung. La red se estableció de manera conjunta a fines de 2009, por el Lateinamerika-Institut de la Universität Berlin y por el Ibero-Amerikanisches Instituí del Stiftung Preußischer Kulturbesitz. Los autores agradecen a Frank AdlofF, Manuela Boatc¿, (continúa siguiente página) Barbara Fritz, Bert Hoffmann, Elizabeth Jelin, Wolfgang Knöbl, Philip Lepenies, Carlos Reboratti, Hilda Sábato, Imme Scholz, e Ingrid Wehr. No obstante, los autores de este documento son los únicos responsables de su contenido. Traducción del original en inglés: Lucía Rayas.
Profesora de Ciencias Políticas en la Freie Universität Berlin, Lateinamerika-Institut (Alemania). Desde 2009 ha sido portavoz de desiguALciacies.net como coordinadora de la dimensión investigativan ii: desigualdades sociopolíticas. Ha sido profesora invitadaen universidades de Brasil, México y Chile. Sus líneas de investigación son: género y movilidad, cultura política, Estado, entramados y desigualdades transregionales y globales. Entre sus últimas publicaciones destacan: “Globalización de la naturaleza y ciudadanía: resistencias, conflictos, negociaciones” (2013, coeditado con BarbaraGöbel); Entre espacios. Movimientos, actores y representaciones de la globalización (2013, coeditado con Carlos Alba, Stefan Rinke, y Guillermo Zermeño).
Profesor de Sociología en la Freie Universität Berlin, Lateinamerika-Institut (Alemania). Desde 2009 ha sido portavoz de desiguALdades. net como coordinador de la dimensión investigativa IV: teoríay metodología. Sus líneas de investigación son: democraciay diferencia cultural, racismo y anti-racismo, desigualdades sociales y procesos políticos transnacionales. Entre sus últimas publicaciones destacan: Decolonizing European Sociology. Transdisciplinary Approaches (2010, coeditado con Encarnación Rodríguez y Manuela Boatc¿); Democracia y reconfiguraciones contemporáneas del derecho en América Latina (2012, coeditado con Stefanie KronyMarianne Braig).
Antropóloga Social y directora del Ibero-Amerikanisches Instituí der Stiftung Preußischer Kulturbesitz (Alemania). Desde 2009 ha sido portavoz de desiguALdades.net como coordinadora de la dimensión investigativa III: desigualdades socio-ecológicas. Investigadora principal del Consejo del Excellence Cluster “Image, Knowledge, and Gestaltung”, en la Humboldt-Universität en Berlín. Sus líneas de investigación son: relaciones humano-ambientales, formas y prácticas del conocimiento. Entre sus últimas publicaciones destacan: “Globalización de la naturaleza y ciudadanía: resistencias, conflictos, negociaciones” (2013, coeditado con Marianne Braig); Ideas viajeras y sus objetos: el intercambio científico entre Alemania y América Austral (2011, coeditado con Gloria Chicote).
Véase: Collaborative Research Center 882 “De la heterogeneidad a las desigualdades”, en especial el Proyecto C, “De la heterogeneidad las desigualdades más allá del Estado-nación”, en la Universidad de Bielefeld. Disponible en: < http://www.sfb882.uni-bielefeld.de/de/areas/c> [Consultado el 17 de octubre de 2014].
Una vez más, el papel de la ciudadanía en la configuración de las desigualdades globales se investiga, de manera predominante, utilizando perspectivas que se basan en la teoría del sistema-mundo. Véanse: Shachar, (2009), Kreckel (2006) y Greve(2010).
Hasta ahora, los procesos globales de desigualdad difícilmente se han incluido en la evaluación crítica del papel del conocimiento sobre pobreza y desigualdad social en el desarrollo de la teoría. Un ejemplo para el caso de los Estados Unidos son O’Connor (2001) y Shiraishi, Yamagatay Yusuf (2009).
El llamado a contar con un enfoque investigativo más amplio y abierto ante las desigualdades no busca descartar los “factores nacionales” de las mismas. Las instituciones estatales de bienestar social (nacionales), por ejemplo, juegan un papel central en el equilibrio de las asimetrías; dimensión que también se toma en cuenta en el trabajo que lleva a cabo la red investigativa desiguALdades. net. Véase: Bach (2008); Esping-Andersen, (1990).
En el contexto de la migración transnacional y, más tarde, de las consecuencias distributivas de la migración, Ludger Pries cita a Norbert Elias (1986) cuando habla de espacios sociales transnacionales como “contextos sociales de entramados” [soziale Verflechtungszusammenhänge] (Pries, 1996:467). Véase también Pries (2008a2008b). Como se explicará a continuación, el término “configuración” desempeña unafunción diferente en nuestra investigación de la que tiene en la de Pries.
Latinoamérica se ha conformado por entramados transregionales desde la época colonial, y su lugar en el mundo ha cambiado en el contexto de la intensificación de estos entramados transregionales. Véase: International Research Training Group, “Entre espacios. Movimientos, actores y representaciones de laglobalización”. Disponible en: < http://www.lai.fu-berlin.de/entre-espacios/index.html> [Consultado el 17 de octubre de 2014].
Cuantos más entramados de inte rdependencia estén difundidos sobre toda la humanidad, y más estrechos se vuelvan estos entramados entre los distintos Estados, es menos beneficioso dividir estos dos niveles de la sociedad humana en disciplinas de investigación independientes (…) Dondequiera que miremos, encontramos la interdependencia entre procesos internos e interestatales.
Investigamos al Estado como traductor y mediador entre las interdependencias globales y los ejes internos de desigualdad.
Robert Keohane y Joseph Nye (1977) fueron figuras centrales para la inclusión de las interdependencias en el estudio de los regímenes.
Véase: < http://www.desigualdades.net/investigacion/index.html> [Consultado el 17 de octubre de 2014].