El cáncer oculto de mama (COM) se presenta, generalmente, con metástasis axilar sin afectación mamaria en las pruebas de imagen y en muchas ocasiones sin lesión histológica. Descrito por Halsted1 en 1907, representa el 0,1-0,8% de los nuevos diagnósticos y su incidencia no disminuye pese a la mejora en las pruebas de imagen2.
Presentamos una paciente, mujer de 43 años de edad, sin antecedentes personales ni familiares de riesgo, remitida a nuestra Unidad de Mama para valoración de adenopatía axilar izquierda.
La ecografía objetivó dos adenopatías patológicas. Tras su análisis citológico e histológico los receptores hormonales (RH) y la citoqueratina 7 fueron positivos. La citoqueratina 20, el antígeno carcinoembrionario (CEA) y el factor de transcripción tiroidea (TTF1) fueron negativos y confirmaron la naturaleza metastásica, con probable origen mamario.
Los estudios complementarios realizados, mamografía, RM mamaria (fig. 1) y PET-TAC, no evidenciaron tumor primario.
Con el diagnóstico de carcinoma oculto de mama, la terapia propuesta fue linfadenectomía axilar izquierda, poliquimioterapia y radioterapia mamaria y axilar. En el momento actual, el intervalo libre de enfermedad es de un año.
Las causas más frecuentes de adenopatías axilares son benignas, por lo que el primer paso en el estudio es la BAG. Ante el hallazgo de malignidad, la IHQ, con CEA, citoqueratinas 7 y 20, RH y TTF1, permitirá filiar el origen. Confirmado el origen mamario, tras los estudios convencionales, se debe ampliar con RM mamaria bilateral, diagnóstica en el 86-89% de las mamografías negativas. La utilidad del PET es controvertida3. Asumido el origen mamario, el tratamiento se basa en tres pilares. El tratamiento de la axila obliga a la realización de linfadenectomía axilar ipsilateral. Sobre la mama, tradicionalmente la mastectomía radical modificada se ha considerado el tratamiento estándar, aunque no se evidencia tumor en aproximadamente el 40% de los casos y tampoco ha conseguido demostrar un aumento de la supervivencia de estas pacientes. Por eso, las nuevas guías aceptan un tratamiento más conservador con radioterapia mostrando tasas de recurrencia local similares2,4–8. Existe consenso en no recomendar la observación, ya que sin tratamiento la recidiva está en torno al 50%.
Sobre la adyuvancia parece razonable extrapolar las indicaciones terapéuticas del cáncer de mama estadío II, que recomiendan, con ganglios positivos, tratamiento sistémico.
La supervivencia global a 5 años está entre el 70-90%, sin relacionarse con el hallazgo de lesión en la pieza mamaria9.
El COM es poco frecuente y en su diagnóstico cobra importancia la RM. Está claro el papel de la linfadenectomía axilar y del tratamiento quimioterápico adyuvante, existiendo controversia en el manejo de la mama ipsilateral.