In 2019, the Coronavirus disease (COVID-19) rapidly spread worldwide and posed a global threat. The co-infection among COVID-19 patients was reported variable in different studies. However, it could reach 50% of non-survivor patients. Chlamydia pneumoniae, Mycoplasma pneumoniae, and Legionella pneumophila are responsible for respiratory infections and also can act as co-pathogens with COVID-19, making their detection challenging. These bacteria exhibit similar clinical signs to COVID-19, leading to potential oversight. Furthermore, treating these bacteria requires a different antibiotic regimen compared to typical respiratory bacterial agents. Thus, recognizing the clinical characteristics, laboratory findings, and outcomes of co-infections is crucial for improving understanding and treatment strategies.
En 2019, la enfermedad del coronavirus (COVID-19) se propagó rápidamente por todo el mundo y representó una amenaza mundial. La coinfección entre pacientes con COVID-19 se informó de forma variable en diferentes estudios. Sin embargo, podría llegar al 50% de los pacientes que no sobreviven. Chlamydia pneumoniae, Mycoplasma pneumoniae y Legionella pneumophila son responsables de infecciones respiratorias y también pueden actuar como co-patógenos con COVID-19, lo que dificulta su detección. Estas bacterias exhiben signos clínicos similares a los de COVID-19, lo que lleva a una posible supervisión. Además, el tratamiento de estas bacterias requiere un régimen antibiótico diferente en comparación con los agentes bacterianos respiratorios típicos. Por lo tanto, reconocer las características clínicas, los hallazgos de laboratorio y los resultados de las coinfecciones es crucial para mejorar la comprensión y las estrategias de tratamiento.