Introducción. Se considera enuresis la emisión involuntaria de orina después de la edad en la cual el control debería haberse establecido1. Aunque la enuresis describe todas las situaciones en que se produce un vaciamiento de la vejiga de forma involuntaria, se suele reservar este término para las micciones involuntarias que se producen durante el sueño2. Es uno de los problemas más frecuentes en pediatría3 y representa, junto con otras alteraciones en el control y manejo de los esfínteres, un motivo frecuente en las consultas de atención primaria pediátrica.
Objetivo. Conocer la prevalencia puntual de enuresis nocturna en niños de 5 a 14 años, valorando antecedentes familiares y de género.
Diseño. Estudio observacional, transversal.
Emplazamiento. Área básica de salud urbana.
Participantes. Muestra aleatoria de 90 niños, calculada con un riesgo alfa de 0,05 y una precisión del 5%. Se consideró enurético todo niño de 5 años o mayor que mojaba la cama más de 2 veces al mes. Por encuesta de elaboración propia se recogieron las diferentes variables de estudio.
Resultados. Se obtuvo una prevalencia puntual de enuresis decreciente con la edad: del 27% (4/15) a los 5 años, del 24% (4/17) a los 6 años, del 17% (7/42) de los 7 a los 10 años y del 13% (2/16) de los 11 a los 14 años. La prevalencia de enuresis global entre los 5 y los 14 años fue del 18,8% (17/90). Se observaron diferencias estadísticamente significativas (p < 0,04) en la influencia del sexo sobre la enuresis (13/17 en los niños y 4/17 en las niñas). El antecedente de enuresis materna estaba presente en el 39% de los enuréticos y en el 12% de los no enuréticos, mientras que el de enuresis paterna estaba presente en el 53% y en el 11%, respectivamente. El riesgo relativo para la población infantil de ser enurético es de 4,8 si el padre lo fue y de 2,42 si lo fue la madre. El 58,8% (10/17) había consultado el problema en algún momento, y éste generaba preocupación en el 76,5% (13/17) de los casos.
Conclusiones. La enuresis nocturna es un fenómeno frecuente, que está relacionado con el sexo y la herencia. Los antecedentes familiares tienen una clara relación con el proceso, si bien el paterno posee una mayor trascendencia que el materno. El problema produce una percepción desagradable en el niño y, sin embargo, no siempre se llega a consultar.
El abordaje de la enuresis requiere, por tanto, una atención multidisciplinaria, dada la diversidad de factores relacionados con ella4.