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Vol. 30. Núm. 1.
Páginas 68-69 (junio 2002)
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Tratamiento de la neuralgia posherpética con colorpuntura
Treatment of post-herpetic neuralgia with colourpuncture
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JM. Calvo Sanza
a Médico de Familia. Centro de Salud Ayerbe. Huesca.
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La neuralgia posherpética (NPH) suele definirse como la persistencia de dolor de cierta intensidad pasado un mes desde la reepitelización de las lesiones cutáneas. Su incidencia, tras sufrir un herpes zoster, es de un 10-20% en la población general, pero aumenta con la edad; se calcula que es del 50% en mayores de 50 años y del 75% en mayores de 70 años. En muchos casos puede persistir un dolor intenso durante años. A continuación se presentan dos casos clínicos tratados con colorpuntura.

Figura 1. Terapia para el herpes zoster (puntos generales).

 

Caso 1. Varón de 66 años, que refiere NPH torácica izquierda desde hace más de 5 años. El dolor aparece casi todos los días ante pequeños estímulos, se extiende por la región intercostal y se irradia por la axila hasta la zona occipital izquierda; no cede con analgésicos y en el momento actual no toma otros fármacos. La intensidad se valora con 8 de 10 en la escala de Likert. Se acompaña de ansiedad, irritabilidad, tristeza y dificultad con el sueño. Se practica tratamiento radiando cada punto durante un minuto en el siguiente orden: 6TR (azul); 4IG (azul); punto de analgesia, localizado 4 traveses de dedo por debajo de la rótula y 4 traveses por fuera de la tibia (naranja); 20VG (violeta), y puntos clave locales, situados al inicio y final del dermatoma afectado (rosa). Se practican dos sesiones la primera semana y una sesión semanal hasta completar 12 semanas. Tras la primera sesión el dolor presentó clara mejoría, al igual que los síntomas asociados, y desapareció al mes de tratamiento. A los 6 meses de la finalización de la terapia persiste la ausencia de dolor.

Caso 2. Mujer de 65 años, que presenta NPH de 18 meses de evolución en la región occipital izquierda. El dolor es continuo con variaciones; mejora levemente con analgésicos y su intensidad se valora en 8 de 10 en la escala de Likert. Se acompaña de ansiedad, mal humor y alteración diaria del sueño. Se practica el mismo tratamiento, variando los puntos clave locales, realizando dos sesiones semanales las primeras 4 semanas y una sesión semanal hasta completar 12 semanas. En la primera semana refirió mejoría de su dolor, que fue disminuyendo progresivamente hasta desaparecer en la séptima semana. A los 6 meses la paciente se mantiene en remisión.

Discusión y conclusiones. Existen diversas posibilidades terapéuticas en la NPH, entre las que destacan los antidepresivos tricíclicos (ADT), los analgésicos opiáceos, la carbamacepina, los antivirales, los antiarrítmicos y los anestésicos locales. Los ADT son de elección, bien en monoterapia bien asociados a opiáceos o carbamacepina1. No obstante, su eficacia alcanza solamente el 50%, presentando frecuentes efectos secundarios. Recientemente se ha ensayado la administración intratecal de metilprednisolona con lidocaína en pacientes con NPH, consiguiendo una mejoría de la intensidad del dolor superior al 50% en el 81% de los casos2.

También se ha ensayado la acupuntura en el tratamiento de la NPH con resultados diversos. Son pobres los resultados de Lewith et al3, que trataron a 30 pacientes con acupuntura y 32 con estimulación transcutánea simulada como placebo; al final del tratamiento 7 pacientes de cada grupo experimentaron una mejoría significativa de su dolor. Por el contrario, los resultados de Jianhui y Zhili4 fueron muy buenos al tratar a 23 pacientes y obtener una remisión completa en 18 casos (78,3%) y mejoría en los otros 5.

La colorpuntura es una técnica desarrollada por Mandel5, de reciente introducción, que consigue efectos terapéuticos mediante la estimulación de puntos energéticos sobre la piel con determinados colores; existen pocos estudios sobre ella, pero sus resultados parecen interesantes6. Se utiliza una pequeña linterna en la que se acoplan diversos filtros coloreados. Los dos casos presentados indican que la colorpuntura puede ser una terapia eficaz en la NPH, aunque sería necesario un mayor número de casos para confirmar esta observación. Por otra parte, se trata de una técnica sencilla, económica y de fácil manejo para los profesionales de la atención primaria.

Bibliograf¿a
[1]
Treatments for postherpetic neuralgia. A systematic review of ramdomized controlled trials. Fam Pract 1996;13:91-4.
[2]
Intrathecal methylprednisolone for intractable postherpetic neuralgia. N Engl J Med 2000;343:1514-9.
[3]
Acupuncture compared with placebo in postherpetic pain. Pain 1983;17:361-8.
[4]
Twenty-three cases of postherpetic neuralgia treated by acupunture. J Traditional Chinese Med 2000;20:36-7.
[5]
Compendio práctico de Colorpuntura. Barcelona: Ed. Apóstrofe, 1998.
[6]
A rewiev of recent research studies on the efficacy of esogetic colorpuncture therapy ­a wholistic acu-light system. Am J Acupuncture 1999;27:85-94.
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