Objetivos: Los tratamientos para personas con esclerosis múltiple (pcEM) no han probado efectos directos en cognición. Buscamos estudiar el efecto de cladribina (CLB) en cognición, calidad de vida y fatiga tras un año de tratamiento.

Material y métodos: Analizamos retrospectivamente 19 pcEM de nuestra práctica clínica. Evaluamos cognición con Selective Reminding Test, Spatial Recall Test, Symbol Digit Modality Test, Trial Making Test, Paced Auditory Serial Addition Test, Digitos, fluidez verbal, Multiple Sclerosis Quality of Life 54 (MSQoL-54), y Multiple Sclerosis Fatigue Impact Scale (MSFIS). Discapacidad física evaluada con Expanded Disability Status Scale (EDSS). Tomamos estas medidas al inicio y un año después.

Resultados: Evaluación basal: EDSS mediana de 1, con 5 años de evolución. 52,6% comenzaron por actividad de la enfermedad y 3 pacientes naïve (mediana de tratamientos previos de 2). 68% compatible con normalidad cognitiva, solo 1 fue moderado. Medianas de MSQOL-54 física de 70,45 y mental de 56,3; de MSFIS físico 9, cognitivo 14 y social 3. Al comparar basal con seguimiento no hubo diferencias estadísticamente significativas en cognición ni fatiga, pero si en calidad de vida mental (U = 110,5; p = 0,04). 4 pacientes empeoraron cognitivamente y 3 mejoraron al año.

Conclusión: En nuestra experiencia, CLB se asocia con una mejora de la percepción de los pacientes sobre su calidad de vida mental y una estabilización generalizada tanto del estado cognitivo como de la fatiga y de su calidad de vida relacionada con su estado físico. Un mayor seguimiento permitirá evaluar la robustez de estos efectos.