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Vol. 42. Núm. 1.
Páginas 1-8 (enero - junio 2014)
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Ir a la Universidad después de los 30: dificultades y factores facilitadores
Going to University at thirty-something: difficulties and facilitating factors
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6201
María Luisa Jiménez Rodrigo
Autor para correspondencia
mljimenez@us.es

Autor para correspondencia: Universidad de Sevilla. Facultad de Ciencias del Trabajo. C/ Enramadilla, s/n. CP 41018, Sevilla (España).
, Esther Márquez Lepe
Universidad de Sevilla, España
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Tabla 1. Variación del porcentaje de alumnado matriculado en enseñanzas universitarias (universidades públicas) en función de la edad y el género. Cursos 2000–2001 y 2010–2011.
Tabla 2. Matriculación y graduación de las mujeres en enseñanzas universitarias (porcentajes e índice de feminización), según rama. Curso académico 2010–2011. Total de universidades públicas.
Tabla 3. Situaciones que pueden dificultar el seguimiento de los estudios universitarios en función de su importancia en una escala de 1 (ninguna dificultad) a 5 (total dificultad). Medias. N=95. Curso 2010–2011.
Tabla 4. Principales dificultades para el seguimiento de los estudios universitarios expresadas en las discusiones grupales por el alumnado, según género y grupo de edad.
Tabla 5. Situaciones que pueden facilitar el seguimiento de los estudios universitarios en función de su importancia en una escala de 1 (ninguna facilidad) a 5 (mucha facilidad). Medias. N=95.
Tabla 6. Factores facilitadores expresados en las discusiones grupales por el alumnado universitario, según género y grupo de edad.
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Resumen

Los objetivos de este trabajo son, primero, analizar las desigualdades por razón de edad y género en la participación de alumnado no tradicional de edades mayores en titulaciones universitarias y, segundo, indagar sobre las dificultades, oportunidades y factores facilitadores que experimenta este colectivo al emprender sus estudios superiores. La metodología combina el análisis secundario de estadísticas educativas y el estudio de caso de dos titulaciones de la Universidad de Sevilla caracterizadas por su mayor feminización y heterogeneidad etaria. Los resultados indican que el género en interacción con los roles ligados a la edad y al ciclo vital representan un factor central de desigualdad en el acceso y aprovechamiento de los estudios superiores. Las principales dificultades entre el alumnado de mayor edad están relacionadas con los problemas de compatibilización de estudios, empleo y familia, especialmente patentes entre las mujeres. Las tecnologías de la información y la comunicación se presentan como el factor facilitador más importante a la hora de superar estas limitaciones. La heterogeneidad de perfiles de estudiantes en la Universidad plantea nuevas demandas y retos para la labor docente y para la igualdad de oportunidades.

Palabras clave:
Enseñanza universitaria
Género
Estudiantes no tradicionales
Conciliación vida laboral y familiar
Igualdad de oportunidades
Abstract

The aims of this paper are, firstly, to analyze inequality, based on gender and age, as regards the participation of the non-traditional learners in higher education (HE), and secondly, to identify the main barriers and facilitating factors for this group in undertaking HE. The methodology combines secondary analysis of educational statistics and a case study on two degrees at the Universidad de Sevilla, which are characterized by a wider feminization and age heterogeneity. Results show that gender with age and life-cycle concerns means a central factor of inequality in access and academic progress at HE. Main difficulties met by older learners, and in particular by female students, are connected with study-work-life balance problems. Information and communications technologies are presented as the most important factor addressed to overcome these limitations. The heterogeneous profiles among University students pose new demands and challenges for teaching tasks and equal opportunities.

Keywords:
Higher education
Gender
Non-traditional students
Work-life balance
Equal opportunities
Texto completo
Introducción

La Universidad de hoy ya no sólo imparte formación inicial a jóvenes dedicados de forma exclusiva al estudio, sino que cada vez es más frecuente encontrar en las aulas otro tipo de perfiles y experiencias “no tradicionales” en relación fundamentalmente con la condición étnica y nacional, la clase social y la edad (Bowl, 2003; Munro, 2011). Respecto a la edad, se registran diferentes situaciones: estudiantes mayores que ingresan o regresan a las aulas después de un parón dentro de su trayectoria educativa o que buscan completar su formación para recualificarse dentro del mercado laboral y/o progresar profesionalmente (Schuetze y Slowey, 2002). En ambos casos, acceden a la Universidad fuera de las edades típicas, después de los 25 o los 40 años. Estas nuevas categorías de estudiantes conllevan una heterogeneidad de condiciones socioeconómicas y situaciones laborales y familiares que, en la articulación de su proyecto formativo, generan nuevas necesidades, demandas y dificultades a las funciones y tareas de la enseñanza superior (Tones et al., 2009). En interacción con la edad, el género también marca diferencias en las experiencias y oportunidades del alumnado adulto, pues los problemas de conciliación de los estudios con otras actividades domésticas o de cuidado con frecuencia suponen mayores dificultades a las mujeres (Hoffnung y Williams, 2013; Reay, 2003). Aunque en España existe una extensa bibliografía que aborda la problemática de la conciliación entre la vida familiar y laboral (Campillo, 2010; Carrasquer, Borrás y Torns, 2004; Méda, 2002; Salido y Moreno, 2009; Tobío, 2005), su articulación con otras dimensiones de la vida como, por ejemplo, el desempeño de actividades formativas ha sido insuficientemente abordado. Frente a estas limitaciones, Carrasco (2001) aboga por superar la tradicional visión del “problema de la conciliación” fundamentada en la díada laboral-familiar, para incluir “otras actividades que se han hecho invisibles bajo la lógica mercantil-capitalista, y dar prioridad desde el punto político y teórico al bienestar humano y a las necesidades (materiales e inmateriales) de las personas” (p. 2). Entre éstas, el acceso a la formación es la que centra la atención de este artículo, que pretende analizar las desigualdades por razón de edad y género en la participación de alumnado no tradicional de mayor edad en titulaciones universitarias y, de manera específica, indagar acerca de las dificultades, oportunidades y factores facilitadores que experimenta este colectivo al emprender sus estudios superiores.

Método

Para dar cuenta de este objetivo, se ha empleado una metodología que combina el análisis secundario de fuentes estadísticas sobre enseñanzas universitarias con el estudio de caso de dos titulaciones de la Universidad de Sevilla. Por un lado, a través de la explotación de la Estadística sobre Enseñanza Universitaria, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se han podido identificar las principales diferencias en relación con la edad y el género, tanto en la participación universitaria en general como en las carreras objeto de interés de este trabajo.

Por otro lado, se ha llevado a cabo un análisis de caso de tipo instrumental (Stake, 1998) que ha permitido explorar las dificultades y factores facilitadores a la hora de emprender los estudios universitarios, así como las diferencias por género y grupos de edad. El estudio se ha centrado en dos grupos de estudiantes matriculados en titulaciones sociojurídicas de la Universidad de Sevilla (Diplomatura de Gestión y Administración Pública y Licenciatura de Ciencias del Trabajo) con una significativa presencia de alumnado femenino y con edades superiores a las típicas universitarias. El concepto de “estudiante mayor”, como todos los relacionados con la categoría edad, es polémico y de límites sociales difusos. Aquí, por criterios analíticos se ha considerado al alumnado con edades superiores a los 30 años, donde se registran mayores tasas de emancipación familiar, formación de familia propia y participación en el mercado laboral, criterio utilizado también en otros trabajos (Mühleck y Camilleri, 2010). Dentro de las titulaciones, se seleccionaron dos asignaturas de carácter obligatorio dentro del área de Sociología ubicadas en diferentes cursos (tercer y quinto curso, respectivamente) para abarcar una mayor diversidad de perfiles, experiencias sociales y académicas del estudiantado.

Para el análisis de caso se han empleado dos técnicas de producción de datos: la encuesta y la discusión grupal. En primer lugar, se diseñó un cuestionario ad hoc con el objeto de identificar los perfiles sociodemográficos y académicos del alumnado así como las barreras y condiciones facilitadoras para el seguimiento y aprovechamiento de las asignaturas. En total se recogieron 95 cuestionarios (58% de la Diplomatura de Gestión y Administración Pública y un 42% de la Licenciatura de Ciencias del Trabajo). El contenido de éstos se volcó en una base de datos en SPSS 15 para su análisis estadístico descriptivo. En segundo lugar, se desarrollaron discusiones en el aula con el objeto de profundizar en las experiencias de los alumnos y alumnas respecto a la influencia del género y del ciclo vital en la participación y aprovechamiento de los estudios universitarios. Para ello, se diseñó un guión de cuestiones a partir de un esquema DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) con el propósito de debatir en clase sobre las dificultades y facilidades que pueden influir en el seguimiento de las asignaturas y rendimiento académico. La técnica implementada se llevó a cabo a través de las siguientes actuaciones. En primer lugar, se presentó el tema de discusión al grupo en su conjunto. En segundo lugar, se organizó el aula en pequeños grupos de trabajo para la discusión de las cuestiones, atendiendo a diferentes perfiles: edad, situación familiar y laboral, y distancia del centro de estudios. Para estructurar el debate se emplearon diversas fichas DAFO sobre: a) condiciones sociales del alumnado en relación con los efectos de la edad, género, relación con el mercado laboral, situación familiar y responsabilidades de cuidado en los estudios y b) características de la enseñanza universitaria, tales como la organización de la titulación, planteamiento de la asignatura o los apoyos por parte de la Universidad. Y, por último, se realizó una discusión plenaria a partir de las conclusiones obtenidas en cada grupo de trabajo para contrastar las convergencias y divergencias –en función de los diferentes perfiles de alumnado– en cuanto a dificultades para desarrollar los estudios universitarios y factores facilitadores.

ResultadosDiferencias en relación con la edad y el género en la participación en los estudios universitarios: lo que muestran las estadísticas

En la última década se ha producido una creciente diversificación de los perfiles sociodemográficos del estudiantado universitario, incorporándose alumnos con edades superiores a las típicas. Desde el curso 2000–2001 al curso 2010–2011, la cifra de estudiantes mayores de 30 años prácticamente se ha duplicado, pasando en el caso de las mujeres del 4,6% al 9,6%, y en el de los hombres, del 5,7% al 10% (tabla 1).

Tabla 1.

Variación del porcentaje de alumnado matriculado en enseñanzas universitarias (universidades públicas) en función de la edad y el género. Cursos 2000–2001 y 2010–2011.

2000–20012010–2011
Mujeres  Hombres  Total  Mujeres  Hombres  Total 
24 años y menos  40,7  31,4  72,1  33,6  25,8  59,4 
De 25 a 29 años  8,3  9,2  17,5  10,4  10,7  21,1 
De 30 a 34 años  2,2  2,8  4,3  4,5  8,8 
De 35 a 39 años  1,2  1,5  2,7  2,2  2,4  4,6 
De 40 años y más  1,2  1,5  2,7  3,0  3,1  6,1 
Total  53,6  46,4  100  53,5  46,5  100 
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas de enseñanzas universitarias (INE), cursos académicos 2001–2001 y 2010–2011.

Estos datos indican una estabilización del proceso de feminización de los estudios superiores, si bien presenta importantes variaciones por rama de conocimiento, pues afecta en mayor grado a carreras sanitarias, sociojurídicas y de humanidades (tabla 2).

Tabla 2.

Matriculación y graduación de las mujeres en enseñanzas universitarias (porcentajes e índice de feminización), según rama. Curso académico 2010–2011. Total de universidades públicas.

Ramas de conocimientoTasa de matriculaciónTasa de graduación
Mujeres (%)  Índice de feminización1  Mujeres (%)  Índice de feminización1 
Experimentales  56,9  1,32  62,7  1,68 
Sanitarias  72,9  2,68  77,2  3,39 
Sociales y jurídicas  62,0  1,63  67,8  2,11 
Humanidades  61,6  1,61  65,0  1,86 
Técnicas  27,8  0,38  29,6  0,42 
Total  53,4  1,15  60,6  1,54 
1

índice de feminización (IF), calculado como el cociente entre el porcentaje de mujeres y el de hombres. IF = 1, indica paridad de género; IF >1, mayor presencia femenina; IF <1, mayor presencia masculina.

Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas de enseñanzas universitarias (INE), curso académico 2010–2011.

Sin embargo, en la interacción del género con la edad se observa cómo este proceso de feminización presenta variaciones y ciertos límites escasamente contemplados. Los datos agregados de las universidades públicas indican que la feminización de los estudios universitarios se intensifica entre las cohortes más jóvenes de estudiantes, concretamente, entre aquellas que se sitúan en la edad típica de acceso a la Universidad (entre 18 y 24 años). Una vez superada la barrera de los 25 años, esta tendencia se diluye hasta el punto de orientarse ligeramente a favor de los hombres, de forma que la presencia masculina va elevándose conforme se va incrementando la edad del estudiantado (fig. 1).

Figura 1.

Índice de feminización de la participación en enseñanzas universitarias, según grupos de edad (curso académico 2010–2011). Total de universidades públicas y estudios de Ciencias del Trabajo y Gestión y Administración Pública.

(0.11MB).
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas de enseñanzas universitarias (INE), curso académico 2010–2011.

Dentro de esta panorámica general, es preciso atender a las divergencias por carreras, donde las desigualdades por edad y género operan de forma diferencial. En el caso de las carreras sociojurídicas se observan variaciones significativas a nivel nacional (fig. 1). Así, en Ciencias del Trabajo, el efecto del ciclo vital en interacción con el género es muy acusado: entre los grupos de edad más joven se registra un alto índice de feminización que se materializa en la triplicación del número de alumnas menores de 25 años respecto a sus compañeros etarios. Dicho índice va disminuyendo conforme se incrementa la edad, sobre todo a partir de los 35 años, donde la presencia femenina decrece significativamente hasta llegar a los 40 años, edad a partir de la cual hay prácticamente tantos hombres como mujeres. En los estudios de Gestión y Administración Pública también se percibe una disminución del índice de feminización en relación con la edad, aunque no de forma tan intensa como en el caso anterior. De igual modo, se produce un ligero repunte entre los grupos de 40 años y más.

Dificultades y factores facilitadores para estudiar en la Universidad por edad y género: la perspectiva del alumnadoCondiciones laborales y familiares y participación en los estudios superiores

Los grupos de estudiantes de esta investigación manifiestan una diversidad de perfiles en función del género y la edad bastante aproximado a las tendencias generales observadas en sus mismas titulaciones a nivel nacional. Si bien hay una mayoría de estudiantado joven, destaca la heterogeneidad de edades, que va desde los 21 a los 55 años (fig. 2). La media de edad de las mujeres es de 28,6 años frente a los más de 33,2 años de los hombres. Al igual que la tendencia nacional, en los grupos estudiados la participación de las mujeres disminuye entre los grupos de mayor edad, especialmente a partir de los 30 años.

Figura 2.

Distribución del alumnado participante en el estudio de caso, según sexo y grupos de edad. Porcentajes respecto al total. Curso 2010–2011.

(0.06MB).
Fuente: elaboración propia.

Esta heterogénea distribución de grupos de edad da lugar a diversas situaciones de convivencia y compatibilización de los estudios con otras actividades, que varían sustancialmente en función del género (figs. 3 y 4).

Figura 3.

Situación familiar y de convivencia del alumnado participante en el estudio, según género y grupos de edad. Curso 2010–2011. Porcentajes. N=95.

(0.12MB).
Fuente: elaboración propia.
Figura 4.

Compatibilización de los estudios con otras actividades entre el alumnado participante, según género y edad. Curso 2010–2011. Porcentajes. N=95.

(0.13MB).
Fuente: elaboración propia.

La gran mayoría de chicos y chicas menores de 30 años vive con su familia de origen o en “pisos de estudiantes”. Entre quienes tienen 30 años y más destaca, en cambio, el elevado porcentaje de hombres que viven con su pareja e hijos/as (familia nuclear tradicional), mientras que en el caso de las mujeres las situaciones son más diversas, destacando, tras la opción mayoritaria de la convivencia con la pareja con o sin hijos/as, un significativo porcentaje de hogares monoparentales.

Indagando en el peso que tienen las responsabilidades familiares y laborales, entre el alumnado menor de 30 años, la mayoría se dedica en exclusiva a los estudios, si bien entre las chicas es más frecuente la compatibilización de los estudios con tareas domésticas y de cuidado (fig. 4).

Destaca entre el grupo joven una mayor proporción de chicos que compatibilizan sus estudios con un empleo, reflejo de la asimétrica distribución social del trabajo unido a las desiguales oportunidades laborales. Ellos y ellas señalan en las discusiones en el aula que el contexto de crisis económica, la precariedad laboral, la alta competitividad y la falta de oportunidades son factores que no ayudan a encontrar la estabilidad laboral deseada, pero son las chicas las que destacan, en mayor medida que los chicos, sus dificultades para acceder al mercado laboral y la reticencia a desempeñar un empleo que suponga una carga añadida a su jornada de trabajo doméstico y académico.

Entre el estudiantado mayor de 30 años, destaca que nadie se reconozca como estudiante a tiempo completo. Todos y todas señalan la necesidad de articular su dedicación a los estudios con otras responsabilidades, aunque de diferente naturaleza según el género. Entre las mujeres, en general, se produce una mayor carga de responsabilidades domésticas y cuidado (alguna de voluntariado), mientras que los hombres de esta edad compatibilizan sus estudios con empleos, la mayoría a tiempo completo, excluyendo en todos los casos la compatibilización de sus estudios con tareas domésticas o del hogar.

Barreras para afrontar los estudios universitarios

Explorando las principales barreras que pueden dificultar el aprovechamiento de los estudios universitarios, se advierten diferencias entre los distintos grupos etarios y en función del género (tabla 3). Entre el grupo mayor, las responsabilidades laborales son, tanto en el caso de las mujeres como en el de los hombres, el obstáculo más decisivo a la hora de encarar con éxito sus apuestas educativas. Destaca, no obstante, la proporción de jóvenes estudiantes que señalan las barreras laborales, aunque este dato está en sintonía con su mayor participación en empleos a tiempo completo en relación con sus compañeras de clase. Los mayores de 30 años insisten también, en las discusiones de aula, en el hándicap que supone estar trabajando y además estudiar. Señalan que compatibilizar trabajo y estudios implica: “menor tiempo, más esfuerzo físico, mayor rendimiento intelectual”, aunque este mismo hecho les obliga a una mejor rentabilidad y organización de su tiempo, que en muchos casos se termina traduciendo en un mayor rendimiento académico en relación con sus compañeros y compañeras más jóvenes.

Tabla 3.

Situaciones que pueden dificultar el seguimiento de los estudios universitarios en función de su importancia en una escala de 1 (ninguna dificultad) a 5 (total dificultad). Medias. N=95. Curso 2010–2011.

DificultadesMujeresHombres
Menos de 30 años  30 años y más  Menos de 30 años  30 años y más 
Responsabilidades domésticas (tareas del hogar)  2,63  3,63  2,54  3,36 
Responsabilidades familiares y de cuidado (niños/as y personas dependientes)  2,37  3,59  2,25  3,08 
Responsabilidades laborales  2,36  4,53  3,25  4,54 
Costes económicos derivados de los estudios (transporte, alojamiento, materiales, etc.)  3,47  2,42  3,00  2,15 
Agotamiento físico/mental (estrés)  2,65  2,42  2,43  2,15 
Fuente: elaboración propia.

A estas limitaciones derivadas de compatibilizar estudios y trabajo se añade, y de forma más acusada entre las mujeres, el peso de las responsabilidades domésticas y de cuidado. Estas dificultades fueron resaltadas en las discusiones de aula, destacando no sólo las tensiones, muchas veces no resueltas, a la hora de equilibrar los diferentes tiempos (“sensación de que faltan horas al día”), sino también el conflicto moral entre sus roles de buena madre y esposa y sus expectativas legítimas de continuar y mejorar su formación.

El alumnado más joven reconoce que la ausencia de “responsabilidades” familiares les da más tiempo para el estudio, lo que repercute en una mayor concentración, más libertad en sus acciones e incluso en una mayor estabilidad emocional. Los jóvenes varones creen que este hecho, además de generar una mayor disponibilidad de tiempo para estudiar, facilita de forma determinante la búsqueda de trabajo, al no tener que priorizar la elección de un trabajo en función de su posible compatibilidad con las labores de cuidado del hogar. También señalan que las principales barreras están relacionadas con lo económico, destacando los costes que los estudios implican sobre todo para sus familias, de las cuales dependen en un alto porcentaje. Las discusiones de aula también revelaron otros factores limitantes, como los problemas de acceso a Internet, derivados igualmente de la escasez económica para sufragar una conexión a la Red. Así también, los chicos incidieron en la falta de control parental sobre sus actividades de ocio como un elemento relevante que les impide centrarse en sus estudios como debieran.

En el grupo de mayor edad destacan fundamentalmente como dificultades la pérdida de hábito de estudio como consecuencia del prolongado paréntesis en su carrera educativa y el mayor esfuerzo intelectual que el emprendimiento de los estudios les exige. Esta merma percibida de sus capacidades y rendimientos desemboca, junto a las dificultades de compatibilizar sus estudios con otras responsabilidades, en situaciones de cansancio y agotamiento, cuando no de ansiedad y desmotivación. También destacan, tanto mujeres como hombres de este tramo de edad, la falta de acceso a becas y ayudas al estudio que perciben diseñadas de forma discriminatoria para un alumnado joven dependiente familiarmente. Aunque se conocen las ayudas generales y algunas específicas, se quejan además de que no exista ninguna diseñada por la propia Universidad para facilitar la conciliación entre estudios, vida familiar y trabajo.

Respecto a los factores que dependen de la organización de la enseñanza universitaria, el alumnado en general se queja, aunque por diferentes motivos, de la rigidez de los horarios de clases. Así, el alumnado más joven señala la falta de turno de mañana como una fuerte limitación en tanto en cuanto supone una barrera para poder disponer de las tardes libres y emplearla en otros menesteres. El alumnado mayor identifica la obligatoriedad de asistencia a muchas asignaturas como un factor dificultador, lo que les impide conciliar los estudios con sus responsabilidades familiares y laborales. Además, demandan una flexibilización del calendario de prácticas, evaluaciones y exámenes, ya que no siempre resultan compatibles con otras obligaciones. En síntesis, en la tabla 4 se agrupan los diferentes argumentos manifestados en las discusiones en el aula sobre los factores que problematizan el seguimiento de las asignaturas.

Tabla 4.

Principales dificultades para el seguimiento de los estudios universitarios expresadas en las discusiones grupales por el alumnado, según género y grupo de edad.

  Mujeres  Hombres 
Menores de 30 años  Mayores distracciones (ocio)Menor capacidad de planificaciónGastos económicos y de tiempo por desplazamientoGastos económicos por alquilerAccesibilidad a InternetRigidez en los horarios de las asignaturas (solo un turno de tarde)Desconocimiento de medidas para la igualdad de género de la universidad  Mayores distracciones (ocio/Internet)Poco control parental (mayor independencia)Dificultades económicasGastos económicos y de tiempo por desplazamientoGastos económicos por alquilerDificultades para acceder al mercado laboral y obtener experienciaAccesibilidad a Internet 
30 años y más  Problemas para conciliar estudios/trabajo/familiaCargas domésticas y responsabilidad de cuidadoDisminución de capacidades y hábito de estudio (mayor esfuerzo)Agotamiento físico y mentalAyudas/becas inexistentes para estudiantes mayoresDesconocimiento de medidas para la igualdad de género de la universidadRigidez de los horarios de las asignaturas y calendario de exámenesIncompatibilidad de horarios con el trabajoGasto de tiempo por desplazamiento  Disminución en el rendimiento intelectualAgotamiento físico y mentalMenor tiempo para la asistencia a clase y el estudioRigidez de los horarios de las asignaturas y calendario de exámenesAyudas/becas inexistentes para estudiantes mayores 
Fuente: elaboración propia.
Factores facilitadores para continuar estudiando

Entre el grupo más joven, los elementos facilitadores más importantes se refieren a lo económico, tanto en relación con la existencia de un apoyo familiar que contribuya a sufragar sus costes como en relación con la disponibilidad de becas. Este factor es más importante entre las chicas, probablemente por su más precaria relación con el mercado laboral. Entre el alumnado mayor, los factores facilitadores divergen en razón del género. Para las mujeres, los principales apoyos se encuentran en la implicación de la familia y/o de la pareja en el desempeño de actividades domésticas o de cuidado, la existencia de medidas de conciliación en los centros de trabajo, y en menor medida, en la externalización del cuidado mediante la contratación de servicios (tabla 5).

Tabla 5.

Situaciones que pueden facilitar el seguimiento de los estudios universitarios en función de su importancia en una escala de 1 (ninguna facilidad) a 5 (mucha facilidad). Medias. N=95.

Situaciones facilitadorasMujeresHombres
Menos de 30 años  30 años y más  Menos de 30 años  30 años y más 
Implicación de la familia/pareja en tareas domésticas/cuidado  3,55  4,11  3,15  3,69 
Medidas de conciliación en el centro de trabajo  2,89  4,07  2,09  3,25 
Apoyo económico de la familia para los estudios  4,40  3,06  3,69  2,64 
Ayudas y becas para el estudio  4,35  3,27  3,77  2,27 
Utilización de la enseñanza virtual como complemento a la docencia  4,52  4,06  3,57  4,31 
Facilidad de acceso a Internet en el hogar/trabajo  4,56  4,33  3,93  4,38 
Fuente: elaboración propia.

El trabajo de discusión grupal ofreció nuevos elementos que el alumnado destacó como facilitadores para continuar con los estudios universitarios (tabla 6). Entre éstos, la edad se percibía de forma ambivalente. Por un lado, las chicas y chicos más jóvenes enfatizaban el valor de la juventud en relación con las capacidades de estudio y asimilación de los contenidos de la asignatura, así como la menor incidencia de obligaciones familiares y/o laborales, lo que les permitía dedicarse a los estudios, a tiempo completo. Por otro, el grupo mayor destacaba la madurez y la experiencia como factores que pueden ayudarles en el seguimiento de sus estudios; valores que pueden contribuir a una mejor organización del tiempo y aprovechamiento de los recursos así como a una mayor responsabilidad y dedicación para la consecución de sus metas.

Tabla 6.

Factores facilitadores expresados en las discusiones grupales por el alumnado universitario, según género y grupo de edad.

  Mujeres  Hombres 
Menores de 30 años  Más tiempo para el estudioMayor facilidad para entender la asignaturaMenores responsabilidades familiares/laboralesMayor comprensión y capacidad de estudioFlexibilidad de horarios de tutoríasUtilización de enseñanza virtualBecas y ayudas para el estudio  Más tiempo para el estudioMenos preocupacionesMenores responsabilidades familiares/laboralesMayor capacidad de estudio y comprensión de los contenidosMayor uso de nuevas tecnologíasFlexibilidad de horarios de tutoríasUtilización de enseñanza virtualBecas y ayudas para el estudio 
30 años y más  MadurezMayor motivación para alcanzar metasUtilización de enseñanza virtual Flexibilidad en las tutoríasMayor responsabilidad y dedicación a los estudiosFlexibilidad de horarios de tutoríasAyudas a estudiantes embarazadas  ExperienciaMayor capacidad de organización y rentabilidad del tiempoUtilización de enseñanza virtualClarificación de los objetivosMayor responsabilidad y dedicación a los estudiosFlexibilidad de horarios de tutorías 
Fuente: elaboración propia.

Otros factores facilitadores subrayados por el conjunto del alumnado participante son los relacionados con la flexibilidad de las tutorías y, especialmente, con el uso de la plataforma de enseñanza virtual, ya que ésta supone una forma rápida y accesible para disponer del material docente antes de comenzar la clase, además de ser un medio de información de las noticias y novedades, lo que facilita un mejor seguimiento y aprendizaje de las asignaturas. Especialmente este recurso es valorado de forma muy positiva por el alumnado que tiene más dificultades para asistir regular y puntualmente a clase por incompatibilidades laborales o familiares. Este sector además considera que las exigencias de presencialidad desde la implementación del Plan Bolonia supone un esfuerzo añadido a la frecuente dificultad que encuentran para conciliar sus horarios académicos, domésticos y laborales, por lo que el uso de espacios virtuales de apoyo a la enseñanza es reivindicado como una herramienta especialmente potente para favorecer la conciliación estudios-trabajo-familia.

Discusión y conclusiones

Los resultados de este estudio, a partir de la experiencia de nuestras aulas, permiten indagar en la heterogeneidad del estudiantado universitario y de los perfiles no tradicionales para conocer sus dificultades, expectativas y necesidades en función de la edad y el género. Esto da la oportunidad de poner sobre la mesa de la reflexión docente las dificultades de compatibilización estudios-familia-trabajo de un cada vez más amplio sector de alumnado que se aleja de los perfiles típicos universitarios.

El análisis de los indicadores estadísticos sobre participación universitaria muestra que el género en interacción con la edad actúa como un importante condicionante en el acceso a la enseñanza superior. De manera que, a pesar de la creciente feminización de los estudios universitarios (Sarabia y de Miguel, 2004), “la vuelta a la Universidad” por parte del alumnado de edades mayores se caracteriza por la incidencia de desigualdades de género, ya que conforme se incrementa la edad se reduce el porcentaje de mujeres estudiantes entre los grupos de mayor edad. La disolución del proceso de feminización entre las edades mayores sugiere la existencia de barreras de género relacionadas con las dificultades de compatibilización de la familia, empleo y estudios que pueden dificultar a las mujeres incorporarse a las aulas universitarias, tal como han analizado otros estudios internacionales (Reay, 2003; Salisbury, Paulsen y Pascarella, 2010).

Así, los roles de cuidado asignados tradicionalmente a las mujeres y su incompatibilidad con otros proyectos profesionales y/o académicos parecen seguir pesando sobre éstas como un “suelo pegajoso” del que es difícil desligarse sin afrontar costes o renuncias familiares. Los resultados observados apuntan cómo las formas familiares y de convivencia operarían de forma diferencial en las oportunidades y recursos de mujeres y hombres a la hora de acceder a la Universidad. Esta situación, que ha sido también constatada en otros ámbitos como el científico (Grupo ETAN, 2001), pone de manifiesto cómo el hecho de estar casado o viviendo en pareja favorece en los hombres el desarrollo de su carrera profesional y académica, mientras que lo dificulta en las mujeres, de modo que las mujeres adultas “libres” de responsabilidades familiares suelen estar sobrerrepresentadas en los espacios laborales y educativos. Y al contrario, los hombres casados suelen tener más apoyos y facilidades para poder emprender nuevas actividades profesionales o académicas, porque probablemente una mujer esté sosteniendo para su desarrollo las labores domésticas y reproductivas tan esenciales, pero al mismo tiempo tan invisibles.

Junto a las cifras estadísticas, los datos aportados del propio alumnado en el estudio de caso muestran dificultades que afectan de forma diferencial en función de la edad y el género. Entre éstas, los problemas para compatibilizar estudios, trabajo y familia adquieren especial significación para el grupo mayor de 30 años, y en particular, entre las mujeres. El examen de las dif icultades de compatibilización que pueden afectar a la participación universitaria de mujeres y hombres en diferentes momentos de su ciclo vital constituye un elemento fundamental para entender y abordar las desigualdades de género, educativas y laborales, presentes y futuras. De hecho, favorecer la igualdad de oportunidades por edad y género en el acceso a los estudios universitarios conlleva ventajas de cara a la recualificación profesional de grupos especialmente afectados por la inactividad o el desempleo (Mühleck y Camilleri, 2010). Pese a ello, y a diferencia de otros ámbitos como el empresarial o de la administración, la preocupación por los problemas de conciliación del estudiantado no tradicional y su materialización en medidas concretas han calado escasamente en el espacio universitario. A esto se suma que los nuevos planteamientos de la enseñanza universitaria dentro de los procesos de convergencia europea tampoco facilitan esta compatibilización de diferentes actividades al potenciar el rol del estudiante de tiempo completo ligado a las crecientes exigencias de presencialidad que requiere el Plan Bolonia. Situación que entra en contradicción con el principio del aprendizaje permanente y durante toda la vida definido como prioritario en educación por la Unión Europea (Comisión Europea, 2000).

Es preciso reflexionar sobre la responsabilidad social de la Universidad y profundizar en las políticas que contribuyan a la compatibilización de los estudios con la vida familiar y laboral. Cada vez son más las universidades, y entre éstas las de Sevilla, que se muestran comprometidas con la igualdad y desarrollan diferentes programas de apoyo a las mujeres universitarias, pero a menudo son desconocidos por el alumnado, por lo que convendría incrementar el grado de información y difusión de estas medidas. También desde las aulas deberían potenciarse herramientas que favorezcan una enseñanza más flexible, inclusiva y adaptada a estas diferentes necesidades. El uso de recursos virtuales de aprendizaje se presenta como un potente instrumento para resolver especiales dificultades de horarios, desplazamientos y limitaciones físicas (Fernández, Álvarez y Malvar, 2012). Además, mejoran la adaptación del contenido a las necesidades diversas de cada grupo, fomentan una mayor implicación y participación del alumnado en los procesos educativos, la individualización de la enseñanza o la asunción de responsabilidades por parte del estudiante en su propio proceso de aprendizaje (Ramírez y Hernández, 2009; Tejedor y Valcárcel, 1996).

Su eficacia, no obstante, continúa dependiente de la superación de unas todavía hoy persistentes brechas digitales, provocadas por limitaciones materiales, que afectan especialmente al alumnado más joven, y de competencias tecnológicas, más frecuentes entre el más mayor. En suma, la heterogeneidad de situaciones estudiantiles plantea nuevas demandas y retos a la Universidad, no sólo para la labor docente sino también para la igualdad de oportunidades educativas.

Agradecimientos

Este trabajo es resultado de la realización del proyecto de investigación docente “Género, diversidad y rendimiento académico en las asignaturas de Sociología de titulaciones sociojurídicas”, financiado por el I Plan Propio de Docencia de la Universidad de Sevilla (convocatoria 2010–2011).

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