Introduccion: La endocarditis infecciosa (EI) es una enfermedad rara con altísima mortalidad. Los antibióticos y la cirugía son los pilares de su tratamiento, demostrando ésta reducir la mortalidad. Sin embargo, no es fácil tomar la decisión de operar, especialmente con edades avanzadas, comorbilidades y alto riesgo quirúrgico.
Objetivos: Este estudio pretende aportar algo de evidencia a la hora de decidir si operar o no a pacientes con este perfil.
Material y métodos: Realizamos un estudio observacional, retrospectivo analizando dos cohortes (según fueran tratados con cirugía o no) tomadas de los datos recogidos en nuestro centro (2012–2016). Se incluyó a todos los pacientes mayores de 70 años con diagnóstico seguro de EI según los criterios de DUKE e indicación quirúrgica. Se recogieron todos los datos demográficos y del episodio de EI (microorganismo responsable, tratamiento antibiótico y el tipo de EI entre otras). Se compararon ambos grupos con los test correspondientes.
La supervivencia se analizó con las curvas de Kaplan Meier. Además, se compararon los días de vida desde el momento diagnóstico de ambos grupos empleando el Test de MannWhitney a dos colas, considerando una p<0,05 como significativa.
Resultados: Se diagnosticaron 59 casos, 20 con > 70 años; 17 con indicación quirúrgica. Sólo 5 operados. En cuanto a edad y resto de comorbilidades no hubo diferencias significativas en los dos grupos, a excepción de la diabetes mellitus (p 0,029). Tampoco hubo diferencias del tipo de EI, predominando en ambos grupos sobre válvula nativa izquierda seguida de la protésica precoz.
El análisis de las curvas de Kaplan Meier, mostró mayor supervivencia en los pacientes sometidos a cirugía: al comparar los eventos de muerte observados respecto a los esperados se vio que había diferencias significativas a favor de operar (p 0,0106). Por último, comparamos los días de vida que había sobrevivido cada paciente según su grupo (hasta defunción o día del análisis). Hubo una diferencia significativa en días de vida a favor de los pacientes operados (238,67 vs 836,4 p 0,0044). La limitación principal es el pequeño tamaño muestral; por otro lado, destacar que no se recogieron test de calidad de vida, que aportaría información sobre la calidad de vida en esos años ganados.
Conclusion: Decidir si operar a los pacientes ancianos con EI con indicación quirúrgica es un reto por el alto riesgo quirúrgico. El análisis realizado muestra una diferencia significativa a favor de la cirugía, ganando más de un año y medio de vida sobre la supervivencia de los pacientes no operados.