La interesante carta al director de Pérez-Ríos et al., que aporta los datos del SIX-2007 en Galicia, plantea la oportunidad de reflexionar sobre lo que expresan los datos de fumadores ocasionales y diarios en la adolescencia y en la vida adulta1. La historia natural del tabaquismo muestra que buena parte de los consumidores ocasionales en la adolescencia se transforman en fumadores habituales con el paso del tiempo, y que casi todos estos se convierten en fumadores diarios. La mayoría de los fumadores habituales no diarios incrementarán su dosis hasta una cifra cercana a un paquete al día y casi todos fumarán esta cantidad durante 3 o 4 décadas, hasta que la gran mayoría abandona el tabaco. Los que no lo hacen y los que lo hacen más tarde tienen el máximo riesgo, y en ellos se concentra el grueso de la carga de enfermedad debida al tabaco. En la edad adulta, la proporción de fumadores diarios es muy alta, un 87,6% del total de fumadores en la última encuesta de salud a la población adulta española disponible2: la dinámica de la adicción nicotínica hace que la mayoría de fumadores sean fumadores cotidianos. Por lo tanto, los datos de fumadores no diarios en la adolescencia son relevantes, pero lamentablemente la variabilidad entre encuestas hace que sea difícil compararlos3,4. Los datos que aporta el SIX muestran cómo en Galicia al final de la ESO en 2007, la proporción de fumadores diarios era el 52,6% de los fumadores. Los datos del SIVFRENT-J de 2010 de Madrid, comparables a los del SIX, muestran una relación entre fumadores diarios y habituales de magnitud similar, del 60,1%5.
Efectivamente, en el último año han aparecido nuevos datos referidos a 2010 de 3 de los estudios mencionados: los datos provisionales del ESTUDES para toda España, los del SIVFRENT-J de la comunidad autónoma de Madrid antes mencionados, y la ETSAV de Terrassa, que se presentan en la tabla 1 junto con los datos de 2006 (4 años antes)5–7. Con la única excepción de la prevalencia de varones fumadores diarios en Terrassa, que es también la serie con efectivos más pequeños y que en otras ocasiones ha mostrado fluctuaciones, estos datos sugieren que el declive en el tabaquismo adolescente se mantiene en España. Con la fórmula de Paasche se puede estimar que en España en los últimos años el declive ponderado de la prevalencia de tabaquismo en la adolescencia ha sido del 3,03% anual para los varones y del 4,73% para las chicas8. Una tendencia positiva que debe llevar a incrementar los esfuerzos por acelerar su declive, que no puede darse por descontado como muestra el aparente estancamiento que se desprende de los datos más recientes de estudiantes de secundaria en EE. UU.9.
Cambios en la prevalencia de fumadores diarios en la adolescencia a lo largo de cuatro años en diversos estudios (España, 2006-2010)
Chicos | Chicas | |||||
2006 | 2010 | Cambio relativo anual | 2006 | 2010 | Cambio relativo anual | |
ESTUDES (14-18 años) | 12,5% | 11% | −4,1 | 16,9% | 13,6% | −11,2 |
SIVFRENT-J (15-16 años) | 12,8% | 9,5% | −7,8 | 15,3% | 14,5% | −2,9 |
EMCSAT (15-16 años) | 12,2% | 14,8% | 9,6 | 19,7% | 16% | −14,8 |
El cambio en 4 años se estima según la fórmula Pi – Pf/Pi (donde Pi es la prevalencia inicial y Pf la prevalencia final), dividiendo el resultado por los años transcurridos para obtener el cambio relativo anual.