Aunque más optimista, el nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) continúa arrojando datos escalofriantes sobre las desigualdades no sólo en la esperanza de vida sino en múltiples ámbitos. Muchas organizaciones no gubernamentales (ONG) relacionadas con la medicina tratan de paliar este desequilibrio. Sin embargo en la opinión pública y entre los actores surgen dudas sobre la idoneidad y la utilidad a largo plazo de la cooperación.
Cooperar no significa acudir de cualquier forma a la llamada del sentimentalismo. La cooperación mueve dinero y se han de rendir cuentas. Exige una fuerte formación tanto en valores profesionales como humanos. Obliga a investigar en vacunas o enfermedades extrañas a nuestra sociedad. Cooperar significa «operar con» la contraparte local, según sus necesidades y su proyecto sanitario global. Y finalmente la Cooperación implica la reivindicación de cambio en ciertos aspectos del orden económico mundial.
Reflexionamos sobre estos interrogantes y exponemos los diferentes marcos éticos en que se mueven la mayoría de las ONG.
Although more optimistic, the new report by the World Health Organization (WHO) continues to cast horrifying statistics on inequalities, not only in life expectancy but in many areas. Many Non-Governmental Organisations (NGOs) related to medicine seek to address this imbalance.
To cooperate does not in any way appeal to the call of sentimentality. Cooperation moves money and is accountable. It requires a strong background in both professional and human values. It requires research on vaccines and diseases foreign to our society. To cooperate means “operate with” local counterparts, according to their needs and global health project. And finally, cooperation implies the demand for change in certain aspects of the global economic order.
We reflect on these questions and describe the different ethical frameworks for the population and NGOs.
La Cooperación Internacional es un tema actual en los medios de comunicación y que provoca dudas, reflexiones e incluso, demasiado a menudo, la polémica.
Los actores que forman parte de la Ayuda al Desarrollo son variados: individuos, organizaciones no gubernamentales (ONG) pequeñas y grandes, gobiernos u organizaciones internacionales. Y con ellos, muchas opiniones, creencias e ideologías.
Además las causas directas e indirectas de la pobreza no tienen el mismo peso para unos y otros1. Y qué decir de las formas de cooperar.
En este artículo se delibera sobre la ética del cooperante como individuo y de las ONG como estructuras independientes de los gobiernos.
Una de las cuestiones más espinosas es precisamente la relación de las ONG con el Gobierno. Ser completamente independientes es imposible pues a menudo un gran porcentaje de la financiación proviene de subvenciones institucionales. Y el estar sujetos a esta financiación puede condicionar en exceso la sumisión a sus deseos políticos.
La intención institucional puede ser pura solidaridad pero también una forma de obtener permisos de pesca en sus aguas, autorizaciones para la implantación de multinacionales en su territorio o materias primas baratas como el coltán o el petróleo. O simplemente lavarse la cara para descargar la responsabilidad de tantos años de colonización o abuso.
Pero felizmente, los objetivos y estrategias principales de la Ayuda al Desarrollo se han logrado consensuar entre gobiernos, administraciones y ONG.
Objetivos en Ayuda al DesarrolloEn el año 1990, organismos internacionales políticos y financieros como Naciones Unidas, Fondo Monetario Internacional (FMI), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Mundial y las grandes ONG definieron 8 objetivos para mejorar el desarrollo: son los conocidos Milenium Goals2. Todos relacionados con la salud directa o indirectamente: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la educación primaria universal, promover el empoderamiento de la mujer, reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
A estos objetivos, tan idealistas, se dirige toda la cooperación hoy en día, sea oficial o particular. Estos objetivos tienen unos indicadores para medir su progreso.
Estrategias en Ayuda al DesarrolloPara lograr su consecución se han utilizado diversas estrategias3. Las más experimentadas son la vertical o selectiva (ir directamente a problemas concretos como vacunaciones, lactancia materna, malaria, etc.), la integrada (atención primaria de salud planificada dentro de la idiosincrasia y del sistema público de salud del país receptor) y la social (enfoque general que incluye la sensibilización, lobby, macroeconomía y relaciones entre países).
Todas las voces entendidas y críticas reconocen la integral como la única duradera pero desafortunadamente, en este momento, los países donantes están apostando por la lucha «enfermedad por enfermedad», más fácil de llevar a cabo y más barata a corto plazo. Esta estrategia, además de tener menor impacto, crea un multilateralismo paralelo a la OMS (que es quien debe liderar los principios de la salud mundial), y supone una falta de refuerzo del sistema de Atención Primaria.
Por otro lado cualquier administración que quiera ser efectiva en Ayuda al Desarrollo debe tener su propia estrategia política y su plan director. En el Gobierno español, hay una Estrategia de Cooperación en Salud firmada sólo en el año 2003 por primera vez y con un plan director aún inexperto. En muy pocas autonomías existe estrategia de salud.
Además, no olvidemos que los gobiernos son cambiantes y los intereses económico-políticos de hoy no son los de ayer. Pero esto no debería modificar las líneas de actuación en programas de Cooperación.
Cifras en la Ayuda Oficial al DesarrolloPara tener una idea de las cantidades que se manejan, en 2008 los aportes netos totales de Ayuda Oficial al Desarrollo de los países miembros del CAD (Comité de Ayuda al Desarrollo) alcanzaron la cifra récord de 119.759 millones de dólares (un 15,7% más que el año anterior)4.
Todos los países aumentaron en 2008 el volumen de su ayuda oficial. España incrementó un 30,1%. Sin embargo, queda aún con un 0,43% sobe el PNB lejos del ansiado 0,7%, sólo superado por Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Luxemburgo. Como curiosidad comentar que a la cola de los países que menos ayuda porcentual destinan aparecen Japón y EE.UU. con menos del 0,30%.
Algo parecido sucede en el campo específico de la salud donde pese al incremento (un 60% respecto a 2007), España con un 10% no logra alcanzar el mínimo recomendado (15% del total debe de ir a salud) ni dona preferentemente a los países con rentas más bajas
El gran problema de las administraciones es que además de ser novatos en estrategias, apenas hay estudios centrados en cooperación sanitaria y los datos no se presentan sistematizados por parte de instancias oficiales, lo cual impide un conocimiento del estado de la cuestión y el plantear propuestas de mejora. Todo esto refleja la falta de atención prestada a la cooperación en salud y el desperdicio de muchos esfuerzos y energías tanto de naciones como de ONG en los pasados años.
Aun así, hay enormes intentos para unificar con buenos criterios la AOD. En el año 2005 y ratificado posteriormente en Accra, la mayor parte de países donantes y receptores firmaron la «Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda al desarrollo»5 marcando claramente las guías a seguir.
Creciente necesidad de marcos éticos en las ONGComo hemos dicho, nuestro objetivo como médicos es reflexionar sobre la ética del cooperante y de las ONG y ofrecer los códigos tanto de conducta como de estética a la hora de presentar los datos a la sociedad. Saber que en estos temas que tantas dudas plantean hay líneas éticas de actuación y hay compromisos firmados que nos ayudan a trabajar mejor y a mantener la credibilidad de las ONG ante la sociedad.
Origen de la ayuda y de las ONGLas sociedades siempre han tendido a mirarse el ombligo y procurarse la mejora propia. Los países más lejanos simplemente no existían si no era para conquistarlos o extraerles sus riquezas.
Y este colonialismo europeo es una de las teorías que se han barajado sobre el origen de la desigualdad6. Aunque también el actual egoísmo capitalista y la hipocresía de los estados del norte que nos permitirían explotar personas y riquezas con acuerdos de comercio internacionales abusivos e injustos, para poder mantener nuestro nivel consumista.
Entre las pocas instituciones que se preocupaban de tierras lejanas, sólo la Iglesia, a la par de su afán evangelizador, era la institución que transmitía conocimientos y organización en los países donde evangelizaba. Se puede decir que eran los precursores de las actuales ONG.
Luego se creó la Cruz Roja, que surge en 1863 como reacción ante los desastres de la guerra, para socorrer a los heridos de cualquiera de los bandos sin implicarse en las causas u orígenes del conflicto.
Pero es desde la declaración de los Derechos Fundamentales, después de la Segunda Guerra Mundial7, con el influjo del artículo «Todos los hombres deben ser iguales en dignidad y derechos», cuando se reconoce la necesidad de cooperar con otros países y sociedades del Tercer Mundo y surgen las ayudas bilaterales de los gobiernos, las multilaterales y las ONG, motivo de este artículo.
Unas ONG son laicas y otras religiosas pero todas superan el marco gubernamental. Son grupos de personas que quieren ayudar a países en su desarrollo o en situaciones de emergencia. Y tienen un gran impacto político entre otros motivos por sus iniciativas vanguardistas. El problema ahora radica en que, aun cuando parece existir una unión implícita entre la Cooperación y la Ética8, no siempre es así, y se puede enfrentar una catástrofe o prestar una ayuda al desarrollo desde unos supuestos muy alejados de la ética: por ejemplo ayudando sólo a determinadas víctimas de esa catástrofe, imponiendo unos modelos de desarrollo, exigiendo algo a cambio, etc.
Por ello, los planteamientos éticos de las ONG han evolucionado. Los principios originales de imparcialidad, independencia o neutralidad9 han debido ser ajustados a la realidad sin excesivos idealismos.
Ahora, para muchas ONG no es permisible ayudar sin tomar parte en un conflicto bélico o en cualquier otro desastre humanitario, sin denunciar a los responsables de esas situaciones, ya sean gobiernos, bandas terroristas o particulares, ya que se ha reconocido que gran parte de los desastres humanitarios no son consecuencia de catástrofes naturales sino que tienen unas causas políticas o económicas.
Razones y dudas en CooperaciónPero es que además han surgido y lo siguen haciendo muchas ONG con diferentes programas, ideologías, recursos y tipos de financiación. Han emergido otras formas de Cooperación desde los Estados a través de sus ejércitos, y han aumentado las subvenciones estatales o de empresas a las ONG.
Esto puede contribuir a una cierta competencia mutua para ganar visibilidad en los medios de comunicación y reconocimiento público. A su vez, muchas de ellas trabajan en contextos muy difíciles, de conflicto armado, lo que suscita serios dilemas morales y operativos a su trabajo. Y no hay que olvidar, por otro lado, el surgimiento de algunas ONG con unos fines no siempre «limpios».
Decidir quién hace mejor la Cooperación, si la Iglesia con unas bases duraderas bien asentadas con la contraparte local pero intención evangelizadora, si los gobiernos que siempre buscan beneficios negociados como contrapartida pero disponen de medios económicos, si los ejércitos entrenados y organizados para situaciones especialmente difíciles o si las ONG laicas, con sus firmes principios de imparcialidad, su adecuada organización y capacidad para conectar con las bases populares, pero escasa capacidad económica y de recursos humanos, sería casi imposible.
Pero todo ello ha propiciado el que surjan muchas voces críticas respecto a la supuesta unión implícita entre Cooperación y Ética10 y, más delicado aún, respecto a la utilidad o beneficio de la Cooperación.
La siguiente pregunta, que comienza a extenderse en ambientes más intelectuales, es si la Cooperación les perjudica y estamos permitiendo que los gobiernos de países en desarrollo vivan exclusivamente de las ayudas extranjeras, frenando su desarrollo y capacidad de superación.
A ello contribuye en gran medida la transmisión de imágenes de esas zonas del mundo: la estética de la Cooperación. Los habitantes de estos países se presentan como personas inferiores a nosotros, desgraciadas, tristes, incapaces de superar su destino, de trabajar, de pensar y de organizar su vida. Lo que les convierte en víctimas indefensas.
No se puede olvidar que con frecuencia dichos gobiernos no son suficientemente transparentes. Se ha visto el aprovechamiento por parte de algunos gobiernos de la ayuda extranjera para fines privados y la corrupción de sus dirigentes, en muchas ocasiones autoproclamados. Esto se une a la carencia de educación democrática de sus habitantes e incluso hay quien habla de la supuesta incapacidad innata para organizarse y progresar.
Con estas dificultades y obstáculos se llegaría a la paradójica situación de que las ONG podrían estar perpetuando la injusta distribución de recursos.
En definitiva, ¿no estaremos fomentando un nuevo tipo de colonialismo y dependencia?
Para finalizar conviene entender por qué es bueno que la gran mayoría de ONG gasten una considerable parte de su presupuesto en auditorías internas que ofrezcan transparencia y otra en labores de sensibilización para mover conciencias capitalistas y cambiar el orden macroeconómico mundial desde la base y no sólo actuar sobre el terreno.
En estas páginas queremos presentar alguno de los códigos de comportamiento existentes relacionados con este tema para hacer consciente a la sociedad y a futuros cooperantes de que no se puede ayudar sólo con el corazón.
Si algo ha quedado claro después de tanto debate es la necesidad absoluta de que la Cooperación se ajuste en sus fines y medios a un marco ético, al igual que la acción individual de los cooperantes.
Características éticas de las ONG: códigos de conductaAunque la palabra código no es la más indicada pues alude a normas de obligado cumplimiento con una connotación muy prescriptiva que entra en contrasentido con la ética, es así como se han denominado los diferentes «compromisos» creados por las ONG11.
Estos diferentes códigos de conducta pretenden aumentar la calidad y eficiencia del trabajo de las ONG, incrementando la profesionalidad frente al amateurismo, así como la rendición de cuentas (accountability) hacia los donantes.
Deben ser responsables, transparentes y no generar beneficios personales y estas cualidades deben transmitirse a los donantes y al público.
También pretenden crear métodos y criterios comunes que posibiliten la cooperación mutua, que eviten las situaciones de confusión y descoordinación sobre el terreno o que enfoquen el comportamiento de cada cooperante individualmente.
Representan, por tanto, una contribución importante al trabajo de estas organizaciones, si bien en la mayoría de los casos resulta aún prematuro evaluar su incidencia práctica. Algunos han criticado aspectos como su carácter abstracto, así como el escaso conocimiento de ellos sobre todo por parte de las ONG del Sur.
Código ético de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España y Carta Europea de las ONGDEn ambos12,13 se recogen:
- 1.
Identidad:
- •
Esfuerzo compartido por lograr unas relaciones Norte-Sur más justas.
- •
Erradicar las causas que originan pobreza y desigualdades.
- •
- 2.
Campos de trabajo:
- •
En colaboración con el país receptor, con prioridad y protagonismo de los beneficiarios y en especial los grupos más vulnerables.
- •
Ayuda humanitaria y de emergencia: buscando también que contribuya al desarrollo de las poblaciones afectadas por catástrofes o conflictos, procurando utilizar recursos locales y con implicación de la población afectada
- •
Sensibilización y educación para el desarrollo: informar a la sociedad sobre la pobreza, sus causas y posibles soluciones.
- •
Investigación: analizar las causas y realizar proyectos de investigación, publicaciones, cursos, seminarios, etc.
- •
Incidencia política: acciones de información, presión y denuncia, fomentando la movilización y participación social.
- •
Comercio justo: basado en el trato directo y respeto mutuo teniendo en cuenta no sólo criterios económicos sino también sociales.
- •
- 3.
Relaciones:
- •
En el país receptor fomentando la construcción de tejido social y colaborando en los planes de desarrollo del gobierno local.
- •
Colaborando con otras ONG y organizaciones sociales.
- •
Sin establecer relaciones con empresas que no respeten los derechos humanos, no respeten el medio ambiente, trafiquen o vendan armas.
- •
Respetando los valores de independencia y transparencia.
- •
- 4.
Organización:
- •
Información sobre objetivos, programas, recursos y órganos de gobierno.
- •
Transparencia en la gestión de los fondos: memoria anual con datos económicos, y auditorías externas para aquellas con ingresos superiores a 300.000 € anuales.
- •
Se evitará cualquier discriminación en cuanto a los recursos humanos, definiendo las relaciones con el personal voluntario.
- •
- 5.
Financiación:
- •
A fin de mantener la independencia del poder político y sus fines estratégicos, es fundamental que, asumiendo la necesidad de fondos públicos, estos no sean exclusivos sino que se complementen con los privados.
- •
- 6.
Comunicación y publicidad.
Entre los diversos códigos de conducta nos gustaría también mencionar el de imágenes y mensajes a propósito del Tercer Mundo (1989) pues la impresión que se transmite sobre estos países puede modificar actuaciones y conceptos básicos14. Y es labor ineludible de las ONG dar a conocer las situaciones y crear conciencia a propósito del desequilibrio mundial.
Es una guía con carácter de recomendación, que aunque ha tenido un importante peso moral, no es obligatoria. Válida en todas aquellas actividades en las que se transmita una imagen del Tercer Mundo: campañas de sensibilización, de educación para el desarrollo, de captación de fondos. Cuando se establezca colaboración con empresas, estas deberán igualmente ajustarse a esas pautas.
Se creó al darse cuenta de la gran influencia que las imágenes que se transmiten ejercen sobre la percepción que la opinión pública tiene del Tercer Mundo, de sus problemas y soluciones, y de las relaciones Norte-Sur.
Particular preocupación causan las imágenes angustiosas y patéticas que, aunque facilitan la captación de fondos, resultan parciales y estereotipadas, contribuyendo al desconocimiento de la realidad y a fomentar el concepto de inferioridad de esas personas. Se transmite la idea de que nunca serán capaces de tener autonomía y salir adelante.
El código aspira a una información más próxima a la realidad, que permita una toma de conciencia de los límites de nuestro propio sistema y de la necesidad de un desarrollo más universal, respetuoso de todas las civilizaciones, la justicia, la paz y el medio ambiente.
Fundamentos:
- •
Evitar las imágenes catastróficas o idílicas que incitan más a la caridad limitada a las fronteras de la buena conciencia que a la reflexión.
- •
Toda persona debe ser presentada como un ser humano, y las informaciones suficientes que permitan delimitar su medio ambiente social, cultural y económico deben ser presentadas a fin de preservar su identidad cultural y su dignidad. Si es posible se transmitirán testimonios directos de las personas implicadas y no interpretaciones del relator.
- •
La capacidad de la gente para hacerse cargo de uno mismo debe ponerse de relieve.
- •
El mensaje debe ser concebido de manera que evite toda generalización en la mente del público.
- •
Los obstáculos internos y externos al desarrollo deben aparecer claramente.
- •
La dimensión de la interdependencia y la noción de la corresponsabilidad en el maldesarrollo deben subrayarse.
- •
Las causas de la miseria (políticas, estructurales, naturales) deben ser expuestas en el mensaje que llevará al público a descubrir la historia y la situación real del Tercer Mundo, así como las realidades profundas de las estructuras de estos países antes de la colonización. Hay que subrayar los problemas de poder y de intereses, y denunciar los medios de opresión así como las injusticias.
- •
El mensaje debe tratar de evitar toda clase de discriminación (racial, sexual, cultural, religiosa, socioeconómica, etc.).
- •
La descripción de nuestros socios del Tercer Mundo como dependientes, pobres, sin poder, se aplica tanto más a las mujeres, quienes son presentadas más a menudo como víctimas dependientes o, peor aún, son completamente olvidadas en el cuadro.
- •
Los socios del Sur deben ser los protagonistas y consultados para la elaboración de todo mensaje.
- •
Cuando una ONGD, en el marco de una colecta de fondos, llama a otros socios (instituciones, organizaciones o empresas privadas), debe velar por que las recomendaciones del presente Código sean respetadas en su totalidad.
El cooperante no es un mero sujeto pasivo. Aparte de influir o incluso determinar los proyectos, como ejecutor sobre el terreno tiene un papel fundamental, hasta tal punto que un buen proyecto, si los cooperantes no lo son, está destinado al fracaso.
Los 10 mandamientos del cooperante
1 - Dejarás a la contraparte local organizar el proyecto y coordinarás tu proyecto con el de otros |
2 - Estimularás su autoestima |
3 - No ayudarás a quien no se ayude a sí mismo |
4 - Cooperarás, no harás donaciones |
5 - Comprenderás la cultura local evitando el norte-centrismo en tu análisis y en tu conducta |
6 - No impondrás pero no aceptarás todo |
7 - No abusarás de tu poder ni económico ni profesional manteniendo una relación entre seres humanos iguales |
8 - Serás puente: traducirás las dos lógicas |
9 - Aceptarás que la meta no es ser querido por los pobres |
10- Te convencerás de que cooperar es aprender pero la finalidad es enseñar |
La figura o concepto de voluntarismo ha sido sustituida por la de profesionalidad, dando paso al voluntariado profesional. Es evidente que no puede realizar bien una labor de Cooperación alguien no bien formado en las tareas a que va destinado, en nuestro caso en medicina, y si además lo es en enfermedades tropicales, mejor.
Es necesario además que entienda el proyecto como parte de un programa más amplio, que comprenda el terreno y la población destinataria, respetándola y asumiendo su figura de «facilitador», no impositor.
En ningún momento debe aprovecharse de su posición de superioridad ya que es el que aporta medios, el que «tiene la chequera». Pero tampoco caer en la erótica de otra superioridad, la del pensar que es muy bueno porque ayuda mucho y convertir inconscientemente este sentimiento en el primer motor de su compromiso en lugar de serlo la justicia.
Pero cooperar no consiste tampoco en dar todo lo que se pide sino en facilitar exigiendo una contraprestación. La Cooperación es eso: hacer entre varios, y por ello no debe imponer sus planteamientos pero tampoco aceptar la postura totalmente pasiva del receptor. Debe estimular el que ellos sean los principales agentes del cambio participando en la gestión y ejecución de los proyectos hasta recuperar su autonomía.
Y finalmente, debe tener siempre presente que el objetivo es que la Cooperación termine siendo innecesaria porque los Estados del Sur asuman su plena función; y que no es sino un parche a una situación de desigualdad que debe desaparecer mediante la acción política centrada en el hombre, no en la economía.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.