Introducción. La trazodona es un antidepresivo derivado de la triazolopiridina que actúa bloqueando la recaptación de serotonina por la membrana presináptica neuronal. Se han descrito pocos casos que relacionan la trazodona con alteración hepática. Se presenta el caso de un paciente que desarrolló una hepatitis aguda durante el tratamiento con trazodona.
Caso clínico. Paciente de 60 años de edad con antecedentes de demencia de Pick, enfermedad cerebrovascular de etiología arteriosclerótica, atrofia cerebral y deterioro cognitivo progresivo. No tenía antecedentes de hepatopatía, etilismo, transfusiones previas, tatuajes, consumo de otros medicamentos, uso de drogas ilegales, exposición a otros tóxicos ni preparados de herboristería. A causa de un cuadro de agitación de predominio vespertino, un psiquiatra le prescribió trazodona (Deprax®). Seis meses después de iniciado el tratamiento se realizó una analítica de control, que mostró una alteración del perfil hepático: AST de 98, ALT de 218, GGT de 96 y bilirrubina total de 1,3. El resto de los parámetros analíticos fue normal la serología para los virus de la hepatitis A, B y C fue negativa. En una ecografía abdominal se apreció una alteración difusa de la ecogenicidad sugestiva de hepatotoxicidad. El paciente estaba asintomático, aunque era difícil de valorar por la dificultad de comunicación. Se retiró la trazodona y una analítica realizada 45 días después mostró la normalización del perfil hepático. En el caso presentado se atribuyó el daño hepático al tratamiento con trazodona, basándose en criterios cronológicos, la exclusión de causas alternativas y la normalización del perfil hepático tras la supresión del fármaco.
Discusión y conclusiones. Los efectos adversos de la trazodona son variados: anticolinérgicos, cardiovasculares (arritmias ventriculares, hipotensión y bloqueo cardíaco). Otras reacciones adversas descritas son: mareo, cefalea, vértigo, trastornos psicomotores o gastrointestinales, aumento de peso, visión borrosa, priaprismo1, delirio, neumonía eosinófila y fallo respiratorio (por sobredosis). No hay información sobre la posible hepatotoxicidad. En la información de un producto que contiene trazodona, comercializado en Estados Unidos, aparece recogida entre las notificaciones de sospecha de reacciones adversas comunicadas: colestasis, hiperbilirrubinemia y la alteración de las enzimas hepáticas. Una búsqueda realizada en Medline® (Trazodone AND side effects AND hepatitis) puso de manifiesto la existencia de 10 casos: en el Sistema Español de Farmacovigilancia hay recogido un caso de sospecha de aumento de GGT por trazodona (información facilitada por el Centro de Farmacovigilancia de la Comunidad de Madrid de Control Farmacéutico y Productos Sanitarios, Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios), un caso de hepatitis aguda2 inducida tras 4 días de terapia con trazodona, un caso de daño crónico, un caso de necrosis hepática3 en un paciente que también tomaba neurolépticos, un caso tras 18 meses de tratamiento4 con trazodona y corticoides; en el resto de casos se produjo lesión celular y colestásica.
La mayor parte de los pacientes normalizaron la función hepática tras suspender el tratamiento. La identificación de reacciones adversas asociadas al uso de fármacos es de suma importancia para establecer su relación riesgo/beneficio. En el caso de la trazodona, tenemos poca información sobre su toxicidad hepática. Habría que valorar, en los pacientes en tratamiento con trazodona, la conveniencia de controlar el perfil hepático de forma periódica. Esto permitiría un diagnóstico precoz de la alteración hepática y la consiguiente eliminación del fármaco.