Agradecemos el interés demostrado por los autores de la carta en referencia a nuestro artículo, y los comentarios donde comparan su experiencia en relación con los pacientes con insuficiencia cardiaca (IC) atendidos en los servicios de urgencias hospitalarios1.
En nuestra opinión, las principales diferencias encontradas entre los pacientes de atención primaria y los atendidos en urgencias hospitalarias se podrían deber a: los pacientes con mayor posibilidad de descompensación aguda, y por tanto de ser atendidos en servicios de urgencias hospitalarios, son aquellos con un peor grado funcional, mayor comorbilidad y mayor frecuencia o intensidad de factores de riesgo cardiovascular (FRCV). Justificaría la mayor frecuencia de hipertensión arterial (HTA), diabetes mellitus tipo 2 (DM2), cardiopatía isquémica (CI) y fibrilación auricular (FA), conocidos como factores mayores de descompensación.
La diferencia en el diseño de ambos estudios hace que las poblaciones no sean las mismas. En nuestro caso, al ser datos en base poblacional, se recogen pacientes muy heterogéneos y en diferentes estadios (de I a IV NYHA)2 y en el caso de urgencias necesariamente serán pacientes en estadios avanzados (III, IV NYHA).
También existe la posibilidad, como se comentaba en nuestro artículo en las limitaciones, de diferentes sesgos de clasificación (infrarregistro, errores en la codificación diagnósticos y dificultad en la estandarización del diagnóstico de IC3), ya que no tenemos la certeza de que se hayan utilizado los criterios unificados de Framingham2 para el diagnóstico.
Nos llama la atención, no obstante, la diferencia en cuanto a la media de fármacos en ambas subpoblaciones, con una paradójica diferencia en la mayor cantidad en los pacientes de AP (3,2 vs. 8,7), a menos que en el caso de su estudio, únicamente se hayan recogido los fármacos destinados al tratamiento específico de la IC.
Por lo tanto, pensamos que los pacientes atendidos en los servicios de urgencias hospitalarios constituyen una subpoblación de los pacientes con IC atendidos en AP con más FRCV y en estadios más avanzados de la enfermedad y probablemente con peores fracciones de eyección debido a las diferencias etiológicas (mayor porcentaje de CI) en ambas subpoblaciones.