Introducción
A pesar de los beneficios aportados por la lactancia materna (LM), tanto para el recién nacido como para la madre1-3, se ha podido constatar que durante los últimos 50 años ésta ha descendido en el mundo occidental (incorporación de la mujer al mercado de trabajo, modos de comportamiento social en los que se ha sustituido la lactancia materna por fórmulas ofertadas por la industria, etc.)4,5.
Además de estos factores, la cesárea, como técnica creciente6, supone un factor de riesgo7-10 poco estudiado.
El Hospital Materno-Infantil del Complejo Hospitalario Carlos Haya de Málaga se unió a la iniciativa de promoción institucional de la LM, siguiendo las pautas marcadas por UNICEF y la OMS11-13.
Ante los estudios que avalan la utilidad de los programas de salud y educación sanitaria5, 14-16, el objetivo de nuestra investigación ha sido estudiar si tras la intervención ha habido mejora en la puesta al pecho en la población de cesáreas, ya que ésta constituye un factor de riesgo para la LM.
Material y método
El Hospital Materno-Infantil de Málaga es un centro de referencia que atiende a una población aproximada de 382.000 habitantes. Durante el año 1997, de los 5.733 nacimientos, 1.147 partos fueron cesáreas. Se diseñó un estudio de evaluación de una intervención comunitaria en el distrito Málaga este en colaboración con el Hospital Materno-Infantil. La evaluación se llevó a cabo con una muestra de 152 mujeres cuyos partos finalizaron con cesárea en este hospital; de ellas, 76 pertenecen al año 1996, y las otras 76 al año 1998.
Las actividades desarrolladas consistieron en 3 cursos básicos dirigidos a 85 profesionales entre atención primaria y especializada, seleccionando para ello a personal docente de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud, mandos intermedios y otros profesionales asistenciales relacionados con los servicios de maternidad; talleres sobre lactancia y sexualidad dirigidos a enfermeros, matronas y facultativos; por último, mesas redondas con 850 asistentes, incluidos padres y madres. Se suman acuerdos con instituciones (Universidad, Colegio Profesional de Enfermería, Diputación e Instituto Andaluz de la Mujer), concursos de fotografías, lactaciones públicas y otros actos de repercusión social e intervenciones en medios de comunicación17.
Se realizó un estudio retrospectivo comparativo con 2 muestras homogéneas seleccionadas por muestreo aleatorio simple de las gestantes atendidas (independientemente del distrito sanitario de procedencia) y de 76 mujeres cada una, de las cesáreas correspondientes a los años 1996 y 1998 cuyos recién nacidos cumplieran los criterios de inclusión siguientes: a término, peso > 2.500 g, no haber sido ingresado al nacer en cuidados especiales, madre sin ninguna enfermedad que requiera inhibición de la lactancia, gestación simple.
Como variables independientes se tuvieron en cuenta el año del parto, edad, paridad, lactancia previa (sí/no), nivel sociocultural (estudios primarios, medios, superiores, sin estudios), situación laboral, cesárea (electiva/urgente) y tipo de anestesia (general/ epidural).
La variable dependiente principal fue la lactancia materna (sí/no) y las secundarias el tipo de lactancia (exclusiva, mixta, artificial), el período de lactancia y el intervalo de tiempo desde la cesárea hasta la puesta al pecho (antes o después de la retirada de la sueroterapia).
Los datos fueron recogidos de las historias clínicas y de las encuestas realizadas por teléfono por personal de enfermería.
Se han realizado análisis descriptivos y los datos se han introducido en la base de datos SPSS para Windows 6.1.0.
Se compararon los períodos de lactancia alcanzados y el intervalo de tiempo desde la cesárea hasta la puesta al pecho, determinados por la variable principal (1996/1998), mediante el test de la t de Student cuando el tamaño de muestra lo permitía o mediante el test no paramétrico de Mann-Whitney cuando no era posible.
El tipo de lactancia se contrastó mediante el test de la *2. Hemos considerado estadísticamente significativos los valores de p < 0,05, y los intervalos de confianza se calcularon al 95%.
El tamaño de la muestra se calculó sobre la hipótesis de que la intervención supondría un incremento de la lactancia de un 20%, con un error alfa de 0,05 para una cola y un error beta de 0,20.
Resultados
La intención de dar el pecho es muy elevada y bastante similar en los 2 años, con una proporción del 96%.
Sobre el momento del inicio de la lactancia (antes o después de retirar los sueros), se registra un importante incremento en el año 1998 del porcentaje de mujeres que dan el pecho con sueroterapia (fig. 1). En 1996, sólo el 28% de las mujeres que iniciaron la lactancia lo hizo con sueroterapia, mientras que en 1998 este porcentaje se multiplicó por 3, llegando a ser del 85% (p < 0,0005). Las mujeres con estudios secundarios o universitarios obtuvieron un mayor incremento (hasta un 92%), aunque fue estadísticamente significativo, tanto en este grupo como en las mujeres con niveles inferiores de estudio.
Figura 1. Adelanto del momento del inicio de la puesta al pecho, independientemente del éxito o fracaso posteriores.
Si valoramos la puesta al pecho (con independencia del éxito o fracaso posteriores), supone en 1998 un 78,4% de los casos, frente a un 73% del año 1996.
La diferencia en la puesta al pecho se hace más acusada si comparamos a las mujeres que tienen estudios secundarios o universitarios con las que no los tienen (incremento del 20%; p = 0,125).
La duración de la lactancia experimenta un incremento y pasa de 130 ± 17,3 días de media en 1996 a 163 ± 19,2 en 1998 (p = 0,215). Sin embargo, en las mujeres con estudios secundarios o superiores, la diferencia es estadísticamente significativa (p < 0,005) y se observa un contraste de los 89 días de media en el año 1996 con los 168 de 1998 (fig. 2). La enfermería y la familia incrementan su función de fuente de información tras la campaña. La enfermería pasa de un 40% en 1996 a un 65,2% en 1998 (p < 0,005). Los familiares también aumentan la información, que pasa de un 27% en 1996 a un 46% en 1998 (p < 0,03).
Figura 2. Duración de la lactancia según el nivel de estudios de la mujer.
Discusión
Limitaciones de la investigación
No hemos considerado la variable del nivel económico de la unidad familiar por la dificultad de obtener esos datos.
Conclusiones
La campaña ha demostrado su eficacia en la población atendida en el Hospital Materno-Infantil como método de promoción de la lactancia porque ha mantenido la intención de lactar, ha adelantado el momento del inicio de la puesta al pecho (a pesar de que la cesárea supone un factor de riesgo para ello) y ha aumentado los períodos de lactancia, sin llegar a grados de significación, quizá por tratarse de una muestra algo ajustada; asimismo, ha incrementado la implicación profesional y familiar.
Aplicación práctica
De manera sorpresiva (porque no fue un dato buscado), hallamos unos resultados más favorables en las personas con niveles de estudios secundarios o superiores10,18. La influencia de esta variable es cambiante en la bibliografía consultada y según los contextos sociales estudiados: distintos países, etnias, etc. Esto nos lleva a reflexionar sobre la adecuación de las campañas a las características de la población diana, en aras de mayor eficacia y efectividad. Estudios epidemiológicos manifiestan que los cambios en las tendencias de la lactancia son lentos, con múltiples factores sociológicos que los condicionan que, a su vez, son cambiantes. Esto hace más recomendable desarrollar promociones y evaluaciones continuas, más adecuadas y eficaces que campañas aisladas en el tiempo. En otros términos, la promoción de la lactancia materna debe integrarse en la práctica hospitalaria, formando parte de los procedimientos y protocolos asistenciales y con un proceso evaluador continuo. En los 2 años se repite un hecho interesante, y es que la enfermería informa a la mujer en un mayor porcentaje de casos cuando la familia no lo hace, y viceversa (tabla 1). Esto ilustra la necesidad de hacer una primera valoración de la mujer (necesidades, recursos, etc.) y de su red de apoyo social que nos conduzca a la consecuente planificación. Es imprescindible una formación que capacite a los enfermeros y a otros profesionales, como asesores, orientadores y agentes de ayuda competentes y con criterios unificados.
Agradecimientos
Agradecemos la colaboración del personal de la Unidad de Investigación del Hospital Carlos Haya, de su Fundación y del Dr. Enrique de Ramón Garrido por la ayuda en el diseño, así como a David Prieto Merino por el análisis estadístico.