Introduccion: La Fiebre Q es una zoonosis causada por Coxiella burnetii, que puede presentar manifestaciones clínicas tanto agudas como crónicas. Las infecciones vasculares son la segunda causa más común de infección persistente (9%), muy por detrás de la endocarditis (78% de los casos). El conocimiento extraído de los brotes ocurridos en los últimos años y la aparición de nuevas pruebas diagnósticas han puesto en duda estas cifras, así como el abordaje diagnóstico y terapéutico, y el seguimiento clásico de esta enfermedad, proponiendo nuevos esquemas.
Objetivos: Hacer una revisión de las últimas actualizaciones del manejo de las infecciones endovasculares por Coxiella burnetii, aprovechando como ejemplificación tres casos recientes de práctica clínica.
Material y métodos: Revisión bibliográfica utilizando como fuente Pubmed, con los siguientes términos de búsqueda: “chronic Q fever” AND “diagnosis”, “coxiella burnetii” AND “vascular infection” AND “diagnosis”, seleccionando lo artículos más recientes y de mayor interés práctico, así como las guías de la CDC al respecto. Información clínica y pruebas diagnósticas obtenidas de base de datos propia del Hospital Universitario 12 de Octubre. La información de los casos se resume en la tabla 1.
Resultados y conclusión: Los factores predisponentes destacan en el caso 3 y, especialmente, en el 2, al presentar tanto prótesis vascular como inmunosupresión, factores que se han demostrado como predictores de evolución a formas persistentes.
Es esencial determinar qué pacientes se benefician de una prueba diagnóstica dirigida, ya que la clínica y las alteraciones analíticas son totalmente inespecíficas. Destaca en el caso 1 la presencia de anticuerpos anticardiolipina, que ha demostrado ser factor de riesgo de evolución de fiebre Q aguda a endocarditis.
Los resultados serológicos, aunque positivos, dan pie a considerar que el dogma clásico de la relación entre el título de anticuerpos de fase I y fase II a la hora de marcar si una infección es aguda o crónica debe tomarse con cuidado. En el caso 1, la serología es de infección aguda y, sin embargo, presentaba una fase evolucionada.
La PCR se mostró, como indica la bibliografía actual, una prueba muy útil en la confirmación diagnóstica del caso 2 y 3. No fue así en el caso 1, ya que se realizó tras inicio del tratamiento.
En las pruebas de imagen se encontraron afectaciones vasculares típicas, destacando la utilidad del PET/TC, que se está postulando como una herramienta imprescindible tanto en el diagnóstico como en el seguimiento de esta enfermedad.
Respecto al tratamiento, los tres casos se han tratado con pautas antibióticas adecuadas, quedando el caso 3 pendiente de cirugía, siendo los otros dos casos considerados como inoperables. Sin embargo, debido a la intolerancia del paciente, el caso 1ha tenido que abandonar precozmente la hidroxicloroquina, algo que, unido a la persistencia de la endoprótesis, disminuye sus posibilidades de curación. Esto queda bien reflejado en la persistencia de niveles elevados de anticuerpos, a pesar de haber superado 18 meses de tratamiento.