Physical restraint use in critical care units is a frequent low-value care practice influenced by numerous factors creating a local culture. The translation of evidence-based recommendations into clinical practice is scarce so, the analysis of interventions to de-adopt this practice is needed. This update aims to describe and identify nonpharmacological interventions that contribute to minimising the use of physical restraints in adult critically ill patients. Interventions are classified into two groups: those that include education alone and those that combine training with one or more components (multicomponent interventions). These components include less restrictive restraint alternatives, use of physical and cognitive stimulation, decision support tools, institutional multidisciplinary committees, and team involvement. The heterogeneity in the design of the programmes and the low quality of the evidence of the interventions do not allow us to establish recommendations on their effectiveness. However, multicomponent interventions including training, physical and cognitive stimulation of the patient and a culture change of professionals and the organisations towards making restraints visible might be the most effective. The implementation of these programmes should underpin on a prior analysis of each local context to design the most effective-tailored combination of interventions to help reduce or eliminate them from clinical practice.
El uso de contenciones mecánicas en las unidades de pacientes críticos es una práctica frecuente, de bajo valor e influida por numerosos factores que configuran una cultura local. La traslación a la práctica clínica de las recomendaciones basadas en la evidencia es escasa por lo que es necesario analizar las intervenciones que pueden ayudar a revertirla. El objetivo de la presente puesta al día es describir e identificar las intervenciones no farmacológicas que contribuyen a la reducción del uso de contenciones mecánicas en pacientes críticos adultos. Las intervenciones se clasifican en dos grupos: las que incluyen formación aislada y las que combinan la formación con uno o más componentes (intervenciones multicomponente). Estos componentes incluyen: alternativas de contención menos restrictivas, uso de la estimulación física y cognitiva, herramientas de ayuda en la toma de decisiones, comités institucionales multidisciplinares y la implicación del equipo. La heterogeneidad en el diseño de los programas y la baja calidad de la evidencia de las intervenciones no permite establecer recomendaciones en cuanto a su efectividad. Sin embargo, las intervenciones multicomponente basadas en la formación, la estimulación física y cognitiva del paciente, y un cambio de cultura de los profesionales y la organización hacia la visibilización de las contenciones podrían ser las más efectivas. La implementación de estos programas debería fundamentarse en un análisis previo de cada contexto local para diseñar la combinación de intervenciones a medida más efectiva que ayude a reducir o eliminar su aplicación de la práctica clínica.