El orgasmo es un indicador normativo del placer sexual y de una sexualidad saludable, ya que predice relaciones sexuales más satisfactorias y, en general, mayor satisfacción sexual1. La experiencia subjetiva del orgasmo hace referencia a la valoración de las sensaciones ocasionadas por el orgasmo desde un punto de vista psicológico2.

En la literatura científica la dimensión psicológica del orgasmo, junto con los factores asociados a ella, han recibido menos atención que sus manifestaciones fisiológicas2,3. Así, por ejemplo, los instrumentos de evaluación relacionados con el orgasmo se centran habitualmente en evaluar aspectos concretos, como la facilidad o dificultad para alcanzarlo, su presencia o ausencia y su frecuencia, sin que apenas existan herramientas que se centren de manera exclusiva en la experiencia subjetiva del mismo2,4.

Entre las escasas escalas diseñadas para evaluar específicamente la experiencia subjetiva del orgasmo destaca la Orgasm Rating Scale (ORS)5,6. Su versión original está formada por dos dimensiones: cognitivo-afectiva, que mide las experiencias afectivas y valorativas asociadas al orgasmo, y sensorial, que evalúa las sensaciones fisiológicas relacionadas con este5. Esta escala ha sido adaptada y validada recientemente en población española, permitiendo identificar cuatro dimensiones de la experiencia orgásmica subjetiva: afectiva, sensorial, intimidad y recompensa4,7. La mayoría de las investigaciones se han centrado en evaluar la experiencia subjetiva del orgasmo en el contexto de las relaciones sexuales, y así todos los estudios realizados hasta la fecha con esta versión española se han enfocado en el estudio del orgasmo en este ámbito4,7-9.

Estudios previos han examinado la existencia de diferencias en la experiencia orgásmica subjetiva entre hombres y mujeres, encontrándose que, en líneas generales, ambos perciben de manera similar las sensaciones ocasionadas por el orgasmo, tanto en la masturbación en solitario como en las relaciones sexuales en pareja5,10. Sin embargo, Bensman11 afirma que generalmente las mujeres muestran más intensidad que los hombres, tanto en la dimensión cognitivo-afectiva de la ORS como en la sensorial. Siguiendo esta misma línea, Arcos-Romero y Sierra7 han señalado que las mujeres obtienen mayor puntuación en la experiencia orgásmica subjetiva en el ámbito de las relaciones sexuales con una pareja. Con respecto a la edad, estos mismos autores7 han encontrado que a medida que esta aumenta, tanto hombres como mujeres tienden a valorar en menor medida todas las dimensiones de la ORS en el contexto de las relaciones sexuales en pareja, concluyendo, por consiguiente, que la experiencia orgásmica subjetiva pierde intensidad con el incremento de la edad.

La experiencia subjetiva del orgasmo en el contexto de la masturbación en solitario no ha sido apenas investigada, quizá debido a que, a lo largo de la historia, la masturbación ha sido un tema tabú12-14. A pesar de ello, se trata de una conducta más dentro del repertorio sexual de los seres humanos. Tradicionalmente se ha encontrado que los hombres se masturban con mayor frecuencia que las mujeres15-22. No obstante, en la actualidad, las mujeres se masturban con más frecuencia que en décadas pasadas, teniendo la mitad de ellas su primer orgasmo mediante la masturbación al menos 5años antes que en una relación sexual1. La sexualidad en solitario ha sido conceptualizada como menos compleja, menos dependiente del contexto y menos deseable que la sexualidad en pareja23. Además, su práctica se ha asociado con una peor calidad en la relación de pareja, con mayor riesgo de un trastorno en la activación sexual en mujeres y con menor satisfacción sexual24.

Son escasos los estudios interesados en comparar la experiencia orgásmica subjetiva en los contextos de las relaciones sexuales y de la masturbación, y algunos de ellos sugieren que las experiencias sensoriales del orgasmo son semejantes en ambos contextos10,25. En el orgasmo alcanzado mediante la masturbación el placer está más relacionado con las sensaciones físicas, es decir, con la dimensión sensorial5. En cambio, cuando este se alcanza mediante las relaciones sexuales en pareja, el placer está más asociado con aspectos emocionales, es decir, con su dimensión afectiva5. Según Fahs26, tanto hombres como mujeres consideran que el orgasmo en pareja conlleva más intimidad emocional, mientras que el orgasmo en masturbación es calificado como más relajante. Hite27 sugiere que, en los hombres, el orgasmo mediante la masturbación es más intenso, mientras que el orgasmo coital se experimenta como más placentero y satisfactorio. En líneas generales, se podría sintetizar que la literatura muestra que la experiencia orgásmica en el contexto de las relaciones sexuales se estima como más placentera y satisfactoria que en el contexto de la masturbación5,11,12,14,19.

El presente estudio se planteó con la finalidad de ampliar los conocimientos acerca de la experiencia orgásmica subjetiva en el contexto de la masturbación. Por ello, el objetivo principal fue examinar la experiencia subjetiva del orgasmo en la masturbación en solitario en función del sexo y de la edad, así como comparar esta experiencia con la percibida en el contexto de las relaciones sexuales, empleándose por primera vez para este fin la versión española de la ORS4,7. A este respecto, se plantearon las siguientes hipótesis:

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  H1. La experiencia orgásmica subjetiva en el contexto de la masturbación en solitario será más intensa en personas jóvenes que en personas mayores, tal como ocurre en el ámbito de las relaciones sexuales con una pareja7.

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  H2. La experiencia orgásmica subjetiva en el contexto de la masturbación en solitario será más intensa en mujeres que en hombres, tal como se ha demostrado en el ámbito de las relaciones sexuales en pareja7,11.

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  H3. Se encontrarán diferencias en la experiencia orgásmica subjetiva entre el contexto de la masturbación en solitario y el de las relaciones sexuales en pareja11,12,14,19.

Dado el cumplimiento de los requisitos para el uso de pruebas paramétricas, se realizó una ANOVA univariante factorial con el fin de examinar el efecto del sexo, de la edad y de la interacción de ambos factores sobre la experiencia orgásmica subjetiva en la masturbación en solitario. Se obtuvieron diferencias significativas en la experiencia subjetiva del orgasmo en función del sexo (F(1, 870)=31,68, p<0,001) y de la edad (F(1, 870)=31,37, p<0,001), obteniendo mayores puntuaciones las mujeres (M=70,58; DT=24,32) que los hombres (M=60,70; DT=23,89), y las personas más jóvenes (M=69,57; DT=23,16) que las mayores (M=60,17; DT=25,47). No resultó significativa la interacción sexo × edad (F(1, 870)=2,65, p=0,104) (fig. 1).

Figura 1.

Representación del efecto del sexo y la edad sobre la experiencia orgásmica subjetiva del orgasmo en la masturbación en solitario.

(0.05MB).

Posteriormente, mediante una prueba t de Student para muestras relacionadas, se compararon las puntuaciones de los 25ítems de la versión española de la ORS entre los contextos de la masturbación en solitario y de las relaciones sexuales en pareja. Debido a la cantidad de comparaciones entre el contexto de la masturbación y las relaciones sexuales en los ítems de la ORS en hombres y en mujeres de ambos grupos de edad (25), se usó la corrección de Bonferroni para evitar el error tipoI inflado31 (α=0,002).

Los resultados mostraron que en el grupo de jóvenes se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas en todos los adjetivos de la escala, a excepción de «tranquilizante» en hombres (t=1,17; p=0,244) y en mujeres (t=1,92; p=0,056), y «relajante» en hombres (t=1,54; p=0,124) y en mujeres (t=2,26; p=0,025), siendo las puntuaciones medias significativamente más elevadas en el contexto de las relaciones sexuales en pareja (tabla 2).

Como se puede observar en la tabla 3, en el grupo de personas mayores se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas en todos los adjetivos de la escala, a excepción de «tranquilizante» en hombres (t=−1,26; p=0,208) y en mujeres (t=−0,17; p=0,869); «relajante», también en ambos sexos (t=0,11; p=0,917, en hombres; t=−0,64; p=0,520, en mujeres), e «íntimo» únicamente en mujeres (t=−0,27; p=0,790), siendo las puntuaciones medias significativamente más altas en el contexto de las relaciones sexuales en pareja. Estos resultados indican que, de manera general, existen diferencias estadísticamente significativas en la percepción psicológica del orgasmo en la masturbación y en las relaciones sexuales, en hombres y mujeres, en ambos grupos de edad.

A pesar de que la masturbación es una conducta común tanto en hombres como en mujeres, no son muchas las investigaciones que se centran en ella, bien porque ha sido un tema tabú o porque se ha considerado una manifestación sexual de segundo orden. Por ello, este estudio se planteó con el fin de ampliar los conocimientos acerca de la práctica masturbatoria, poniendo el foco de atención en la experiencia subjetiva del orgasmo. El objetivo principal fue examinar la experiencia subjetiva del orgasmo en la masturbación en solitario en función del sexo y de la edad, así como comparar esta experiencia con la percibida en el contexto de las relaciones sexuales en pareja.

Los resultados encontrados confirman la primera hipótesis, la cual predecía que la experiencia orgásmica subjetiva en el ámbito de la masturbación en solitario sería más intensa en personas jóvenes en comparación con personas mayores, tal y como se había encontrado previamente en el contexto de las relaciones sexuales7. Como se esperaba, hombres y mujeres mayores tienden a tener puntuaciones más bajas en la ORS en el contexto de la masturbación, pudiendo inferir que, con el incremento de la edad, la valoración subjetiva de la experiencia orgásmica va disminuyendo su intensidad. Este mismo fenómeno también ocurre con otras manifestaciones del funcionamiento sexual, como, por ejemplo, el deseo sexual32. La frecuencia de la actividad sexual es otro aspecto de la sexualidad humana que disminuye con la edad, aunque es conocido que no hay límite de edad para la respuesta sexual de cada persona33. Considerando que a medida que la edad aumenta la inhibición sexual34 y las disfunciones sexuales35 tienden a incrementarse, los resultados obtenidos en relación con la edad eran esperables. Estos cambios en el funcionamiento sexual podrían desembocar en una menor percepción y, como resultado, en una menor valoración de la experiencia orgásmica7. Otra posible explicación es que, a medida que se envejece, la fuerza en los cambios fisiológicos propios de la respuesta sexual disminuye, provocando una menor intensidad en la experiencia subjetiva del orgasmo36.

En cuanto a la segunda hipótesis, se predijeron diferencias entre hombres y mujeres en la experiencia subjetiva del orgasmo en el contexto de la masturbación en solitario, siendo esta más intensa en las mujeres, tal y como se había demostrado en el ámbito de las relaciones sexuales7,11. Los hallazgos de este estudio permiten confirmarla. Como se esperaba, las mujeres han obtenido mayores puntuaciones en la valoración psicológica de la experiencia orgásmica en el ámbito de la masturbación, tanto en el grupo de jóvenes como en el de mayores, concluyendo por tanto que estas perciben con más intensidad la experiencia del orgasmo. Una posible explicación puede ser que las mujeres tengan mayor percepción de la localización anatómica del orgasmo en diferentes partes del cuerpo (p. ej., frecuencia cardíaca, espasmos musculares)3,7. Otra posible interpretación puede ser que, a la hora de valorar la experiencia subjetiva del orgasmo, las mujeres presten mayor atención a los aspectos afectivos de las sensaciones experimentadas, no centrándose únicamente en sus reacciones genitales, al igual que pasa con otros constructos como la excitación sexual34. Se ha demostrado que el componente afectivo de la experiencia orgásmica es más intenso en mujeres que en hombres en el contexto de las relaciones sexuales en pareja7, pudiendo ocurrir lo mismo en el contexto de la masturbación en solitario. La ausencia de significación en la interacción sexo × edad sugiere que las diferencias entre hombres y mujeres con respecto a la experiencia subjetiva del orgasmo en el contexto de la masturbación en solitario se mantienen con el paso del tiempo, siendo las mujeres las que la experimentan con mayor intensidad, independientemente de la edad. Este resultado ratificaría la relevancia que tiene el orgasmo en la satisfacción sexual de la mujer a medida que aumenta la edad, a diferencia de los hombres, tal como han señalado estudios previos37.

Por último, también se ha podido confirmar la tercera hipótesis, en la cual se predecía que se encontrarían diferencias en la experiencia orgásmica subjetiva entre el contexto de la masturbación en solitario y el de relaciones sexuales en pareja. De acuerdo con las evidencias de otros estudios5,11,12,14,19, esta investigación ha mostrado que la experiencia orgásmica subjetiva en el contexto de las relaciones sexuales se valora, en general, como más intensa que en el de la masturbación en solitario. Tan solo en dos de los 25 adjetivos de la escala en la muestra de jóvenes (tranquilizante y relajante) y en tres ítems en la de personas mayores (tranquilizante, relajante e íntimo) no se han obtenido diferencias estadísticamente significativas entre ambos contextos. Bensman11 afirma que las diferencias entre los contextos están más asociadas con el aspecto emocional del orgasmo que con el aspecto físico. Fahs26 señala que, en mujeres, los orgasmos alcanzados mediante relaciones sexuales implican, aparte de sensaciones corporales más intensas, más intimidad y conexión. Siguiendo esta misma línea, se ha encontrado que hombres y mujeres consideran que el orgasmo en pareja conlleva más intimidad emocional, reflejando la gran contribución de las cualidades psicosexuales y emocionales, inherentes al contexto de las relaciones sexuales, a la experiencia orgásmica5. Estas diferencias en la experiencia subjetiva del orgasmo entre los dos ámbitos podrían ser consecuencia del modo de alcanzar el orgasmo. Pinkerton et al.19 sugieren que las relaciones sexuales (mediante coito vaginal, recibir sexo oral o ser masturbado) están valoradas como mucho más placenteras físicamente que la masturbación en solitario. Aunque este hecho no estaría en consonancia con las conclusiones de Mah y Binik5, quienes señalan que no sería el modo de alcanzar el orgasmo (coito, sexo oral o masturbación) lo que diferencia la experiencia subjetiva del orgasmo en ambos contextos. Es posible que otros factores medien en las diferencias existentes entre el ámbito de la masturbación y el de las relaciones sexuales. Por ejemplo, el tacto de otra persona, la experiencia compartida y los juegos eróticos pueden influir en la intensidad del orgasmo, haciendo que la experiencia resulte física y psicológicamente más intensa11. Por otra parte, el tabú que ha existido hacia la masturbación en solitario puede contribuir a que el orgasmo alcanzado mediante este método sea percibido como menos intenso12,13. Por lo tanto, la preferencia por las relaciones sexuales puede hacer que el orgasmo obtenido mediante la masturbación en solitario sea menos deseable, disminuyendo su intensidad percibida14.

Finalmente, se deben señalar algunas limitaciones de este estudio. La muestra ha sido seleccionada mediante una técnica de muestreo no probabilístico; por lo tanto, el alcance de generalización de los resultados es modesto. Además, los participantes fueron exclusivamente personas heterosexuales, lo que también dificulta la generalización de resultados a la población en general. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, este estudio permite concluir que la experiencia orgásmica subjetiva en el contexto de la masturbación tiene connotaciones diferentes a la experimentada en las relaciones sexuales, siendo más intensa en las mujeres y en las personas jóvenes.

La presente investigación no ha recibido ayudas específicas provenientes de agencias del sector público, sector comercial o entidades sin ánimo de lucro.

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.