Objetivos: La infección aguda por SARS-CoV-2 puede provocar cefalea persistente, que hasta la fecha no ha sido definida de forma precisa. Presentamos 3 pacientes que presentaron cefalea en racimos crónica refractaria a raíz de infección aguda por COVID-19.

Material y métodos: Caso 1. Hombre, 52 años, antecedente de cefalea en racimos episódica desde los 37 años, que presentaba rachas de cefalea característica cada 1-2 años hasta hace 3,5 años, cuando había quedado asintomático. Caso 2. Hombre, 46 años, diagnosticado de cefalea en racimos desde los 18 años, en rachas cada 2 años; estaba asintomático desde hacía 4,5 años. Caso 3. Mujer, 50 años. Padece cefalea en racimos episódica desde los 44 años, en rachas de hasta 2 meses de duración.

Resultados: Caso 1. Coincidiendo con infección aguda por COVID-19, desencadenó desde el primer día de la infección nuevamente cefalea característica de cefalea en racimos, 2-3 episodios diarios, todos los días, que responden a oxigenoterapia y triptanes (peor respuesta de la habitual) pero no mejoran con preventivos incluyendo toxina botulínica. Caso 2. Coincidiendo con infección aguda por COVID-19 presenta nueva racha de dolor como el suyo habitual, pero en el lado normalmente asintomático, que calman con oxigenoterapia. Caso 3. A raíz de infección aguda por COVID-19 pasa a tener el mismo dolor a diario desde hace un año, con respuesta a oxígeno pero no a preventivo -incluyendo toxina botulínica-.

Conclusión: La infección aguda por SARS-CoV-2 puede provocar cronificación del dolor en pacientes previamente diagnosticados de cefalea en racimos episódica.