Sr. Director: El problema de las listas de espera quirúrgicas es uno de los que más impacto y mayor disconformidad y ansiedad despiertan en el usuario1,2. Afecta a casi todos los servicios públicos y especialmente a la percepción de la calidad de prestación. La duración del tiempo de espera quirúrgica es un predictor de su aceptación por parte del paciente, siguiendo una relación inversa3, por lo que constituye una cuestión importante en relación con la calidad de atención médica. El problema de las listas de espera es un problema global en salud pública; en España4, las primeras 4 causas de preocupación en relación con el sistema sanitario se refieren a las distintas formas de demora de la atención médica. El objetivo del estudio fue conocer la percepción de algunas de las características de las listas de espera en personas mayores de 65 años de una comunidad urbana y obtener algunos indicadores que puedan considerarse en la política de planificación y gestión sanitaria.
Hemos realizado un estudio descriptivo de corte transversal en Salamanca y Castilla y León. Encuestamos a 209 personas elegidas al azar por encuestadores entrenados. El instrumento confeccionado se realizó mediante preguntas cerradas y semiestructuradas, y fue sometido al escrutinio de 3 expertos docentes. Se obtuvo información cuantitativa y cualitativa con datos demográficos e inherentes a la percepción personal sobre las listas de espera con el consentimiento expreso. Los datos se obtuvieron el 8 de septiembre de 2007. Para el análisis de los datos utilizamos el programa estadístico SPSS 12.0.
Sobre 209 cuestionarios se consideraron 188 (96,4%), 148 (78,7%) los cumplimentaron varones y 40 (21,3%) fueron cumplimentados por mujeres. De ellos, 140 (74,5%) tenían Seguridad Social, 29 (15,4%) seguros privados y 18 (9,6%) poseían ambos seguros sanitarios; 96 pacientes (51,1%) habían estado en algún momento de su vida en lista de espera quirúrgica y 90 (47,9%) nunca lo habían estado; 2 personas (1%) se perdieron para su seguimiento, 78 varones y 18 mujeres. El tiempo de espera fue el siguiente: 11 casos (5,9%), menos de 15 días; 5 casos (2,7%), 15 días y un mes; 21 casos (11,2%), entre 1 y 3 meses; 21 casos (11,2%), entre 3 y 6 meses; 13 casos (6,9%), entre 6 meses y un año, y 20 (10,6%) dijeron haber esperado más de un año; 3 casos (3,2%) no contestaron. A la pregunta: ¿cuál sería el tiempo ideal de espera ante una intervención quirúrgica?, 47 pacientes (25%) contestaron que menos de 15 días, 58 pacientes (30,9%) respondieron que entre 15 días y un mes, 36 pacientes (19,1%) contestaron que entre 1 y 3 meses, 8 pacientes (4,3%) mencionaron que entre 3 y 6 meses, y sólo 1 persona refirió un período mayor de 6 meses; 38 pacientes (20,2%) no contestaron. A la pregunta ¿Las listas de espera son una situación solucionable o mejorable?, 179 pacientes (95,2%) respondieron afirmativamente; 7 pacientes (3,7%) respondieron negativamente y 2 pacientes (1,1%) no contestaron. Se identificaron como responsables de las listas de espera: 63 casos (43,7%) a la gestión nacional, el gobierno y la administración, 35 casos (24,3%) a los médicos, 19 casos (13,1%) a las autoridades hospitalarias y al hospital, 16 casos (11,1%) a «todos» sin discriminación y 11 casos (7,6%) no contestaron. A la pregunta ¿Está de acuerdo en pagar 1 € por consulta (copago) como forma de ayuda a acortar los tiempos de demora quirúrgica?, 132 pacientes respondieron afirmativamente (70,2%) y 56 pacientes (29,8%) respondieron negativamente (tabla 1).
En este estudio nos pareció valioso el tiempo de espera «ideal» expresado por casi el 56% de nuestra muestra, que opina que no debe ser mayor de 30 días. Si tomamos al 75% de la muestra, este período podría ser aceptable hasta los 90 días. Con esta afirmación no pretendemos «sobreconcluir», ya que la falta de estratificación de la muestra actúa como una limitación de esta afirmación. Destacan las respuestas obtenidas en relación con la percepción sobre de quién depende la responsabilidad de esta situación, que los usuarios identifican al estado, en sus diferentes formas, como el principal responsable de esta situación, aunque la mayoría ve posibles soluciones. No existen, hasta el momento, evidencias sobre los costes directos e indirectos vinculados con la demora prequirúrgica5. Una de las limitaciones de este estudio podría ser el tamaño de la muestra. El hecho de que el 51,1% de los pacientes hayan estado en algún momento en lista de espera ofrece un argumento de peso en cuanto a la percepción expresada en primera persona. La representatividad de la muestra puede ser un sesgo en relación con otras comunidades y respecto a la población rural. Debería indagarse más en este aspecto, porque 1 de cada 4 personas mayores de 65 años podría elegir otro seguro alternativo. Otro aspecto relacionado con el anterior, y con dimensión política, es la alta tasa de respuesta positiva al copago. Consideramos que estos datos obtenidos podrían empezar a arrojar luz de cara a la gestión y planificación de este aspecto de la salud pública.