Aunque en España la farmacia comunitaria está legalmente integrada en el sistema sanitario mediante la firma de «conciertos de prestaciones», no existe una práctica colaborativa real entre los centros de salud y las farmacias comunitarias.
Bradley et al. describieron un modelo conceptual que describía el proceso de integración entre médicos de Atención Primaria y farmacéuticos comunitarios (FC) en 3 etapas: 1) aislamiento existente inicialmente entre ambos colectivos; 2) mejora de la comunicación, y 3) nivel de colaboración interprofesional1.
Siguiendo este modelo quisimos explorar las opiniones de profesionales de Osakidetza y de la farmacia comunitaria sobre una posible integración de los equipos de Atención Primaria y las farmacias comunitarias. Para ello, se realizó un grupo focal con la participación de distintos stakeholders2, en el que se trataron temas como aspectos conceptuales relacionados con la integración de los equipos de Atención Primaria y los FC, barreras y facilitadores, posible proyecto de integración interprofesional, sus etapas y stakeholders que deberían participar en el mismo.
Tras un acuerdo con la dirección de la Organización Sanitaria Integrada Donostialdea, se realizó una selección intencionada de los participantes, que fueron: 2 médicos de Atención Primaria, una enfermera referente sociosanitaria, una enfermera, una persona del área de atención al cliente, 2 FC, una farmacéutica de Atención Primaria, 2 observadores del Colegio de Farmacéuticos de Gipuzkoa y un moderador. Los participantes firmaron un documento de consentimiento informado. La reunión se grabó íntegramente para después ser transcrita y su contenido analizado temáticamente3.
Se manifestó que la farmacia es muy accesible y cercana, aunque está desaprovechada o infrautilizada como agente de salud. Los participantes manifestaron su interés en avanzar hacia una integración funcional entre los FC y los equipos de Atención Primaria, a pesar de las dificultades inherentes al hecho de que la farmacia es un establecimiento privado y Osakidetza un organismo público. Además, opinaban que cualquier acercamiento debería comenzar por un mayor conocimiento mutuo a través de la mejora de la comunicación interprofesional.
Para avanzar hacia una mayor colaboración, se deben establecer objetivos concretos, con indicadores medibles, siendo conscientes de la complejidad del proceso. Todo ello con el objetivo último de mejorar la atención sanitaria a los pacientes.
Coincidían en que la mejor estrategia consiste en mantener y aprender de los pequeños proyectos ya en marcha4,5 e iniciar nuevos proyectos concretos, locales, de pequeño tamaño y que sean medibles, situando al médico de Atención Primaria como eje articulador de cualquier actuación en este sentido.
Se identificaron barreras a superar (tabla 1).
Barreras para la integración de la farmacia comunitaria y los equipos de Atención Primaria, de acuerdo con los participantes en el grupo focal
Dicotomía público-privado |
Dicotomía comercial-profesional |
Parafarmacia |
Existencia de prejuicios |
Desconocimiento mutuo |
Falta de actitud y de voluntad |
Falta de tiempo |
Diferentes creencias |
Falta existente de comunicación |
Gran diversidad existente |
Barreras de índole técnica |
Había acuerdo en el diseño de un proyecto que facilite el acercamiento de ambos colectivos, salvando las barreras citadas. Para ello, es necesaria la participación, desde el inicio, de distintos stakeholders, que incluyen profesionales de base y personas de nivel jerárquico superior con influencia en las distintas organizaciones implicadas. Un eje coordinador fundamental debe ser el farmacéutico de Atención Primaria. Otros stakeholders: personal de enfermería, referentes sociosanitarios y profesionales del área de atención al cliente. Todos ellos deberían participar en un codiseño del proyecto6.
De manera natural, el flujo de un posible proyecto de integración debería seguir el modelo propuesto por Bradley et al.1, mejorando la comunicación y avanzando en la colaboración interprofesional, que debe ser horizontal y basada en la voluntad común de trabajar juntos con un objetivo compartido.
Los autores agradecen a todos los profesionales sanitarios que participaron en el grupo focal, al Colegio de Farmacéuticos de Gipuzkoa y a la dirección del Centro de Salud de GROS (OSI Donostialdea) por las facilidades en la realización de esta reunión grupal.